lunes, 27 de octubre de 2014

Sitges 2014 - Día 8: Animes en todos sus formatos, Mad Doctors y comisarías que arden





Lupin The Third

Siguiendo el ejemplo de otros muchos mangas/animes convertidos en live-action, ahora le toca el turno a “Lupin III”, personaje creado por Kazuhiko Kato que, además de en revistas, también ha aparecido en la pequeña pantalla en formato anime con una serie de hasta tres temporadas (además de diversos OVA).

Esta adaptación con actores reales tiene tras las cámaras a Ryuhei Kitamura, que ya ha llevado otros cómics japoneses a la gran pantalla (Alive, Sky High…). Y quizás las mayores virtudes de la película residan en su elegante dirección y en el cuidado diseño de producción, ya que por lo demás la cinta carece de la esencia de la fuente original.

No siempre es fácil trasladar un manga/anime al formato live-action, y en muchas ocasiones es un error siquiera intentarlo, ya que los códigos narrativos son muy distintos. Aquí se ha intentado ser fiel a la estética de la obra de Kato en cuanto al look de los personajes, si bien la personalidad de los mismos no se asemeja del todo a la de sus homónimos. En ese aspecto, quizás el más conseguido de todos sea el Inspector Zenigata, ya que el resto, y muy especialmente el propio Lupin y su amada Fujiko, poco o nada tienen que ver con los entrañables personajes que muchos conocimos a raíz de la serie de televisión. Amén de que las interpretaciones del reparto dejan bastante que desear.

Por otro lado, la historia se centra en cómo formaron equipo por primera vez el variopinto grupo de ladrones, y tanto la acción como el humor resultan, la mayor parte del tiempo, demasiado pobres, cuando no ridículos. Y para una película que dura algo más de dos horas, eso es intolerable.



Tusk

Después de enfangarse en el subgénero de las buddy movies con un Bruce Willis cada vez más en horas bajas, y tropezar con ese mejunje de géneros que era la fallida “Red State”, Kevin Smith apuesta ahora por el género de terror. Pero claro, tratándose de Smith, “Tusk” es todo menos una cinta convencional. Y seguramente la marcianada que el director se ha cascado entusiasmará a su idolatrante colectivo de fans, pero para el que esto escribe está muy lejos de ser una buena película. Ni tan siquiera una buena mala película.

Wallace Bryton (Justin Long) y Teddy Craft (Haley Joel Osment) son un par de amigos populares en la red por sus socarrones podcast. En ellos se burlan de los videos virales de moda. Con el fin de ganar adeptos y contentar a sus oyentes, Bryton viaja a Canadá para entrevistar a Kill Bill Kid, una celebridad de Internet famosa por cortarse por accidente la pierna en uno de los susodichos vídeos. Sin embargo, cuando llega a su destino sus planes se truncan, por lo que necesita encontrar una historia de reemplazo. Así es como Bryton acabará en la mansión de Howard Howe (Michael Parks), lugar en el que sucumbirá a las atrocidades de su lunático anfitrión.

Aparte de recuperar a un desmejorado Haley Joel Osment y contratar a un irreconocible Johnny Depp con el disfraz de turno para un pequeño papel, poco más hay que destacar de esta grotesca y absurda ¿comedia de terror? a la que Smith no logra cogerlo el tono a nada. Ni resulta lo suficientemente divertida para ser cómica, ni lo suficientemente terrorífica para ser escalofriante.

Lo hilarante de la premisa, así como su desarrollo, harán las delicias del espectador que logre conectar con la historia desde el principio. Pero si eso no ocurre, como fue mi caso, los poco más de 100 minutos se pueden hacer algo indigestos. Y es que esta especie de Dr. Frankenstein de las morsas es un despropósito de cabo a rabo.




Saint Seiya: Legend of Sanctuary

Para muchos de nosotros, series ochenteras como “Bola de Dragón”, “Ranma” o “Los Caballeros del Zodíaco” (como se conocieron por estos lares), fueron nuestro primer contacto con el anime. Somos muchos (toda una generación) los que guardamos un grato recuerdo de las horas y horas de grato entretenimiento que estos dibujos animados nos proporcionaron. Por eso duele ver como algo que forma parte de nuestra más tierna infancia es mancillado con un mediocre producto como el presente.

De Saint Seiya se han hecho ya numerosas películas animadas, pero “Saint Seiya: Legend of Sanctuary” es la primera generada enteramente por ordenador. Ni que decir tiene que en algunos aspectos visuales el cambio es sustancial y a mejor. Por ejemplo, las brillantes armaduras que lucen los Caballeros son realmente espectaculares, así como los cuidados escenarios ganan en detalle. Por el contrario, esta nueva tecnología es incapaz (por cuestiones de presupuesto, muy seguramente) de ofrecer la misma calidad en cuanto a la expresividad de los personajes, incapaces éstos de transmitir emoción alguna al espectador. Para colmo, la trama se reduce a una sucesión de combates uno tras otro sin apenas mayor hilo argumental que una ramplona historia más propia de un videojuego que de una película.

En definitiva, un vacío subproducto que no resiste comparación alguna con la serie original u otros OVA de la franquicia.

Mucho mejor parado salió el Capitán Harlock de este lavado de cara digital. Tampoco es que “Space Pirate Captain Harlock” mantuviera la esencia de la serie homónima, pero al menos el resultado, si bien algo pretencioso, era más ameno y podía presumir de tener ese bien tan preciado llamado “guión”.




Bayonetta: Bloody Fate

El mundo de los videojuegos es algo que me resulta extremadamente ajeno y distante. Con deciros que mi última videoconsola fue una Mega Drive, os haréis una idea de lo desconectado que puedo llegar a estar de este sector. Por eso debo reconocer mi más absoluto desconocimiento hacia el videojuego en el que se basa “Bayonetta: Bloody Fate”. Por suerte para mí, no es necesario conocer nada acerca del mismo para disponerse a ver esta adaptación anime.

Tiempo atrás, el mundo de los hombres, el infierno y el paraíso estaban en orden, hasta que se desató odio entre los clanes, provocando una guerra sangrienta que terminó con la existencia de las brujas en Europa durante la Edad Media. Murieron todas a excepción de Bayonetta, que despierta ahora tras 500 años sumida en un largo sueño. Incapaz de recordar nada de su vida pasada, Bayonetta deberá enfrentarse de nuevo a un poderoso enemigo.

Como suele ser habitual, la animación (tradicional) es excelente, y es que en eso los japoneses no tienen rival. En cambio la historia, aunque atractiva, queda algo desaprovechada, reduciéndose a una mera excusa para llenar la pantalla de escenas de acción. Muy espectaculares todas ellas, eso sí, pero insuficientes para mantener el interés del espectador. Ni la marcada sensualidad de Bayonetta, con su provocativa vestimenta y sus generosos atributos sexuales, suponen aliciente suficiente para disfrutar de un evidente “producto de merchandising” destinado al olvido.





Let Us Prey

Con reminiscencias claramente carpentenianas que el propio director ha admitido, se nos presenta “Let Us prey”, un debut que podría haber sido realmente estupendo si se hubiera sabido sacar partida de su llamativa premisa.

Rachel, una policía novata, empieza su primer turno de noche en la comisaría de policía de un tranquilo pueblo. Todo parece desarrollarse con normalidad hasta que un enigmático extraño hace acto de presencia. Confinado en una celda, el extraño empezará a manifestar un poder sobrenatural capaz de influir en la mente de sus captores y del resto de reclusos. A partir de ese momento, se desatará el infierno en la comisaría.

Los demonios interiores de cada personaje salen a relucir y convierten una tranquila y rutinaria noche en comisaría en una auténtica pesadilla. Pero para pesadilla la del espectador, que se aburre como una ostra a lo largo de apenas 90 en los que prácticamente no ocurre nada interesante. Parece como si la película no terminara nunca de arrancar, y cuando por fin lo logra es para desplegar el apoteósico colofón final en el que la supervivencia de la protagonista pasa por liarse a tiros con todos los locos psicópatas del lugar.

Partiendo de la base de reunir a un grupo de pecadores en una especie de juicio final con el mismísimo Diablo (o eso parece deducirse) en las labores de juez y jurado, hubiera estado bien que no se resumiera todo en un “sálvese quien pueda” mientras intentan matarse unos a otros. Se debería haber profundizado más en la psicología de los personajes, y dar algo más de juego a los distintos pecados de los que son culpables.




2 comentarios:

Fucktricio dijo...

No soy super fan de Smith, pero Tusk si que me ha llamado la atención por su bizarra propuesta. De hecho, creo que solo recuerdo Clerks I y II de Smith porque no he visto alguna otra de el.

Sobre caballeros del zodiaco, creo que a nadie le ha gustado y pase de ir a verla al cine. Desde su concepción hubo un gran rechazo por el proyecto, una pena que no haya sido mejor.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Diría que Tusk es la cuarta película que veo de Smith, y la verdad es que no comprendo muy bien por qué éste director colecciona tantos fans. Supongo que para gustos, colores.

De todos modos, ésta última marcianada suya ha gustado mucho (a sus fans, sobre todo), así que hagas caso de mi crítica ;)

Saludos!