miércoles, 14 de marzo de 2012

“Dictado” (2012) - Antonio Chavarrías

Crítica Dictado 2012 Antonio Chavarrías
Esta es la segunda vez en menos de tres meses que nos encontramos con una película de Juan Diego Botto en nuestras carteleras. A finales de enero teníamos al actor embutido en un uniforme militar encarnando a un soldado de la División Azul en plena Segunda Guerra Mundial en la muy correcta “Silencio en la nieve”, y ahora le tenemos de regreso en “Dictado” postulando para ser el padre adoptivo más atormentado del año.

Y es que en este último largometraje de Antonio Chavarrías, que no se sentaba en la silla de director desde “Las vidas de Celia” (2006), Juan Diego interpreta a Daniel, un profesor que, tras la insistencia de su mujer Laura (Bárbara Lennie), acepta acoger en su casa a Julia (Mágica Pérez), la hija de un amigo de la infancia que acaba de suicidarse. Mientras Laura consigue que Julia recobre poco a poco las ganas de vivir, Daniel empieza a sentir como amenazas algunas de las acciones de la niña, que despiertan en él miedos y sentimientos de un pasado que había decidido enterrar.

Otro español que responde al nombre de Jaume Collet-Serra ya nos advirtió de los peligros de una errónea adopción en “La huérfana”, producción estadounidense en la que la felicidad de un estable matrimonio se tambaleaba por culpa de una “niña” un tanto desquiciada…

En esta ocasión nos encontramos con Daniel y Laura, una pareja que desea tener un hijo pero que por caprichos del destino no logran concebirlo. Para Laura, la oportunidad de ejercer de madre se le presenta en forma de adopción provisional tras la muerte de Mario, que deja a su hija huérfana y aparentemente sin nadie que se pueda hacer cargo de ella.

Mario es un viejo conocido de Daniel que reaparece de sopetón insistiendo en que éste conozca a Laura. Poco después, y ante la negativa de Daniel, se quita la vida por motivos que desconocemos, aunque intuimos que tiene algo que ver con la citada niña. Algo en ella asustaba tanto a Mario que decidió terminar con su sufrimiento por la vía rápida.

¿Pero qué era lo tanto angustiaba a Mario como para acabar suicidándose? Poco a poco lo iremos descubriendo…


Mario y Daniel están conectados por un suceso del pasado, algo que este último enterró en el fondo de su memoria pero que ahora ha regresado para atormentarle. El director nos pone poco a poco en la pista de aquello que ocurrió años atrás mediante continuos saltos en el tiempo y que de forma entrecortada nos van desvelando pequeños detalles de la infancia de ambos personajes. A medida que avanza el metraje, alternándose continuamente pasado y presente, vamos conociendo el por qué de la incomodidad de Daniel con Julia, una niña que le recuerda a Clara, alguien que conoció siendo un niño. Cuanto más tiempo pasa, más se disipa el desconcierto inicial y las dudas, y más convencido está Daniel de que Julia es Clara. Sin embargo, no hay explicación lógica para ello. ¿O sí la hay?

Chavarrías juega con el perfil psicológico de sus personajes y transita lugares comunes del género (solitarias viviendas en medio del bosque, bañeras como símbolo onírico de la muerte…) para ir creando un entorno desquiciante alrededor del personaje de Daniel. En ese sentido, su gran baza es ese suspense teñido de sugerencias sobrenaturales que va desprendiendo la historia a lo largo del metraje, si bien Chavarrías hace bien en reservarse el consabido as en la manga hasta bien llegado el último acto. Revelado el misterio, cuyo origen podía intuirse pero no llegar a concretarse del todo, el tramo final deviene en lo previsible y con cierta tendencia a querer emparentarse con referentes del cine de terror como “El resplandor” o “La morada del miedo”. De todos modos, Chavarrías desarrolla con coherencia esa premisa que nos propone desde el principio, urdiendo golpes de efecto para nada bruscos y que se corresponden en todo momento con los detalles y los personajes que nos ha ido revelando.


En el plano actoral, tanto Juan Diego Botto como Bárbara Lennie cumple sobradamente con sus papeles, consideración que puede extenderse sin excepciones al resto del reparto adulto. Los aspirantes a actores y actrices más menudos ya serían otro cantar, pero tampoco vamos a hacer sangre teniendo en cuenta su corta edad, su inevitable inexperiencia y lo difícil que lo debe tener un director/a de casting para acertar en un proceso de selección en el que, por norma general, no nos vamos a encontrar con la Chloe Moretz o la Elle Fanning españolas. Y con esto quiero decir que la cantera de niños/as intérpretes en España deja, por norma general, bastante que desear (aunque siempre habrá alguna que otra excepción).

Con una conseguida atmósfera y un suspense que se muestra efectivo la mayor parte del tiempo, Chavarrías logra con “Dictado” una correcta aunque discreta pieza de género que probablemente no permanezca mucho tiempo en el recuerdo pero que tampoco nos hace lamentar la ajustada hora y media que pasamos sentados en la butaca de una oscura sala de cine.




Valoración personal:

2 comentarios:

dragon negro dijo...

Pues ya me conformo con esto, no esperaba tampoco que fuera nada del otro mundo, pero si que temía que pudiera ser una perdida de tiempo.

Un saludo!!!

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Cuando una película no aspira a más, tampoco puedes pedirle más.

Saludos ;)