Maps to the Stars
Podría haber significado mi particular reconciliación con el
director después de sus dos últimos y -a mi gusto- decepcionantes trabajos
(especialmente la insoportable “Cosmopolis”). Pero lo cierto es que lo nuevo
David Cronenberg no hace sino reafirmar lo distanciado que está el canadiense
de sus anteriores etapas. Y eso, para alguien que adora tanto su cine más
estrafalario y visceral como “La mosca” o “eXistenZ”, como su solmene visión
del thriller en trabajo como “Promesas del Este” o “Una historia de violencia”,
supone un duro golpe que derrumba la poca fe que me quedaba en él.
A “Maps to the Stars hay que reconocerle un buen puñado de
ingeniosos destellos satíricos a la hora de abordar la punzante crítica al star system de Hollywood. Hasta en un
guión tan espantoso como el presente, el guionista logra breves momentos de
inspiración . También ayuda que el ejercicio de metacine suponga un guiño
constante hacia al cinéfilo, cosa que siempre nos congratula como espectadores.
Pero sus personajes son tan histriónicos, tan burdamente rocambolescos
y tan absolutamente aborrecibles, que la película se transforma en una
bochornosa y aburrida farsa de dos horas. Un excesivamente caricaturesco
retrato de una mundillo al que el guionista trufa de personajes desagradables
que, para más inri, parecen estar todos conectados de la forma más chapucera
posible. Cronenberg, por su parte,
aporta su granito de arena rodando escenas de dudoso gusto que ayudan a
encumbrar este despropósito entre lo peor en la carrera del cineasta.
No Tears for the Dead
El surcoreano Lee Jeong-beom nos entregó, hace ya cuatro años,
“The Man from Nowhere” (bautizada
en su estreno en España como “El hombre sin pasado”), una estupenda historia de
redención en forma de espectacular thriller de acción. En este tercer trabajo, el
director recupera otra vez la figura del asesino a sueldo, sólo que en esta
ocasión éste no invierte sus esfuerzos en rescatar a una niña de las garras de
un grupo de peligrosos traficantes, sino que se dedica a proteger a la madre de
otra pequeña a la que él mismo asesinó accidentalmente.
Volvemos de nuevo a una historia de redención, sólo que
ahora los elementos con los que juega Jeong-beom no están tan bien armados. Las
escenas de acción siguen siendo su punto fuerte, pero aquí la vertiente
dramática no llega a calar tan profundamente como lo hiciera en en su anterior
film. Y eso que Jeong-beom lo intenta reiteradamente hasta el final, añadiendo
incluso una escena de más -y bastante gratuita- antes de los créditos y que,
además de no aportar mucho al anodino trauma infantil del protagonista,
desvirtua un poco el desenlace de la película.
Ligera decepción pues, para un thriller que si se compara
con su predecesor, pierda enteros. No diré que sea una mala película, pero el
director se atranca tanto en el nudo de la historia, que a menudo se acerca
peligrosamente a los dominios del aburrimiento. Por suerte, el tramo final,
dedicado por entero a la acción, logra que la cinta levante un poco el vuelo.
3 comentarios:
A mí Cosmopolis también me resultó una película que roza lo insoportable, y dos oportunidades le di. Pero no puedo estar en mayor desacuerdo con tu posición ante Maps to the Stars, aunque para gustos colores, sé de gente que adora Cosmopolis.
Creo que esperar recuperar al Cronenberg de La mosca, es un error que muchos espectadores pagan caro.
No se trata de querer recuperar al Cronenberg de La Mosca (eso ya forma parte del pasado), sino simplemente que deje de hacer estos, a mi gusto, engendros sin pies ni cabeza.
Es capaz de hacer muy buen cine, y en mi opinión ya lleva tres meteduras de pata seguidas. Hay otros géneros que de seguro le están esperando con los brazos abiertos. Por lo menos que se procure mejores guionistas.
Saludos ;)
Pues para mí, solo lleva una, Cosmopolis. Pero todo se reduce a cuestión de gustos.
Publicar un comentario