jueves, 24 de marzo de 2011

“Sucker Punch” (2011) – Zack Snyder

critica Sucker Punch 2011 Zack Snyder
Definida por el propio Zack Snyder como “una Alicia en el país de las maravillas con ametralladoras”, llega por fin a nuestras pantallas uno de los estrenos palomiteros más esperados del año, especialmente para un servidor.

Esta es la primera vez que el director aborda un proyecto que no proviene de ningún cómic (300, Watchmen), novela (Ga’Hoole) o película anterior (Amanecer de los muertos). De hecho, el argumento de “Sucker Punch” nace de la imaginación de Snyder, de modo que éste no ha tenido restricción alguna (más allá de las impuestas por el estudio, y salvando el ya casi obligado PG13, hay que decir que le han dado bastante libertad) para ofrecer al público lo que le ha venido en gana sin tener que rendir cuentas a nadie (cámbiese “nadie” por las legiones de fans de las obras que han servido de base a sus anteriores películas)

Esta libertad es, por otro lado, una prueba de fuego para el cineasta, pues de algún modo nos va a servir a nosotros para saber de qué es capaz como creador, además de como narrador.

Lo visto hasta ahora en trailers y clips prometía, ante todo, un espectáculo visual y pirotécnico sin precedentes, y desde ya, puedo afirmar que eso se ha cumplido sobradamente. Sin embargo, uno de mis mayores también…

La historia se ambienta en los años 50, y nuestra protagonista es Baby Doll (Emily Browning), una joven de 20 años que es encerrada en contra su voluntad en una institución psiquiátrica.

Una vez allí, el futuro que le espera no es nada alentador, pues en cinco días será lobotomizada.


A partir de ese momento, Baby Doll planeara su fuga del centro ayudada por otras cuatro residentes con las que entablará amistad; cuatro chicas - la decidida Rocket (Jena Malone), la astuta Blondie (Vanessa Hudgens), la implacablemente leal Amber (Jamie Chung) y la reacia Sweet Pea (Abbie Cornish) - dispuestas a jugarse el todo por el todo con tal de escapar de esa infernal prisión. Cinco jóvenes que unirán sus fuerzas para llevar a cabo el plan que las llevará más allá de las paredes del psiquiátrico. Un plan que no estará exento de obstáculos.

No hay duda que uno de los mayores alicientes de “Sucker Punch” es esa atractiva mezcla de géneros y conceptos de la que hace gala. Y es que una misma película, Snyder ha reunido para nuestro deleite a dragones, samuráis, robots, orcos y hasta nazis zombies. Y a todos ellos los ha enfrentado a un jugoso grupito de mozas de armas tomar; cinco jovencitas con ganas de dar mucha guerra a sus despiadados captores.



Snyder sabe perfectamente lo que quiere ofrecernos, así que no se anda por las ramas, y con un potente prólogo a cámara lenta y a ritmo de un Sweet Dreams (de los Eurythmics) versionado para la ocasión (y cantado por la propia Emily Browning), el director nos relata la triste y desgraciada historia de Baby Doll; el cómo y el por qué acaba en el psiquiátrico “Lennox House”.

El tormento que padece por el terrible accidente que la lleva a ser encerrada en el centro y la desesperación que siente por el desolador destino que le aguarda en él, llevan a Baby Doll a sumergirse en un mundo imaginario producto de su mente, sin limitaciones de tiempo o espacio, y mediante el cual tratará de conseguir la ansiada libertad.

De este modo, la trama transcurrirá a tres niveles distintos. El primero de estos niveles es la realidad, que es lo que veremos al principio y al final de la película. El segundo es la subrealidad, donde el mundo real se transforma en un burdel dirigido por el deleznable celador del psiquiátrico. Y por último, está el tercer nivel, el mundo de los sueños en el que transcurren las impactantes secuencias de acción que están fuera del espacio y del tiempo.

El paso del primer nivel al segundo es un tanto brusco y confuso, pero el espectador no tardará mucho en darse cuenta de lo que ocurre. Y es que esa subrealidad es, de alguna manera, el modo en el que Baby Doll ve su estancia en el centro. En su mente, el celador, que es quién maneja el cotarro y el que abusa de las residentes, pasa a ser Blue Jones, el dueño del prostíbulo; y sus compañeras y futuras -o debería decir, inmediatas- amigas, son las chicas que ofrecen sus servicios a cambio de una vida “cómoda”. Como podréis imaginar, eso le permite al director hacer desfilar a sus actrices ligeritas de ropa y/o con modelitos de lo más sugerentes. Y ahí hay que incluir al mujerón de Carla Gugino.

Este nivel y el tercero son los que ocupan la mayor parte del metraje, pero es evidente que el que encandilará al espectador será el mundo de los sueños, que le sirve a Snyder para desplegar todo su arsenal pirotécnico (y nunca mejor dicho)


El plan trazado por Baby Doll implica hacerse con un total de cinco objetos que les servirán para poder escapar. Estos objetos se encuentran el psiquiátrico/burdel, y la obtención de cada de ellos supone una inmersión en esos sueños oníricos de la protagonista. Ahí es donde las chicas harán frente a todo tipo de enemigos, desde un enorme dragón hasta un infinito ejército de nazis venidos del mismísimo infierno. Ni qué decir que estos momentos son una auténtica orgía de CGI y fuegos artificiales de lo más apabullante. El problema es que la embriagadora espectacularidad no es emocionante. ¿Y por qué? Pues simple y llanamente porque el espectador no se implica nunca en la historia, la cual no es más que un pretexto para desplegar todo ese festín de acción desenfrenada.

Snyder no necesita justificar nada, y eso hace que en pantalla aparezca de todo y porque sí, sin que exista mayor relación que el nimio parentesco con los objetos que necesitan encontrar.

Uno puede quedarse embobado por el apoteósico espectáculo, pero no lo siente, no lo vive, no lo disfruta… porque no hay emoción ni implicación en él. Snyder tiene un dominio extraordinario de la imagen y del movimiento, y las secuencias de acción tienen un poderío visual sin igual (qué bien le hubiera ido a Dragon Ball un tipo como él detrás de la cámara, y que bien la va a venir a la futura Superman), pero es como estar contemplando un videojuego, como si alguien estuviera jugando a uno mientras nosotros miramos. Y eso es debido también a una estructura narrativa a lo “pasar pantallas/fases” en la que te das cuenta que apenas te están contando nada interesante, y que además los personajes te dan exactamente igual; no te importan lo más mínimo, salvo que te hayas encariñado –por su físico, más que nada- con alguna de las mozas.

Explosiones aquí y allá, tiroteos y piruetas imposibles a tutiplén (en ese mundo fantasioso, las chicas son como superheroínas, lo que en mi opinión le resta peligrosidad a todo lo que acontece), enemigos que salen hasta de debajo de las piedras, etc. Todo muy espectacular y muy bonito, pero absolutamente vacío, superficial e intrascendente.

Y es que Sucker Punch arrastra uno de los mayores males del cine palomitero de hoy en día, que es la capacidad de asombrar al espectador con un buen puñado de efectos especiales, pero la incapacidad de hacerlo vibrar con ese espectáculo (lo que conseguían películas como Terminator 2, Jurassic Park, Desafío Total y similares). Un asombroso envoltorio para un dulce que, si bien en este caso no resulta amargo, si deja un sabor agridulce.

Con estética comiquera y con un desarrollo narrativo deudor de un juego de plataformas, Snyder tira también de referencias que van desde lo novelesco (unos orcos que parecen sacados del universo Tolkien) al mismísimo manga (el mecha que conduce Amber) Y la verdad es que dan ganas que cada uno de esos segmentos oníricos tuvieran su propia película. ¿Quién no disfrutaría de un film bélico plagado de nazis zombies? Servidor, el primero.

Cabe decir también que la planificación de muchas secuencias viene muy bien acompañada por una contundente selección musical que convierte muchos de estos momentos en auténticos videoclips (que cada uno juzgue si eso es bueno o malo; a mí no me disgustó) El ya comentado prólogo inicial sería un ejemplo de ello, aunque no es el único. Eso sí, ubicándose la historia en los 50 (aunque sólo sea en el primer nivel, y a medias en el segundo), servidor ha echado de menos que la banda sonora no contara con canciones de la época; pero eso ya es una observación muy personal (nostálgico –y rockanrolero- que es uno)


De todas formas, se echa de menos algo más de chicha en el guión, que aunque no lo parezca, en este tipo de producciones también es importante. Quizás menos que en un drama, por decir algo, pero aún así lo suficiente como para que uno no se marche de la sala con sensación de vacío; como si hubiera devorado unas deliciosas gominolas que para nada le han llenado el estómago. Hubiese sido oportuno profundizar un poco más en la psique de Baby Doll y desarrollar mejor o de otro modo su entrada y estancia en el psiquiátrico; ver cómo conoce al resto de las chicas y cómo nacen esos lazos de amistad… Amén de conocer también la historia de cada una de ellas, el por qué han sido enceradas allí, etc. No creo que sea tanto pedir.

Con todo, el reparto cumple con lo exigido. Browning, Abbie Cornish (mi favorita) y Jena Malone destacan por encima de Jamie Chung y Vanessa Hudgens, cuyos personajes (e interpretaciones) quedan en un segundo plano. Aún así, da gusto comprobar que se muestran solventes tanto en las escenas de acción como en las contadas escenas dramáticas (escenas que, precisamente, demuestran que Snyder y su co-guionista hubiesen sido capaces de dar algo más de consistencia a la trama)

Gugino, que repite con el director después de Watchmen, clava a la perfección el acento polaco de su personaje (algo apreciable sólo en la V.O., claro), la estricta pero comprensiva Dr. Gorsky, una mujer que pese a su dura apariencia, comprende mejor que nadie la situación y la amargura por la que están pasando sus pupilas. A fin de cuentas, no deja de ser su cuidadora (aunque le cueste quitarse la venda de los ojos)

Pero el que se lleva la gloria es Oscar Isaac como Blue, el celador/proxeneta. Al actor ya lo habíamos visto en "Robin Hood" encarnar a un ser despreciable, pero aquí el escenario y su personaje le dan un plus.

Jon Hamm y Scott Glenn tienen papeles muy secundarios. El primero es el desencadenante de la trama, el motivo por el cual Baby Doll decidirá fugarse; el segundo es algo así como el guía espiritual de la protagonista.

En resumidas cuentas, “Sucker Punch” es un ampuloso y abrumador espectáculo visual/virtual (y en esplendoroso 2D, oiga) repleto de acción, efectos especiales y mozas de muy buen ver. Y estoy seguro que muchos tendrán más que suficiente con esto. Sin embargo, para mi gusto entretiene pero no llena. Y ese era precisamente mi temor después de ver los avances.

Snyder ha conseguido rodar su película más espectacular, adrenalítica e impactante hasta la fecha, pero también la peor, la más superflua. Un entretenimiento vacuo que satisfará las casi dos horas de entretenimiento que muchas andarán buscando. Y cierto es que no pretende más que eso, pero uno no puede evitar sentir una ligera sensación a decepción, a que esto podría haber sido mejor, más intenso, más glorioso… en definitiva, más gozoso.

P.D.: Quedaros a ver los créditos finales. Valen la pena.



Valoración personal:

¡Sorteo de una camiseta de “Invasión a la Tierra”!

Sorteo de una camiseta de Invasión a la Tierra
Como ya os anunciaba mediante Twitter, he aquí un concurso en el que he decidido colaborar con el deseo de que sea de vuestro agrado.

Gracias a Sony Pictures Releasing y a blopies.com, me llega esta promo en la que podréis ganar una camiseta de la película “Invasión a la Tierra”, uno de los blockbusters más esperados -y espectaculares- del año, y cuyo estreno está previsto para este próximo 1 de abril.

Para refrescar la memoria, aquí os dejo la sinopsis oficial:

Durante años se han observado y documentado OVNIS en distintos puntos del planeta: Buenos Aires, Seúl, Francia, Alemania, China. Pero en 2011, los espectáculos visuales se convierten en una aterradora realidad cuando fuerzas desconocidas invaden la tierra. La población mundial presencia la caída de las grandes ciudades del mundo e inesperadamente Los Ángeles se convierte en un campo de batalla: la última resistencia de la raza humana. El Segundo Sargento de los Marines (Aaron Eckhart) y su nuevo pelotón serán los encargados de responder a la amenaza y juntos se enfrentarán a un enemigo nuevo y desconocido.

Como se suele decir, una imagen vale más que mil palabras, así que aquí os dejo también el enlace al tráiler oficial en castellano, para que os hagáis una idea de lo que se avecina.

http://www.youtube.com/watch?v=29ZyxX2E5sA&feature=channel_video_title

Y si queréis más información, aquí tenéis la web oficial:

http://www.sonypicturesreleasing.es/invasion-a-la-tierra


Y ya sin más dilación, veamos en qué consiste el concurso. Es de lo más fácil, ya lo veréis.

Bases para participar en el sorteo de UNA camiseta de la nueva película de Sony Pictures “Invasión a la Tierra”

Quién puede participar:

Pueden participar en el concurso todas las personas que contesten a la pregunta sobre la película “Invasión a la Tierra” y cumplan los siguientes requisitos:

• Ser mayor de 12 años
• Ser residente en España (incluido Canarias y Baleares)

Cómo participar:

1. Envíanos un correo a promos.blopies@gmail.com en cuyo asunto aparezcan los siguientes datos “Invasión a la Tierra_camiseta_tu nombre completo”. Por ejemplo, “Invasión a la Tierra_camiseta_Ana García”

2. Una vez recibamos el correo se te asignará un número para participar en el sorteo de las camisetas (15 camisetas). Podrás ver publicado el número que se te ha asignado en la siguiente página:

http://www.blopies.com/Listado_sorteo_camisetas.pdf

3. Se considerarán válidos y participarán en el concurso todos los emails que se reciban antes de las 23.59 horas del 31 de marzo de 2011.

Quién ganará:

4. El 1 de abril de 2011, coincidiendo con el estreno de “Invasión a la Tierra” en España, daremos a conocer los ganadores. Habrá 15 ganadores y cada uno conseguirá una entrada doble de cine para ver la película.

El sorteo se realizará mediante la herramienta “True Random Number Generator” de http://www.random.org

5. Publicaremos las capturas de los números afortunados generados por la herramienta en la siguiente página:

http://www.blopies.com/Listado_sorteo_camisetas.pdf


Tenéis más información acerca del concurso en el siguiente enlace:

http://www.blopies.com/Sorteo_Camisetas_Bases_legales.pdf


Dicho esto, muchísima suerte a todos los participantes. Y si alguno de los afortunados resulta ser un lector de Amazing Movies, que no se olvide de contárnoslo por aquí.


Saludos ;)

viernes, 18 de marzo de 2011

“Midnight FM” (2010) - Kim Sang-man

Critica Midnight FM 2010 Kim Sang-man
En los últimos años, el cine coreano, o para ser más exactos, el procedente de Corea del Sur, está destacando muy especialmente en un género en concreto: el thriller. Películas como “Oldboy”, que ya se ha convertido en toda una pieza de culto (hasta los americanos le echaron el ojo con intención de “remakearla”), o “Joint Security Area (JSA)” (ambas de Park Chan-wook) , serían un ejemplo palpable de este auge cinematográfico. Y es que parece haber surgido una nueva generación de cineastas que están echando toda la carne en el asador en un género en el que actualmente es difícil encontrar algo bueno o decente que echarse a la cara.

Ahora bien, eso no significa que todo lo que provenga que Corea del Sur sea delicatessen o que nos tenga que gustar por defecto. Y no hay que caer en el error de ensalzar todo el cine de un país concreto gracias tan sólo a unas pocas buenas películas, como ha ocurrido recientemente con el cine de terror francés, el cual a día de hoy muestra tantos síntomas de agotamiento y mediocridad como su homónimo americano (podría contar los buenos films con los dedos de una mano tanto de unos como de otros)

De hecho, soy el primero en negarme a reconocer la maestría de según qué películas, bien porque quizás no me han maravillado tanto como a otros o directamente porque no me han gustado nada. Ese sería el caso de la aclamada “Memories of Murder”, un thriller policiaco que a mí me supuso una enorme decepción. En parte, debido a un buen puñado de escenas, momentos y hasta personajes de lo más absurdos y ridículos que me fastidiaron enormemente su visionado. Y es que el humor coreano (y por extensión, el asiático) es muy “particular”, y si además lo incrustan con calzador en una cinta que supuestamente debería ser tratada con seriedad y contundencia, pues es muy probable que lo que debería ser una experiencia placentera se convierta en algo realmente insufrible (lo mismo me ocurrió con la mediocre “The Host”, del mismo director, película de terror tildada por Variety como “la mejor película con monstruos de la historia”…)

El caso es que pese a algunas decepciones, siempre procuro echarle un vistazo a películas coreanas cuyos argumentos me llamen la atención, sin tener en cuenta ya las opiniones y/o críticas -positivas o negativas- vertidas sobre las mismas. Y una de mis últimas adquisiciones ha sido la cinta que nos ocupa, “Midnight FM”.

La historia gira en torno a Seon-Yeong (Su-Ae), una popular locutora de radio que tiene una gran cantidad de seguidores con su programa de medianoche. Su exitosa carrera durante 7 años se ha visto paralizada por la enfermedad de su hija, que necesita una operación en el extranjero. Por ese motivo, debe marcharse a EE.UU. y abandonar su trabajo, al menos durante un tiempo, pero no sin antes despedirse de sus compañeros y de sus oyentes con un último programa.

La noche en que realiza su última intervención como locutora, recibe la llamada de un oyente llamado Dong-soo (Ji-tae Yu), quien se ha colado en su casa secuestrando a su familia, y que le obliga a seguir sus instrucciones y no contarle nada a nadie, si quiere que todos permanezcan con vida. Sin saber lo que quiere realmente de ella, Seon-Yeong deberá continuar con las dos horas de programa bajo sus designios y amenazas con tal de salvar a su familia.

Sobra decir que la premisa es de lo más sugerente, sobre todo si tenemos en cuenta que es de esas que prometen un más que interesante duelo psicológico entre el psicópata de turno y su desafortunada víctima.


La película empieza con nuestra protagonista despidiéndose de sus jefes del trabajo, lo que permite al espectador conocer detalles de su vida profesional y también personal, y que son los que nos sirven para conocer el contexto de la historia. Además, en este comienzo ya se deja caer alguna que otra sutil pista de lo que se le viene encima a la joven locutora.

A continuación, conocemos al resto de personajes que acabarán formando parte de la trama, como son sus compañeros de trabajo, su familia y también un obsesionado admirador que acabará teniendo un papel relevante en la misma. También aquí se van dejando pequeñas pistas o, mejor dicho, piezas del puzle que se deberán ir encajando a medida que los minutos transcurran para poder descifrar el móvil que lleva a Dong-soo a hacer lo que hace.

Si bien estos preámbulos son absolutamente necesarios para que entremos en situación, lo cierto es que sus responsables tampoco se recrean en exceso, y vemos que la historia pasa pronto a la acción.

El psicópata, cuyas intenciones nos mantendrán en vilo prácticamente hasta el final, se colará en la casa de Seon-Yeong, y partir de ahí iniciará un metódico y maquiavélico juego que pondrá en jaque a la locutora y la llevará al límite de sus fuerzas.

Gran parte de la acción se desarrolla en dos únicos escenarios: la emisora de radio, desde donde Seon-Yeong graba el programa, y su casa, reconvertida en el centro de operaciones de Dong-soo. Des de allí, el psicópata, que se erige como un profundo y enfermizo admirador de la locutora, controla toda la situación jugando con la ventaja que le proporciona tener como rehenes a la hija, la hermana y la sobrina de la víctima.


Con estos dos escenarios, y todo lo que va aconteciendo en uno y otro, desde la propia interacción entre acosador y acosada, hasta la intervención de otros personajes y las acciones y reacciones que éstos desencadenan, el director consigue manejar con impecable habilidad un absorbente y agobiante suspense que no decae en ningún momento. Ni si quiera cuando se abandonan estos dos espacios y la acción se traslada al exterior, que es en donde muchas otras propuestas suelen fallar (véase la reciente “Asalto al tren Pelham 123”)

De hecho, cabe decir que la tensión va in crescendo y se maximiza precisamente cuando Seon-Yeong y Dong-soo están más cerca el uno del otro, apunto de verse las caras frente a frente, que es cuando comprobamos cuan apañada es una (y hasta donde está dispuesta a llegar para salvar a sus seres queridos) y cuan listo es el otro (y todas las artimañas y ases que aún se guarda en la manga)
Las interpretaciones son convincentes, destacando por encima de todas las de sus dos principales protagonistas, Su-Ae, a la que descubro con este film, y a Ji-tae Yu, que ya interpretó a un malo malísimo en la citada “Oldboy”. Los dos sobresalen (aunque tampoco en demasía) entre un elenco al que consideraría como simplemente correcto, pero del que también me gustaría destacar Ma Dong-seok como el fan obsesivo de Seon-Yeong, y a la pequeña (desconozco su nombre) que interpreta a la niña muda.

No estoy hablando de un peliculón ni mucho menos, y probablemente no se posicione entre los thrillers más destacados que nos vienen de oriente, pero sin lugar a dudas “Midnight FM” es un buen thriller que ofrece lo que tiene que ofrecer, es decir, acertadas dosis de tensión e intriga y un guión sólido en el que todo encaja a la perfección, sin sorpresas ni giros finales absurdos (de esos que no vienen a cuento y que a Hollywood tanto le gusta meternos con calzador), ni triquiñuelas extrañas por parte del director, ni ese risible humor del que hacen gala otras producciones coreanas (y que tan molesto me resulta)



Valoración personal:

jueves, 10 de marzo de 2011

"The Resident" (2010) - Antti Jokinen

critica The Resident 2010 Antti Jokinen
Después de estar unas dos décadas desaparecida, la legendaria Hammer ha vuelto. El estudio inglés que antaño se hizo popular por sus grandes films de terror, suspense y ciencia-ficción (estos en menor proporción, pero igualmente estimables), ha retomado sus labores dentro de la industria y promete entregarnos una buena ración de cintas de horror.

La compañía se estrenó en la gran pantalla el año pasado con el remake de la sueca "Déjame entrar” a cargo -dirección y guión- de Matt Reeves (Cloverfield). El resultado de esta versión yanqui fue más que digno (no dejaba de ser un calco de la homónima, todo sea dicho), así que las esperanzas de ver renacer la Hammer en todo su esplendor se hicieron palpables. Faltaba por saber si sabrían manejarse igual de bien con material original.

Y la prueba de fuego es esta The Resident, un film con un argumento no muy novedoso pero con un reparto más que interesante.

Después de separarse de su pareja, la joven médico Juliet Devereau (Hilary Swank) se muda a Brooklyn en busca de un nuevo hogar y una nueva vida. A través de los clasificados del periódico encuentra un apartamento tipo loft realmente espacioso y que parece ser el ideal, aunque sospecha que podría ser demasiado caro. Para su sorpresa, Max (Jeffrey Dean Morgan), el afable propietario, le deja el alquiler a muy buen precio y le entrega las llaves al momento.

Al principio, todo parece irle muy bien en el apartamento, e incluso entabla cierta amistad con Max. Pero conforme pasan los días, Juliet comienza a experimentar una extraña sensación, como si la estuvieran observando constantemente; como si en la intimidad de su casa no estuviera sola. Pronto sus sospechas se confirmarán al descubrir que su casero es un perturbado acosador.

Sabiendo de antemano, mediante la sinopsis oficial o el propio tráiler, cuál era el rol de sus protagonistas (Morgan el acosador y Swank la víctima), y asumiendo entonces que el misterio iba a ser prácticamente nulo, lo que uno espera es que el resabido argumento al menos esté suficientemente bien llevado como para pasar un buen rato. Y es que aunque últimamente la originalidad en el cine brille por su ausencia, soy de la convicción de que si las cosas se hacen bien, esto no tiene por qué convertirse en un lastre.

En este caso, podemos decir que la mayor parte del tiempo el ritmo y el suspense son los adecuados, aunque es evidente que lo segundo queda algo mermado debido a que el espectador va un paso por delante de la protagonista. Y es que aunque uno no sepa nada de la cinta y no haya visto un solo avance, enseguida queda patente que tras esa afable apariencia, Max esconde un lado oscuro.


De haber jugado un poco más y mejor con la identidad del acosador, probablemente la intriga hubiese sido algo mayor. Y cabe decir que el guionista lo intenta añadiendo el personaje interpretado por el gran Christopher Lee, con el que se pretende confundir o nublar nuestras sospechamos. Pero es que todo resulta tan sumamente obvio y el desarrollo de la trama es tan previsible, que finalmente lo más interesante es quedarse delante de la pantalla observando el erotismo que desprende Swank y esperando que pronto se dé cuenta de lo que ocurre para que se produzca el ya típico tour de force. Y vaya si se produce...

El guionista tira por la vía fácil y nos entrega un tramo final/desenlace de manual, caracterizado por el habitual juego del gato y el ratón en el que la víctima intentará deshacerse cómo pueda de su peligroso perseguidor.

Seguramente hubiese sido más complaciente apostar por un duelo enfocado en la vertiente psicológica de los personajes, evitando un poco así los típicos clichés y las resoluciones efectistas. Pero esto no es así, y el reparto tampoco puede hacer mucho para enriquecer una historia poco trabajada desde el guión.


Swank parece que no levanta cabeza desde que en 2004 ganara el Oscar por su trabajo en la espléndida “Million Dollar Baby”. Aquí cumple con lo que se le pide, pero una vez más sentimos que la actriz se involucra en proyectos que no están a la altura de su talento.

Morgan tampoco acierta con sus elecciones, y después del fiasco de la mediocre "The Losers"o la regulera "Shanghai", se mete en un proyecto que tampoco es gran cosa, pero que al menos sirve para ver que este buen actor sabe desenvolverse en cualquier género. Aquí interpreta con convicción el papel de Max, un tipo acomplejado y poco social cuya obsesión por una mujer le lleva a extremos voyeristas de auténtico perturbado.

En cuanto a la presencia de Lee, ésta es tan anecdótica que se siente más como una pequeña concesión o regalo al aficionado.

Cabe decir que el metraje no alcanza ni la hora y media, por lo que su visionado se pasa en un suspiro, pero ciertamente, no le hubieran ido mal unos cuantos minutos para profundizar un poco más en la psique de Max; en sus traumas infantiles y en su relación con su tío, personaje que al final acaba aportando tanto a la trama como el novio de Juliet, es decir, nada.

Haciendo balance general, no podemos decir que The Resident sea una mala película (no hay nada en ella que moleste en exceso o produzca vergüenza), pero resulta bastante floja y escuetamente satisfactoria. No aporta mucho al género y tampoco destaca por nada en especial, aunque la dirección del debutante Antti Jokinen sea eficiente y la atmósfera esté conseguida. Entretiene, pero no se distancia mucho de productos como “Sliver (Acosada)”, aquél thriller erótico que Sharon Stone rodó en los 90 esperando repetir el éxito de “Instinto Básico”.



Valoración personal:

lunes, 7 de marzo de 2011

“Destino oculto” (2011) - George Nolfi

critica Destino oculto 2011 George Nolfi
Dentro del género de la ciencia-ficción, Philip K. Dick es uno de los escritores más adaptados al celuloide. La riqueza de su obra supone un material de primera para abordarlo en el cine, y aunque no todos los que lo han intentado han dado en el clavo, lo cierto es que en el menor de los caso hemos contado siempre con una historia interesante.

El último en sacarle jugo a K. Dick ha sido el hasta entonces guionista George Nolfi, responsable en solitario de “La sombra de la sospecha” y co-escritor de películas como “Timeline”, “Ocean's Twelve” y “El ultimátum de Bourne”. Para su debut como director, y en relación a esta última cinta, Nolfi ha contado con el protagonismo de Matt Damon, que precisamente desde su última encarnación de Bourne no ha vuelto a tener un éxito de taquilla. Y puede que “Destino oculto” no sea la excepción, a juzgar por el poco entusiasmo que está levantando...

David Norris (Matt Damon) es un joven y ambicioso político a punto de conseguir un asiento en el Senado de Estados Unidos, y Elise Sellas (Emily Blunt) es una guapa bailarina de danza contemporánea. Cuando se conocen, inmediatamente saltan chispas y surge el “amor a primera vista”.

David quiere estar junto a Elise, pero parece que el destino tiene reservado otros planes para ellos. Y esos planes son llevados a cabo por unos misteriosos individuos que harán todo lo posible para apartarlos el uno del otro.

Cuando David comprenda lo que está sucediendo, deberá decidir si acepta seguir el camino predestinado o, si por el contrario, quiere arriesgarlo todo y enfrentarse al Destino para estar con ella.

Antes de entrar a la sala no tenía muy claro que es lo que me iba querer contar esta película ni cómo pretendía hacerlo. Lo poco que sabía de la misma me bastaba para decidirme a verla, y puede que la justa predisposición con la que contaba y las nulas expectativas creadas hacia la misma hicieran que finalmente me sorprendiera para bien, a pesar de tener la sensación de que fui de los pocos que logró empatizar con la propuesta del director.

Lo cierto es que “Destino oculto” no es una película redonda, y sus defectos son los que previsiblemente terminen declinando la balanza en su contra. Pese a ello, cabe decir que cuenta con suficientes alicientes como para al menos no sentir que uno ha perdido el tiempo viéndola (el grado de satisfacción ya dependerá de cada uno, evidentemente)


La trama podría dividirse en dos partes: en la primera tenemos el primer encuentro entre la pareja protagonista y la aparición de los misteriosos personajes, los agentes del Destino, cuyo origen y funciones descubriremos al mismo tiempo que lo hace el protagonista una vez bien avanzada esta mitad. Esto último permite al director/guionista jugar un poco con el misterio inicial que envuelve la historia, apuntalando así un logrado suspense que, no obstante, irá desfalleciendo a medida que transcurran los minutos.

La segunda parte se centra en los continuos intentos de David Norris por luchar contra ese Destino marcado y cuya meta no es más que la consagración del amor, participando así en un juego del gato y el ratón con sus perseguidores, los citados agentes.

Quizás uno de los mayores problemas que encontramos en el guión de Nolfi sea la imprecisa asentación en un género concreto. Y es que el film es una extraña y heterogénea mezcla de conceptos, y lo que empieza siendo un thriller con envoltura de ci-fi (o fantástica) deviene finalmente en un drama romántico que no puede evitar nutrirse de muchos de los clichés que este tipo de cine ostenta (SPOILER--- el tema de la boda como salvoconducto para un satisfactorio clímax final es ya un recurso demasiado sobado y cansino ---FIN SPOILER)

También hay que apuntar que pese a no ser estrictamente una comedia, la mayor parte del tiempo aboga por un ligero tono cómico que puede hacer que uno se la tome demasiado en serio, si bien he de admitir que a mí me resultó bastante fresco y permitió que la transición de un género a otro no se me hiciera tan brusca.

Probablemente el origen de todo lo que comento se deba buscar en un relato corto de Dick (Equipo de ajuste) que ha sido estirado y revisionado por Golfi, quién probablemente peque de añadir más chica de la cuenta a una historia que quizás hubiera funcionado muchísimo mejor como un capítulo de la “Dimensión Desconocida” (The Twilight Zone) o de “Cuentos asombrosos” (Amazing Stories)


Con todo, el ritmo no desfallece en ningún momento y eso juega a favor del director, que consigue que todo resulte bastante llevadero aún con los saltos en el tiempo que se van produciendo y el débil contraste entre temáticas.

De hecho, la labor de Nolfi en la dirección es mucho más certera que en la escritura del guión, donde peca y mucho de sustentar prácticamente todo el peso del mismo en una historia de amor superficial e idealizada. Uno puede creer o no en el amor a primera vista, pero para el devenir de la trama hace falta que el nexo de unión entre David y Elise vaya más allá de un flechazo y unos cuantos arrumacos (SPOILER---aunque con la existencia de sus vidas pasadas se intente justificar precisamente ese amor tan prematuramente intenso que sienten los personajes ---FIN SPOILER)

Aunque los diálogos entre la pareja no se sientan novedosos, sí son acertados, y dada la naturalidad que aportan sus intérpretes, su relación nos resulta agradable, y es precisamente esto lo que nos involucra en la historia y lo que nos hace seguirla con interés, esperando que finalmente David consiga su propósito y venza a los agentes del Destino.

Lo interesante de su personaje es que su decisión no puede ser tomada a la ligera por la sencilla razón de que es un político, y su futuro no sólo le afecta a él sino a millones de personas. De este modo, si David decide no seguir el camino trazado, las consecuencias pueden ser terribles. Así que cuando llega el momento de escoger, se debatirá entre sacrificar su felicidad por el beneficio de muchos o buscar lo que es mejor para él.

Aquí es donde Nolfi termina de ahondar en lo referido al tema del Destino y también al del libre albedrio que tanto reclama David, aunque el remate de la historia que nos plantea termine siendo más previsible de lo que quizás uno desearía. Solventado, eso sí, mediante una previa y trepidante persecución donde los técnicos en efectos especiales bordan su trabajo y en donde el director consigue imprimir bastante tensión (acrecentada ésta por la banda sonora de Thomas Newman y algún que otro tema musical bien escogido)



Otro punto interesante, y probablemente el que más, es todo lo relativo a los agentes del Destino, aunque aquí los méritos sean compartido con K. Dick.

Los agentes (una especie de ángeles de la guarda) trabajan para el Departamento de Ajuste (el que da título a la película), que siguiendo un sistema burocrático, guían nuestras decisiones y manipulan nuestras vidas pasando completamente desapercibidos, ya que su existencia es desconocida para nosotros, los simples mortales. Todos tenemos un plan, y ellos trabajan coordinadamente para que no nos desviemos de ese plan.

A destacar el aspecto retro pero a la vez atemporal que se otorga a los agentes, vistiendo traje y sombrero en un claro reflejo del vestuario de la persona a la que siguen (en este caso, un político), y que en parte queda justificado por un detalle que nos es revelado hacia el final.

“Destino oculto” es un drama romántico de ciencia-ficción con toques de thriller que, si bien no figuraría entre las mejores adaptaciones de una obra de K. Dick, al menos resulta una propuesta amena y diferente a lo que vemos normalmente en cartelera (aunque mucho me temo que se ganará más detractores que aduladores)



Valoración personal:

jueves, 3 de marzo de 2011

“Rango” (2011) - Gore Verbinski

critica Rango 2011 Gore Verbinski
Como otros tantos directores de Hollywood, Gore Verbinski pasó del mundillo de los spots publicitarios al del cine de Hollywood de un salto, y tras unos cuantos proyectos de menor calado (una simpática comedia familiar, un estupidez al servicio de la pareja Brad Pitt-Julia Roberts y un correcto remake de una película de terror japonesa), al director le llegó la gloria de forma inesperada con “Piratas del Caribe: la maldición de la Perla Negra”, una excelente película de aventuras que fue todo un éxito el año de su estreno (un sleeper en toda regla), y que dio origen a una de las sagas más taquilleras de los últimos años. De hecho, él mismo se hizo cargo de las pertinentes secuelas… a excepción de la inminente cuarta entrega, pues al parecer Verbinski declinó la oferta para tomarse un respiro, alejarse de los piratas caribeños y abordar un proyecto más personal.

Y ese proyecto es ni más ni menos que Rango, una curiosa comedia animada que tiene a un camaleón por protagonista. Su historia comienza así…

Tras sufrir un desafortunado accidente, Rango acaba perdido en el Desierto de Mojave. El camaleón, que hasta entonces había visto el mundo a través del cristal de un terrario, tiene que empezar a buscarse la vida por su cuenta. Guiado por un viajante, Rango llega andando hasta un pueblo perdido llamado Polvo, un lugar tan polvoriento como su nombre indica.

Su llegada despierta la curiosidad de los habitantes, poco acostumbrados a ver forasteros por la zona. Para Rango, la llegada a Polvo supone la oportunidad de empezar una nueva vida, y para ganarse la confianza de la gente, decide construirse una nueva identidad.


Sin embargo, el destino le aguarda más sorpresas, y sin comerlo ni beberlo, Rango acabará convirtiéndose en el sheriff del poblado. Y ese, amigos, será el principio de una leyenda…


La idea de Rango rondaba la cabeza de Verbinski desde hacía tiempo, llegando incluso a escribir un primer borrador del guión. En ese momento, sus compromisos con la saga piratesca le impidieron abordar el proyecto, pero una vez apeado de la franquicia, el director se puso manos a la obra con ello. Y el resultado es esta inusual película de animación.


A grandes rasgos, la historia de este camaleón en plena crisis existencial es la de un personaje desdichado que busca encontrar su lugar en el mundo. El miedo a ser rechazado provoca que Rango se decida a fingir ser quién no es para ganarse el aprecio y el respeto de sus nuevos amigos. Sin embargo, y como dice el dicho, se atrapa antes a un mentiroso que a un cojo, y tarde o temprano éste deberá afrontar la realidad.

Rango también se convierte inesperadamente en el héroe de Polvo, un pueblo sumido en la desgracia por culpa de la escasez de agua. Así pues, el recién nombrado sheriff desafiará la mala suerte y plantará cara a quién haga falta con tal de devolver el preciado bien a sus habitantes. Es entonces cuando se dará cuenta que convertirse en héroe fue relativamente fácil, y que lo difícil será representar a ese personaje hasta el final de su aventura.

En este viaje plagado de peligros, Rango aprenderá lo importante que es creer en uno mismo, y es que a fin de cuentas, de lo que trata la película es básicamente de eso.

Puede que en ese sentido, lo leído hasta el momento no os parezca excesivamente original, y probablemente no lo sea. Pero el film de Verbinski tiene la gran virtud de contar una historia tópica con gracia y buen gusto.


Uno de los mayores aciertos es el haber aprovechado el desértico escenario de Mojave para ubicar la historia en una especie de salvaje oeste contemporáneo y protagonizado por animales antropomórficos.

“Rango” deviene en un auténtico homenaje al western al transitar por los lugares y situaciones comunes del género. Tenemos a un sheriff honrado (aunque no siempre lo eran), a una granjera en busca de justicia, a pistoleros de gatillo fácil, a un indio rastreador, a bandidos con gusto por el saqueo… Tenemos un saloon en el que se juega a póker, tenemos atracos al banco y asaltos a la diligencia (o algo así), tenemos duelos a revólver... Tenemos prácticamente de todo.

Si cada fotograma de la película desprende aroma a puro western (y muy especialmente, a spaggetti western), la banda sonora no podía ser menos, y ahí está el gran Hans Zimmer demostrando una vez más que sabe adecuarse a lo que la historia le exige, y que aunque muchos lo sigan considerando un compositor repetitivo, él es capaz de seguir sorprendiendo con cada trabajo, como ya hizo con el score de “Sherlock Holmes”. Puede que algún tema nos recuerde a los de aquella (el inicio del Rango Suite, sin ir más lejos), pero las referencias de Zimmer no son otras que los maestros del cine del oeste como Ennio Morricone o Dimitri Tiomkin. Y la banda sonora de Rango nos traslada a aquellos tiempos remotos con cada una de sus notas.

Hay temas de carácter épico para aquellas escenas más trascendentales o simplemente para aquellas en las que la acción se apodera de la pantalla. Otros, en cambio, son mucho más jocosos enfatizando así el tono humorístico que caracteriza a la película. De todos ellos, me quedo con “We Ride, Rally”, tema que se inspira claramente en el clásico country “Ghost Rider in the Sky”. Y a destacar también la canción del propio Rango, que no recae en Zimmer sino en Los Lobos, grupo vinculado estrechamente con el cine desde que colaboraran con la película “La Bamba” (recomendable biopic, por cierto), versionando el famoso tema de Ritchie Valens. Suya también es la canción que suena durante los créditos, y que recuerda sobremanera al popular Misirlou (que al igual que el Ghost Rider in the Sky, ha tenido infinidad de versiones)

Cabe decir que la música tiene un papel importante en la película gracias a los simpáticos narradores de la leyenda de Rango: unos mariachis con mucha pluma (dicho esto en el sentido literal) Un recurso similar al que usaron los Farrelly en “Algo pasa con Mary”.


Música a parte, cabe destacar el variado y variopinto grupo de personajes presenta la película, cada uno representado con el animal más acorde a sus rasgos (al estilo Blacksad); las referencias más o menos sutiles al género (a Leone en particular… y no digo más para no chafaros cierta sorpresa), y sobre todo el sobresaliente trabajo de animación hiperrealista que ha realizado la Industrial Light & Magic. El acabado es de una calidad indiscutible, tanto en personajes (de aspecto caricaturizado) como en escenarios, elementos (agua, fuego), etc.

Es posible que nos cueste un poco entrar en la película (quizás debido a un prólogo un tanto alargado y con ciertos altibajos en el ritmo), pero cuando uno se sumerge de lleno en la historia, lo cierto es que se disfruta y mucho. El humor es a ratos delirante y las secuencias de acción están realmente conseguidas (el momento “valkirias” es apoteósico), cosa de esperar teniendo en cuenta que Verbinski ya había cogido experiencia en el tema gracias precisamente a la saga de Piratas del Caribe.

Sin duda, estamos ante una propuesta inusual dentro del campo de la animación, y bien vale la pena acercase al cine más cercano para disfrutar de las alocadas desventuras de este singular camaleón vestido con camisa hawaiana (un claro guiño a “Medio y ascos en Las vegas” de Johnny Depp, su doblador en la película)

P.D.: Me pregunto si habrán escogido a Timothy Olyphant para prestarle la voz al Espíritu del Oeste después de verlo en la serie “Justified”.



Valoración personal: