miércoles, 26 de enero de 2011

¡Amazing Movies en Twitter!

Pliskeen Amazing Movies en Twitter


Lo prometido es deuda, y como ya os comenté en el post del tercer aniversario de Amazing Movies, tenía en mente crear una cuenta Twitter que complementara las labores habituales del blog, y con la que poder tener un contacto más frecuente e instantáneo con todos vosotros.

En un principio, no pensé que dicha herramienta fuera realmente indispensable o útil, pero viendo cómo cada vez es más utilizada por bloguers y webmasters, imaginé que tarde o temprano acabaría incorporándola. Y admito que si no lo he hecho antes ha sido por pura y simple pereza.

Pero ahora ya es una realidad. Una realidad aún por explorar, todo sea dicho. Recién acabo de crear este espacio twitter (llevo un par de horas con ello), y aún tengo muchas cosas que aprender del mismo. Seguramente con el paso de los días iré indagando y mejorando todo lo que crea conveniente, pero por el momento, lo más básico (o lo que me interesa) ya está activo y funcionando sin problemas.

En el margen izquierdo, entre los apartados “Dónde leerme” y “Mi otro blog”, figura el visor de Twitter, en que el podréis leer todos los mensajes que vaya escribiendo sin necesidad de ingresar en vuestra cuenta. Esto puede ir bien sobre todo a aquellos que no estén en Twitter pero igualmente quieran estar al tanto de lo que voy comentando allí.

Debajo del mismo, aparece la opción “Follow me on Twitter”, que como ya sabréis los más veteranos, es para que me “sigáis” y estéis al día de todos esos comentarios. Al abrir la cuenta he agregado ya a unos pocos de vosotros para hacerme seguidor vuestro. Pero aún me faltáis muchos, así que dejo en vuestras manos el “seguirme” para conocer vuestras direcciones y seguiros yo también. Así estaremos todos bien conectados.

La otra opción que he añadido es la de poder twittear las entradas que voy publicando en el blog. De este modo, es mucho más rápido enlazar los posts. Así que a partir de ahora, tenéis un icono al final de cada entrada para poder linkearla fácilmente.

Y poco más me queda por decir. Espero que os guste esta nueva incorporación y que acabe siendo de mucha utilidad. Allí iré avisándoos de los pases de prensa a los que asisto, de las críticas que voy publicando, de las noticias de cine que más me interesan, etc. También me servirá para haceros conocer mi opinión acerca de aquellas películas que vaya viendo y que, por falta de tiempo, por temática o por el motivo que sea, no tengan su correspondiente crítica en el blog.

Y ya si esto funciona, quizás con el tiempo hasta me anime a crear un Facebook. Pero por ahora creo con Twitter me basto.


Saludos ;)

viernes, 21 de enero de 2011

“Más allá de la vida” (2010) – Clint Eastwood

ritica Más allá de la vida 2010 Clint Eastwood
Hay un grupo de cineastas cuyas películas suelen ser cita ineludible para todo cinéfilo/a que se precie. Algunos incluso cuentan con el favor del público, lo que ayuda muchas veces a que sus películas, pocas veces de carácter comercial, no pasen desapercibidas por taquilla frente a las grandes superproducciones hollywoodienses. Clint Eastwood es uno de esos directores. Y es, además, uno de mis preferidos.

Son ya cuatro décadas detrás de la cámara, más de treinta películas a sus espaldas y numerosos galardones cosechados (Oscars, Globos de Oro…) los que consolidan a Eastwood como uno de los grandes directores de la historia del cine. Y no lo pensamos sólo los cinéfilos o la prensa especializada, sino también el público en general. Espectadores a los que este rudo pero sensible californiano se ha ido ganando con cada una de sus películas. Unas mejores que otras, como cualquier otro que se dedique a esta profesión, pero manteniendo siempre -o casi siempre- un mínimo de calidad. En lo personal, puedo decir que Eastwood se ha ganado uno de esos privilegios que muy pocos consiguen en mí, y es que me interese ver cualquiera de sus películas sin preocuparme en exceso de qué traten, es decir, que sólo por venir con su firma me interesan, aunque a priori la trama no me seduzca horrores. Y eso es porque sé que, siendo mayor o menor el interés que me sugiera la historia, tras su visionado nunca tengo la sensación de haber perdido el tiempo (y puede que una trama que a priori no me resultara llamativa, acabe fascinándome)

Hasta la fecha, lo peor que he podido decir de una de sus cintas –y a excepción de algún que otro título, he visto prácticamente toda su filmografía-, es que me resultara simplemente entretenida o, en el peor de los casos, floja. De hecho, me resulta improbable que Eastwood pueda hacer una mala película aunque se lo proponga. Obviamente, no es un director infalible (diría que ninguno lo es), y también puede decepcionarnos, más cuando nos malacostumbra a ofrecernos buenas o muy buenas películas con tanta asiduidad. En ocasiones, algunas no alcanzan ese estatus, y a esas las solemos llamar obras menores. Puede que en algunos casos la culpa sea nuestra y de nuestras expectativas, pero otras veces simplemente es una cuestión de saber valorar la calidad de un film con independencia de quién sea su director. Y esto nos puede ocurrir con Eastwood, Scorsese, Allen, Nolan, Fincher o con cualquier otro que se os ocurra.

Hereafter, o como se ha titulado aquí, Más allá de la vida, es la primera película en la que Eastwood se sumerge en el terreno sobrenatural, siempre que no contemos, claro está, la “mística” El jinete pálido. Esto, para un director especializado mayormente en dramas y thrillers a secas, es toda una novedad y algo que ha suscitado bastante expectación y curiosidad. Conviene decir, no obstante, que aquello de ser una especie de “El sexto sentido” es rotundamente falso. Salvando el detalle de tener también aquí a un personaje que se comunica con los muertos, argumentalmente no tienen nada que ver una con la otra.

Aclarado esto, vayamos a la sinopsis.

“Más allá de la vida” narra la historia de tres personajes que han tenido algún tipo de contacto con la muerte: Marie LeLay (Cécile de France), una famosa periodista de la televisión francesa que a punto estuvo de morir ahogada durante el tsunami que asoló el Sudeste asiático en 2004; Marcus (Frankie y George McLaren) un niño británico que pierde a su hermano gemelo en un accidente de tráfico, y George Lonegan (Matt Damon), un hombre con el don de poder hablar con los muertos, algo que lleva tiempo rehusando hacer. Las vidas de estos tres personajes acabarán cruzándose…

Quizás lo más sorprendente, por el tipo de género que toca el film y la clase de director que hay detrás de él, sea la secuencia del tsunami, muy a lo Roland Emmerich (el referente más cercano) y técnicamente muy bien recreada y secuenciada. Pero que nadie se alarme, que cualquier efecto especial que pueda haber aquí está siempre al servicio de la trama.

Lo nuevo de Eastwood sigue las pautas marcadas por toda película de historias cruzadas que se precie; esto es, mostrarnos por separado el devenir de cada uno de los personajes hasta que en el desenlace los caminos de estos se crucen.

Los tres personajes se reparten de forma más o menos equitativa las poco más de dos horas de metraje. Primero, como es lógico, se nos presenta a cada uno de ellos.

A Marie la conocemos en Tailandia durante la fatídica fecha en la que uno de los devastadores e implacables tsunamis de 2004 arrasó la costa del país (y la de todo el sur y sureste de Asia). La catástrofe, que asoló el océano Índico, se cobró miles de víctimas, y por muy poco Marie no fue una de ellas. Sin embargo, se podría decir que durante unos segundos, su alma se alejó del mundo terrenal, y esa experiencia cercana a la muerte ha influido enormemente en su vida e incluso en su trabajo. Algo ha cambiado en ella, y ahora empieza a creer y a plantearse cosas en las que ante sin siquiera había pensado.

En Londres conocemos a los gemelos Marcus y Jason, hijos de una madre soltera y drogadicta que apenas les presta la atención y el cuidado que merecen. Los chicos, sin embargo, se han espabilado y han aprendido a no depender de ella (más bien al contrario), lo que ha fortalecido y mucho su relación fraternal. Desgraciadamente para Marcus, un terrible accidente le arrebata el mayor apoyo que tiene en esta vida, a su hermano. Ahora deberá seguir adelante sin él, algo que no le será nada fácil.

Y finalmente en San Francisco tenemos a George, un conocido clarividente alejado de la parapsicólogía al ser incapaz de lidiar con el impacto emocional y los secretos que le confieren las sesiones con sus pacientes. La constante insistencia de Billy, su hermano, en retomar la profesión, lleva a George a entrar de nuevo en contacto con el mundo de los muertos. Su don puede hacerle ganar mucho dinero, además de permitirle ayudar a los demás. Sin embargo, para él no es más que una maldición que le impide llevar una vida normal. George se siente un bicho raro, pero sobre todo, se siente sólo. Pronto descubrirá que no es así.


El mayor obstáculo al que debe enfrentarse una película de historias cruzadas es el de conseguir que todas ellas nos resulten igual de interesantes y que el motivo o motivos que las unan sean convincentes/coherentes. La mayoría de veces ocurre que unos personajes nos parecen mucho más interesantes que otros; otras veces en cambio, el problema está en lo forzadas que resultan algunas conexiones, especialmente si todas esas historias deben eclosionar al final. Sinceramente, son pocas las películas de este tipo que me convencen o entusiasman. Y "Más allá de la vida" no ha sido la excepción, aunque sus errores no sean precisamente estos.

Las tres historias, tanto la de Marie como la de Marcus o la de George, son buenas y empiezan de forma prometedora. Pero conforme la cosa avanza, uno se va desesperando un poco, pues sabes desde el principio lo que tiene que ocurrir, pero parece que no ocurra nunca, es decir, que Marie y Marcus conozcan a George.

Sabemos que eso no sucederá hasta el final, pero aún así la impaciencia empieza a sobrevolar nuestras cabezas. Por supuesto, hay que desarrollar el conflicto que atañe a cada uno de ellos para conocerlos mejor y ver de qué forma la muerte les afecta. Pero llega un punto en el que el pasar de Marie a Marcus, de Marcus a George, de George otra vez a Marie, y así sucesivamente, se hace algo “eterno”. Parece que la trama no termine de arrancar, y pese a lo interesante de sus historias, estas tampoco logran emocionarnos como deberían. Tanto ir y venir provoca que al final no “conectemos” con ninguno de los tres, e incluso que algunos personajes, que podrían dar más de sí o aportar más a la trama, queden algo descolgados (por ejemplo Melanie, la chica interpretada por una guapísima Bryce Dallas Howard) En resumen, un síntoma claro de que “quién mucho abarca, poco aprieta”.

Eastwood tiene la capacidad de hacernos reír y llorar incluso en la misma película. De lo primero hay unos cuantos ejemplos aquí (las visitas de Marcus a los falsos clarividentes no tienen desperdicio), pero de lo segundo no hay nada de nada. No es que uno le pida a Eastwood que toque la tecla mágica para sacarnos una lagrimita, pero en una película en la que la muerte y la tragedia están tan presentes, sí se echa en falta mayor calado emocional. El guión lucha por alcanzar una profundidad y una emotividad que solamente consigue rozar. Y puedo asegurar que no es culpa de los intérpretes.

Probablemente, en algún momento toque la fibra sensible a aquellos que sabemos lo que es perder a un ser querido, especialmente si eso nos ha ocurrido recientemente, pero la sensación que a uno le queda al terminar es algo fría. Y eso no debería ocurrir.


Eastwood pone todo el oficio del que sabe hacer gala (dirección sobria, pausada y elegante), pero la cinta carece de su genialidad, quizás por culpa de una historia que debió desarrollarse de otro modo (y también de un metraje que debió ser algo más reducido). Y eso que tras el guión tenemos a Peter Morgan, que no es moco de pavo (The Queen, El último rey de Escocia, El desafío - Frost contra Nixon…)

La banda sonora, a cargo del propio Eastwood (tarea que acostumbra a realizar cuando no recurre a su compositor habitual, Lennie Niehaus), es muy sencilla y minimalista. Se trata de una partitura compuesta básicamente por guitarra y piano, y los temas son muy cortos. Combina fácilmente con la serenidad y calma de las imágenes, aunque también se siente poco inspirada (nada que ver con el estupendo trabajo que compuso para su duología bélica, aunque bien es cierto que se trata de géneros muy distintos)

Otros aspectos técnicos a destacar serían la notable fotografía de Tom Stern, que lleva trabajando con Eastwood desde Deuda de sangre (2002); o los efectivos efectos especiales, que destacan sobre todo en la ya comentada secuencia del tsunami (claro que a estas alturas, con tanta destrucción por parte de Emmerich y demás, este tipo de escenas ya no nos impresionan de igual manera)

En resumidas cuentas, puede que estemos ante una de las películas más flojas de Clint Eastwood (tanto de los últimos años como de toda su carrera), aunque para nada es una mala película. La falta de emoción y empatía le pasan factura.

Las críticas por ahora son más bien mixtas y no parece haber ningún consenso. Algunos siguen poniéndola a la altura de sus mejores trabajos, mientras que otros son muchísimo menos entusiastas. Personalmente, no comparto ninguna de las dos posturas - ni tanto ni tan poco-, pero supongo que con el público ocurrirá lo mismo. A Invictus le pasó algo similar, y es que ambas adolecen de un guión que no está a la altura de quién lo dirige.

P.D.: El tema de creer o no en si hay algo más allá de la muerte ya es cosa de cada uno. De todas formas, no creo que eso afecte a la valoración de la película (palabra de agnóstico)



Valoración personal:

jueves, 20 de enero de 2011

SFW Previews: Tu nueva revista digital GRATIS!!!


Scifiworld, una de mis webs de cine de cabecera y en la que participo diaramente, presenta ahora SFW Previews, un nuevo magazine digital de publicación mensual y totalmente GRATIS.

SFW Previews cubre los estrenos cinematográficos, ofreciendo avances fotográficos y artículos sobre las películas que podrán verse en la cartelera.

Ya podéis descargar el primer número. El número de febrero estará disponible a partir del día 1, también en descarga gratuita, desde el portal del cine fantástico y de terror, Scifiworld.es.

Con la publicación de SFW Previews y junto a los recientes lanzamientos de SFW Digital (la primera revista de cine en castellano para iPad, iPhone y Ipod touch), SFW News (la app para dispositivos Apple con toda la actualidad del fantástico), y la versión del portal Scifiworld.es para móviles, SCIFIWORLD® se coloca a la vanguardia tecnológica en relación a la información del cine fantástico y de terror en lengua española.

Aquí os dejo los enlaces:

Descarga SFW Previews, completamente gratis:
http://www.scifiworld.es/at/previews

SFW Digital para iPad. iPhone y iPod touch:
http://itunes.apple.com/us/app/scifiworld/id411685253?mt=8

SFW News para iPhone y iPod touch:
http://itunes.apple.com/us/app/sfw-news/id414075416?mt=8&ls=1


Además, me han pedido que colabore con ellos para futuras entregas de SFW Previews, oferta que por supuesto he aceptado con sumo gusto. Así que es muy probable que en próximos números, algún que otro artículo venga firmado por un servidor.

Saludos ;)

jueves, 13 de enero de 2011

“Días extraños” (1995) - Kathryn Bigelow

critica Días extraños 1995 Kathryn Bigelow
Hay películas que, con el paso del tiempo, se revalorizan y se ganan, entre los más cinéfilos, cierto estatus de “culto”. Esa etiqueta no siempre se corresponde con la calidad del film, pues en su nombramiento pueden ir implícitos otra serie de motivos muy distintos, y que incluso muchas veces nada tienen que ver con sus valores cinematográficos. De todos modos, sea cuál sea el motivo que lleva a conceder ese calificativo a una película, una de sus principales razones de ser es la de proporcionar un reconocimiento artístico no obtenido en su momento, siendo ésta una forma de compensar el desinterés o el maltrato sufrido en su época. Se considera que el público y/o la crítica no supieron apreciar las virtudes que poseía la película en cuestión, quizás por estar adelantada a su tiempo, quizás por una mala promoción o simplemente por una cuestión de mala suerte.

Hoy en día, por ejemplo, “Blade Runner” está considerada como una de las obras cumbres de la ciencia-ficción cinematográfica, algo que ya pocos se atreven a discutir (cosa que, sin embargo, considero que se debería poder hacer sin miedo alguno, pues no deja de ser un arte cuya apreciación es meramente subjetiva y no entiende o no debería entender de verdades absolutas e irrefutables)

El caso del film de Scott es muy particular, ya que su aceptación entre las minorías se ha convertido, con el paso del tiempo, en una aceptación prácticamente unánime por parte de la crítica especializada y del público, trascendiendo así de su estatus “de culto” al de “clásico”.

A otras cintas aún se les resiste ese gran paso, y su reconocimiento sigue estando en manos de unos pocos (y puede que no tan pocos) Una de esas películas es “Días extraños”.

Los Ángeles, 1999. Se acerca el fin del milenio y la ciudad está sumida en unos caóticos festejos para celebrar la llegada del año 2000, algo que para muchos significa el fin del mundo tal como lo conocemos y la oportunidad para crear una nueva era. En este escenario, se producen numerosos altercados civiles y las fuerzas del orden oprimen al ciudadano. Entre la población se alza una voz, la de Jerico Uno, un rapero que predica la rebelión civil. Sin embargo, a pocos días de finalizar el año, el cantante es asesinado y sobre Los Ángeles amenaza el colapso total, es estallido de un pueblo ansioso por rebelarse.

Aquellos que no sucumben ante los febriles festejos del fin del milenio andan enganchados a una tecnología ilegal (SQUID) que permite experimentar como propios los recuerdos y sensaciones grabados por otros. Lenny Nero (Ralph Fiennes), expulsado de la brigada antivicio, se ha reconvertido en uno de los traficantes de estos discos de experiencias.

Lenny trafica con estos "clips", con estas experiencias personales recogidas en grabaciones digitales directamente desde el cerebro humano. Proporciona a sus clientes felicidad, emociones o incluso sexo... Todo lo que una persona es capaz de sentir, Lenny lo vende almacenado en unos pequeños disquetes. Todo menos la muerte, los conocidos como "blackjacks".

Sin embargo, un día recibirá un clip grabado por un retorcido asesino, un vídeo en el que éste asesina a una amiga suya. Pero ese asesinato sólo es una pequeña pieza de un puzle mucho mayor. Un rompecabezas que Lenny deberá resolver si quiere vitar que más gente salga perjudicada, incluyéndose el mismo entre las futuras víctimas. Ayudado por una amiga que trabaja de chofer de limusinas y un amigo detective intentaran dar con el asesino.

En 1995, la directora Kathryn Bigelow contaba ya con unas cuantas películas a sus espaldas, si bien no llegó a despuntar como cineasta hasta que estrenó la exitosa “Le llaman Bodhi”, una estupenda cinta de acción en cuyo reparto figuraban dos jóvenes guaperas como Keanu Reeves y Patrick Swayze. Anteriormente había rodado “Acero azul”, un correcto filme de intriga que pasó sin pena ni gloria por las carteleras (y hoy día prácticamente olvidado); la curiosa “Los viajeros de la noche”, precursora de los vampiros con chupa de cuero, y cuyo estreno quedó ensombrecido por los “Jóvenes ocultos” de Joel Schumacher; y “The Loveless”, ópera prima ambientada en los años cincuenta con pandilleros y motoristas como eje de la historia.

Con “Strange Days”, Bigelow se embarcaría por primera vez en el género de la ciencia-ficción de la mano de uno de los expertos en el mismo, James Cameron.

Por aquél entonces, Cameron era su exmarido. Ambos se conocieron cuando él la dirigió como actriz en un vídeo musical poco después de que éste se divorciase de su segunda esposa, Gale Anne Hurd, productora de su primera película, “Terminator”.

El matrimonio entre Cameron y Bigelow se rompió en 1991, pero eso no impidió que siguieran manteniendo una buena relación. Después de rodar dos de sus mayores éxitos de taquilla, “Terminator 2: el juicio final” y “Mentiras arriesgadas”, Cameron concibió una nueva historia ambientada en un futuro cercano, un thriller de acción de carácter cyberpunk que co-escribiría junto al guionista Jay Cock (La edad de la inocencia), y que serviría en bandeja a su exmujer para que lo dirigiera.


Bigelow contó con 42 millones de dólares para llevar a cabo el proyecto, casi el doble de lo que costó su anterior película, aunque lejos de los presupuestos que solía manejar Cameron, que también se encargó de la producción y participó activamente en el montaje del mismo.

La película se estrenó y promocionó en el Festival de Venecia, donde no recibió críticas muy entusiastas, que digamos. La 20th Century Fox, estudio detrás de la película (por si no quedaba ya claro a lo largo de la cinta), no confío demasiado en lo que tenían entre manos, así que la publicidad que le dieron fue bastante vaga. “Días extraños” tuvo un primer estreno limitado en un solo cine, para luego estrenarse de forma más amplia en más de 1500 salas y recaudando, al final de su carrera, la mísera cifra de 7,9 millones de dólares en suelo doméstico vaga (y eso que el póster rezaba Del creador de “Terminator 2” y la directora de “Le llaman Bodhi”).

El resultado pues, fue de absoluto fracaso. El público apenas le hizo el menor caso y la prensa especializada no tuvo tampoco demasiados halagos para ella.

Pero el tiempo es sabio, y de vez en cuando pone a cada uno en su sitio. Y actualmente, “Días extraños” cuenta con el beneplácito de muchos cinéfilos; entre ellos, amantes de la ci-fi como un servidor. Debo reconocer, no obstante, que en su momento tampoco me cautivó y se me hizo demasiado farragosa. Claro que yo no era más que un crío, y no fue hasta un segundo visionado cuando realmente pude apreciar sus cualidades e incluso sus defectos (que los tiene) en la medida justa.

El protagonista de esta historia es Lenny Nero (Fiennes), un expolicía fracasado incapaz de superar la relación que mantuvo con su antigua novia Faith (Juliette Lewis) y que por ello vive aferrado a sus propias grabaciones pasadas, enganchado a la misma mercancía que vende a sus clientes para huir de la realidad. Sin embargo, Lenny se verá envuelto en un caso de asesinato que le obligará a volver a poner los pies en la tierra. Un caso que guarda estrecha relación con su modo de vida actual, con su exnovia y con el rapero asesinado.

Pero Lenny no está sólo, y en esta encrucijada cuenta con la ayuda de Mace, una amiga que trabaja de chofer de limusinas, y Max, un viejo amigo del servicio reconvertido en detective privado.


Más allá de invitar a la reflexión, algo que hace mediante esa subversiva crítica a la dependencia de nuestra sociedad a las nuevas tecnologías y al aislamiento social del individuo que ello supone (tema muy vivo hoy en día con Internet y las redes sociales como parte de nuestra rutina diaria), o a la deshumanización de una civilización cada vez más sumergida en un mundo propio e irreal…. más allá de eso, la película es un thriller de intriga con una reconocible estructura deudora del cine negro más clásico (especialmente en lo que respecta al personaje de Lenny Nero). En su esencia, “Días extraños” es puro noir, si bien en los temas que toca, en su contexto, en su trasfondo reflexivo y por supuesto en su estilo visual, bebe claramente del cyberpunk más literario (el de William Gibson, por supuesto)

Cameron no se va muy lejos en el tiempo para presentarnos este futuro apocalíptico. Aprovecha el cambio de milenio y se aleja tan sólo unos cuatro años, consciente de lo inminente o incluso inmediata que es su historia. Crea a un personaje que no se mueve por propias convicciones, sino por las circunstancias en las que se ve envuelto, avanzando a medida que lo que hay a su alrededor avanza, reaccionando y actuando según le vayan apretando las tuercas, y sin pensar en las causas colaterales que puedan tener sus actos.

En las manos de Bigelow, esto se convierte en un vigoroso thriller de acción que prescinde prácticamente de elementos excesivamente futuristas e incluso de efectos digitales (los pocos que hay son obra de Digital Domain).

Utiliza recursos narrativos como la cámara subjetiva, que consiguen que el espectador se meta de lleno en la trama y en los personajes sin que esto se convierta en un mero artificio estilístico o visual, sino en una herramienta provechosa, eficaz y absolutamente justificada.

Unamos a eso un destacado reparto en el que figura un Ralph Fiennes post-Schindler y de aspecto desaliñado, una cañera Angela Bassett en uno de sus mejores registros, un Tom Sizemore como ese secundario que siempre lo borda, y una Juliette Lewis que hasta se atreve a cantar -faceta que posteriormente retomaría con su banda de rock Juliette and the Licks- las canciones de un personaje que Cameron había escrito pensando expresamente en ella. Mención especial también a Michael Wincott y a Vincent D'Onofrio, dos rostros que siempre relacionaremos con villanos, e incluso Josef Sommer o William Fichtner, éste último muy fresco en la memoria gracias a la serie Prison Break (lo mejor o lo único salvable de la segunda temporada era precisamente él)

Todo ello contribuye a que “Días extraños” sea, a título personal, la mejor película de Bigelow, una de las mejores en su género y, por desgracia, una de las más infravaloradas de la década de los 90.

Cierto es que se la puede acusar de excesivo metraje, e incluso de tener un desenlace efectista repleto de demasiados tiroteos para una trama que pedía una resolución mucha más cerebral y también más amarga. Pero aún con esos “defectos”, lo que tenemos delante es una excelente muestra del mejor cyberpunk cinematográfico y un entretenimiento de calidad.



Valoración personal:

sábado, 8 de enero de 2011

“Mañana, cuando la guerra empiece” (2010) - Stuart Beattie

critica Mañana, cuando la guerra empiece 2010 Stuart Beattie
Que un guionista de Hollywood dé el salto a la silla de director es algo que ocurre con cierta frecuencia (David Mamet, Paul Haggis, Steven Zaillian, etc.). También los actores, los directores de fotografía o incluso los artistas de efectos especiales se han visto tentados a coger una cámara.
Algunos han acabado asentándose finalmente como directores, mientras que otros han ido flirteando con la dirección sin abandonar su tarea habitual.

El caso del australiano Stuart Beattie aún está por ver. Todo dependerá, seguramente, del éxito o repercusión que tenga su ópera prima.

Beattie es un irregular guionista de cine capaz de darnos una de cal y una arena. Tras varios subproductos carne de videoclub, su carrera despegó al colaborar en la historia de “Piratas del Caribe: La maldición de la Perla Negra” (la única buena de la trilogía inicial; ya veremos la cuarta…) Al año siguiente, realizaría uno de sus guiones más notables para “Collaterall”, de Michael Mann. Pese a los halagos de la crítica y el público, no hubo reconocimiento en forma de nominaciones en los Oscars o los Globos de Oro. Sus siguientes trabajos, “Sin Control” y “30 días de oscuridad”, pasaron sin pena ni gloria por taquilla (aunque gracias a su bajo presupuesto salieron rentables); y la ambiciosa “Australia”, que buscaba convertirse en un nuevo clásico épico de Hollywood, finalmente devino en uno de los mayores fiascos de 2008.

En 2009, la cosa mejoró un poco, económicamente hablando, co-escribiendo la adaptación de G.I. Joe a cargo de Stephen Sommers, que logró salvar los platos y ganarse una futura secuela. A finales de ese mismo año, Beattie empezó ya con la producción de “Tomorrow, When the War Began”, adaptación de un best-seller australiano que él mismo escribiría y dirigiría.

"Ellie (Caitlin Stasey) se embarca en un viaje de acampada junto a su mejor amiga Corrie (Rachel Hurd-Wood) y su novio Kevin, su vecino y amigo Homer, y otros compañeros de instituto. El destino elegido: un remoto valle conocido como el “Infierno". Durante su estancia allí, los jóvenes se divierten y estrechan lazos, ajenos a lo que está ocurriendo en casa…

A su regreso a la ciudad, descubren que sus hogares han sido abandonados, que no hay electricidad y que Internet y las líneas telefónicas no funcionan. Desde la colina que domina la casa de uno de ellos, el grupo observa que las únicas luces visibles de la ciudad son las del hospital y el recinto ferial. Así pues, se separan y unos pocos deciden ir hasta la feria para averiguar qué está ocurriendo. Una vez allí, descubren, para su sorpresa, que todos los ciudadanos se encuentran apresados por un grupo de soldados fuertemente armados.

Todo indica que la ciudad ha sido asediada por un enemigo invasor. Ahora, los ocho adolescentes deberán escapar e intentar sobrevivir en un mundo que ya no se parece en nada a lo que era antes... Un mundo en guerra."

En los 90, John Marsden escribió ”Tomorrow, When the War Began”, un libro que pronto se convirtió en todo un éxito de ventas, especialmente entre el público juvenil. Llegaron a venderse entre 2 y 3 millones de copias en todo el mundo, y fue reeditado hasta 26 veces tan sólo en Australia.

La historia de esta primera novela se prolongó a lo largo de 6 libros más, y se complementa también con la trilogía de “Las Crónicas de Ellie”, centrada en su personaje principal.

La adaptación de Beattie se centra en el primer episodio de la serie y, en consecuencia, la historia que aquí se nos relata queda incompleta. Un mal inevitable y cada vez más habitual en el cine a la hora de trasladar novelas serializadas (especialmente en el ámbito infantil/juvenil)

Este sería, en mi opinión, el mayor escollo de la película. Y es que cuando termina, a uno le queda la sensación de haber presenciado tan sólo el inicio de una historia que aún está por desarrollarse y mostrarse en todo su esplendor.

Cabe decir, no obstante, que su visionado no supone, ni de lejos, una pérdida de tiempo, y que esta “parte” de las aventuras de estos ocho jóvenes australianos se puede disfrutar pese a la carencia de un final concluyente.

Sé que no es habitual reseñar una película empezando por el final, pero me pareció oportuno señalar antes el que, considero, es su mayor problema, para pasar luego a hablar un poco de la trama y de sus alicientes.


La cinta empieza con una grabación de Ellie, nuestra principal protagonista. Es, desde su perspectiva, a través de la cual se nos irá relatando los hechos de esta peculiar invasión.

Imagino que al leer la sinopsis a más de uno le habrá venido a la mente la ochentera y propagandística “Amanecer Rojo”, aquella película en la que un ejército soviético-cubano invadía una pequeña localidad de EE.UU., provocando así el inicio de la III Guerra Mundial. Guerra en la cual un grupo de jóvenes americanos (y patriotas) acababa teniendo un papel importante en el desarrollo de los acontecimientos. Sin lugar a dudas, un producto hijo de su época, en plena era Reagan y con la Guerra Fría crispando la población de sendos países.

Lo cierto en que en esta cinta nunca llega a citarse directamente o concretarse quién es el enemigo invasor, aunque quizás se pueda intuir si uno es conocedor de la historia del país (no es mi caso, me temo) Lo único que sabemos es que tienen una gran potencia militar y que sus rasgos son asiáticos, por lo que sí se podría especular sobre su procedencia. De hecho, Australia tuvo durante mucho tiempo ciertos problemas con la inmigración asiática, algo que venía ya del siglo XIX, con la llamada “fiebre del oro”. Son muchos los que llegaron al país ofreciéndose como mano de obra, cosa que no gustó a todos. Se produjo un polémico choque cultural que provocaría posteriores restricciones para evitar una inmigración masificada. Con el tiempo, esta inmigración fue aceptándose, y a muchos (los más veteranos) se les concedió la ciudadanía australiana. Así pues, con el paso de los años, los problemas raciales dejaron de ser un obstáculo. De todas formas, siempre se ha especulado que los asiáticos podrían haber llegado a Australia mucho antes (alrededor del siglo XV) que los supuestos aborígenes, si bien no llegararían nunca a establecerse. Quién sabe, puede que en ”Tomorrow, When the War Began”, el ejército asiático invada el país reclamando las tierras que, tiempo atrás, sus antepasados pisaron por primera vez.

Sea como fuere, aquí el quién o el por qué no importa demasiado, ya que la acción se centra básicamente en la supervivencia de nuestros jóvenes protagonistas, en su forma de afrontar la difícil situación que se les ha echado encima.

Cada personaje responde más o menos un estereotipo ya conocido. Ellie es valiente y decidida, y es la que mantiene unido al grupo, aunque algunas situaciones pondrán a prueba su resistencia; Corrie y Homer son sus fieles amigos de la infancia, y son como hermanos. Ella es algo inocente, mientras que él es más aguerrido y con dotes de líder, aunque su carácter un tanto infantil hace que a veces no le tomen muy en serio. Kevin es el asustadizo novio de Corrie; Lee el chico más callado y retraído del grupo, Fi la chica pija de ciudad, Robyn la chica de bien y ultracatólica, y Chris el fumeta. Pese a sus diferencias, todos harán piña para salir adelante y luchar por los suyos.


Conforme avanza el metraje, los personajes van evolucionando, madurando su actitud. Los que en un principio se mostraban temerosos o incluso cobardes, afrontan con nervio el peligro, y no porque quieran sino porque deben. Los que parecían más débiles sacan fuerzas de donde pueden para resultar útiles al resto del grupo, pues de ello dependen sus vidas y las de sus amigos. Incluso las creencias quedan en un segundo lugar al anteponerse la simple supervivencia.

La mayor parte del tiempo asistimos a esos cambios de comportamiento, a conocer mejor a los personajes y a entender el por qué de sus acciones antes y después. Digamos que eso es lo que ayuda a que el espectador presencie con interés lo que ocurre en pantalla. De otro modo, no nos importaría lo que les sucediera. Podemos decir, entonces, que hay cierta implicación con los protagonistas (con unos más que con otros, claro). Obviamente, su desarrollo no es brillante, pues por encima de todo estamos ante una cinta de evasión. Pero resulta más que suficiente para que no se conviertan en los típicos adolescentes insoportables por los que o sentimos ningún tipo de apego o incluso a los cuales les deseamos la muerte más inmediata (que es lo que suele ocurrir con muchos slashers protagonizados por jóvenes con los hormonas disparadas)

El resto de la película está dedicada a esas “hazañas” para evitar ser atrapados por el enemigo, y a intentar infligir en éste el mayor daño posible a su alcance. Y es que en vez de permanecer escondidos y contemplar como su mundo se viene abajo, el grupo decide actuar y, dentro de sus posibilidades y recursos, intentar inclinar la balanza a su favor.

Hay que decir que Beattie rueda correctamente las escenas de acción, aunque quizás en algunos momentos el CGI nos resulte algo incómodo.

El tono general de la cinta es bastante certero, aunque algunos momentos chirríen en exceso y le hagan perder algo de seriedad a la propuesta (SPOILER --- el primer –y risible- encuentro con Chris, el fumeta, o el inverosímil momento “Rambo” de Robyn --- FIN SPOILER)

Los jóvenes intérpretes cumplen correctamente con su papel. La mayoría de ellos son australianos y no muy conocidos, a excepción de la británica Rachel Hurd-Wood, a la que hemos podido ver en “El perfume- Historia de un asesino” o las más recientes “El retrato de Dorian Gray” y “Solomon Kane”.

“Mañana, cuando la guerra empiece” es una interesante y entretenida cinta de acción y aventuras. Probablemente la novela sea mucho mejor, como suele ocurrir la mayoría de veces, pero parece que el público australiano ha quedado bastante satisfecho con esta adaptación, convirtiéndola en la película más taquillera de 2010 en su país.

Christopher Mapp, productor ejecutivo de la misma, confirmó ya la realización de un par de secuelas más, correspondientes a los siguientes libros de la saga. La primera se espera para 2012, de nuevo con guión de Beattie. También se sugirió la posibilidad de llevar el resto de libros a la televisión, probablemente el medio más adecuado para desarrollar convenientemente la historia y los personajes. A fin de cuentas, esta primera película bien podría pasar por un episodio piloto de la misma.

Del modo que sea, habrá que estar atento para ver cómo sigue la historia de Ellie y sus amigos, sobre todo después de habernos dejado con la miel en los labios con el desenlace de ésta.



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