miércoles, 12 de octubre de 2016

SITGES 2016 - DÍA 4



“Blair Witch” (2016) – Adam Wingard
 
Sinopsis oficial: Unos estudiantes se adentran en los bosques Black Hills de Maryland para intentar descubrir qué pasó en la desaparición de la hermana de James, relacionada con la leyenda de la bruja de Blair. Pronto una pareja de lugareños se ofrece a ser sus guías en los bosques. 

Comentario:  Ruiditos. Más ruiditos. Gritos. Ruidos más estruendosos. Más gritos. Más ruidos. Y así todo el rato… Eso es el guión de “Blair Witch”, secuela (remake encubierto para los que vieron la original) de “The Blair Witch Project”, uno de los más sonados sleepers de la década de los noventa (aunque ya casi nadie se acuerde de ella). Una película de terror hecha con cuatro duros, que arrasó en taquilla y que puso de moda la corriente del “metraje encontrado” heredera del “falso documental” con el que otros como Ruggero Deodato  con su “Holocausto Caníbal” ya experimentaron. Desde entonces, los directores noveles -y otros algo más veteranos- que se han apuntado al carro de rodar películas de esta forma , ahorrándose una bárbara cantidad en costes de producción, han salido hasta de debajo de las piedras. 

En estos 17 años que han pasado hemos visto de todo, y no sólo en el campo del terror, aunque sin duda ha sido el más abonado. La inmensa mayoría, por qué no decirlo, han resultado ser un auténtico fiasco. Podría contar con los dedos de una mano las honrosas excepciones que un servidor salvaría de la quema (Grave Ecounters, entre ellas). Y es que a la escasez de presupuesto muchas veces se le ha sumado también la escasez de ideas, repitiendo una y otra vez la misma fórmula sin tener nada que fresco aportar. Y esto es precisamente lo que le ocurre a “Blair Witch”, una película que ya hemos visto tropecientas veces.

Pero lo peor es que a estas alturas del juego, un tipo como Winwargd, que guste más o guste menos había mostrado hasta ahora tener cierta autoridad/personalidad, se pase hora y media de película intentando asustarnos martirizando nuestros oído a golpe de dolby surround. Personajes apareciendo de sopetón ante la cámara acompañados de algún estruendoso efecto de sonido son la tónica habitual, lo que no hace sino evidenciar la nula capacidad del director para siquiera inquietar al espectador.  

A los temblorosos e incomprensibles movimientos de cámara habituales, se le unen todos estos ruidos cada vez más insoportables, cada vez a mayor volumen, que intentan inútilmente hacernos saltar de la butaca. La historia, reducida a la mínima expresión, y los personajes, meros teleñecos que se pasean por la pantalla para poner cara de susto y soltar gritos a cada rato, terminan de socavar un filme absolutamente torpe y falto de ideas. Un burdo e indigerible sacacuartos pensado para usurpar todo el crédito posible que dé de sí llevar las palabras “Blair Witch” en el título.


“Pet” (2016) – Carles Torrens

Sinopsis oficial: Seth y Holly son dos personas aisladas que tienen mucho más en común de lo que creen. Una oscura historia de amor que examina cuánto estamos dispuestos a hacer en nombre del amor.

Comentario: Si hubiera sabido que el responsable de “Pet” era el mismo director de la bochornosa “Emergo”, probablemente me la habría ahorrado. Y hubiera hecho bien.

La cinta parte del chico (re)conoce a chica, a chico le gusta chica, chica pasa olímpicamente de chico, chico se obsesiona con chica…. Y eso ya da a pie a un rocambolesco thriller/historia de amor con cautiverio incluido que, si bien contiene algunas ideas interesantes, termina por embarrarse en terreno pantanoso en el momento en el que decide encasquetarnos un improbable giro de guión. Y no es el que el giro en sí no proceda, sino más bien que va perdiendo fuelle a medida que el concepto en el que se sustenta se va desarrollando. Un giro que podría haber sido el punto de partida para un potente duelo psicológico entre captor y víctima, termina derivando en un cúmulo de sinsentidos que nos invitan a reflexionar sobre cuál de los dos personajes protagonistas resulta menos creíble.  Y culminando todo ello en un desenlace inconcebible que pretende pasar por rompedor.   


“Dog Eat Dog” (2016) – Paul Schrader

Sinopsis oficial: Cuenta la historia de tres ex convictos contratados para llevar a cabo un secuestro en la ciudad de Los Ángeles. Tras el intento fallido de cumplir esta misión, el trío se verá envuelto en una huida que provoca que sus vidas estén fuera de control, lo que les compromete a echarse a la carretera e intentar no volver a la cárcel cueste lo que cueste. 

Comentario: La decadencia de un director como Paul Schrader, antaño reputado guionista gracias a su asociación con Martin Scorsese (Taxi Driver, Toro salvaje…), es cada vez más evidente. Que algunos de sus últimos trabajos acaben condenados al mercado doméstico no dice tampoco mucho a su favor. No obstante, todavía quedan algunos destellos del notable escritor que una vez fue, y estos se encuentran esparcidos caóticamente entre los 93 minutos que componen su última película.

Probablemente lo que aquí  juegue más a su favor sea un par de actores sin complejos como Nicolas Cage y Willem Dafoe, que se entregan a la marcianada que Schrader pretende colarnos como thriller. El trío de criminales de pacotilla (torpes, alcohólicos, cocainómanos y puteros) que interpretan los protagonistas tiene su encanto, y parece que la trama promete, cuanto menos, algunos momentos impagables gracias a los desvaríos del personaje de Dafoe y al histrionismo de Cage (ambos lo mejor de la cinta). Pero por desgracia la cosa va perdiendo gas a medida que se acerca el desenlace, en donde todo se remata de forma atropellada y sin mucho atino, dejando para el recuerdo poco más que algunos segmentos delirantes (el loquísimo comienzo, sin ir más lejos).

No hay comentarios: