De toda la trupe de mutantes que componen la saga X-Men,
Lobezno es, sin lugar a dudas, el más interesante y carismático de todos. Por
ese motivo no es de extrañar que la trama de aquellas tres primeras películas
de la Patrulla X girara -casi en exclusiva- entorno a él, y que fuera el suyo
el primero de los spin-offs de la franquicia en ver la luz. Lobezno gusta
(sobre todo a las mujeres), y es un personaje con suficiente atractivo como
para valerse por sí solo sin necesidad de ir acompañado del resto de sus
compañeros. Por desgracia, “X-Men Orígenes: Lobezno” no estuvo a la altura de
las circunstancias, y eso siempre pasa factura a la hora de enfrentarse a
futuras continuaciones.
El éxito taquillero de aquél spin-off propició la gestación
de un secuela. Una segunda entrega que,
habida cuenta de los errores cometidos en su predecesora, toma la decisión de
hacer “borrón y cuenta nueva” y situarse cronológicamente años después de lo
ocurrido en la trilogía original, sin mencionar de forma alguna los sucesos de
la cinta que la precede.
Por tanto, nos encontramos con un Logan que ha dejado atrás
la escuela del fallecido Charles Xavier; un Logan solitario y vagabundo que
deambula por el mundo sin un propósito, y que se tortura noche tras noche por
la trágica muerte de su amada Jean Grey.
Pero de algún modo u otro, el pasado siempre vuelve, y en
esta ocasión, éste le lleva hasta Japón, en dónde se ve inmerso en una espiral
de violencia entre las altas esferas del país y la peligrosa mafia de los Yakuzas,
al tiempo que trata de proteger la vida de Mariko, la bella heredera de un
viejo conocido.
Logan, a quién la muerte de Jean le atormenta con terribles
pesadillas, se niega a ser el hombre que antaño respondía al nombre de Lobezno.
Logan reniega de su pasado y no ve nada claro su futuro, pero su sentido de la
justicia sigue intacto, por lo que le resulta inevitable volver a sacar las
garras cuando la ocasión lo requiere. Ante
él surge, ahora, la posibilidad de vivir una vida corriente como simple mortal,
algo que le invita a replantearse su lugar en este mundo y su condición de
mutante.
Este viaje de redescubrimiento del héroe nos muestra a un Lobezno más vulnerable, pero no por
ello menos peligroso. La historia de la película no reside en detener los
pérfidos planes de un perverso villano (cosa que, de algún modo u otro, también
ocurre) sino que todo gira alrededor de
su protagonista; los acontecimientos son fruto de su naturaleza mutante (y
de un heroico acto del pasado) y sus acciones en las circunstancias en las que
se ve involucrado son los que desencadenan las terribles consecuencias que le
aguardan. Por ese motivo, el filme que dirige James Mangold decide centrarse en los personajes y avanzar sin
prisas para adentrarnos en el corazón de Logan, explorando sus sentimientos,
sus deseos y sus temores. A diferencia de otras producciones comerciales
recientes, “The Wolverine” no vive por y
para las escenas de acción, y eso es lo que la distingue del resto y lo que
la convierte un entretenimiento muy
loable para este verano cinematográfico repleto de sobresaturación pirotécnica.
De hecho, y más allá de la secuencia de marras en el tren de alta velocidad
(que lucía bochornosa en el tráiler y sin embargo resulta ser bastante
disfrutable), la cinta no destaca precisamente por la acción, si bien ésta es
cumplidora y ofrece la dosis de
diversión suficiente para que el espectador disfrute de las filigranas de un
imponente, socarrón y deslenguado Hugh Jackman en la piel, por sexta vez,
del emblemático mutante de las afiladas garras de adamantium.
“The Wolverine” no es
una cinta especialmente espectacular, pero aún así mejora sustancialmente, y en
casi todos los aspectos, a su antecesora
(algo que tampoco era difícil), y se erige como una digna entrega dentro de la franquicia X-Men, así como un válido
entretenimiento para pasar un par de horas
a resguardo del, a menudo, insoportable calor veraniego.
P.D.: Apenas empezar los créditos finales, tenemos una escena
de regalo que gustará y mucho a los fans de la franquicia, la cual sirve para
conectar al personaje con la futura “X-Men: Days of Future Past” que dirige
Bryan Singer.
Valoración personal:
5 comentarios:
La anterior sin parecerme catastrófica, es cierto, que se perdía entre la acción sin coherencia, sobre todo en el tramo final. Por tu opinión parece qué han subsanado ese error. Le daré la oportunidad.
A mi tampoco me pareció tan nefasta la primera entrega, pero ésta es, sin duda, mucho mejor. La acción no es la protagonista, y se agradece ver una película que no anda con el turbo puesto y presta atención a sus personajes.
Saludos ;)
Hombre, pues me alegras el día, ya que tenia pensado ir este fin de semana y había llegado a leer que era peor que la primera, pero me fiaré de ti, y ahora iré algo más convencido al cine.
¿Peor que la primera? Para nada.
Lobezno/Jackman es mucho Lobezno/Jackman, y quizás esta cinta tampoco esté a la altura de su carisma, pero es el primer paso para ir por el buen camino.
He decir que fui con escaso interés, pero al salir de la sala lo hice con buen sabor de boca.
Saludos ;)
Le ha pasado la mano por la cara a Gavin Hood. Me ha molado igual que a ti.
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