lunes, 31 de diciembre de 2012

Amazing Movies Awards 2012





Otro año más que llega a su fin, y como siempre por estas fechas, toca hacer balance de lo que ha dado de sí el año cinematográfico. En 2011 inauguré por vez primera los “Amazing Movies Awards”, que no es otra cosa que la habitual lista resumen que hacen muchas webs, blogs y revistas de cine con lo mejor y peor del año. A diferencia de lo que viene siendo el típico listado de películas sin más, aquí de lo que se trata es de destacar a los ilustres ganadores en distintas categorías que pueden variar según el año y que van desde el “Mejor Héroe” a la “Mejor Secuencia de Acción”, pasando por el “Mejor Trailer” o el “Mejor Póster”; siempre ciñéndome al cine de género (terror, fantástico, ciencia-ficción, etc.). Además, con los AMA me limito a señalar, a título personal, lo mejor que un servidor a visto a lo largo de estos 12 meses, dejando a un lado lo peor para no hacer más leña del árbol caído, y porque creo que es preferible recordar lo bueno a lo malo.


Como siempre digo, este tipo de recopilaciones son personales y rabiosamente subjetivas, por lo que cada cual tendrá seguramente sus propios favoritos para cada categoría. Así que sed bienvenidos a coincidir y discrepar todo cuánto deseéis. 

Mejor Héroe y/o Heroïna

Ottway
Si hay alguien capaz de hacer frente a una jauría de sádicos lobos, ese es Liam Neeson. Eso es lo que le ocurría a su personaje en “The Grey"(Infierno blanco), un survival tremendamente gratificante.

Clara
Motosierra en mano, esta aguerrida novia no está dispuesta a que el apocalipsis “zombie” le arruine el día más feliz de su vida. 


Mejor Villano/a

Ravenna, la malvada madrastra de Blancanieves en la (bellísima) piel de Charlize Theron (un pelín sobreactuada). ¿En realidad alguien puede creer que Kristen Stewart es -o pueda ser- la más bella del reino?

Bane, el hombre que ha puesto entre las cuerdas a Batman en el cierre de una aclamada trilogía. Un enemigo duro de roer, tanto en el plano físico como en el psicológico (aunque lueog no sea más que un pelele enamorado).



Mejor Personaje Animado

Exaquo: Sparky y Vanellope
Él: Simpático y entrañable perrito “resucitado” cuál monstruo de Frankenstein. “Frankenweenie” ha supuesto la reconciliación de muchos (me incluyo) con Tim Burton, director que este 2012 también estrenaba la regulera “Dark Shadows” tras haber perpetrado en 2010 algo tan infecto como “Alicia en el país de las maravillas”.  

Ella: Su personaje en "Rompe Ralph" es un fallo de programación de un videojuego, pero eso no le impide robarnos el corazoncito desde el primer minuto con su verborrea y su picaresca. Una auténtica robaescenas.




Mejor Monstruo

El pulpo gigante de origen extraterrestre de “Grabbers” (proyectada en el Festival de Sitges de este año), una simpática serie B irlandesa con los ingredientes necesarios para el disfrute de todo buen amante de las monster-movies. Esta peculiar especie alienígena necesita dos elementos vitales para sobrevivir: agua y sangre para alimentarse. Ahora bien, son bastante aprensivos a la sangre intoxicada con alcohol, por lo que la mejor manera de evitar ser devorado por ellos es ¡pillándose una buena cogorza!



Mejor Secuencia de Acción

 La multitudinaria y espectacular batalla campal que tiene lugar durante el último acto de “Los Vengadores”, con todos los superhéroes unidos contra el enemigo. 

El asalto final en “Los mercenarios 2”, por lo glorioso y épico que resulta ver juntas a tres leyendas del cine de acción (Schwarzenegger, Stallone y Willis) repartiendo estopa.








Mejor Secuencia de Terror o Gore
 
La brutal masacre que transcurre hacia el final de “The Cabin in the Woods” (he procurado escoger una foto poco spoileadora; no sé si lo he conseguido).






Mejor Pelea

Stallone vs Van Damme en “Los Mercenarios 2”. Dos viejas glorias frente a frente. Vale, la coreografía no e sninguna maravilla, pero mola ver a ambos darse de hostias.







Mejor Debut como Director

Drew Goddard por “The Cabin in the Woods”, una original y refrescante vuelta de tuerca al género de terror.

Mención especial a Marcus Dunstan por "The Collector", película que data de 2009 pero que en España se estrenó a principios de este año.





Mejor Momento Memorable

La primera aparición de Chuck Norris en “Los Mercenarios 2”, por su gran sentido de la autoparodia. 

The Cabin in the Woods (y mejor no pongo foto), cuando poco a poco se va abriendo el plano que nos descubre lo que la cabaña en el bosque oculta bajo sus cimientos.




Mejor Secuela, Precuela o Remake

Exaequo: Men In Black 3 y Los Mercenarios 2

Tras la mediocre segunda parte, no le tenía mucha fe a una tardía tercera entrega de MIB, pero la inclusión de los viajes en el tiempo, entre otras cosas, ha insuflado aire fresco a la saga.

La secuela de los mercenarios d eStallone ofrece lo que promete (y no logró su predecesora): acción desenfrenada y de alto voltaje, a la antigua usanza.



Mejor Película Basada en un Cómic

Exaequo:  
 Los Vengadores, cine palomiterio 100% disfrutable. Ligera y simple, pero endiabladamente entretenida sin necesidad de tomar al espectador por idiota.  

The Amazing Spider-Man, la película que el trepamuros de Marvel necesitaba tras de la bochornosa trilogía perpetrada por Sam Raimi. Una película menospreciada e infravalorada por los fans de la saga precedente, pero bienvenida por aquellos que nunca congeniamos con ella (ya se sabe que para gustos, colores).



Mejores Títulos de Crédito

Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres”, rompedores (por el tipo de película que es) y muy videocliperos, en el mejor sentido de la palabra. 





Mejores Efectos Especiales

"La vida de Pi":  no es que sus efectos sean la repanocha, pero visualmente, es una de las delicias del año. Y recrear digitalmente a un tigre de Bengala creíble es más díficil que un monstruo o una nave espacial.







Mejor Canción Original

Skyfall, el tema Bond que interpreta Adele para la 23 entrega de la saga del agente 007. Muy clásica y muy bondiana.











Mejor tráiler

Ira de Titanes no ha sido, ni mucho menos, uno de los mejores blockbusters del año (si bien a su manera cumplió con su cometido), pero su tráiler sí me parecieró el más cañero, espectacular y épico.

Mención especial a los trailer de futuros estrenos: Gangster Squad, Man of Steel y Star Trek Into Darkness. Altamente prometedores.



Mejor Póster

Aunque recuerde bastante al póster que lucía "Daredevil", resulta imponente, y eso es precisamente lo que debe transmitir el personaje.

Mención especial: El genial póster ilustrado de la futura "The Last Stand".










Mejor Película Animación

Rompe Ralph. Este ha sido un gran año para la animación, especialmente para el stop-motion con estupendas propuestas como "¡Piratas!", "Frankenweenie" o "ParaNorman". Pero aún así, me quedo con la nostálgica diversión retro del film de Disney.









P.D.: Felices Fiestas y Próspero Año Nuevo.

lunes, 24 de diciembre de 2012

“Rompe Ralph” (2012) - Rich Moore


Ralph es el malo de un viejo videojuego de los años 80, y su trabajo consiste en destruir un edificio de apartamentos que luego el héroe del juego, un tal ReparaFélix Jr., debe arreglar con su martillo mágico. Pero Ralph está cansado de ser el malo; cansado de no tener derecho a ganar medallas como Félix y cansado de ser repudiado por todos los demás, excepto por los que son de su misma condición. Después de 30 años haciendo el tan indecoroso trabajo por el que fue programado, Ralph decide tomar las riendas de su vida, dejar de ser el villano y elegir su propio destino. 

Por eso y para demostrarles a todos que él también puede ser un héroe, Ralph se lanza en un viaje a través de los distintos mundos y generaciones de videojuegos que pueblan la sala de recreativas.
 
Poca duda cabe que nos encontramos ante de una de las cintas de animación más imaginativas de los últimos tiempos (y quizás con la mejor del año). Tanto su original premisa como su audaz desarrollo la convierten en un acierto mayúsculo por parte de la compañía del ratón, que lleva ya unos años sorprendiendo con un nivel de calidad que hasta el momento le era impropio. No olvidemos que sus primeros pasos en la animación digital (Chicken Little, Descubriendo a los Robinsons) no fueron especialmente brillantes, siendo ampliamente superados por otros estudios; entre ellos, los amos y señores del invento: Pixar. Claro que todo eso cambió cuando adquirieron la compañía del flexo por nada menos que 7.400 millones de dólares (ya se sabe que la máxima de Disney es “si no puedes con la competencia, ¡cómprala!”) y los directivos creativos de éste pasaron a controlar ambos estudios de animación.

El salto de calidad ya se notó con la estupenda “Bolt”. Luego llegó otra genialidad, “Enredados”; y ahora “Rompe Raplh es la confirmación del buen (buenísimo) estado de salud que goza la animación por ordenador de esta casa. Curiosamente, a medida que Disney ha ido subiendo peldaños, Pixar los ha ido bajando, primero con ese paso en falso que fue “Cars 2” (un mediocre caprichito de John Lasseter; y esto lo dice un ferviente defensor de la primera entrega) y luego con la reciente “Brave”, una película simpática pero muy lejos del nivel que habitualmente nos suelen ofrecer. Y ya no es que uno le pida a gritos que nos arranquen las lágrimas de nuevo (algo en lo que son expertos), pero sí una historia más trabajada y no tan tontorrona (y mira que la cosa prometía…)

Pero volvamos a Rompe Ralph, porque aquí nuestro protagonista es un grandullón que está hasta la coronilla de ser el malo de la función, y que busca cambiar su suerte para ganarse el respeto y el cariño del que ahora no goza. Lamentablemente, cumplir su deseo no será nada fácil, y lo peor es que por el camino causará  grandes complicaciones al mundo arcade del que forma parte.

Por el camino Ralph se redescubrirá a sí mismo y lo hará viviendo la aventura de su vida, dándose cuenta de que hay cosas más importantes y valiosas que ganar una medalla (véase la amistad, por ejemplo). 

El periplo de nuestro protagonista pasa primero por meterse en un moderno videojuego de acción en primera persona (el clásico shooter, en el argot videojueguil) llamado “Hero’s Duty”, pero la mayor parte de la acción transcurre en su siguiente parada: Sugar Rush, un videojuego de flamantes coches de carreras que discurre en un mundo confeccionado a base de dulces, lo que provoca en el espectador un ardiente y constante deseo de querer llenarse la boca de golosinas y chucherías varias. 

Y es que a imaginación a la hora de recrear los escenarios y los distintos personajes es desbordante, aunque la verdadera guinda del pastel son las cuantiosas referencias al mundo de los videojuegos. Y las hay de todo tipo: desde cameos de personajes icónicos (Sonic, Zangief, Pac-man) a juegos en concreto (Street Fighter, Invasores del espacio, Come-Cocos), pasando por guiños más generacionales (el joystick de Super Nintendo). Claro que en Sugar Rush también se permiten hacer guiños alimenticios, especialmente los relacionados con la comida que tanto gusta los críos (y a muchos mayores). 

Esto convierte la película en un contenedor de “product placement” de grandes proporciones, aunque es evidente que esa no es la intención primordial (¿o sí?). En cualquier caso, el chute de nostalgia y el gustazo para el espectador que se ha criado con juegos de 8bits no tiene precio.

En relación a esto último, resulta muy curioso –e ingenioso- cómo los personajes pertenecientes a los juegos más antiguos presentan un movimiento menos fluido que se corresponde con su movilidad dentro de su propio juego. Los habitantes del edificio que es demolido continuamente por Ralph, entre otros, parecen moverse a 15 fotogramas por segundo. Claro que con Ralph y Félix eso no sucede… Y no es que sea un “fallo” estrictamente sino más bien una pequeña licencia en beneficio de la película; para que los principales protagonistas sean lo dinámicos que se les exige. 

Pero para protagonistas, la picarona Vanellope, a la que Ralph conoce en Sugar Rush. Otro personaje repudiado por sus compañeros, pero por motivos distintos a los suyos. Entre ellos se establece una relación, inicialmente, de conveniencia, pero poco a poco se irán cogiendo cariño mutuamente, como era de esperar. Y eso que esta simpática muñequita es una adorable robaescenas del copón.


Pese a las eventuales -e inevitables- concesiones humorísticas de cara a los más peques de la casa (gags de carácter bastante infantil), es el público adulto quién probablemente más disfrute de la amena y nostálgica diversión retro que nos propone “Rompe Ralph”. Y eso es gracias a la complicidad que se establece con nosotros desde el primer instante. Cierto es que se echa de menos una mayor variedad de escenarios teniendo en cuenta el abanico de posibilidades que ofrece la premisa, pero aún así la idea funciona de maravilla y los generosos guiños nos sacan amplias sonrisas a cada rato. 

Y por suerte, esta vez tampoco hay que lamentar excesivos intrusismos en el doblaje, el cual recae mayormente en nuestros honorables profesionales (Coronado, que lo hace de pena, y el resto de “invitados” ajenos al mundillo se limitan a soltar cuatro frases mal contadas). 

P.D.: Con tal de reforzar aún más las odiosas comparaciones con Pixar, la película viene precedida por “Paperman”, un cortometraje que mezcla con mucho encanto animación tradicional y digital. Una delicia en todos los aspectos.


P.D.2: Lo peor es que a éste lo precede un abominable videoclip de un pandilla de detestables justinbiebers españoles que, al parecer, son el grupo revelación del año (claro que sí…) y que han sido elegidos para cantar una de las canciones de la banda sonora. Una tortura en todos los aspectos.



Valoración personal:

domingo, 23 de diciembre de 2012

En Corto: ORDEN, un thriller psicológico



La sección “En corto” nació recientemente para dar a conocer cortometrajes de jóvenes directores de nueva generación que, por sus modestos recursos, no les resulta fácil llegar hasta el aficionado, y menos al gran público. Ahora bien, no deseo que la finalidad de dicha sección se reduzca la promoción del corto una vez éste ha concluido y ya está preparado para ser consumido, sino también a la promoción del mismo cuando éste se encuentra en sus primeras fases de gestación, y que es cuando más precisa de nuestro desinteresado apoyo. 

Por eso hoy os presento ORDEN, el próximo proyecto de Visual Group Films que pretende ser la carta de presentación oficial de la productora dentro del mundo del séptimo arte.

Visual Group Films cuenta para este proyecto con un gran equipo de profesionales y se complementa con un elenco de actores de primera línea. El rodaje está previsto para iniciarse a finales del próximo mes de Enero en Barcelona y alrededores.

ORDEN narra la historia de cuatro personas, desconocidas entre ellas, que se encuentran en una terapia de grupo impartida por el Doctor Araron Conrado. Cada uno esconde un secreto pero no saben que el verdadero secreto de esta terapia es el que los une a todos entre sí.

Se trata de un thriller psicológico que capta la atención desde el principio y consigue introducir al espectador en una historia que se va desenredando y complicando por momentos.

Actualmente se encuentra en fase de pre-producción, cerrando las últimas localizaciones, organizando los diferentes departamentos/equipo técnico y realizando el casting final que dará vida a los personajes de la terapia. 

Para abarcar una mayor producción y así obtener un resultado de gran calidad, el cortometraje abre su página en el sitio web Verkami (www.verkami.com), con la intención de hacer partícipe del proyecto a todo aquel que quiera formar parte de esta historia. Esta colaboración se realizará mediante pequeñas inversiones de distintas cifras, todas ellas recompensadas con material exclusivo del cortometraje, adquiriendo la función de productor asociado y con la posibilidad de ser sponsor. 

La productora se marca el objetivo de alcanzar los 2.600 euros de meta marcada en Verkami, y así poder obtener la financiación necesaria para realizar este cortometraje elaborado y cuidado hasta el último detalle.
ORDEN es el segundo trabajo como director de Jordi Castejón y el productor Sergio Barnés. Ambos iniciaron su carrera profesional como técnicos en numerosos proyectos hasta que en el 2011 se lanzaron con la dirección del metraje cómico Cambio De Planes.

Con esta nueva aventura desean demostrar que en épocas difíciles como la que estamos viviendo, con ganas e ilusión por el trabajo se puede hacer buen cine sin contar con un gran presupuesto.

Para ir abriendo boca os dejo un enlace al vídeo viral del proyecto:


Para más información:

Saludos

viernes, 14 de diciembre de 2012

“El Hobbit: Un viaje inesperado” (2012) – Peter Jackson



Han transcurrido casi diez años desde el último capítulo de la trilogía de “El señor de los anilos”, la titánica adaptación a la gran pantalla de la obra magna de J.R. Tolkien que Peter Jackson llevó a cabo invirtiendo varios años de su vida y muchos, muchos millones de dólares. Pero el enorme esfuerzo se vio enseguida recompensado por el éxito en taquilla y el multitudinario apoyo no sólo del público y de los fans (salvo algún que otro purista) sino también de la crítica, que se deshizo en halagos (amén de conseguir, en total, 17 Oscars). 

La gran aventura en pantalla de Frodo y cía ha pasado a la historia del cine como la saga de fantasía épica por excelencia y de referencia en el género. Muchos otros han llegado después con similares pretensiones (la saga Narnia, sin ir más lejos), pero se han quedado a años luz (tanto artística como económicamente) de lo conseguido con la trilogía tolkiana.

Con semejante precedente no es de extrañar que tarde o temprano El Hobbit, novela previa a los hechos acontecidos a “El señor de los anillos”, tuviera también su pertinente adaptación cinematográfica (adaptaciones animadas aparte). Y hasta el día de hoy, muchos nos hemos preguntado qué demonios es lo que ha hecho Jackson con el libro y cuánto ha añadido y/o inventado para extender a tres películas lo que bien podría haberse contando en una sola.  Y la respuesta probablemente se encuentre ya en esta primera entrega.

Bilbo Bolsón es un hobbit que vivía apaciblemente en la Comarca hasta la llegada del mago Gandalf el Gris, quien lo arrastra a una épica búsqueda que le llevará a reclamar el reino que años atrás perdieron los enanos a manos del temible dragón Smaug. Así pues, Bilbo emprende un viaje en compañía de Gandalf y de 13 enanos liderados por el legendario guerrero Thorin Escudo de Roble; un viaje a través de tierras peligrosas infestadas de trasgos, orcos y huangos mortíferos, así como de una misteriosa y siniestra criatura conocida como El Nigromante.

Jackson regresa a la Tierra Media y lo hace, como no podría ser de otra forma, fiel a su estilo (esos planos aéreos son toda una seña de identidad), y manteniendo la coherencia con su anterior hazaña cinematográfica.
La película abre con un espectacular -y por qué no decirlo, bastante mareante- prólogo en el que vemos (nunca en todo su esplendor, lo cual es un acierto de cara a mantener el misterio) cómo un temible dragón (Smaug) arrasa el reino enano de Erebor, expulsando así a sus habitantes y apoderándose de su inmenso tesoro.

Minutos después el director nos traslada a la Comarca para conectar esta película con “La comunidad de la anillo” (y por extensión, con el resto de la trilogía), de modo que volvemos a ver al viejo Bilbo Bolsón (Ian Holm) preparándose para celebrar su 111 cumpleaños y a Frodo (Elijah Wood) a punto de partir al encuentro de Gandalf el Gris. Es en este momento en el que Bilbo comienza a rememorar sus aventuras de antaño, forzando así el salto en el tiempo que nos llevará de nuevo a la Comarca pero 60 años antes, con un joven Bilbo (un estupendo Martin Freeman) a punto de embarcarse en su primera gran aventura.

Antes que nadie conviene remarcar que “El Hobbit” NO ES (así, en mayúsculas) “El señor de los anillos” (desde ahora, ESDLA), y eso hay que tenerlo muy claro a la hora de acudir a la sala. La envergadura de la historia que aquí nos relatan es mucho más modesta. Ya no se trata de una lucha entre el bien y el mal librada a lo largo y ancho de la Tierra Media con todos sus reinos y ejércitos implicados en ella. Se trata de una aventura a menor escala, cuyas consecuencias tienen un alcance mucho más reducido (los beneficiarios directos del éxito de la misión son los enanos, con la ayuda desinteresada de un viejo mago y un hobbit). Por ende, la épica funciona también a una escala mucho menor, sin mastodónticas batallas de por medio. Eso no quita que el viaje esté repleto de emocionantes peligros y que el enemigo (los orcos) esté al acecho constantemente. Pero ya no se trata del mismo cuento, así que no esperéis los mismos resultados catárticos.


De hecho, El Hobbit es, a diferencia de su continuación literaria (ESDLA), un cuento infantil que Tolkien escribió para sus hijos. De ahí la proliferación del humor a lo largo de la trama, y especialmente durante el primer acto: en el encuentro entre Bilbo y sus futuros compañeros de viaje (algo que Jackson alarga en exceso). Las notas de humor son abundantes, con un tono ligero y un poco infantiloide, pero siempre amenas y para todos los públicos. Sin embargo, a medida que el viaje avanza, la sensación de peligro aumenta considerablemente, por lo que todo se vuelve un poco más serio y salvaje. Y quizás ahí se note más que nunca la mano del director, recreándose en los pasajes de acción pura y dura para amenizar la narración y dilatar aún más la historia. Por ese motivo estas casi tres horas de metraje no abarcan todo el libro sino tan sólo una parte.

  
“Un viaje inesperado” es el comienzo de una pequeña gran aventura, el prólogo de la misma, tal como ocurría con “La comunidad del anillo”, con la diferencia que dónde allí había que recortar debido a la generosa extensión del libro, aquí ha habido que añadir; ya sea a partir de los anexos que escribió el mismo Tolkien o de la propia cosecha de Jackson y su equipo de guionistas. Pero si no se ha leído el libro, dudo que eso importe lo más mínimo. 

Servidor es el primero en recriminarle a Jackson tan desproporcionada extensión para tan breve cuento (me temo que lo suyo es más una cuestión de ego que de ansia recaudatoria), pero también soy el primero que, tras el visionado de este aperitivo, le da el visto bueno al invento (por ahora). Literatura y cine siempre han ido de la mano, pero son dos medios totalmente distintos. Las licencias son, a menudo, inevitables, cuando no estrictamente necesarias, aunque quizás aquí esas libertades no estén tan justificadas como con “ESDLA”. 


En cualquier cosa, el resultado se puede tildar de satisfactorio aún con su excesiva duración y los problemas de ritmo que arrastra durante su primera mitad. El tramo final, que transcurre a un ritmo vertiginoso y prácticamente sin descanso, es el que da pie al heroico colofón final de esta primera etapa del viaje. Ahí es donde el director se aleja del cuento infantil para acercarse más a la épica de “ESDLA”, y dónde mejor se aprecia su toque personal (a nivel de tono, ritmo y composición de planos).

¿Es entonces El Hobbit un “más de lo mismo”? Rotundamente sí, pero si alguien espera encontrar otra cosa, es que se equivoca de sala. El mayor obstáculo para disfrutarla es, precisamente, la gran trilogía que la precede y las cuantiosas comparaciones odiosas que puede llegar a suscitar. No es lo excitante que cabría esperar, para qué nos vamos a engañar, pero es suficientemente placentera como para darle el visto bueno a lo que está por llegar, esto es, los dos siguientes capítulos (“La desolación de Smaug” y “Partida y regreso”). 

También es cierto que ya no se cuenta con el factor sorpresa y que el terreno es sobradamente conocido, por lo que nuestra capacidad de asombro es infinitamente menor. 

El valor, el honor, la amistad, la valentía, la maldad, la codicia… Son temas ya conocidos que vuelven a estar presentes en esta primera película y que seguramente se irán extendiendo al resto.

P.D.: El momento más esperado y divertido/hilarante: la aparición del entrañable Gollum en lo que supone el encuentro que cambiará para siempre la vida de Bilbo.

P.D.2: El pase de la película no fue proyectado en los tan temidos 48fps, lo cual fue un alivio teniendo en cuenta el aluvión de críticas que generó al otro lado del charco.



Valoración personal: