jueves, 24 de diciembre de 2009

Felices Fiestas a todos!!



Espero que paséis unas buenas fiestas en compañía de vuestros seres más queridos (y con la familia también, claro xD)

Y que no falte el buen cine en estos días, además del turrón y el alcohol (pero sin pasarse en lo segundo y lo tercero)


Feliz Navidad y Próspero Año Nuevo!


Saludos ;)

P.D.: La crítica de Avatar… en un día de estos… Seguro… Casi seguro… Espero!

domingo, 20 de diciembre de 2009

Dan O'Bannon (1946 - 2009)

Dan O'Bannon
Con algo de retraso (quería hacer un artículo en condiciones y no una mera y fría nota informativa hecha con prisas), publico hoy la triste noticia del fallecimiento de Dan O'Bannon, guionista y director de cine que será recordado eternamente por el guión de uno de los pilares cinematográficos de la ciencia-ficción, Alien el octavo pasajero.

O'Bannon nos dejó a la edad de 63 años el pasado 17 de diciembre tras muchos años de lucha contra la enfermedad de Crohn (una enfermedad inflamatoria de los intestinos)

Cursó estudios de cine en la USC (Universidad del Sur de California), y como trabajo de fin de carrera colaboró con su amigo John Carpenter en la creación de Dark Star (1974), una película (empezó siendo un cortometraje) de escaso presupuesto en la que ambos compartieron las labores de escritura del guión, montaje, efectos especiales y diseño de producción, además de reservarse O’Bannon un papel protagonista en la misma.

Esta primeriza película de Carpenter fue distribuida de forma limitada y exhibida en convenciones de ci-fi, lo que sirvió a O’Bannon para darse a conocer y ser contratado posteriormente por el mismísimo George Lucas para encargarse de la supervisión de algunos efectos especiales en La Guerra de las Galaxias (Star Wars - 1976)

Otro que requirió sus servicios fue el director Alejandro Jodorowsky, quién planeaba realizar su particular adaptación de la novela Dune de Frank Herbert, y que contaba ya con la participación de artistas como Moebius o H.R. Giger para el aspecto visual de la cinta. Desgraciadamente, los problemas de financiación terminaron por hundir el proyecto, y O’Bannon se quedó tirado y sin un duro. En este tiempo, empezaría a concebir lo que sería la idea para la futura obra magna de Ridley Scott (y la suya propia)

Su sueño siempre fue ser guionista y director de cine, y por ello puso mucho empeño en Memory, el borrador inicial de la que sería luego –con pretensiones de dirigirla- Alien, el octavo pasajero. La historia aún era muy precaria pero empezó a tomar forma cuando su amigo Ron Shusset, también guionista, se unió a él. De hecho, fue este último quién aportó una de las ideas más originales en la concepción de la criatura: el hecho de que el ser alienígena utilizara un cuerpo humano como huésped para poder desarrollarse en su interior. Poco a poco, ambos fueron encontrando el buen camino para conseguir el guión de Star Beast (Bestia estelar) título provisional que usaban por aquél entonces.

Aunque la premisa argumental no fuera tan original como creemos, pues ya existían antecedentes de misma índole como Planet of Blood, El enigma de otro mundo o la italiana Terror en el espacio (Terrore nello spazio -1965) (eso sin contar los referentes literarios), lo cierto es que la unión con otros artistas, entre ellos Giger (diseño de la criatura) y el propio Ridley Scott (cuya aportación va más allá de la dirección), fue lo que dio lugar a una de las mejores y más famosas películas de ci-fi de la historia del cine.

O’Bannon terminó escribiendo el guión definitivo de la película, que sería todo un éxito en taquilla, y por el cuál sería galardonado con un Premio Saturno a Mejor Guionista.


Sin abandonar el terror y colaborando de nuevo con su amigo Shusett, co-escribió el guión de Muertos y enterrados (Dead&Buried-1981), una serie B ochentera hoy día bastante olvidada.
Luego llegaría la irregular -como toda película que aglutina varias historias- Heavy Metal (de la que ya hablaré en un futuro), una cinta de animación de culto para la cual O’Bannon escribiría dos de sus historias; las correspondientes a Soft Landing, con la que se inicia la película, y B-17, la de los duendes que atacan un bombardero B-17 (sin duda, una de las mejores del film)

Su siguiente trabajo sería el guión de El trueno azul, una cinta de acción ochentera acerca de un helicóptero de asalto de última tecnología. Algo así como la versión aérea de El coche fantástico, pero con fines meramente militares. La película, dirigida por el antaño eficiente John Badham (Juegos de Guerra, Cortocircuito) es una de las más recordadas, junto a Tiburón, del actor Roy Scheider (y que vista hoy día no es gran cosa, pero entretiene)

En 1985, y en sustitución del previsto Tobe Hooper, le llegó por fin la oportunidad de dirigir su propia película. La susodicha fue El regreso de los muertos vivientes (The Return of the Living Dead), una celebrada comedia zombie que contó con una secuela ya sin vinculación alguna de O’Bannon.

Curiosamente, ese mismo año y para Tobe Hooper, acabaría co-escribiendo junto a Don Jakoby, el guión de la película Lifeforce, fuerza vital (1985), otra película de terror espacial basada, esta vez, en una novela de Colin Wilson. Y al año siguiente, la misma pareja de guionistas se haría cargo del libreto de Invasores de Marte (Invaders from Mars-1986), también de Hooper, siendo ésta un remake de mismo título del clásico de serie B de los cincuenta de William Cameron Menzies. Ninguna de estas dos películas tuvo demasiada fortuna en taquilla.

Pero para un servidor, la otra gran aportación de O’Bannon a la ci-fi fue el guión de la inconmensurable Desafío Total (Total Recall-1990), basado libremente en el relato corto "We can remember it for you wholesale" (Podemos recordarlo todo por usted) de Philip K. Dick. En clave de acción más que de suspense, la cinta fue un violento y entretenidísimo vehículo para lucimiento de Arnold Schwarezenegger a las órdenes de un Paul Verhoeven que reincidía en el género después de su no menos mítica Robocop.

Pero no sería ésta la única vez que el guionista incurriría en un relato de K. Dick, pues en 1995 participaría también en la co-escritura del guión de Screamers, película que adaptada el relato corto La segunda variedad (Second Variety). La cinta estuvo protagonizada por Peter Weller (Robocop), pero no contó con mucho presupuesto, algo que junto a la dirección del mayormente mediocre Christian Duguay, afectó notablemente a su calidad. Como serie B de pocas pretensiones que era, digamos que se dejaba ver, pero no era una de las adaptaciones de Dick más logradas (tampoco de las peores)

Adaptando una historia corta de otro prolífico escritor, H.P. Lovecraft, O’Bannon escribiría el que sería su último guión, colaborando nuevamente con su amigo y socio Shusett. La película en cuestión era Bleeders (1997), conocida en España como Hemoglobina, herencia de sangre.

Aunque su contacto con Lovecraft se daría por vez primera unos años antes y tras las cámaras, dirigiendo The Resurrected (1992), su segunda y última película como director. The Resurrected fue una producción de bajo presupuesto que fue directa al videoclub y que partía esta vez de un guión ajeno escrito por un tal Brent V. Friedman.

En los últimos tiempos, a O’Bannon se lo vinculaba con otro importante proyecto de ci-fi, Silvaticus 3015, una cinta futurista en la línea de la reciente Avatar de James Cameron (eso es, guerra entre humanos y alienígenas por la soberanía de un planeta) y que iba a contar con un presupuesto de unos 100 millones de dólares aproximadamente. Pero han pasado los años y no se ha vuelto a saber nada. Por ello, parece que su trabajo más inminente iba a ser de nuevo con Alien, en la –innecesaria- precuela que teóricamente prepara Ridley Scott. De hecho, O’Bannon nunca abandonó la saga, y de una forma u otra, siempre estuvo vinculado a todas y cada una de las secuelas, incluyendo los spin-offs.

Dan O'Bannon casi nunca trabajó sólo. Solía co-escribir sus guiones junto a otros guionistas, y aunque la calidad de sus trabajos sufriera altibajos muy a menudo (como casi todos los guionistas), su aportación al mundo del cine es innegable, y más aún en el campo de la ciencia-ficción. Aunque sólo fuese por Alien, el octavo pasajero y Desafío Total, dos obras cumbre del cine fantástico, su nombre ya debería ser conocido y reconocido por los fans del género.


D.E.P.


P.D.: Como curiosidad, añadir que O’Bannon es el autor de The Long Tomorrow, un cómic futurista -con tintes del clásico cine negro- que ilustró Moebius y que influenció sobremanera a Ridley Scott para su Blade Runner. Ahí es nada.

viernes, 18 de diciembre de 2009

Encuesta: ¿Qué os ha parecido Avatar?




Por fin ha llegado el día. Hoy 18 de Diciembre se estrena en los cines de todo el mundo “Avatar”, la esperada última película de James Cameron, un director que nos ha regalado verdaderas joyitas de la ciencia-ficción como la dos primeras -y aún hoy día inigualables- entregas de Terminator, la secuela Aliens, el regreso (protagonista de la Frase del mes) y la aventura submarina Abyss, una de sus cintas más olvidadas pero tan reivindicable como cualquier otro de sus trabajos (os recomiendo la versión extendida de 170 min.)

Las críticas previas a su estreno han sido inmejorables, y a día de hoy cosecha más críticas positivas que negativas, si bien eso tampoco quiere decir nada, y puesto que cada uno tiene su propio punto de vista, la única opinión que realmente tendrá validez es la que tenga uno mismo.

Un servidor procurará verla hoy, si es que consigo entradas… en su defecto, lo intentaré de nuevo mañana; y si no, el domingo. Pero está claro que esta es una cita ineludible para los amantes de la ci-fi en general y para los seguidores de Cameron en particular, y yo me encuentro en ambos grupos.

A la espera de poder dejar aquí mi impresión de la película, los que ya la hayáis visto o lo hagáis en breve, podéis votar en la encuesta que figura en el lateral izquierdo, y marcar la opción que más se acerca a la valoración personal que os merece la citada película. Dejaré de tiempo hasta el 31 de este mes, pues seguro que no todos optarán por verla en la primera semana de estreno (no es mala idea evitar las aglomeraciones, algo que suelo hacer cuando el ansia no me corroe, como en este caso xD)

El próximo post será ya la crítica de la película, así que de mientras, los que podáis… ¡animaros a votar!


Saludos ;)

sábado, 12 de diciembre de 2009

2º Aniversario de Amazing Movies



Así es, Amazing Movies lleva existiendo ya un total de 733 días, pues a decir verdad, el día exacto del aniversario fue el pasado 9 de Diciembre. Pero como un servidor es un tanto despistado y entre semana no tiene mucho tiempo de actualizar, pues ha decidido aprovechar la tranquilidad del sábado para hacerlo constar.

Lo cierto es que tres años manteniendo activo Diario de una mente perturbada, mi otro blog, y dos años éste, es algo que en su momento me parecía impensable. Pero gracias a la inestimable presencia de mis apreciados lectores, y a una constancia que no siempre ha sido fácil mantener, hoy puedo decir con orgullo que este blog sigue vivito y coleando; y espero que así sea por mucho tiempo más (el tiempo que el cuerpo y la mente aguanten, o hasta que os canséis de mi xD)

Son ya casi un centenar de reseñas y unos cuantos artículos especiales los que han ido desfilando por estos lares durante todo este tiempo, y deseo que la cifra siga en aumento en los años venideros. Además, tengo alguna que otra sorpresa pensada para este año próximo que se avecina; pero eso es algo que ya os anunciaré en su debido momento.

Por ahora, no me queda otra cosa que agradeceros a todos vuestra fidelidad y vuestros siempre indispensables comentarios. No me cabe la menor duda que sin vosotros, hoy no estaría celebrando este segundo aniversario en la blogosfera.


¡Gracias a todos!


Saludos ;)

domingo, 6 de diciembre de 2009

“Dick Tracy” (1990) – Warren Beatty

Crítica Reseña Dick Tracy Warren Beatty Disney
Los cómics se han convertido en una de las fuentes más recurrentes para la actual industria del cine, que a falta de ideas originales, ha encontrado en ellos un vasto filón del que extraer historias para la gran pantalla. Y ya no estamos hablando sólo de superhéroes sino que cualquier personaje, cómic o novela gráfica que se precie, tiene posibilidades de ver sus viñetas convertidas en fotogramas, sin importar ya la popularidad que les preceda. De hecho, la idea de realizar una adaptación puede incluso preceder a la salida al mercado del cómic mismo.

En estos últimos años, han llegado a nuestros cines superhéroes de todas las clases, aclamadas novelas gráficas y cómics de todo tipo de género y condición. En ese sentido, el material con el que trabajar es inagotable y tan fructífero como lo pueda ser el sector de la novela a secas.

Probablemente el éxito de Blade y sobretodo los X-Men de Bryan Singer fue lo que propició ésta incesante avalancha de adaptaciones comiqueras, que encontraría en Spider-Man uno de sus mayores estandartes (en lo que a ingresos taquilleros y de merchandising se refiere). De todas formas, no son pocos los precedentes de esta actual moda, pues ya en los 80 y 90 hubo varios intentos, algunos afortunados y otros fatídicos, además de producciones eventuales en los 50, 60 y 70, sin contar los numerosos seriales que se nutrían de las viñetas (tiras de prensa, pulps, cómics…) en los años 30 y 40.

No es el momento de enumerar tales producciones, pero sí de empezar esta reseña por una de las más influyentes en la industria cinematográfica y la que dio pie a la película que ahora nos ocupa. La cinta en cuestión fue, sin lugar a dudas, el Batman de Tim Burton, una fantástica (me encanta) y taquillera superproducción que llevó a la gran pantalla el personaje creado por Bob Kane en 1939, y cuyo “mejor” precedente hasta el momento era la extravagante (por llamarla de alguna manera) serie de televisión sesentera protagonizada por Adam West. Obviamente, el cambio estético fue para mejor, con un toque oscuro, gótico y a la vez retro, que encajaba a la perfección con el personaje, amén de un diseño de producción muy cuidado y un reparto a la altura de las expectativas. El éxito fue rotundo y Burton repitió unos años más tarde con una digna -y más madura- secuela que por momentos incluso superaba a la original (y digo por momentos, porque en conjunto, su predecesora me resulta más redonda)

Mientras Warner Bros. Pictures se frotaba las manos con Batman, otros estudios se lanzaron al acecho de personajes que poder convertir en blockbusters para todos los públicos. El primero en probar suerte fue Walt Disney, que un año más tarde (1990) logró llevar a las carteleras las aventuras del inspector de policía Dick Tracy, personaje nacido de la mano de Chester Gould en 1931, y cuyos derechos había adquirido años antes el actor y director Warren Beatty, quién vio como por fin llegaba la oportunidad de darle vida a Tracy más allá de las viñetas de Gould y sus posteriores seriales cinematográficos y radiofónicos.


El proyecto contó, de entrada, con un sustancioso presupuesto para la época (47 millones de dólares, 12 millones más que el Batman de Burton) para poder recrear con fidelidad la ciudad de Dick, además del vestuario y vehículos propios de los años 20; todo bajo una estética sumamente colorista, cargada o, mejor dicho, recargada de rojos, verdes y amarillos chillones, que le daban al film un aspecto visual rompedor y muy llamativo. Los productores la vendían como “algo nunca visto antes”, y en cierto modo, tenían razón (también juraban que el público saldría encantadísimo, pero ahí ya se pasaron de optimistas)

A este peculiar tono colorista ayudó mucho la fotografía de Vittorio Storaro (habitual de Bernardo Bertolucci), que fue galardono con el Oscar por su trabajo, siendo aquella la cuarta estatuilla que recibía tras Apocalypse Now, Rojos y El Último Emperador. También fue importante el diseño de producción de Richard Sylbert (geniales las pinturas matte y los diversos trucajes) y el también galardonado maquillaje de John Caglione Jr. y Doug Drexler, que caracterizaron a gran parte del elenco con rostros de lo más estrambóticos y bizarros, llegando en algunos casos al mal gusto. Y es que para ser sinceros, la mayoría se me antojan demasiado horrendos e incluso chapuceros (la gracia de la caracterización está en no notarse demasiado las prótesis), por lo que ese Oscar me parece bastante discutible (a veces, ser demasiado fiel al cómic puede convertirse en un arma de doble filo)

Otro apartado a destacar es el de la banda sonora, compuesta por el emergente Danny Elfman, que venía crecido por su brillante y aplaudido trabajo en Batman, y del que aquí se perciben claras reminiscencias (intencionadas o no, lo cierto es que recordaba demasiado al score del murciélago, especialmente en los piezas destinadas a los momentos de más acción). A la conseguida estética comiquera, Elfman aportó una partitura muy melódica y, aunque suene redundante, muy Elfman, pues es fácilmente identificable dentro del estilo de sus primeros trabajos. Su labor en sendos proyectos le convirtieron casi en el compositor por excelencia de los superhéroes, trabajando más tarde en el Spider-Man de Raimi, Hulk, Hellboy y otras adaptaciones de cómic (Men in Black y la reciente Wanted)


Para el reparto, se contrataron a un buen puñado de reputadas estrellas de Hollywood, algunas de ellas realizando fugaces cameos, como James Caan o una casi imperceptible Kathy Bates (es la que transcribe el interrogatorio); o encarnando a algunos de los personajes principales, como Dustin Hoffman o un Al Pacino pasado de rosca (acorde con el tono del film) en el papel del mafioso Big Boy, principal enemigo de Dick Tracy en esta historia. Otros como Charles Durning, Dick Van Dyke, Paul Sorvino, Colm Meany o William Forsythe tuvieron papeles secundarios de mayor o menor importancia, reservándose el propio Warren Beatty el papel del incorruptible y sagaz Tracy, el guapo de la película (nada de maquillaje pero sí varios liftings que no lograban ocultar el hecho de que el actor resultara un tanto talludito para el papel) Incluso algunos de los compañeros de reparto de Beatty en la famosa -y sobrevalorada- Bonnie & Clyde hicieron acto de presencia también en la película.

No obstante, el mayor error de casting fue la elección de Madonna en el papel de la femme fatale “Suspiros” Mahoney (rol que tampoco entrañaba mucha dificultad, y menos pasándose media película cantando y la otra media insinuándose a Tracy/Beatty). Error artístico, dadas las nulas cualidades interpretativas de la cantante (siendo éste su mejor papel, que ya es decir mucho), pero no comercial, pues las copias del cd musical de la película se vendieron como churros. De hecho, la B.S.O. “oficial” compuesta por Elfman no se editaría hasta mucho tiempo después, prefiriendo el estudio sacar tajada de la popularidad de la reina del pop y de sus canciones (amén de un Oscar a la Mejor Canción)

Para dirigir a semejante elenco, llegó a sonar oportunamente el nombre de Burton, pero finalmente fue Beatty, que ya ejercía de productor, quién acabó en la silla de director. Lo suyo fue un “yo me lo guiso, yo me lo como” en toda regla. Incluso tomó parte en la escritura de los guiones desechados, pues finalmente el definitivo corrió a cargo de Jim Cash y Jack Epps Jr., artífices años antes de películas como “Top Gun” o “Socios y sabuesos” (la de Tom Hanks y el perro)

De hecho, la parte más descuida de la película es el guión, un tanto pueril y simplón. No se saca verdadero partido ni a los personajes ni a los diálogos, y la acción es escasa y poco gratificante.


Por otro lado, Beatty no aporta carisma alguno a su Dick Tracy y el tono de la película resulta demasiado caricaturesco, paródico e incluso camp, algo que la emparenta más al Batman de Adam West que al de Burton (se nota mucho en las secuencias de peligro y en las peleas, a las que sólo les falta las onomatopeyas típicas de la citada serie). El personaje del niño, que ya aparecía en las viñetas, resulta un estorbo; la chica por la cual suspira Tracy no enamora al espectador; Big Boy es exageradamente patético (y físicamente deformado); muchos secundarios apenas pueden lucirse por el terrible maquillaje; y el misterioso personaje sin cara no es tan misterioso como los guionistas pretenden hacernos creer. En resumidas cuentas, el diseño de producción, el vistoso y novedoso aspecto visual de la cinta y la estupenda banda sonora no logran disimular las carencias de las que hace gala la cinta. Y es que Beatty no era ni el director ni el actor adecuado para el papel, y eso es algo que de forma más o menos evidente se acaba notando en el resultado final de la película.

Pese a recaudar algo más del triple de lo que costó, Dick Tracy fue bastante criticada, sobre todo por el público, el cual la ha dejado en el más absoluto de los olvidos. Si bien es cierto que hoy día muchos la reivindican (en su derecho están y motivos tampoco les falta), no se puede negar que como producto palomitero que es, dejaba bastante que desear antes y ahora. Y no es que sea una mala película del todo (peores las ha habido en este ámbito), pues sus casi dos horas de duración se pasan en suspiro, pero no termina de emocionar ni divertir. Quizás el personaje, proveniente de una tira cómica, no esté hecho para el cine, o quizás aún no han sabido sacarle partido debidamente.

Warren Beatty lleva tiempo inmerso en una batalla legal por los derechos del personaje, los cuáles, por el momento, aún posee (creo). El grupo mediático Tribune, distribuidor durante años de la tira cómica, reclama los derechos de Tracy debido al uso poco productivo que le ha sacado el actor. De hecho, esta adaptación iba a ser la primera de una saga que no llegó nunca a materializarse, aún recaudando un buen pastizal y recibiendo no uno ni dos, sino tres Oscars en total (en categorías secundarias, pero Oscars al fin y al cabo). Supongo que pese a las entradas vendidas, la impresión general fue de decepción, y acometer una segunda película, con la inversión que esto suponía, era un riesgo que el estudio no quiso correr.

Habrá que esperar aún para que Dick Tracy tenga una segunda oportunidad en el cine. No sé si de la mano de Beatty o de otros productores, pero cuando eso ocurra, espero que hagan bien los deberes y eviten que algunos se dejen llevar por sus caprichos personales, que es lo que ocurrió con ésta primera adaptación. Aunque está visto que en Hollywood tropiezan a menudo con la misma piedra, y la reciente The Spirit es otra muestra de ello.



Valoración personal: