sábado, 15 de agosto de 2015

"Extinction" (2015) - Miguel Ángel Vivas


Sinopsis: La película nos sitúa nueve años después de que una infección convirtiera a gran parte de la humanidad en criaturas salvajes y hambrientas de carne humana. Jack y su hija pequeña Lu sobreviven en aparente tranquilidad en Harmony, un pequeño pueblo del que son los únicos residentes junto a su vecino Patrick, con quién evitan tener cualquier contacto. En el pasado, algo terrible ocurrió entre Jack y Patrick, y aún hoy, pese a las circunstancias, un odio profundo persiste entre ellos. Pero cuando las criaturas vuelvan a aparecer, Patrick y Jack deberán dejar a un lado el rencor para poder sobrevivir.

La “moda zombie” que estamos viviendo desde hace ya algunos años parece haberse asentado con bastante solidez. Cine, tv y literatura siguen alimentándose de estos veteranos monstruos para disfrute del buen aficionado. Claro que no es oro todo lo que reluce, o más bien no es muerto viviente todo lo que huele a podrido, y de entre la ingente cantidad de productos y producciones que nos echan a los ojos,  hay que saber discernir entre lo bueno, lo medianamente decente y la morralla. Y dentro de un subgénero tan explotado como es éste, todavía más difícil resulta encontrar un atisbo de originalidad.
En lo que a literatura se refiere, siempre es bienvenida alguna referencia cercana o recomendación de alguien en cuyo criterio tienes cierta confianza. Así que cuando me recomendaron la lectura de “Y pese a todo” de Juan de Dios Garduño, no me lo pensé dos veces. Y bien que hice, porque resultó ser un agradecido soplo de aire fresco dentro del género de terror. Una lectura muy amena que explora la temática desde una perspectiva postapocalíptica, y aportando alguna que otra novedad a la iconografía zombie. Pero eso sí, centrándose en la vertiente dramática y la relación de amistad-odio que enfrenta los dos personajes protagonistas y no tanto en la presencia de los monstruosos seres que les acechan. Un cuento de terror deudor del mejor Stephen King (referencia que el propio autor admite).

Quizás por eso cuando supe de su adaptación a la gran pantalla crucé los dedos para que el equipo implicado supiera estar a la altura de las circunstancias. Y ahora, una vez vista, puedo afirmar que pese a que  los primeros avances presagiaban lo peor, lo cierto es que el resultado se podría considerar moderadamente satisfactorio. De todos modos, se trata de esos incontables casos en los que la novela sigue siendo mejor que la película, por lo que recomiendo encarecidamente su lectura.

A grandes rasgos, la película dirigida por Miguel Ángel Vivas (Secuestrado) deviene en una adaptación bastante fiel al material original. Al menos en lo esencial, es decir, en la caracterización de los personajes y la tensa relación que mantienen, así como en la mayor parte de los acontecimientos clave de la historia que harán que se replanteen ese viejo y corrosivo rencor que les distancia. 

Los guionistas, el propio Vivas junto a Alberto Marini (Mientras duermes), remarcan en todo momento  el carácter dramático de la historia, atribuyéndole esas pinceladas de terror que luego desembocarán en el frenético y feroz clímax final, momento en que la cinta acaricia al lado más survival y terrorífico de la obra de Garduño.


El bien medido uso de flashbacks permite sumergirnos a cuenta gotas en las razones que motivan el odio entre Patrick y Jack sin necesidad de ofrecer mayores explicaciones. Lo justo y necesario para deducir el conflicto que les atañe y comprender las razones que hay detrás de sus actos a lo largo de la cinta.

Por el contrario, algunos cambios introducidos con respecto al personaje que interpreta la española Clara Lago denotan la intención de sus responsables de otorgarle a la historia un punto más buenrollista y esperanzador  de cara al espectador. Lo que a su vez convierte a su personaje en un elemento bastante prescindible dada su escasa aportación a la trama.

En lo que respecta a las actuaciones, el trío protagonista realiza una labor bastante correcta, sin que ninguno de ellos destaque especialmente. 

Técnicamente, se nota que estamos ante una producción de presupuesto ajustado, por lo que se agradece que, infografía escénica aparte, durante la mayor parte del tiempo los monstruos sean extras caracterizados  para la ocasión y no monigotes digitales, a fin de atribuirle la mayor credibilidad posible al hostil depredador. Por lo demás, la historia no necesita tampoco de grandes alardes en materia de efectos, salvo en escenas muy puntuales, por lo que el invernal y limitado escenario en el que se desarrollan los acontecimientos es más que suficiente para llevar la propuesta a buen puerto.
En definitiva, una cinta apta para al buen aficionado y una decente adaptación.

P.D.: Atención al guiño a “En las montañas de la locura” de H.P. Lovecraft. ¿La veremos algún día adaptada al cine? Soñar es gratis.


La ambientación. La tensa relación entre los dos protagonistas adultos.

 
En comparación con la novela, la película se siente muy inferior. 




Valoración personal: