miércoles, 24 de julio de 2013

“Lobezno Inmortal” (2013) – James Mangold



De toda la trupe de mutantes que componen la saga X-Men, Lobezno es, sin lugar a dudas, el más interesante y carismático de todos. Por ese motivo no es de extrañar que la trama de aquellas tres primeras películas de la Patrulla X girara -casi en exclusiva- entorno a él, y que fuera el suyo el primero de los spin-offs de la franquicia en ver la luz. Lobezno gusta (sobre todo a las mujeres), y es un personaje con suficiente atractivo como para valerse por sí solo sin necesidad de ir acompañado del resto de sus compañeros. Por desgracia, “X-Men Orígenes: Lobezno” no estuvo a la altura de las circunstancias, y eso siempre pasa factura a la hora de enfrentarse a futuras continuaciones. 

El éxito taquillero de aquél spin-off propició la gestación de un secuela.  Una segunda entrega que, habida cuenta de los errores cometidos en su predecesora, toma la decisión de hacer “borrón y cuenta nueva” y situarse cronológicamente años después de lo ocurrido en la trilogía original, sin mencionar de forma alguna los sucesos de la cinta que la precede. 

Por tanto, nos encontramos con un Logan que ha dejado atrás la escuela del fallecido Charles Xavier; un Logan solitario y vagabundo que deambula por el mundo sin un propósito, y que se tortura noche tras noche por la trágica muerte de su amada Jean Grey.

Pero de algún modo u otro, el pasado siempre vuelve, y en esta ocasión, éste le lleva hasta Japón, en dónde se ve inmerso en una espiral de violencia entre las altas esferas del país y la peligrosa mafia de los Yakuzas, al tiempo que trata de proteger la vida de Mariko, la bella heredera de un viejo conocido.

Logan, a quién la muerte de Jean le atormenta con terribles pesadillas, se niega a ser el hombre que antaño respondía al nombre de Lobezno. Logan reniega de su pasado y no ve nada claro su futuro, pero su sentido de la justicia sigue intacto, por lo que le resulta inevitable volver a sacar las garras cuando la ocasión lo requiere.  Ante él surge, ahora, la posibilidad de vivir una vida corriente como simple mortal, algo que le invita a replantearse su lugar en este mundo y su condición de mutante.


 Este viaje de redescubrimiento del héroe nos muestra a un Lobezno más vulnerable, pero no por ello menos peligroso. La historia de la película no reside en detener los pérfidos planes de un perverso villano (cosa que, de algún modo u otro, también ocurre) sino que todo gira alrededor de su protagonista; los acontecimientos son fruto de su naturaleza mutante (y de un heroico acto del pasado) y sus acciones en las circunstancias en las que se ve involucrado son los que desencadenan las terribles consecuencias que le aguardan. Por ese motivo, el filme que dirige James Mangold decide centrarse en los personajes y avanzar sin prisas para adentrarnos en el corazón de Logan, explorando sus sentimientos, sus deseos y sus temores. A diferencia de otras producciones comerciales recientes, “The Wolverine” no vive por y para las escenas de acción, y eso es lo que la distingue del resto y lo que la convierte un entretenimiento muy loable para este verano cinematográfico repleto de sobresaturación pirotécnica. De hecho, y más allá de la secuencia de marras en el tren de alta velocidad (que lucía bochornosa en el tráiler y sin embargo resulta ser bastante disfrutable), la cinta no destaca precisamente por la acción, si bien ésta es cumplidora y ofrece la dosis de diversión suficiente para que el espectador disfrute de las filigranas de un imponente, socarrón y deslenguado Hugh Jackman en la piel, por sexta vez, del emblemático mutante de las afiladas garras de adamantium. 

“The Wolverine” no es una cinta especialmente espectacular, pero aún así mejora sustancialmente, y en casi todos los aspectos, a su antecesora  (algo que tampoco era difícil), y se erige como una digna entrega dentro de la franquicia X-Men, así como un válido entretenimiento  para pasar un par de horas a resguardo del, a menudo, insoportable calor veraniego.

P.D.: Apenas empezar los créditos finales, tenemos una escena de regalo que gustará y mucho a los fans de la franquicia, la cual sirve para conectar al personaje con la futura “X-Men: Days of Future Past” que dirige Bryan Singer.


Valoración personal: