martes, 29 de noviembre de 2011

Las ofertas de Doctortrade para este puente

Las ofertas de Doctortrade para este puente
Se va acercando el puente de la Constituación, y en Doctortrade quieren celebrarlo proponiéndoos jugosas ofertas, como ya es costumbre.

Si eres de los que aprovecha esos días festivos para hacer una escapada, llévate contigo una PSP o un Dvd portátil para ver tus películas favoritas mientras esperas el tren o el avión (o si vas en coche, para tener entretenidos y calladitos a los peques de la casa). Dos de los mejores accesorios para tus viajes (son cómodos, ligeros y ocupan poco espacio) a buen precio.

Si por el contrario, eres de lo que optan por quedarse en casa, como buen cinéfilo puedes pasar estos días descansando en el sofá con tu mantita para resguardarte del frío y viendo películas con un buen bol de palomitas.

Si vas a pasar estos días en familia, ahora que se acerca el estreno de “Happy Feet 2”, es un buen momento para revisar o descubrir su primera entrega.

Si lo que te van son los clásicos, y sobre todo el cine de aventuras, lo tuyo es Indiana Jones, no hay duda.

Y si buscas otras películas, no tienes más que bucear por la web para encontrar la/s que te guste/n.


Saludos ;)

lunes, 28 de noviembre de 2011

Groupon, las mejores ofertas del día

Groupon, las mejores ofertas del día

Dado que somos muchos los que estamos atravesando una mala época económica, el ahorrar se ha convertido en una obligación de primer orden. Es por ello que se agradece, y mucho, la aparición de webs como la que hoy os vengo a dar a conocer.

Groupon es un espacio web de ofertas del día que ofrece cupones de descuento que se pueden emplear en todo tipo de productos y servicios que están destinados a todo tipo de públicos. Entre esas ofertas, están las promociones de cine, que pueden hacer que uno disfrute de una película en una sala de cine por un precio módico o incluso casi por la cara, como la promoción de entradas de cine a 1,00€ que hizo la compañía nada más irrumpir en el mercado español.

Diariamente se van publicando las ofertas en su portal, así que es cuestión de ir consultándola con frecuencia para estar al tanto de las gangas que nos ofrecen. Por la temática del blog, servidor ha preferido centrarse en lo referente al séptimo arte, pero que sepáis que podéis encontrar de todo y para todos los gustos. Y ahora que se acercan las fechas navideñas, viene de perlas ahorrarse un dinerillo en regalos. De hecho, Groupon ha creado una sección especial para regalos de navidad en el que seguro que podéis encontrar más de un regalo ideal para vuestros seres queridos. Además, y siendo sinceros, ¿para qué hacer las interminables colas del Corte Inglés si podemos hacer las compras desde casa y por incluso menos dinero?


Saludos ;)

viernes, 25 de noviembre de 2011

“El gato con botas” (2011) - Chris Miller

Crítica El gato con botas 2011 Chris Miller
Casi 3000 millones de dólares recaudados con cuatro películas hacen de Shrek una de las sagas de animación más taquilleras de la historia. Las aventuras del ogro verde han llenado las arcas de Dreamworks durante varios años, y sería de locos no seguir exprimiendo –aún más- la gallina de los huevos de oro (y precisamente de huevos de oro trata el asunto).

Habida cuenta del desgaste de la franquicia, la opción de seguir estirándola con más continuaciones resultaba inviable, por lo que sólo quedaban dos opciones: hacer una precuela (solución “mágica” para sacar del atolladero a una saga que está más que agotada) o sacarse de la chistera un spin-off de alguno de sus personajes. Y finalmente la decisión que tomaron fue la de combinar ambas opciones.

Así es como nace “El gato con botas”, película en cartelera para lucimiento exclusivo del personaje que da título a la misma y que formó parte de la pandilla de “Shrek” a partir de su segunda entrega.

Mucho antes de conocer a Shrek, el notorio espadachín, amante y forajido Gato con Botas está decidido a recuperar el honor mancillado emprendiendo una aventura junto a la dura y curtida Kitty Zarpas Suaves y el astuto Humpty Dumpty. Su objetivo: unas judías mágicas: Su principal obstáculo: los infames forajidos Jack y Jill.
Esta es la verdadera historia de una leyenda, de un mito, de… ¡el Gato con Botas!

Dado que la acción de este spin-off transcurre en una época en la que el Gato con Botas aún no conocía a Shrek, Fiona, Asno y cía, no hay cameo alguno de éstos personajes (ni ningún otro) de la “saga madre”. Por tanto, la cinta se centra exclusivamente en Gato, y podría decirse que esto es un “orígenes” en toda regla, pues entre otras cosas, se nos cuenta (en boca del propio protagonista) la infancia del felino antes de calzarse las famosas botas y empuñar la espada cuál Zorro.

Tiempo atrás, un acto de valentía hizo que Gato se ganara la admiración de su pueblo. Sin embargo, de la noche a la mañana, una inesperada y vil traición convirtió al héroe local en un vulgar ladrón, perdiendo así el cariño y respeto de sus habitantes, y ganándose su (inmerecido) desprecio. A Gato no le quedó otra que huir del único lugar al que podía llamar hogar y empezar a vivir una nueva vida como forajido.

Tras años siendo buscando por la ley, llega un buen día en que se le presenta la oportunidad de enmendar los errores del pasado y recuperar su honor. Para ello debe hacerse con las famosas judías mágicas que están en posesión de la infame pareja formada por Jack y Jill. Pero alguien más está interesado en esas judías y se interpondrá en su camino con la intención de formar una alianza. A regañadientes, Gato unirá fuerzas con la silenciosa y atractiva Kitty Zarpas Suaves y un viejo conocido de poco fiar, Humpty Dumpty, con quién tiene viejas rencillas que solucionar. Tan pronto inicien el viaje en busca de las mágicas habichuelas, empezarán las aventuras para el trío protagonista…



Del mismo modo en que Shrek tomaba como punto de partida los cuentos populares para darles una vuelta de tuerca, en “El gato con botas” se utiliza el relato de “Jack y las habichuelas mágicas” del escritor Hans Christian Andersen (autor también de “La princesa y el guisante” o “El patito feo”) para convertirlo en una aventura a medida del pícaro protagonista, quién ya de por sí es otro personaje de cuento.
Los guionistas añaden de su propia cosecha para que el hilo conductor de la trama sea la relación de amistad/enemistad entre Gato y Humpty Dumpty, siendo las habichuelas el macguffin que les lleva a realizar tan peligroso viaje y añadiendo además una pizca de romanticismo con un tenso affaire entre la pareja gatuna, es decir, entre Gato y Kitty.

No por introducir estos cambios y guardarse algún que otro as en la manga la historia resulta menos previsible, pero aún así la película sortea con habilidad el tan temido aburrimiento a base de acción trepidante (la persecución por los tejados, el “duelo” de carretas…), humor (mucho humor), un personaje carismático y un metraje adecuadamente ajustado (hora y media, no más).

La película contiene gags simpáticos y sin caer en la vulgaridad, aunque es de lamentar que muchos de ellos (algunos de los mejores) ya fueran desvelados en el tráiler. No obstante, hay momentos impagables (el duelo de baile) que aportan frescura a la propuesta y afianzan la dicharachera y a ratos ingenua personalidad del minino, aún tratándose de un furtivo que presume de sagacidad. No vamos a negar, eso sí, que resulta imposible resistirse cuando pone esa miradita de ojitos tristones.


Chris Miller, co-director de “Shrek 3” y “Lluvia de albóndigas”, afronta la dirección en solitario de “El gato con botas” con bastante oficio tanto a nivel visual como narrativo, y su trabajo, así como el guión, desprende mucha influencia del western y del cine de capa y espada (siendo El Zorro el referente más evidente). Y todo amenizado con un aroma muy latino (más mexicano que español, diría yo) acentuado especialmente en la guitarrera banda sonora a cargo de otro de los discípulos de Zimmer, Henry Jackman (quién ya puso música a la regulera “Monstruos contra alienígenas”)

Quizás sea difícil para Dreamworks repetir con asiduidad la excelencia que una vez alcanzó con “Cómo entrenar a tu dragón”, pero al menos consigue ofrecer un producto de animación digno para pasar un buen rato. Y es que a veces no hace falta pedirle mucho más. Y para tratarse de un spin-off que olía a mero “sacacuartos”, hay que reconocer que se han esmerado más de lo que uno pudiera llegar a pensar (pensando, quién sabe, en otra potencial saga con el felino a la cabeza).




Valoración personal:

martes, 22 de noviembre de 2011

BLUE LIPS busca a su sexto director, faltan 8 días

BLUE LIPS busca a su sexto director, faltan 8 días

Quizás recordéis que en el mes de septiembre me hice eco en el blog de una iniciativa cinematográfica muy interesante para aquellos llevan el tema de la dirección en la sangre. Se trataba del rodaje de una película (Blue Lips) con 6 jóvenes cineastas de distintas partes del mundo; y la productora del proyecto, Cronopia Films, andaba buscando el sexto director en España.

Pues bien, la convocatoria sigue activa desde su página web www.bluelipsthemovie.com (ahí encontraréis las bases para participar), y los que estéis interesados aún tenéis tiempo de presentar vuestros trabajos hasta el 30 de noviembre. Finalizado el plazo, el 15 de diciembre se hará público el nombre del director seleccionado.

La película, que se rodará el próximo año, cuenta la historia de seis personajes situados en diferentes partes del mundo: Buenos Aires, Honolulu, Roma, Río de Janeiro, Los Ángeles y Pamplona. Cada historia será dirigida por un director que se encuentra residiendo en cada ciudad. Será la historia que tiene lugar en Pamplona la que busca a un director. Los personajes, por diversos motivos, viajarán a Pamplona, a San Fermín 2012, lugar donde convergen las historias. Es allí donde todos los directores tendrán que codirigir las escenas en las que los personajes interactúen.

Así que ya sabéis, si queréis formar parte de este proyecto y demostrar vuestras dotes como cineasta, no tenéis más que uniros a la convocatoria.

Desde aquí les deseo mucha suerte a todos los participantes.


Saludos ;)

viernes, 18 de noviembre de 2011

“Asesinos de élite” (2011) - Gary McKendry

Crítica Asesinos de élite 2011 Gary McKendry
Mafioso, chófer de riesgo, agente de la ley, ladrón de bancos, secuestrador, mercenario y, sobre todo, asesino. Estos son algunos de los papeles - y prácticamente siempre con el mismo look- que ha interpretado Jason Statham desde que dejara su carrera de modelo para convertirse en actor de cine. Su físico de tipo duro y su habilidad para las artes marciales le han hecho llevar una carrera centrada en el cine de acción o de entretenimiento, género en el que el británico parece moverse como pez en el agua.

Por ello, Statham se ha convertido en uno de los héroes de acción del momento y también en el más incombustible. No hay más que ver su ficha para darse cuenta que estrena de dos a tres películas por año. Y está claro que este 2011 no iba a ser la excepción…

A principios de año le tuvimos interpretando a un asesino a sueldo en “The Mechanic”, luego a un duro policía de métodos expeditivos en “Blitz”, y ahora regresa para encarnar a un ex SEAL en “Asesinos de élite”.

Danny (Jason Statham), un antiguo miembro del SEAL, el grupo de operaciones especiales de la armada de los Estados Unidos, se ve obligado a abandonar su autoimpuesto exilio cuando Hunter (Robert De Niro), un ex compañero SEAL, es secuestrado por un jeque árabe. A cambio de su liberación, el jeque le exige que acabe con la vida de los tres miembros del SAS (Servicio Especial Aéreo británico) responsables de la muerte de tres de sus hijos durante unos disturbios en Omán diez años atrás. A Danny no le queda otra que aceptar el encargo, por lo que reunirá a su antiguo equipo de operaciones para encontrar y ejecutar a sus tres objetivos.

El bueno de Statham vuelve a nuestras pantallas para soltar unos cuantos mamporros, y esta vez lo hace bien acompañado del ilustre Robert De Niro (que lleva ya un tiempo bastante perdido) y de Clive Owen, al que recientemente pudimos ver en “Intruders”.

Poca duda cabe de que semejante reparto ya es un buen reclamo de por sí, pero si encima el tráiler viene cargadito de tiros y explosiones, está claro que la cosa promete; como poco, están aseguradas unas buenas dosis de adrenalina.


Danny y Hunter forman, junto a Davies (Dominic Purcell) y Meier (Aden Young), un buen equipo. Durante una misión en México, no obstante, las cosas se complican y Danny toma la firme decisión de abandonar los SEAL para vivir una vida tranquila. Y durante un tiempo lo consigue, e incluso conoce a una chica, Anne, con la que compartir ese apacible retiro.

Pero con Hunter en peligro, Danny decide arriesgar su propio pellejo para llevar a cabo una complicada misión: eliminar a tres miembros del SAS, una de las unidades más temidas que existen. Ésta, además, está protegida por una organización, The Feather Men, formada por algunos de sus antiguos miembros, con lo que la misión se complica. El mayor obstáculo con el que se topará el equipo de Danny es Spike (Clive Owen), un ex SAS que no está dispuesto a ver como ejecutan a sus antiguos compañeros.

La película se basa o inspira en la polémica novela de no-ficción “The Feather Men”, escrita por Sir Ranulph Fiennes, y en la que se deja constancia del asesinato de varios miembros del SAS a cargo de un escuadrón de la muerte. Ese escuadrón de ejecutores sería el que vemos en la película formado por Danny y dos ex SEAL más, quienes aceptan la misión no por la desinteresada libertad de su antiguo compañero sino por la recompensa de seis millones de dólares que ofrece el jeque árabe.

Iremos viendo, pues, como van a por cada uno de los SAS, recabando información de su paradero y planificando su asesinato con la intención de que éste parezca un accidente. Pero claro, la aparición de Spike y su organización complican aún más las cosas. Esto da lugar a enfrentamientos y persecuciones varias.

Danny y Spike, dos armas de matar con piernas, se enfrentan cara a cara en más de un ocasión, así que tenemos ración de hostias asegurada. Unas peleas muy del estilo Jason Bourne o el nuevo Bond a manos de Craig, en donde las hostias se sienten más reales que nunca.

Las escenas de acción, aunque disfrutables y frecuentes a lo largo del metraje, no son especialmente espectaculares, quizás porque se mueven en unos términos menos fantasiosos de lo habitual en el género. Eso no quita que incluya alguna que otra fantasmadilla más o menos admisible o perdonable (ya se sabe que hay una ley no escrita en el cine de acción que dice que si atraviesas una ventana siempre habrá algo debajo que amortigüe la caída; si eres de los buenos, claro está).



Gary McKendrye, el director debutante, demuestra bastante soltura rodando dichas secuencias, buscando siempre el juego de ángulos para ofrecer mayor dinamismo y una mayor cobertura del espacio en que se mueven los protagonistas. Quizás lo único que podamos achacarle es que mueva demasiado la cámara, pero eso es algo que ya parece ir ligado irremediablemente a toda película de acción actual que se precie. Se puede marear mejor o peor, pero el uso del trípode parece ser cosa del siglo pasado (por mucho que a algunos nos duela)

El reparto funciona sin problemas. Statham está en su salsa y se nota, y Clive Owen le da una buena replica aunque éste no sea el género en el que más se prodigue. Eso sí, por muy en los ochenta que transcurra la película, el bigotito le sobra.

De Niro, por su parte, sigue en esta etapa en la que ya no tiene que demostrar nada a nadie y en la que se divierte aceptando papeles con poca enjundia o meramente testimoniales. Aquí demuestra que sigue en forma y partiendo la pana a sus casi setenta tacos, aunque hay que advertir que su participación se concentra al inicio y al final de la película. En medio está bastante desaparecido dado que se encuentro captivo, de modo que el protagonismo recae principalmente en sus compañeros de reparto.

El que parece que ha perdido algo de forma es Dominic Purcell, que está menos cachas que de costumbre. Eso sí, las pintas de macarra que luce no tienen desperdicio, y su personaje nos saca alguna que otra sonrisa.
Luego tenemos a Yvonne Strahovski, conocida por la serie “Chuck”, y que tiene un papel bastante limitado. De hecho, la pequeña subtrama amorosa que atañe a Danny podría eliminarse perfectamente y eso no afectaría demasiado al devenir de la historia. Aún así, no molesta e incluso se agradece ver a una chica mona entre tanto hombretón.

En definitiva, “Asesinos de élite” es un efectivo thriller de acción perfecto para pasar el rato. Se le podría haber exigido que fuera un poco más allá del simple entretenimiento, habida cuenta de su reparto y de la más o menos trabajada trama, pero aún así el resultado es favorable.




Valoración personal:

viernes, 11 de noviembre de 2011

“11-11-11” (2011) - Darren Lynn Bousman

Crítica 11-11-11 2011 Darren Lynn Bousman
Quizás no hayáis oído hablar nunca de la tendencia o fenómeno del número 11:11, pero algunas personas creen verdaderamente en ello. Existen webs y artículos en Internet, e incluso libros, que hablan sobre este tema.

Según se cuenta, el citado número se le aparece a algunas personas (muchas; miles, millones, al parecer) con una frecuencia inusitada. Por la mañana al mirar el despertador, en la matrícula de un coche mientras van por calle… Este hecho insólito está relacionado, según quienes teorizan al respecto, con un grupo de 1.111 Espíritus Guardianes o Ángeles que utilizan este conjunto de cifras (entre otras como 12:12, 10:10, 12:34, 5:55… hay para todos los gustos) para, de algún modo, hacer notar su presencia. Estos Espíritus Guardianes, invisibles a nuestros ojos (faltaría más), utilizan estas señales o marcas para llamar nuestra atención y comunicarse con nosotros, dejándonos, en ocasiones, mensajes relacionados con una nueva era de “Elevación Espiritual” o, según los profetas más catastrofistas, la llegada del fin del mundo (otra vez).

¿Y cuando ocurriría tal desastre? Pues exactamente el 11 de Noviembre de 2011 (11-11-11, es decir, hoy, a fecha de publicación de esta crítica). Y bien podría ser el culpable de ello una “puerta” que permita que algo procedente de otro mundo entre en el nuestro, o bien un meteorito de esos que pululan por el espacio y que de vez en cuando pasan por nuestro lado. Pero tranquilos, que ya podemos descartar al cometa Elenin y al asteroide 2005 YU55, pues al parecer éstos no estaban destinados a mandar al garete nuestro querido planeta (por mucho que algunos insistiesen en ello).

En base a este revoltijo de numerología y creencias religiosas, Darren Lynn Bousman se ha montado su propia película –y nunca mejor dicho- y le ha calzado por título la tan temida fecha: 11-11-11.

Después de la trágica muerte de su esposa y su hijo, el famoso escritor estadounidense Joseph Crone (Timothy Gibbs) viaja desde los Estados Unidos a Barcelona, España, para reunirse con su hermano Samuel (Michael Landes) y su enfermo padre (ambos, hombres de fe), que se encuentra en estado crítico. Pero el destino tiene un plan muy concreto para Joseph, y el modo de advertirle es sucediéndose avistamientos constantes del número 11.

Pronto, la curiosidad se convierte en obsesión, y Joseph indagará hasta descubrir que este número podría tener un significado terrible…

Esta es la primera vez que Bousman lleva a cabo una película de terror de carácter sobrenatural tras ser responsable de los macabros y enfermizos juegos de Jigsaw en tres entregas de la longeva saga Saw, dirigir el curioso –aunque irregular- musical gótico “Repo! The Genetic Opera” (inédito aún en nuestro país) o la muy estimable –y también inédita- “Mother's Day” (remake de un filme de la infame factoría Troma).

Aquí nos presenta a un personaje, Joseph Crone, que tras la dolorosa pérdida de sus esposa e hijo pierde toda la fe en Dios. Este trágico suceso no sólo afecta a su vida personal sino también a la profesional, medio abandonando su carrera de afamado escritor para centrarse en escribir un diario personal en el que plasma pensamientos y sentimientos.


Su afligida existencia y su tediosa rutina se ven interrumpidas por la llamada de su hermano, quién le comunica el estado grave de su padre. Joseph lleva años alejado y desconectado de su familia, y viejos rencores se siguen palpando en el ambiente a su regreso a Barcelona (ciudad a la que se mudaron sus padres cuando él era pequeño)

Sin embargo, eso no es lo que hará incómoda la estancia de Joseph sino una serie de extraños fenómenos que tienen lugar en la casa y que están misteriosamente relacionados con el número 11/11. Es cuestión de días que Joseph averigüe lo que está ocurriendo y se dé cuenta de que 11/11/11 es algo más que una fecha, es una advertencia.

El director -y además guionista- apuesta por el socorrido enfrentamiento entre el Bien y el Mal en su forma más pura y personificada (Dios y Satán) y el habitual debate entre ateos versus creyentes. Todo esto, por supuesto, adornado con apariciones de aterradores espectros que están al acecho de los protagonistas y con individuos que se comportan de forma misteriosa y que parecen saber más de lo que cuentan.

No se puede negar que Bousman consigue crear una atmósfera ciertamente inquietante alrededor de sus personajes. En parte gracias a la presencia constante de la dichosa cifra, que nos mantiene intrigados durante buena parte del metraje (aunque las dudas sean mucho sugerentes que la propia respuesta al enigma), y en parte a los típicos clichés de siempre.
Las citadas apariciones espectrales resultan efectivas (al estilo “Insidious”) y pueden causar algún que otro buen susto en el espectador, si bien Bousman termina pecando de reiterativo, abusando del recurso en repetidas ocasiones y consiguiendo que al final nos deje un poco indiferentes tanto efectismo barato (¿los espíritus vienen acompañados siempre de tanta niebla?). Y es que un sustito a golpe de Dolby Surround puede colar una vez e incluso dos, pero más no, y es entonces cuando se corre el riesgo de agotar la paciencia del espectador mucho antes de que lleguen los créditos finales. Por no hablar de las súbitas apariciones del –supuestamente convaleciente- padre de Joseph, que uno no sabe si tomárselas en serio o en broma (se ve que al señor le gusta deambular por la casa y pegarle unos buenos sustos a su hijo mientras le suelta alguna “revelación encriptada”)


De todos modos, la mayor parte del tiempo la cinta se aguanta bastante bien, o al menos no aburre en demasía pese a que tampoco tenga mucho que contar y le sobren personajes que poco o nada tienen que aportar a la trama. Desgraciadamente, todo el interés que uno pueda ir acumulando con el paso de los minutos no termina de verse compensado luego en el desenlace, bien porque el clímax final no tiene la intensidad que se le requería, bien porque se huele el “giro” con demasiada antelación o simplemente porque la resolución del misterio en sí resulta bastante ramplona (por no decir cutre).

Así que más allá de algún que otro sobresalto y alguna escena escalofriante, la película resulta más bien olvidable. Para los que conocemos la ciudad condal supone un plus el que se haya rodado en Barcelona, pero esa ligera sensación de cercanía dura, más o menos, lo que tarda el protagonista en ir del aeropuerto a la casa familiar.

P.D.: El filme de Bousman debería haber sido uno de los estrenos de la cartelera de esta semana (¿qué mejor fecha que ésta, no?), pero al parecer aquí en España sigue pendiente de distribución, como ocurre con otras tantas películas. Cuando decidan estrenarla, si es que lo hacen, presumo que ya estará un poco “anticuada”.



Valoración personal:

viernes, 4 de noviembre de 2011

“Detrás de las paredes” (2011) - Jim Sheridan

Crítica Detrás de las paredes Dream House 2011 Jim Sheridan
Con nominaciones a los Oscar con prácticamente toda película que rodó en su Irlanda natal, y considerado todo un experto en dramas, Jim Sheridan ha contado siempre con el respaldo de la crítica y también del público. Sin embargo, desde que puso un pie (¿el izquierdo?) en Hollywood, las cosas no le están yendo tan bien. Le dio una oportunidad al rapero Curtis "50 Cent" Jackson para que debutara como actor en una película casi autobiográfica (Get Rich Or Die Tryin'), y la acogida que tuvo ésta no fue muy entusiasta. Dos años más tarde, en 2009, rodó su primer remake, Brothers, y el resultado fue un notable drama que, pese a estrenarse en Diciembre en EE.UU., acabó siendo completamente ignorado por la Academia y obteniendo tan sólo dos “tristes” nominaciones (mejor actor y mejor canción) a los Globos de Oro.

Ahora regresa a nuestras pantallas con una película, a priori, bastante alejada de lo que hemos visto hasta ahora en su filmografía.

Con la idea de poder pasar más tiempo con su familia, Will Atenton (Daniel Craig) decide dejar su exitosa carrera de editor en Nueva York para trasladarse con su mujer Libby (Rachel Weisz) y sus dos hijas a un pequeño pueblo de Nueva Inglaterra. Una vez allí, descubrirá que la casa que habitan fue el escenario de un terrible asesinato. Investigando las causas de la tragedia, Will conoce a Ann Paterson (Naomi Watts), una vecina que había conocido a la familia que murió en la casa...

Una familia que se muda a un nuevo hogar; una casa en la que años atrás hubo un asesinato; sucesos extraños a medida que pasan los días… Con semejante panorama cualquiera pensaría que nos encontramos ante la típica película de fantasmas con casa encantada de por medio. Y es que así nos han vendido la película, y así nos lo transmite la misma durante buena parte de su comienzo. Sin embargo, aquí el guionista juega al despiste con el espectador durante un buen rato para, posteriormente, darle la vuelta a la tortilla con un sorpresivo -siempre que no hayas visto el destripante tráiler- golpe de efecto.

En ese preciso instante es cuando la trama empieza a cobrar verdadero significado, y el misterio gana algún que otro punto extra. Sin embargo, la falta de cohesión en algunos detalles y la indecisión o el intento por abarcar demasiados géneros termina por estropear lo que, de partida, era una buena idea (o cuanto menos, interesante).



Mientras se trata de darle una vuelta de tuerca a una historia que en principio parece trillada, se acaba sucumbiendo a otro tipo de clichés, convirtiéndose finalmente en una “película modelo” del subgénero psicológico. Y sólo con citar a otras producciones similares como SPOILER—Identidad, El corazón del ángel, o las más recientes Shutter Island y The Ward –FIN SPOILER, uno sabe de sobras por dónde van los tiros, e incluso se podría atrever a deducir el final de la historia.

Por tanto, la cosa empieza a resultarnos un tanto previsible, pero ese no es su (mayor) problema. Su principal error es no haber sabido finiquitar la incógnita que nos plantea. El desenlace, forzado y precipitado, desluce los logros en suspense e incertidumbre conseguidos anteriormente. Los personajes están bien establecidos, pero se dejan algunos detalles en el aire (SPOILER-- se intuye por ahí una infidelidad que atañe a los personajes de Craig y Watts, pero luego no llega a concretarse –FIN SPOILER) y otros directamente se meten con calzador.

Y ya la puntilla de todo es un breve desliz hacia un género del que parecía en un principio querer huir y que termina dejando la película en tierra de nadie (SPOILER— que el espíritu de la mujer le eche una mano al marido cuando el malo malísimo le está disparando rompe con las bases psicológicas anteriormente establecidas –FIN SPOILER)



“Detrás de las paredes” (absurda retitulación made in Spain, dicho sea de paso) funciona medianamente bien en su faceta intriga, y logra apañárselas para embaucar al espectador sin que éste se sienta demasiado estafado aún con las trampas características de este tipo de propuestas, pero en su último tramo pierde un poco los papeles, flirteando torpemente con la mezcla de géneros o la ambigüedad misma de la propuesta, y resolviendo la trama de manera atropellada y facilona.

Es evidente que estamos ante un producto absolutamente alimenticio por parte de Sheridan, quién, por otro lado, quiso desentenderse del resultado final tras las continuas desavenencias con los productores durante la escritura y producción de la película. Y es una lástima que en medio de todo esto haya un señor reparto que, desde luego, merecía algo mejor con lo que dejarse ver en pantalla.



Valoración personal: