lunes, 27 de octubre de 2014

Sitges 2014 - Día 8: Animes en todos sus formatos, Mad Doctors y comisarías que arden





Lupin The Third

Siguiendo el ejemplo de otros muchos mangas/animes convertidos en live-action, ahora le toca el turno a “Lupin III”, personaje creado por Kazuhiko Kato que, además de en revistas, también ha aparecido en la pequeña pantalla en formato anime con una serie de hasta tres temporadas (además de diversos OVA).

Esta adaptación con actores reales tiene tras las cámaras a Ryuhei Kitamura, que ya ha llevado otros cómics japoneses a la gran pantalla (Alive, Sky High…). Y quizás las mayores virtudes de la película residan en su elegante dirección y en el cuidado diseño de producción, ya que por lo demás la cinta carece de la esencia de la fuente original.

No siempre es fácil trasladar un manga/anime al formato live-action, y en muchas ocasiones es un error siquiera intentarlo, ya que los códigos narrativos son muy distintos. Aquí se ha intentado ser fiel a la estética de la obra de Kato en cuanto al look de los personajes, si bien la personalidad de los mismos no se asemeja del todo a la de sus homónimos. En ese aspecto, quizás el más conseguido de todos sea el Inspector Zenigata, ya que el resto, y muy especialmente el propio Lupin y su amada Fujiko, poco o nada tienen que ver con los entrañables personajes que muchos conocimos a raíz de la serie de televisión. Amén de que las interpretaciones del reparto dejan bastante que desear.

Por otro lado, la historia se centra en cómo formaron equipo por primera vez el variopinto grupo de ladrones, y tanto la acción como el humor resultan, la mayor parte del tiempo, demasiado pobres, cuando no ridículos. Y para una película que dura algo más de dos horas, eso es intolerable.



Tusk

Después de enfangarse en el subgénero de las buddy movies con un Bruce Willis cada vez más en horas bajas, y tropezar con ese mejunje de géneros que era la fallida “Red State”, Kevin Smith apuesta ahora por el género de terror. Pero claro, tratándose de Smith, “Tusk” es todo menos una cinta convencional. Y seguramente la marcianada que el director se ha cascado entusiasmará a su idolatrante colectivo de fans, pero para el que esto escribe está muy lejos de ser una buena película. Ni tan siquiera una buena mala película.

Wallace Bryton (Justin Long) y Teddy Craft (Haley Joel Osment) son un par de amigos populares en la red por sus socarrones podcast. En ellos se burlan de los videos virales de moda. Con el fin de ganar adeptos y contentar a sus oyentes, Bryton viaja a Canadá para entrevistar a Kill Bill Kid, una celebridad de Internet famosa por cortarse por accidente la pierna en uno de los susodichos vídeos. Sin embargo, cuando llega a su destino sus planes se truncan, por lo que necesita encontrar una historia de reemplazo. Así es como Bryton acabará en la mansión de Howard Howe (Michael Parks), lugar en el que sucumbirá a las atrocidades de su lunático anfitrión.

Aparte de recuperar a un desmejorado Haley Joel Osment y contratar a un irreconocible Johnny Depp con el disfraz de turno para un pequeño papel, poco más hay que destacar de esta grotesca y absurda ¿comedia de terror? a la que Smith no logra cogerlo el tono a nada. Ni resulta lo suficientemente divertida para ser cómica, ni lo suficientemente terrorífica para ser escalofriante.

Lo hilarante de la premisa, así como su desarrollo, harán las delicias del espectador que logre conectar con la historia desde el principio. Pero si eso no ocurre, como fue mi caso, los poco más de 100 minutos se pueden hacer algo indigestos. Y es que esta especie de Dr. Frankenstein de las morsas es un despropósito de cabo a rabo.




Saint Seiya: Legend of Sanctuary

Para muchos de nosotros, series ochenteras como “Bola de Dragón”, “Ranma” o “Los Caballeros del Zodíaco” (como se conocieron por estos lares), fueron nuestro primer contacto con el anime. Somos muchos (toda una generación) los que guardamos un grato recuerdo de las horas y horas de grato entretenimiento que estos dibujos animados nos proporcionaron. Por eso duele ver como algo que forma parte de nuestra más tierna infancia es mancillado con un mediocre producto como el presente.

De Saint Seiya se han hecho ya numerosas películas animadas, pero “Saint Seiya: Legend of Sanctuary” es la primera generada enteramente por ordenador. Ni que decir tiene que en algunos aspectos visuales el cambio es sustancial y a mejor. Por ejemplo, las brillantes armaduras que lucen los Caballeros son realmente espectaculares, así como los cuidados escenarios ganan en detalle. Por el contrario, esta nueva tecnología es incapaz (por cuestiones de presupuesto, muy seguramente) de ofrecer la misma calidad en cuanto a la expresividad de los personajes, incapaces éstos de transmitir emoción alguna al espectador. Para colmo, la trama se reduce a una sucesión de combates uno tras otro sin apenas mayor hilo argumental que una ramplona historia más propia de un videojuego que de una película.

En definitiva, un vacío subproducto que no resiste comparación alguna con la serie original u otros OVA de la franquicia.

Mucho mejor parado salió el Capitán Harlock de este lavado de cara digital. Tampoco es que “Space Pirate Captain Harlock” mantuviera la esencia de la serie homónima, pero al menos el resultado, si bien algo pretencioso, era más ameno y podía presumir de tener ese bien tan preciado llamado “guión”.




Bayonetta: Bloody Fate

El mundo de los videojuegos es algo que me resulta extremadamente ajeno y distante. Con deciros que mi última videoconsola fue una Mega Drive, os haréis una idea de lo desconectado que puedo llegar a estar de este sector. Por eso debo reconocer mi más absoluto desconocimiento hacia el videojuego en el que se basa “Bayonetta: Bloody Fate”. Por suerte para mí, no es necesario conocer nada acerca del mismo para disponerse a ver esta adaptación anime.

Tiempo atrás, el mundo de los hombres, el infierno y el paraíso estaban en orden, hasta que se desató odio entre los clanes, provocando una guerra sangrienta que terminó con la existencia de las brujas en Europa durante la Edad Media. Murieron todas a excepción de Bayonetta, que despierta ahora tras 500 años sumida en un largo sueño. Incapaz de recordar nada de su vida pasada, Bayonetta deberá enfrentarse de nuevo a un poderoso enemigo.

Como suele ser habitual, la animación (tradicional) es excelente, y es que en eso los japoneses no tienen rival. En cambio la historia, aunque atractiva, queda algo desaprovechada, reduciéndose a una mera excusa para llenar la pantalla de escenas de acción. Muy espectaculares todas ellas, eso sí, pero insuficientes para mantener el interés del espectador. Ni la marcada sensualidad de Bayonetta, con su provocativa vestimenta y sus generosos atributos sexuales, suponen aliciente suficiente para disfrutar de un evidente “producto de merchandising” destinado al olvido.





Let Us Prey

Con reminiscencias claramente carpentenianas que el propio director ha admitido, se nos presenta “Let Us prey”, un debut que podría haber sido realmente estupendo si se hubiera sabido sacar partida de su llamativa premisa.

Rachel, una policía novata, empieza su primer turno de noche en la comisaría de policía de un tranquilo pueblo. Todo parece desarrollarse con normalidad hasta que un enigmático extraño hace acto de presencia. Confinado en una celda, el extraño empezará a manifestar un poder sobrenatural capaz de influir en la mente de sus captores y del resto de reclusos. A partir de ese momento, se desatará el infierno en la comisaría.

Los demonios interiores de cada personaje salen a relucir y convierten una tranquila y rutinaria noche en comisaría en una auténtica pesadilla. Pero para pesadilla la del espectador, que se aburre como una ostra a lo largo de apenas 90 en los que prácticamente no ocurre nada interesante. Parece como si la película no terminara nunca de arrancar, y cuando por fin lo logra es para desplegar el apoteósico colofón final en el que la supervivencia de la protagonista pasa por liarse a tiros con todos los locos psicópatas del lugar.

Partiendo de la base de reunir a un grupo de pecadores en una especie de juicio final con el mismísimo Diablo (o eso parece deducirse) en las labores de juez y jurado, hubiera estado bien que no se resumiera todo en un “sálvese quien pueda” mientras intentan matarse unos a otros. Se debería haber profundizado más en la psicología de los personajes, y dar algo más de juego a los distintos pecados de los que son culpables.




lunes, 20 de octubre de 2014

Sitges 2014 - Día 7: seis historias para reír, psicópatas asexuales, detectives inmorales y guerreros vengativos


Relatos Salvajes

Presente ya en nuestras carteleras nos encontramos con esta divertida comedia negra argentina compuesta por varios episodios con un denominador común: la ira. Un total de seis historias autoconclusivas en las que vemos cómo los protagonistas se dejan llevar por sus impulsos, por sus instintos más bajos/primarios o simplemente por venganza. Personajes que pierden el control o que son víctimas de quienes cruzan la frontera entre lo civilizado y lo salvaje. 

Citándose la serie “Cuentos asombrosos” de Steven Spielberg como referente (aunque yo más bien apostaría por la película “En los límites de la realidad”, también producida por el –antaño- Rey Midas de Hollywood), Damián Szifrón deja al descubierto la cara menos amable del ser humano a lo largo de seis historias que pese su punto surrealista pueden resultarnos muy cercanas. Y es que en algunos cortos como el de “El más fuerte”, con Leonardo Sbaraglia, o el de “Bombita”, con el gran Ricardo Darín, podemos sentirnos perfectamente identificados con la rabia e impotencia que sienten sus protagonistas. ¿Quién no ha estado a punto de estallar por culpa de un conductor imbécil? O ha deseado liarse a gritos con el conductor de la grúa que se te ha llevado el coche… Y es que nunca se sabe de lo que podemos ser capaces cuando nos tocan bien tocadas las narices.

Amén de lo hilarante de los seis segmentos que componen “Relatos Salvajes”, hay que destacar que para ser una película de episodios el conjunto mantiene un nivel bastante alto. A menudo, este tipo de cintas suelen resultar muy irregulares, bien porque sus autores (directores, guionistas…) son distintos o bien simplemente porque no todas las historias gozan de la misma calidad. Pero aquí es Szifrón quién se encarga tanto de la dirección como de la escritura del guión, y aunque es inevitable que unas historias nos gusten más que otras, lo cierto es que en general ha dado en el clavo en todas y cada una de ellas, consiguiendo un filme muy equilibrado y que no decae en la transición de un corto a otro.




Aux yeux des vivants

La pareja de directores formada por Alexandre Bustillo y Julien Maury dieron su gran salto al cine con la brutal “À l'intérieur”, dejando una huella imborrable dentro de la nueva hornada de terror galo surgida a principios de la década pasada. Tuvieron que pasar cuatro años para comprobar si estos chicos iban a revolucionar el género o si lo suyo había sido un golpe de suerte. Y a juzgar por su segundo trabajo, la olvidable “Livide”, más bien parecía lo segundo.

Pero con “Aux yeux des vivants” llega la confirmación: Bustillo y Maury ya no tienen nada que ofrecer al género. O al menos eso es lo que se deduce de su último trabajo, que mezcla desafortunadamente el subgénero psychokiller con el cine juvenil ochentero al estilo “Cuenta conmigo”. El batiburrillo no puede resultar más indigesto…

Una simple premisa (porque de historia hay más bien poca) sirve de excusa a los directores para mostrar en pantalla la dosis suficiente de casquería para contentar a los menos exigentes. Pero para el que pide un poco, como un servidor, el resultado no pasa de ser que un slasher mediocre y, lo que es peor, aburridísimo.




Filth

Misógino, pervertido, corrupto, infiel, mezquino, adicto a las drogas y al alcohol... Así es Bruce (James McAvoy), el protagonista de esta irreverente comedia negra acerca de una detective escocés dispuesto a todo por conseguir un ascenso.

Bruce Robertson es, por decirlo claro, un tipo despreciable. Su comportamiento con sus compañeros, amigos y amantes es absolutamente recriminable. ¿Pero hay algún motivo que justifique su conducta? Sí, lo hay, y eso es lo más interesante de la película de Jon S. Baird. Quizás el director no profundice lo suficiente en la psicología del personaje, pero es hacia el final de la película cuando empezamos a compadecernos de alguien como él.

Aunque la mayor parte de los minutos están dedicados a mostrarnos la peor cara de Bruce, hay otro momentos suficientemente significativos para revelarnos el lado humano y trágico de su tortuosa existencia. Y son esos momentos, precisamente, los que suben la nota de una película que a veces se pierde un poco en sus excesos.  Uno no se implica del todo en la historia hasta que ésta no abraza su lado dramático, que es cuando parece que la trama por fin va hacia alguna parte. El desenlace, inesperado y crudo, es el que mejor casa con el tono de la película.      




Sword of Vengeance

¿Se necesita un guión para rodar una película? No necesariamente. Así lo demuestra Jim Weedon, que consigue llenar unos escasos (por suerte) 87 minutos a base de espadazos y sangrienta violencia.

Un príncipe normando regresa al hogar en busca de justicia por el asesinato de su padre, muerto a manos de su tío, Earl Durant. Por el camino, se ganará la confianza y lealtad de unos granjeros exiliados, que lucharán junto a él contra el ejército de Durant. Pero la sed de sangre del protagonista le llevará a sacrificarlo todo (y a todos) con tal de consumar su venganza.

Mucha cámara lenta acompañada de una estruendosa banda sonora, un insulso protagonista hierático y parco en palabras (por no decir carapalo y prácticamente mudo) y unos secundarios no mucho mejores que éste, para un filme de venganzas con pocos (y malos) diálogos pero repleto, eso sí, de acción. Desgraciadamente, ni tan siquiera ésta está dirigida con un mínimo de rigor.

Un definitiva, un auténtico subproducto de videoclub que, para colmo, se hace pesado, y al que no merece dedicarle más párrafos.



domingo, 19 de octubre de 2014

Sitges 2014 - Día 6: el fin del mundo, espejos malditos, polis corruptos y muñecas infernales


These Final Hours

¿Qué haríais si la Tierra se fuera a pique y tan sólo os quedaran unas pocas horas de vida? Cada uno de nosotros lo afrontaría de forma distinta, si bien es muy probable que la inmensa mayoría decidiéramos pasar ese tiempo con nuestros seres más queridos.

Son muchos también los que aprovecharían el inminente fin del mundo para desatar sus más ínfimos y ocultos instintos (robar, matar, violar…); otros preferirían no sufrir la espera y optarían por quitarse ellos mismos la vida; y algunos, como nuestro protagonista, preferirían pasar sus últimas horas divirtiéndose a tope. Ese es el plan de James (Nathan Phillips), que realizará un viaje en coche para reencontrarse con su novia y asistir a la última fiesta de todas las fiestas. ¿Pero es allí donde realmente quiere estar James? La respuesta quizás no llegue hasta que sea demasiado tarde…

“These Final Hours” es una road-movie dramática con trasfondo apocalíptico en la que tenemos a un personaje que no es ni mucho menos un ejemplo de buena conducta, pero que en las últimas horas de su vida afrontará situaciones que desafiarán su voluntad y le llevarán a tomar decisiones que antes siquiera se habría planteado.

El terreno que pisa su debutante director (y guionista) Zak Hilditch es sobradamente conocido, y los personajes están más bien poco desarrollados, pero el desalentador panorama que nos presenta y la tragedia que afrontan personajes como el de la niña le otorgan un plus de calidad, convirtiéndola en un más que interesante acercamiento al cine apocalíptico desde la vertiente más “indie”.




Oculus

El segundo trabajo del director Mike Flanagan está basado en el corto “Oculus: Chapter 3 - The Man with the Plan” que él mismo dirigió en 2005. La historia que vemos en la película supone una ampliación, no sólo en términos de duración/minutos, de aquella misma idea.

Kaylie y Tim son dos hermanos huérfanos que vuelven a reencontrarse tras once años separados debido a la trágica muerte de sus padres. Tim ha pasado todo este tiempo en terapia y ahora vuelve al mundo completamente rehabilitado. Su hermana, sin embargo, sigue en sus trece, convencida de que la muerte de sus progenitores fue cosa de un antiguo espejo maldito. De regreso a su antiguo hogar, ambos revivirán aquellos terribles días de pesadilla a fin de esclarecer, de una vez por todas, lo que ocurrió en realidad.

Mediante la intercalación de unos efectivos flashbacks, Flanagan alterna pasado y presente con el fin de mantener el suspense a lo largo de la trama, logrando así depositar la duda en el espectador. De este modo nos planteamos con frecuencia si lo que ocurre ante nuestros ojos es real y, por tanto, el espejo maldito existe de verdad; o si bien se trata de la imaginación de unos jóvenes atormentados y traumatizado por la tragedia familiar. Ese juego entre lo real y lo fantástico funciona a  las mil maravillas a lo largo de la película y, lo que es mejor, no se estropea una vez llegado el desenlace. Y es que Flanagan y su co-guionista deciden ser honestos consigo mismos y con el producto que están ofreciendo, ahorrándonos lo que podría haber derivado en un típico y absurdo giro final de esos que, en post de sorprender al espectador, acaban por arruinar una buena película. Esa clase de tomadura de pelo a la que muchos guionistas se prestan y de la que aquí se huye como alma que lleva el Diablo. Eso sí, eso no priva a sus responsables de algo no menos tópico: un final inconcluso que dé pie a una segunda parte. Aunque del modo se relata la historia, dejando en el aire las explicaciones sobre el misterioso origen del espejo, podemos considerarlo hasta plausible.

Para el recuerdo quedan algunas secuencias realmente escalofriantes, como la que protagoniza Karen Gillan con una manzana (los que la hayáis visto sabréis a cuál me refiero).




Colt 45

Podría haber sido un buen thiller a la francesa del estilo de “36, Quai des Orfèvres” de Olivier Marchal o  “A bout portant” de Fred Cavayé, pero lo cierto es que la tercera película de Fabrice Du Welz se queda a medio camino de serlo. Tiene los ingredientes suficientes para lograrlo: atracos, violencia y polis corruptos dan para un buen menú. Sin embargo, su escasa duración ofrece muy poco margen para terminar de desarrollar convenientemente una trama que pedía a gritos una cocción a fuego lento.

Vincent Miles es un joven supervisor de armas y un experto instructor de tiro de la Policía Nacional al que se rifan algunos de los escuadrones de élite más prestigiosos. Su futuro prometedor termina truncándose cuando conoce al agente Milo Cardena, quién lo arrastrará a una voraz espiral de violencia. Atrapado en medio de una guerra abierta entre policías, Vincent se verá obligado por vez primera a disparar contra blancos humanos para salir del lío en el que se ha metido.

Colt 45 es un thriller de acción corto y que va directo al grano, lo cual no tiene que ser, por defecto, algo negativo, pero la sensación al final es de que podría haber dado más de sí con un guión algo más trabajado y menos enfocado a servir de excusa para unos cuantos tiroteos. Y es que las situaciones conflictivas así como el desenlace se resuelven de forma muy apresurada, desaprovechando por el camino a un buen puñado de personajes (y a actores como Gérard Lanvin).




Annabelle

Las películas de muñecos diabólicos bien podrían considerarse un subgénero en sí mismo. Su presencia en el cine de terror ha sido ocasional pero recurrente a lo largo de los años. Debemos remontarnos muy atrás en el tiempo para encontrar precedentes tan significativos como “Devil Doll” (El muñeco diabólico) o uno de los segmentos de la película de episodios “Dead of Night” (Al morir la noche). Títulos quizás no muy conocidos por el gran público pero que bien servirían para sentar las bases de lo que posteriormente otros cineastas sacarían buen partido. Ahí tenemos, sin ir más lejos, la popular “Muñeco diabólico” (Child’s Play) de Tom Holland, gamberrada ochentera que daría lugar a un buen puñado de secuelas.

Incluso la pequeña pantalla nos ha dejado algunos buenos ejemplos, con muñecos infernales protagonizando capítulos de series tan conocidas como “La dimensión desconocida”, “Expendiente X” o incluso “Buffy, cazavampiros”.

Annabelle, la maligna muñeca protagonista del título que nos ocupa, llega ahora para sumarse a la lista. Dicha muñeca tuvo su primera aparición  en la magistral “The Conjuring”, de James Wan, por lo que podríamos considerar esto como un spin-off de aquella. Desgraciadamente, no podemos atribuirle la autoría al propio Wan, que ya dirigió con anterioridad una película de muñecos asesinos ,“Dead Silence”, pues aquí se limita a ejercer de productor. El responsable es John R. Leonetti, director de fotografía de, precisamente, “The Conjuring”, y en cuyo currículum no encontramos sino secuelas de baja estofa como “Mortal Kombat: Aniquilación” y “El efecto mariposa 2”. ¿Y qué ocurre cuando se le da la dirección de una película a un tipo que sólo ha rodado subproductos de videoclub? Pues que te hace otro subproducto de videoclub.


En realidad, quizás “Annabelle” no sea tan mala como muchos pregonan, pero está claro que se trata de un pobre filme de terror (aunque más bien parezca un telefilme) que intenta tirar del éxito de la película madre para atraer al incauto espectador a las salas. Pero aún con sus fallos (guión chapucero, reparto mediocre…), hay que reconocerle una o dos secuencias de las que ponen los pelos de punta. Más vale eso que nada.


jueves, 16 de octubre de 2014

Sitges 2014 - Día 5: la estrafalaria fauna de Hollywood y asesinos a sueldo con corazón


Maps to the Stars

Podría haber significado mi particular reconciliación con el director después de sus dos últimos y -a mi gusto- decepcionantes trabajos (especialmente la insoportable “Cosmopolis”). Pero lo cierto es que lo nuevo David Cronenberg no hace sino reafirmar lo distanciado que está el canadiense de sus anteriores etapas. Y eso, para alguien que adora tanto su cine más estrafalario y visceral como “La mosca” o “eXistenZ”, como su solmene visión del thriller en trabajo como “Promesas del Este” o “Una historia de violencia”, supone un duro golpe que derrumba la poca fe que me quedaba en él.

A “Maps to the Stars hay que reconocerle un buen puñado de ingeniosos destellos satíricos a la hora de abordar la punzante crítica al star system de Hollywood. Hasta en un guión tan espantoso como el presente, el guionista logra breves momentos de inspiración . También ayuda que el ejercicio de metacine suponga un guiño constante hacia al cinéfilo, cosa que siempre nos congratula como espectadores.

Pero sus personajes son tan histriónicos, tan burdamente rocambolescos y tan absolutamente aborrecibles, que la película se transforma en una bochornosa y aburrida farsa de dos horas. Un excesivamente caricaturesco retrato de una mundillo al que el guionista trufa de personajes desagradables que, para más inri, parecen estar todos conectados de la forma más chapucera posible.  Cronenberg, por su parte, aporta su granito de arena rodando escenas de dudoso gusto que ayudan a encumbrar este despropósito entre lo peor en la carrera del cineasta.




No Tears for the Dead

El surcoreano Lee Jeong-beom nos entregó, hace ya cuatro años, “The Man from Nowhere” (bautizada en su estreno en España como “El hombre sin pasado”), una estupenda historia de redención en forma de espectacular thriller de acción. En este tercer trabajo, el director recupera otra vez la figura del asesino a sueldo, sólo que en esta ocasión éste no invierte sus esfuerzos en rescatar a una niña de las garras de un grupo de peligrosos traficantes, sino que se dedica a proteger a la madre de otra pequeña a la que él mismo asesinó accidentalmente.

Volvemos de nuevo a una historia de redención, sólo que ahora los elementos con los que juega Jeong-beom no están tan bien armados. Las escenas de acción siguen siendo su punto fuerte, pero aquí la vertiente dramática no llega a calar tan profundamente como lo hiciera en en su anterior film. Y eso que Jeong-beom lo intenta reiteradamente hasta el final, añadiendo incluso una escena de más -y bastante gratuita- antes de los créditos y que, además de no aportar mucho al anodino trauma infantil del protagonista, desvirtua un poco el desenlace de la película.


Ligera decepción pues, para un thriller que si se compara con su predecesor, pierda enteros. No diré que sea una mala película, pero el director se atranca tanto en el nudo de la historia, que a menudo se acerca peligrosamente a los dominios del aburrimiento. Por suerte, el tramo final, dedicado por entero a la acción, logra que la cinta levante un poco el vuelo.


miércoles, 15 de octubre de 2014

Sitges 2014 - Top Five y Palmarés


A la espera de publicar las críticas faltantes, dejo constancia aquí del palmarés de esta última edición y de mis cinco películas favoritas vistas a lo largo del festival. Si lo deseáis, podéis dejar vuestro particular Top Five en los comentarios.


Top Five




Sección Oficial Fantàstic Sitges 47
Premio a la mejor película: I ORIGINS, de Mike Cahill. 
Premio especial del jurat: THE BABADOOK, de Jennifer Kent.
Premio a la mejor dirección (patrocinado por Gas Natural Fenosa): CUB, de Jonas Govaerts.

Premio al mejor actor (patrocinat por Autolica – Mercedes Benz):  
Nathan Phillips por THESE FINAL HOURS, de Zak Hilditch.
Koji Yakusho por THE WORLD OF KANAKO, de Tetsuya Nakashima.
Premio a la mejor actriz: 
Essie Davis por THE BABADOOK, de Jennifer Kent.
Julianne Moore por MAPS TO THE STARS, de David Cronenberg. 
Premio al mejor guión: YOUNG ONES, de Jake Paltrow.
Premio a la mejor fotografía: JAMIE MARKS IS DEAD, de Carter Smith.
Premio a los mejores efectos especiales: THE SIGNAL, de William Eubank.
Premio al mejor cortometraje (patrocinado por Fotogramas): OSCAR DESAFINADO, de Mikel Alvariño.


Mención especial: 
POS ESO, de Sam. 
WHAT WE DO IN THE SHADOWS, de Taika Waititi y Jemaine Clement.
A GIRL WALKS HOME ALONE AT NIGHT, de Ana Lily Amirpour.
SPRING, de Justin Benson y Aaron Moorhead. 


Gran Premio del Públic (patrocinado por El Periódico de Catalunya) (Sección Oficial Fantàstic en Competició)
Premio a la mejor película (otorgado por votación popular de los espectadors del Festival): WHAT WE DO IN THE SHADOWS, de Taika Waititi y Jemaine Clement. 


Premios Sección Oficial Fantàstic Òrbita
Premio a la mejor película: HYENA, de Gerard Johnson.
Premio al mejor director: COLD IN JULY, de Jim Mickle.
Mención especial: ’71, de Yann Demange.


Premios Sección Oficial Fantàstic Panorama
Premio al mejor largometraje: THE TREATMENT, de Hans Herbots.
Mención especial: CREEP, de Patrick Brice.

Premios Méliès d’Argent 
Premio al mejor largometrajee: GOODNIGHT MOMMY, de Veronika Franz y Severin Fiala.
Premio al mejor cortometraje: AUTUMM HARVEST, de Fredrik S. Hana. 


Premios de la Crítica
Premio José Luis Guarner a la mejor película: RÉALITE, de Quentin Dupieux.
Mención Especial de la crítica: GOODNIGHT MOMMY, de Veronika Franz y Severin Fiala.


Premios Citizen Kane
Premio al mejor director novel: A GIRL WALKS HOME ALONE AT NIGHT, de Ana Lily Amirpour.
Mención especial: WHEN ANIMALS DREAM, de Jonas Alexander.


Premios Noves Visions
Premio a la mejor película de ficción: HAN GONG-JU, de Lee Su-jin.
Premio a la mejor película de no ficción: NON-FICTION DIARY, de Jung Yoon-suk.
Mención especial: THE DUKE OF BURGUNDY, de Peter Strickland.


Premios Focus Àsia 
Premio a la mejor película: MAD SAD BAD, de Han Ji-seung, Kim Tae-yong y Ryoo Seung-wan.
Mención especial: HWAYI: A MONSTER BOY, de Jang Joon-hwan.


Premios Anima’t 
Premio al mejor llargmetratge de animació: THE SATELLITE GIRL AND MILK COW, de Chang Hyung-yun.
Premi al millor curtmetratge d’animación: PINEAPPLE CALAMARI, de Kasia Nalewajka. 
Mención especial: DINNER FOR FEW, de Nassos Vakalis.


Premio Brigadoon Paul Naschy
Premio al mejor cortometraje fantástico presentado en esta sección: LINE UP, de Àlex Julià.


Premios Jurado Carnet Jove
Premio a la mejor película de Sección Oficial Fantàstic Sitges 47: 
A GIRL WALKS HOME ALONE AT NIGHT, de Ana Lily Amirpour.
CUB, de Jonas Govaerts.
Premio a la mejor película de la sección Midnight X-Treme: THE HOUSES OCTOBER BUILT, de Bobby Roe.
Premio Emergentes: AMOR ETERNO, de Marçal Forés.
Premio Experimenta: THE TRIBE, de Myroslav Slaboshpytskiy.


Premis Phonetastic Sitges Mobile Film Festival
Premio al mejor cortometraje: SECTOR ZERO 4, de Alfonso García López.
Premio del públic: INTRUSOS, de Iván Mourin.


Premio Blood Window 
THE STRANGER, de Guillermo Amoedo.


Premis SGAE Nova Autoria 
Premio a la mejor realitzación: Víctor Alonso Berbal, por PUÑO Y METAL, de la Universitat Pompeu Fabra.
Premio al mejor guión: Joaquim Barceló por DINOSAURIOS, de Joaquim Barceló y Amanda Gómez, de la Universitat Ramon-Llull-Blanquerna Comunicació.
Premio para la mejor música original: Alain Gómez Reglá y Luis Daniel González por PILATO, PILATO, de Roberto Russo, de la Escola de Cinema Bande à part.


Premi Sitges Cine365 Film 
Gerardo Herrero y Carles Torrens.


lunes, 13 de octubre de 2014

Sitges 2014 – Nota informativa



El Festival de Sitges ha concluido, lo que significa que toca volver a la tediosa rutina habitual. Han sido diez intensos días de ver mucho cine y dormir más bien poco. Y como podéis comprobar, todavía quedan críticas por publicar.


Debido a problemas con el portátil no he podido escribir todo lo que quería durante el festival, por lo que procuré ir publicando todas las reseñas pendientes en lo que queda de mes. Hasta la fecha han visto la luz los primeros cuatro días, así que todavía falta mucho por comentar. Poco a poco irá publicándose todo, así que tan sólo os pido un poco de paciencia.


Atentamente,

Pliskeen

jueves, 9 de octubre de 2014

Sitges 2014 - Día 4: violencia en la cárcel, asesinos que hablan con sus mascotas y Belfast en llamas

Starred Up

De dramas carcelarios existen muchos y de mejores que el presente, pero si por algo destaca el film de David Mackenzie es por centrar el foco de atención de la historia no tanto en la rehabilitación del personaje protagonista (un estupendo Jack O’Connell), sino en la conflictiva relación padre-hijo que le atañe.

Eric Love es un adolescente violento y problemático que es transferido a una prisión para adultos, en dónde se reencuentra con su padre, un preso que ocupa un estatus privilegiado dentro de la oligarquía carcelaria establecida entre los reos. Lo que en un principio debiera suponer una ventaja para el joven, no lo es debido a su agresiva rebeldía y al resentimiento para con su progenitor. Es en otro personaje, el terapeuta Oliver Baumer (Rupert Friend), en quién Eric encontrará el apoyo que necesita para empezar a controlar su ira y mantener un actitud que le haga ganarse amigos y no enemigos en la cárcel.

Poco a poco iremos viendo pequeños cambios en Eric, siendo testigos del proceso de adaptación y transformación que irá asumiendo conscientemente con ayuda de Oliver y otros presos que asisten a sus sesiones.

Así, Mackenzie construye un sólido drama que si no es mejor es porque en ciertos aspectos no logra desquitarse de algunos clichés del subgénero carcelario. Si bien lo compensa con una total ausencia de dramatismo lacrimógeno, cosa siempre de agradecer.




The Voices

La nueva película de Marjane Satrapi (Persépolis) es, junto a “Buried”, otro claro ejemplo de que cuando se lo propone, Ryan Reynolds puede ser un actor estupendo. Y es que en esta marciana y rocambolesca historia sobre un psicópata muy particular, el marido de BBB está especialmente brillante.

Reynolds se mete en la piel de Jerry, un tipo tímido y solitario que vive en un piso con la única compañía de su perro Bosco y de su gato Mr. Whiskers. Esto no tendría nada de raro, o no especialmente raro, si no fuera porque Jerry habla con sus mascotas… ¡y estas le contestan!
De sus sesiones con su psicóloga y sus posteriores charlas con sus peludos compañeros de piso se deduce que nuestro protagonista tiene un grave trastorno mental. Un trastorno que se agrava con la presencia de la bella Fiona, la chica del trabajo con la que Jerry anhela tener un romance. Precisamente ella será el detonante de que el transtorno de Jerry vaya a peor, mucho peor.

La psicopatía de Jerry parece haber encontrado una vía de escape para evadirle de la realidad. Por lo menos durante las horas que pasa en casa junto a sus mascotas. Y es que estas se han convertido en una personificación viviente y parlante de su consciencia. Cada animal asume las distintas personalidades de Jerry; su lado bueno y su lado malo; su lado amable y su lado perverso. Así, Mr. Whiskers encarna al psicópata que lleva dentro y que clama por romper sus ataduras para comenzar su vida criminal; mientras que Bosco encarna su yo más sensato y afable. A través de ellos exterioriza sus pensamientos, luchando consigo mismo para intentar vencer sus instintos homicidas. Pero como veremos, la tentación es poderosa y finalmente el mal se adueña de Jerry, llevándole a cometer horribles asesinatos, siendo sus compañeras de trabajo sus principales víctimas.

The Voices ofrece un acercamiento único al cine de psicópatas asesinos. Y lo hace desde el humor y desde el punto de vista del mismísimo asesino, abordando su consciencia y mostrándola al espectador de forma visible a través de unas hilarantes charlas entre el protagonista y sus parlanchinas mascotas. Sin duda, una de las películas más refrescantes del festival y, hasta el momento, mi favorita.



‘71

De nuevo, una película protagonizada por Jack O’Connell, aunque en esta ocasión su prisión no es una cárcel CCCC sino un barrio irlandés en pleno conflicto armado.

Belfast, año 1971. Gary Hook es un joven e inexperto soldado británico que es abandonado accidentalmente por su unidad tras un motín callejero. Herido y desorientado, busca refugio entre las calles de la ciudad mientras huye de sus perseguidores, la milicia republicana. Pero pronto se verá inmerso entre dos fuegos en los que no le será fácil distinguir quién es amigo y quién enemigo.


El director nos sumerge una historia de supervivencia como excusa para mostrarnos las dos caras de la moneda del conflicto de Irlanda del Norte,  dejando al descubierto la violencia y la crueldad con la que actúan ambos bandos, unionistas y republicanos, y la más vil traición a lo que son capaces de llegar en la lucha por sus ideales. Un thriller que ofrece una mirada interesante y crítica a una de las peores etapas recientes, y todavía candentes, de la historia de Irlanda.