Después de aparecer en películas potencialmente premiables
como “Leones por corderos” o “Valkiria”, parece que al fin Tom Cruise ha
abandonado sus infructuosas aspiraciones por alzarse con una estatuilla de la Academia
(o cuanto menos añadir algunas nominaciones a su currículum). Y es que de un
tiempo a esta parte, el bueno de Tom parece haberse entregado por completo a un
tipo de cine cuyo mayor reconocimiento se encuentra en un lugar muy distinto:
la taquilla.
Más dispuesto a granjearse una buena jubilación que a la
posibilidad de recibir premios por sus interpretaciones, el actor se ha dejado
ver, en estos últimos años, en producciones comerciales bien diversas. A su
regreso a la reactivada saga de Misión Imposible hay que sumarle sus trabajos
en cintas de acción como “Noche y día” o “Jack Reacher” (otra con visos a
convertirse en franquicia), o en la ciencia-ficción (post-apocalíptica) de “Oblivion”.
Perteneciente a éste último género nos llega ahora “Edge of Tomorrow”, basada en un manga de Hiroshi Sakurazaka
publicado a principios de este año: “All You Need Is Kill”. Aunque visto lo
visto, lo más apropiado hubiese sido bautizarlo como “All You Need Is To Die”.
Y es que el resultado de esta adaptación a la gran pantalla
es lo más parecido a mezclar en un coctelera a “Atrapado en el tiempo” (por su
premisa temporal), “Salvar al Soldado Ryan” (por sus escenas bélicas),
“Starship Troopers” (por el futurista look militar y la temática) y “Matrix” (por
el parecido de los aliens con los Centinelas).
En un futuro próximo, la Tierra ha sido invadida por una
letal raza extraterrestre cuyo avance
parece imparable. Para hacer frente al enemigo existen las Fuerzas
Unidas de Defensa, unos comandos especiales equipados con la última tecnología
militar. Ahí va a parar a modo de castigo nuestro protagonista, el Comandante
William Cage (Cruise), un oficial que
nunca ha entrado en combate y al que obligan a participar en una misión
suicida.
Cage fallece durante su primera incursión en el campo de
batalla, pero es en el instante de su muerte
cuando se produce un fenómeno inexplicable: éste se despierta de nuevo
justo en la víspera de la batalla. A partir de ese momento, Cage entrará en un
bucle temporal en el que revivirá continuamente el fatídico día, combatiendo hasta
la muerte y resucitando una y otra vez…
A cada batalla que libra, nuestra protagonista adquiere
experiencia y se convierte en un soldado más hábil y eficaz. Sin embargo, eso
no es suficiente para vencer al invasor, y necesita de la ayuda de Rita
Vrataski (Emily Blunt), la soldado más valiosa del ejército, para derrotar
definitivamente a los alienígenas.
La presentación del personaje que encarna Cruise se aleja un
poco de lo habitual, pues la primera impresión que nos causa es la de
encontrarnos ante un cobarde chupatintas. Por supuesto, sabemos que esa postura
miedica ante la idea de entrar en combate no va a durar mucho. A fin de cuentas,
éste representa al héroe destinado a salvar a la humanidad. Es por eso que a lo
largo de la película, mediante sus continuas reincidencias en el campo de
batalla, su actitud irá cambiando y su posición respecto al conflicto irá
adquiriendo un matiz más personal.
Con cada “reinicio”, Cage no sólo mejora sus habilidades en
el combate sino que también toma consciencia de que, sin comerlo ni beberlo, se
ha convertido en la última esperanza de la humanidad; en la pieza clave en la lucha
contra los alienígenas. Pero el meollo de la cuestión no radica sólo en sus
progresos como soldado sino en el cómo afronta esas situaciones una y otra vez.
En cómo afronta los obstáculos y cómo las decisiones que toma se adaptan a los
cambios que él mismo hace y deshace, o hace y rehace. Y quizás la peor condena
de todas no sea, cuál Sísifo o Prometeo, la tortura de revivir el día de su
muerte o verse obligado a morir cada vez para seguir avanzando hacia la
victoria contra el enemigo, sino el hecho de recordar todo lo vivido y revivido
mientras que el resto de personas a su alrededor lo vive todo de nuevo por
primera vez. Un detalle especialmente
molesto de cara a ganarse el afecto de Rita, su única aliada en esta infernal pesadilla.
Y es que mientras que él va pasando más tiempo con su compañera y conociéndola
mejor, ésta en cambio se encuentra con él siempre en el mismo punto.
La relación inusual entre estos dos personajes y el buen
aprovechamiento de una premisa que, sin ser del todo original, sí es muy
atractiva, unido a los afortunados
toques de humor (en ocasiones realmente hilarantes) y a la espectacularidad
pirotécnica de turno, convierten a “Edge of Tomorrow” un gratificante entretenimiento.
Contiene elementos de muchas otras películas, algunas ya
citadas en el encabezamiento de esta crítica, pero en última instancia, se
convierte en una propuesta con suficiente
personalidad propia. Y quizás sea
por sus viajes en el tiempo, por sus exotrajes y su variopinto grupo de soldados a lo “Aliens”,
o quizás sólo por la mera presencia de Bill Paxton, pero lo cierto es que se percibe
cierto regustillo a lo James Cameron. Y eso, amigos, siempre es bueno.
Harto de ver cómo muchas películas con buenos argumentos se
vienen bajo en el transcurso de los
minutos, da gusto comprobar cómo el nuevo y mejor film de Doug Liman desde “El caso
Bourne” sabe mantener el tipo hasta el final. El ritmo frenético, el carisma
de Cruise y las potentes secuencias de acción son, junto a su juguetona trama,
sus mejores armas contra el aburrimiento.
P.D.: Vale la pena destacar, amén del aspecto mecánico/pulposo
de los alienígenas (bastante alejados del típico “bicho insecto/cucaracha”
(cuando no, lagartija) con el que tan a menudo se representa a este tipo de monstruos),
también esos ultramodernos trajes de combate que recuerdan al exo-esqueleto que
lucía Matt Damon en “Elysium”. Aunque puestos a buscar referencias, quizás habría
que señalar sus orígenes en la literatura de género, citando las novelas
“Tropas del espacio” de Robert A. Heinlein y “La guerra interminable” de Joe
Haldeman como principal fuente de inspiración.
Valoración personal: