martes, 18 de octubre de 2016

SITGES 2016 - Día 8



“The Tunnel” (2016) - Kim Seong-Hoon

Sinopsis oficial: Un túnel se derrumba por la mala construcción y un hombre (Ha Jung Woo) queda atrapado en el túnel derrumbado.  

Comentario: si en la edición de 2014 nos presentaba un thriller policiaco, en esta ocasión el cineasta surcoreano se atreve con el cine catastrofista. A pequeña escala, eso sí, ya que se centra más en el drama humano más intimista y no tanto en la espectacularidad del accidente en sí mismo. Tanto es así, que el director se ahorra largos preámbulos para ir directo al meollo de la cuestión, enterrando a su protagonista bajo toneladas de piedra, cemento y escombros. Será a lo largo de la película que se nos vaya revelando la identidad del protagonista a través de los recuerdos de éste (con los ya habituales flashback), y vayamos así conociendo rasgos de su personalidad y detalles sobre su familia.

Pese a lo que pudiera parecer a primera vista, lo cierto es la cinta se mueve a caballo entre la comedia y el drama. Que existan momentos cómicos para aliviar la tensión dramática es algo lógico e incluso agradecido, pero aquí va más allá de momentos puntuales. De hecho, es tan frecuente, que a ratos parece una parodia más que una tragedia. O quizás lo acertado sea considerarla directamente una tragicomedia. En cualquier caso, es precisamente ese humor, a ratos pelín estridente, lo que la hace más llevadera. Las cotas de drama se elevan conforme la historia avanza hacia su desenlace.


“Le Complexe de Frankenstein” (2016) - Gilles Penso & Alexandre Poncet

Sinopsis oficial: Desde sus orígenes a la revolución digital, el cine siempre ha creado monstruos. Le Complexe de Frankenstein es un viaje a lo largo de un siglo de imaginación. Con suculentas entrevistas y con material exclusivo de películas como Gremlins o Parque Jurásico, el documental explora el inquebrantable vínculo entre las criaturas y sus creadores, auténticos doctores Frankenstein del séptimo arte. 

Comentario: un documental imprescindible para los amantes de los efectos especiales. Todo un didáctico repaso a la evolución de los FX desde sus precoces inicios hasta nuestros tiempos. Desde que el cine empezó a crear a sus primeros monstruos, con artistas del maquillaje como Jack Pierce y más tarde sus sucesores (Dick Smith, Rick Baker, Greg Nicotero…), hasta la revolución digital a principios de los 90 con películas como Terminator 2 y Jurassic Park (Dennis Muran entre sus artífices), pasando por los genios del stop motion (Ray Harryhausen) y los animatronics (Stan Winston). Una galería de artistas y cineastas entrevistados para relatarnos de primera mano sus experiencias en este campo, echando mano de anécdotas y documentos gráficos inéditos.

Muchos de estos artesanos, auténticos genios sin los que muchas películas no hubieran sido posibles (y que no siempre fueron suficientemente valorados), comentan su a veces dura relación con la industria, y la exclusión que muchos de ellos sufrieron con la aparición de los primeros efectos generados por computadora. Es evidente que el CGI ha dejado en segundo plano a los efectos prácticos, y algunos artistas han visto cómo los estudios dejaban de contratarles por ese motivo. Pero otros tantos supieron adaptarse a la aparición de las computadoras, y todavía hoy sigue quedando patente que lo mejor y lo que más beneficia una película es la combinación de ambas técnicas. Porque una no excluye a la otra. A menudo se necesita algo tangible, algo con lo que el actor pueda interactuar y que al espectador le resulte creíble en primer plano, aunque sea un simple muñeco de goma y latex; y allí dónde los efectos prácticos no puedan llegar, está el ordenador. Unos cuantos píxels pueden ahorrarte muchos quebraderos de cabeza (y también mucho dinero).


“Don’t Kill It” (2016) – Mike Mendez

Sinopsis oficial: Un viejo demonio aparece en un pequeño pueblo de Alaska dejando un reguero de muerte y destrucción. La única esperanza de supervivencia es un cazador de criaturas diabólicas que se ha enfrentado anteriormente a este terror. Colaborando con un agente del FBI, buscará la forma de destruir al demonio.

Comentario: aunque jamás llegó a alcanzar el estatus de “gran estrella del cine de acción” que sí lograron otros coetáneos como Sylvester Stallone (con quien coincidió por primera vez en Rocky IV) o Arnold Schwarzenegger, Dolph Lundgren se ha ganado un rinconcito en nuestros corazones cinéfilos. Gracias sobre todo a un puñado de papeles en cintas que, quizás no sean memorables clásicos de nuestra infancia, pero a las que tenemos un cariño especial. Véase “Masters del Universo”, “The Punisher” o “Soldado universal”, ésta última quizás una de las pocas películas de Serie A que ha rodado a lo largo de toda su carrera. Y es que, por mal que nos pese, Lundgren ha estado siempre anclado a la serie B, a las películas de videoclub; y con los años, éstas han sido cada vez peores (incluso ha llegado a dirigir algunas de ellas). 

Dicho esto, él es la única razón por la que acercarse a una película como “Don’t Kill It”, un híbrido entre un capítulo de “Supernatural” (el propio director citó la referencia) y películas como “Hidden: lo oculto” o “Fallen”. Una cinta de serie B sin complejos; tan casposa como, en cierto modo, divertida. Violencia, sangre, gore, algún desnudo gratuito y Dolph matando demonios. ¿Qué más se le puede pedir a un director en cuya filmografía figuran títulos como “Big Ass Spider” o “Lavalantula”?

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