jueves, 5 de octubre de 2017

SITGES 2017 - Día 1 (Parte 2)


“The Battleship Island” (2017) - Ryoo Seung-wan

Sinopsis oficial: Durante la época colonial japonesa, alrededor de 400 personas de Corea, que se vieron obligados a ir a la Isla Acorazado ("Isla Hashima") a extraer carbón, intentan escapar. 

Comentario:
Hace un par de años pudimos ver en el festival la comedia policiaca “Beterang”, que se convirtió en la cinta coreana más taquillera de 2015 en Corea del Sur. Este año, el director surcoreano, afincado mayormente al cine de acción y el thriller, nos trae una película muy diferente. Un filme bélico que nos sitúa en uno de los pasajes más oscuros de la historia de la Isla de Hashima, también conocida con el nombre “Isla del Acorazado” (por su forma y sus muros circundantes) al que hace referencia el título.

Hoy conocida como una isla fantasma tras quedar completamente deshabitada a mediados de los setenta, esta ínsula situada a unos pocos kilómetros de Nagasaki fue, durante años, una próspera comunidad minera, llegando a albergar, en su máximo apogeo, a unas 3.000 personas aglutinadas en un espacio de apenas medio kilómetro  convertido éste en una especie de mini ciudad amurallada.

En la década de los 40, en plena II Guerra Mundial, la isla seguía produciendo toneladas de carbón como recurso destinado al conflicto bélico. Pero a falta de mano de obra nacional debido al envío de los japoneses más capaces al campo de batalla, el gobierno de Japón decidió “reclutar” a la población china y coreana del país para que trabajara en las minas. Los que no llegaron hasta allí secuestrados o bajo coacción, lo hicieron bajo falsas promesas de un próspero futuro o de una vía de escape para regresar a sus países de origen. Y es que una vez allí, los reclutados eran tratados como esclavos bajo pésimas condiciones. Un trato infrahumano que se llegó a cobrar la vida de centenares de esos  trabajadores, bien por desnutrición, bien por enfermedades o accidentes en el interior de las minas (los escapes –y consiguiente intoxicación- de gas y las explosiones eran habituales), o bien por intentos de fuga frustrados.

En este contexto, el director centra el foco de atención, obviamente, en sus compatriotas coreanos, dejando a un lado el trato a los trabajadores chinos y remarcando sobre todo la crueldad de unos japoneses a los que la derrota en la guerra parecía echárseles encima cada vez con mayor claridad.

Para ilustrar los horrores de la guerra vividos en aquella isla, Seung-wan centra su ficción en tres personajes muy distintos: un pícaro músico padre de una niña pequeña a la que intentará cuidar y proteger por encima de todo, un gángster fanfarrón pero con un corazón noble, y un espía infiltrado cuya misión es rescatar a un importante prisionero miembro clave de la Independencia coreana. Las vidas de estos tres hombres convergerán en un enclave infernal, y aún con objetivos inicialmente distintos y egoístas, finalmente harán frente común para luchar contra el opresora enemigo. Sobrevivir y alcanzar la ansiada libertad será, en última instancia, lo único que de veras importará.

Aún a tres bandas, la historia hace especial hincapié en la figura del padre protagonista, al que interpreta el actor Hwang Jung-min, quien ya ha trabajado con el director en un par de ocasiones. Esto es así puesto que su historia es la que tiene mayores posibilidades dramáticas dentro de la trama. Y éstas, por supuesto, se explotan debidamente a lo largo del metraje y, sobre todo, en el desenlace. 

Quizás eso deje al resto de personajes algo más desdibujados, especialmente el personaje que interpreta la actriz Jung-hyun Lee, al que podía haber sacado más jugo de cara al inhumano trato como “objetos sexuales” que recibían las mujeres en la isla.

De todos modos, las diversas historias funcionan en su conjunto, y el apogeo final, con los coreanos tratando de huir de su cautiverio, proporciona los dosis de épica que se le pide a la cinta. En ese aspecto, el director se muestra especialmente hábil, rodando las secuencias con dinamismo y gran fuerza visual, culminando esos últimos minutos de forma realmente espectacular y emocionante. 

Cabe mencionar que en el festival se ha proyecto la versión “Director’s Cut”, que suma unos 20 minutos a la ya de por sí extensa (si bien llevadera) duración de la cinta. 

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