Películas vistas:
6
Grado de
satisfacción: Bajo
Computo de frikismo:
Medio
Brand New U
De qué va: en un
futuro indeterminado, existe una empresa llamada Brand New-U que permite a sus
clientes localizar y eliminar a sus Idénticos, dobles exactos que llevan una
vida mejor a la de ellos.
Qué ofrece: un
incomprensible y pretencioso thriller futurista con una premisa, a priori,
interesante, pero que a lo largo de su desarrollo no nos lleva a ninguna parte.
La trama, que ya peca de ser poco coherente al principio, se vuelve
directamente ininteligible a partir de cierto punto en el que espectador, completamente
desorientado, sucumbe al hartazgo. Flashbacks reiterativos hasta decir basta,
diálogos mecánicos e irritantes, abuso de planos detalles decididamente
gratuitos… Todo un complejo surtido de sinsentidos que hacen su visionado
realmente insoportable.
Lo más: la
fotografía.
Lo menos: todo lo
demás.
I Am A Hero
De qué va: Hideo es
un dibujante de manga que lleva una vida miserable. Trabaja muchas hora como asistente,
ganando poco dinero y ahora, harta de vivir junto a un fracasado, su novia le
deja. ¿Podría irle peor? Sí, para colmo se ha levantado un apocalipsis zombie en
todo Japón.
Qué ofrece: adaptación
de un manga escrito y dibujado por el autor japonés Kengo Hanazawa, y otro caso
claro de que los live-action de mangas/animes son, a menudo, un fracaso. Y es
que lo que funciona bien en papel no siempre resulta en pantalla con acotres de
carne y hueso.
Shinsuke Sato, director que ya sacó adelante las dos
entregas de “Gantz” (otro fallido live-action), se encarga aquí de mostrarnos
el enésimo apocalipsis zombie. Y durante su primera mitad, la cosa no puede ir
peor. Escenas ridículas a más no poder y un protagonista con el que es muy difícil
empatizar. A medida que avanza la historia, ésta adquiere un tono algo más
serio, interrumpido en ocasiones por momentos cómicos que rayan lo estúpido.
Los elementos que intentan darle un toque de originalidad al subgénero, como el
hecho de que los zombies tengan comportamientos afines a cuando estaban vivos
(de ahí la presencia de un ¡zombie olímpico!), son un poco absurdos o carecen
de explicación lógica (¿qué es exactamente la amiga del protagonista? ¿una
superNOzombie?). Al final llega el desfase, y se convierte un festival gore,
ofreciendo litros y litros de hemoglobina para deleite de los espectadores
ávidos de carnaza.
Lo más: el tramo
final, cuando el protagonista deja a un lado la cobardía y empieza a aniquilar
zombies a diestro y siniestro.
Lo menos: que de
haber mantenido un tono más serio habría sido una cinta mucho más disfrutable.
The Boy And The Beast
De qué va: Kyuta
es un niño solitario que vive en las calles de Tokio. Un buen día, el joven
cruza la frontera al mundo imaginario y entabla amistad con Kumatetsu, una
criatura sobrenatural que se convierte en su amigo y maestro.
Qué ofrece: Hosoda,
que nos maravilló con películas como “La chica que saltaba a través del tiempo”
o “Los niños lobo”, ofrece aquí una historia sobre la amistad y la madurez algo
carente de la magia de sus anteriores trabajos. Por supuesto, la animación (mezclando
hábilmente 2D con pinceladas de 3D) sigue estando a un altísimo nivel, pero la
historia se diluye entre dos mundos que no terminan de cuajar. Si bien la
historia entre Kyuta y Kumatetsu resulta divertida y por momento entrañable, su
historia con la chica humana carece de gancho. A la cinta la falta el
suficiente calado emocional para tocarnos la fibra sensible, y en el transcurso
de su desenlace simplemente se deja llevar por la acción y los efectismos.
Lo más: la bonita
relación paternofilial que establecen los dos protagonistas.
Lo menos: lo
innecesario de incluir “un villano” en la historia, y lo poco desarrollado que
está éste.
The Pack
De qué va: El
sueño de Adam de vivir en su granja y continuar el negocio familiar se va al
garete cuando encuentra todo su ganado brutalmente masacrado. Pero ese será el
menor de los problemas cuando la hambrienta jauría responsable del desastre
empiece a asediarlo a él y a su familia.
Qué ofrece: parece
que los australianos la tienen tomada con los animales. Primero fue un cocodrilo
(Black Water), luego tiburones (The Reef), y ahora perros. Cualquiera diría que
el perro es el mejor amigo del hombre viendo la jauría de perros salvajes que
acecha a la familia protagonista. Una cinta más cercana al “Cujo” de King que a
la película “Infierno blanco” de Liam Neeson. Eso sí, por muy amenazadores que sean
estos perros, lo cierto es que parecen no tener muy buen olfato, puesto que son
incapaces de detectar a sus presas aun teniéndolas a menos de un metro de
distancia. En más de una ocasión los protagonistas se libran por los pelos de
terminar en las fauces de estas fieras con tan sólo quedarse bien agazapados
(sic).
Un survival más bien casposo y carente de tensión, pero
medianamente entretenido si se le perdona lo chapucero de su guión.
Lo más: los
perros.
Lo menos: los
humanos.
High Rise
De qué va: El
doctor Robert Laing se acaba de mudar a la Torre Elysium, un enorme rascacielos
dentro del cual se desarrolla todo un mundo aparte, en el cual parece existir
la sociedad ideal. Sin embargo, la aparente armonía reinante no tardará en
sucumbir al caos más absoluto, llevándose por delante a todos los inquilinos
del edifico.
Qué ofrece: marciana
adaptación de la novela del escritor inglés J.G. Ballard; una auténtica y
monumental ida de olla. Si bien al principio parece conducirnos hacia una especie
de metáfora sobre la sociedad y sus distintos estratos sociales, no tarda
demasiado en perder el norte, abandonando la sutil alegoría de la diferencia de
clases para ofrecer un atroz espectáculo de depravación sexual y violencia
desatada. Una desfase que hunde por completo cuales fueran las intenciones
discursivas de su director/guionista. Una parábola que pronto sucumbe a sus
propios excesos, agotando mentalmente al espectador.
Lo más: que por
momentos parezca estar dirigida por un híbrido entre Cronenberg y Gilliam.
Lo menos: que la
gente se empeñe en llamarla “la Snowpiercer vertical”, cuando poco o nada
tienen que ver una con la otra. Es más, la comparación ofende.