“Bed of the Dead” (2016) – Jeff Maher
Sinopsis oficial:
Dos jóvenes parejas deciden acudir a un extraño lugar dónde el sexo tiene vital
importancia. A punto de iniciar el juego amoroso entre ellos, se dan cuenta de
que la cama donde pretenden efectuar esos gratificantes ejercicios, quiere ser
la verdadera protagonista.
Comentario:
Maher, hasta ahora director de fotografía de películas como “Antisocial” o “Bite”,
hace su debut en la silla director con esta cinta de terror cuyo premisa bien
podría valer para algún episodio de “Crypshow”, “Master of Horror” y sucedáneos.
Su título ya es bastante revelador, pues la historia gira en torno a una
especie de cama maldita que se convierte en una trampa mortal para todo aquel
ingenuo que se posa en ella. En realidad, ni siquiera es necesario subirse o
sentarse en ella para convertirse automáticamente en una de sus víctimas; con
tocarla basta. Y es que al parecer, la madera con que está hecha procede, como
bien nos muestra el director al comienzo de la película, de un árbol que en la
antigüedad se empleaba para colgar a personas que habían cometido alguna clase
de delito. Es por ese motivo que la cama es bastante caprichosa, y sólo se
cepilla (ejem) a personas que sean culpables de haber hecho algo malo.
Por supuesto, todos nuestros protagonistas, sin excepción,
tendrán algún pecado oculto que les convertirá en potenciales ajusticiados de
la dichosa cama, que ejercerá de verdugo con las más retorcidas, dolorosas y
sanguinarias de las ejecuciones.
Interpretaciones malas, personajes que son puro cliché y
casquería barata para una olvidable (aunque medianamente entretenida) película
de serie B que pasa a engrosar la lista de “películas basadas en objetos
malditos”. Ya hemos comprobado con anterioridad que el Mal puede hallarse en un
vehículo (el Plymouth de “Christine”), un/a inocente muñeco/a (Muñeco
diabólico, Annabelle), un libro (el Libro de los Muertos de la saga “Posesión
Infernal”) o incluso una cinta de vídeo (The Ring). Cualquier objeto es válido.
P.D.: El giro de guión que juega con las líneas temporales,
si bien no tiene mucho fundamento, por lo menos le confiere un puntito interesante
a una trama que, hasta ese punto,s e estaba volviendo demasiado rutinaria.
“Detour” (2016) -
Christopher Smith
Sinopsis oficial:
Harper está convencido de que su padrastro causó el accidente que dejó a su
madre en coma. Una noche de borrachera, le cuenta sus penas a Johnny, un golfo
que le ofrece una solución a sus problemas: liquidar al tipo a cambio de veinte
mil dólares.
Comentario: el
propio Smith estuvo presente antes de la proyección para presentarnos su
película, la cuál, según sus palabras, era lo mejor que había rodado. Y no seré
yo quien se lo discuta. No tanto porque “Detour” me parezca una maravilla, sino
más bien porque en comparación, destaca por encima de sus anteriores trabajos,
que a gusto de un servidor tampoco eran nada del otro mundo. “Black Death” no
me convenció en absoluto, mientras que “Severance” no pasaba de ser una
simpática comedieta de terror. Y en cuanto a “Triangle”, al comienzo resultaba realmente
prometedora, pero finalmente te dabas cuenta de que el guión no tenía ni pies
ni cabeza.
De todos modos, al César lo que es del César. Y es que “Detour”
no sólo sobresale por comparación, sino
también por méritos propios. No es que la trama en sí resulte especialmente novedosa,
pero si la forma en la que el cineasta nos la cuenta, deconstruyendo la
narrativa lineal y jugando con el espectador durante buena parte del metraje.
Lo que en principio parece una premisa dividida en dos posibles líneas argumentales abocadas a un mismo
destino, similar -en cierto modo- a aquellos libros de “Elige tu propia
historia” en los que el lector determinaba el devenir de los acontecimientos en
base a varias opciones planteadas, en realidad es algo bien distinto. Y
prefiero no dar más detalles al respecto para no chafarle a nadie la película.
Esta estructuración alterada de la narración, que algunos
podrán considerar tramposa, en mi opinión no lo es. La trampa en la que cae el espectador es un truco expositivo juguetón pero
carente de engaños. No considero que se falseen los hechos para que encajen luego
las piezas, amén de que Smith va dando algunas pistas antes de desvelarnos el
giro.
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