jueves, 21 de octubre de 2010

Crónica Sitges: Día 10 (16 de Octubre)

Sitges 2010 Hybrid, The perfect Host
Teniendo en cuenta que el domingo iba a ser todo maratones, el sábado fue para mí el último día en el Festival.

En total, han sido diez días viendo películas, a veces buenas a veces malas. Diez días en los que he conocido a otros compañeros blogueros y con los que he compartido sesiones y charlas cinéfilas. Diez días alimentándome a base de bocatas. Díez días de sueño y mucho cansancio, aunque he conseguido no dormirme en ninguna proyección (si bien algunas películas invitaban a ello). Diez días de cine que ya han pasado y que ahora se recuerdan con cierta morriña.

La verdad es que se agradece volver a la rutina diaria y tener tiempo libre para escribir con más tranquilidad y/o dedicarse a otros menesteres. Sin embargo, por agotadora que haya sido, he vivido una grata experiencia. He aplaudido y me he reído a carcajadas en una sala de cine, y he disfrutado de buenas y malas películas en compañía de un montón de cinéfilos como yo.

Cuando empecé no sabía si lograría llegar hasta el final. Y ahora que lo he conseguido, tengo una idea mucho más clara –y menos idealizada- del festival. Y sin embargo, estoy convencido que si nada me lo impide, repetiré el año que viene con las mismas ganas e ilusión.

Dicho esto, toca reseñar las dos últimas películas que la jornada.

1ª Sesión – Hydrid 3D: Película acerca de un monstruoso coche asesino que sembrará el pánico en un grupo de mecánicos de un garaje de la policía de Chicago.

Film que me perdí en pases anteriores, por lo que decidí aprovechar el último día para echarle el ojo, ya que este tipo de argumentos me suelen atraer bastante (cinéfago que es uno)

Ante todo, debe quedar claro que estamos ante una serie B (con cierto aire a telefilm) con un grupo de personajes encerrados en un espacio reducido (en este caso, un garaje/taller) y con monstruo de por medio que irá matándoles uno a uno. Así pues, la originalidad es más bien escasa. El monstruo en sí, que tiene la apariencia de un coche (aunque en el transcurso del metraje adoptará el aspecto de otros modelos), recuerda un poco a “Christine”, aunque no es exactamente un coche endemoniado. De hecho, la explicación del origen de la criatura es de lo más descabellada/absurda, pero si nos olvidamos de eso y nos centramos en la acción propiamente dicha, se puede pasar un rato entretenido.

Los personajes son arquetipos clásicos de este tipo de cintas. Así pues, tenemos el héroe/heroína y también al típico cretino al que le deseas la muerte desde el primer instante.

Con estos elementos, el director se las apaña suficientemente bien para sacarle partido al escenario y a las habilidades del bicho y hacer un producto ameno cuyas modestas pretensiones se ven más o menos cumplidas. Por supuesto, hay que ir bien predispuesto a que no se verán grandes secuencias de acción (aunque son bastante potables), ni buenas actuaciones (son más bien justitas) ni tampoco buenos efectos especiales (cuando el monstruo desvela su apariencia real el resultado cochambroso), pero si uno disfruta sin complejos de este tipo de producciones se puede dar por satisfecho, aunque resulte mayormente previsible (no es difícil saber quién morirá y quién se salvará) o el final que le espera a uno de los últimos supervivientes esté un poco pillado por los pelos.

Sinceramente, estando dirigida por Eric Valette, responsable de la abominable “Malefique”, podría haber salido algo muchísimo peor. Eso sí, olvidaros de verla en 3D porque es una tomadura de pelo. No ya por malo sino por imperceptible. Tan sólo se aprecia en los títulos sobreimpresos en pantalla y en una secuencia de choque al inicio del film. En el resto del metraje, el efecto estereoscópico es inexistente.


2ª Sesión – The Perfect Host: Thriller (con sus jugosas dosis de humor) basado en el corto, "The Host” del propio director, Nick Tomnay. La película nos cuenta la historia de John Taylor, un criminal común que acaba de robar un banco y que, huyendo de la policía, decide esconderse en un barrio acomodado de Los Ángeles. Allí tiene la oportunidad de hacerse pasar por el amigo de una amiga de Warnick Wilson, el perfecto anfitrión que está preparando una cena especial para sus amigos. Taylor se refugia en su casa guardando las apariencias, procurando mantener la mentira el mayor tiempo posible. Sin embargo, llegará un punto en que ya no podrá ocultar más su verdadera identidad… ni él, ni su anfitrión.

Genial comedia/thriller de intriga en el que un ladrón con mucha mala suerte acaba en la casa de un adinerado solterón que, engañado por una vil mentira, le atenderá amablemente. Pero las apariencias engañan, y ni el ladrón es tan malo ni la víctima tan dócil.

El gafado protagonista, que ya tiene sus problemas antes incluso de llegar al hogar de Wilson (la escena en la tienda de ultramarinos es un ejemplo), aprovecha la inocencia del anfitrión para ocultarse de la policía durante un tiempo prudente. Lo que el pobre desgraciado no sabe es que ha ido a parar al peor escondite posible, y es que Wilson le va a causar más de un quebradero de cabeza.

La película es delirante de principio a fin, y ahí tiene como gran baza no sólo el ingenioso guión sino también la brillante presencia de un divertidísimo David Hyde Pierce (el inolvidable Dr. Niles Crane de la gran serie “Frasier”). David está que se sale interpretando las distintas fases de su personaje; cada mueca y cada movimiento (esos tronchantes andares…) nos van mostrando la personalidad de Warnick Wilson, un tipo que esconde un oscuro secreto.

Las surrealistas e impagables situaciones que se producen en el interior –y exterior- de la casa, las locuras de Wilson y las continuas faenas que le hará pasar a Taylor son sólo una pequeña muestra de todo lo que la cinta tiene que ofrecernos. Y es que se guardan también unos cuantos ases en la manga para el final, donde quizás podríamos decir que peca de rizar demasiado el rizo pero que aún así consiguen sorprendernos y dejarnos un estupendo sabor de boca.

No me cabe ninguna duda que “The Perfect Host” ha sido uno de los mayores aciertos de la –más bien decepcionante- programación del festival de este año y una de las sorpresas más agradables que se me he llevado (el argumento sonaba interesante pero no tenía muy claro qué iba a ver ni podía imaginar lo que finalmente iba a encontrarme)

Fantástica película con la que despedirse de la 43 Edición del Festival de Cine Fantástico de Catalunya.

El año que viene, si puedo, volveré.

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