domingo, 5 de octubre de 2014

Sitges 2014 - Día 1: Horror en alta mar, el Coco australiano y cabezas de turco

REC 4 - Apocalipsis

Tras una gamberra y muy libérrima (en tono y concepto) tercera entrega, REC4 se nos presenta como un retorno a los orígenes, devolviendo así la saga a los cauces de terror angustioso que la han caracterizado desde el principio. Esta vez, sin embargo, la mayor –o la única- novedad reside en que la acción se traslada a un enorme barco en mitad de ninguna parte del océano, deviniendo éste en el escenario claustrofóbico perfecto para desatar una nueva oleada de violencia “zombie”.

Si bien REC 3 era ofrecía una visión muy personal de su director, Paco Plaza, aquí parece que tengamos delante un mero producto de encargo realizado un poco a desgana. Y es que esta cuarta entrega resulta tan efectiva como rutinaria. No se asumen riesgos ni se ofrecen respuestas de ninguna clase que permitan hacer avanzar la saga o por lo menos aportar alguna novedad a la misma. En consecuencia, la historia se estanca y se queda prácticamente en el mismo sitio en el que ya estaba.  Cierto es que eso mismo podríamos achacárselo a su predecesora, pero es que en esta ocasión se recupera a la estrella de la franquicia, Manuela, para limitarse a participar en un repetitivo esquema de horror survival ya conocido (dentro y fuera de la franquicia REC) y carente sorpresas. Hasta el golpe de efecto se ve venir a leguas.

Balagueró ha tomado el camino fácil entregando un producto de terror funcional al que sin duda se le debe reprochar su falta de aspiraciones, su mecánica dirección (con confusos y mareantes movimientos de cámara en las escenas de acción) y su poca capacidad para sorprender. Pero al César lo que es del César, y es que REC4 es endemoniadamente entretenida; un intenso non-stop de acción y gore a raudales que, en su condición de zombie-movie, debería satisfacer al que busque poco más de hora y media de terrorífico y sangriento escapismo. Aunque es muy probable que al mismo tiempo pueda llegar a decepcionar al fan acérrimo de la película original y/o de sus secuelas.


The Babadook

Amor de madre vs monstruos de alcova. Así podría resumirse este sugerente y sobrio film de terror en el que algo tan inocente como contarle un cuento a un hijo antes de acostarse puede terminar convirtiéndose en una auténtica e infernal pesadilla.

Desde que perdió a su marido en un accidente de coche, Amelia, embarazada por entonces, se ha hecho cargo ella sola de cuidar a su hijo. Pero el pequeño es un crío conflictivo, y no le está poniendo las cosas nada fáciles. Su tendencia a la agresividad y su asustadiza actitud con respecto a los monstruos imaginarios empieza a colmar la paciencia de su madre, que no da abasto entre el trabajo, el suplicio en el hogar y el permanente recuerdo de su fallecido marido. Todo empieza a empeorar en el momento en el que encuentra por casa un misterioso cuento para niños titulado The Babadook, y cuyo protagonista es un espeluznante monstruo a lo el “Coco”. Desde que le lee el libro a su hijo, éste asegura poder ver a Babadook, como si la lectura de las páginas del libro lo hubieran invocado y liberado. Por supuesto, no parece ser otra cosa que la influenciable imaginación de un niño, hasta que la propia Amelia empieza a percibir la presencia de alguien en la casa.

Como espectadores, pasamos de detestar profundamente al irritante niño protagonista a compadecerlo a medida que su madre empieza a caer presa de la locura. ¿Es Babadook algo real? ¿Está Amelia cayendo en el influjo del perverso monstruo?  Con el paso de los minutos (días en la película) somos testigos del cambio radical en Amelia, pasando de una tierna y sufridora madre a una loca psicópata cual Jack Nicholson en “El resplandor”.

El acierto del director pasa por el ambiente enfermizo que logra otorgarle a la cinta, así como por algunas secuencias realmente terroríficas en las que sin duda ayuda mucho el escalofriante monstruo que da título al cuento y a la película. Con pocos y sutiles elementos se logra crear un film de terror inquietante al que quizás podamos recriminarle su no del todo satisfactorio desenlace, pero que sin duda cuenta con una gran protagonista y un monstruo para el recuerdo.



The Target

En base a los mismos cimientos, lo que era un buen thriller a la francesa (“Cuenta atrás”) pasa a ser ahora un mucho mejor thriller a la coreana. Y es que The Target coge de aquella lo justo para construir su propia trama enmarañada, añadiendo mucho de su propia cosecha y rellenándola de palpitante acción. 

Yeo-hoon es un ex mercenario de élite que lleva una vida normal, hasta que en buen día se mete, sin comerlo ni beberlo, en un berenjenal ajeno (una trampa orquestada para dar con un cabeza de turco para un calculado asesinato) a partir del cual su vida y la de otras personas correrán un grave peligro. Herido y desorientado, Yeo-hoon tratará de averiguar quién anda detrás de todo y por qué desea con tanto ahínco verle muerto. Así es cómo se verá inmerso en una carrera contrarreloj en la que será perseguido sin descanso y en la que encontrará por el camino a los aliados más inesperados.
Como remake, The Target es suficientemente distinto al original como para poder disfrutarse sin caer en las comparaciones. Aunque en caso de hacerlas, habría que admitir la superioridad de éste para con el film francés. Y es que la acción, con sus llamativas secuencias e intensos enfrentamientos cuerpo a cuerpo tan al estilo asiático, es sin duda el sello distintivo y definitorio de esta nueva versión.

El ritmo es trepidante y el interés del espectador va en aumento conforme avanza la trama en su camino por hallar las respuestas a los enigmas presentados.


1 comentario:

Machete dijo...

Como bien dice en su poster Ha llegado la hora que dejen de hacer más secuelas. A mí me pareció muy floja, tanto bombo y platillo para finalmente nada de nada.

Babadook, dook, dook, dook. Una película que me provocaba reticencia y me ha sorprendido muy gratamente, creo que se merecía una cabecita más.