lunes, 6 de febrero de 2012

Promoción fantasma – Entrevista a Silvia Abril

Promoción fantasma – Entrevista a Silvia Abril

En la película, Silvia Abril, actriz y cómica a la que reconocemos sobre todo por sus trabajos en televisión, interpreta a Manuela, la secretaria del prestigioso colegio Monforte.

Empecemos por la pregunta menos seria. En esta película los fantasmas aterrorizan a los estudiantes (y profesores) de un colegio. E incluso a tu personaje llega a poseerlo uno de los jóvenes fantasmas. En la vida real, ¿Has vivido alguna experiencia paranormal?

Me encantaría poder decirte que sí, pero no. Mi vida es muy aburrida y no he tenido nunca contacto con fantasmas. Bueno, algún fantasma…

Los fantasmas terrenales abundan, ¿no?

Sí, todos nos hemos encontrado a lo largo de la vida con algún fantasma, evidentemente. Pero de experiencias como la que tengo en la película, nada.

Precisamente de esa experiencia quisiera que me hablaras un poco porque se trata de una secuencia muy loca... ¿Cómo fue su rodaje?

Pues Javier, que me conoce muy bien y confía mucho en nosotros, me dejó libertad absoluta. Me dijo “haz lo que te dé la gana y ya luego en el montaje arreglaremos lo que rodemos”.

En eso, Javier chapó. Es un gustazo trabajar con él. Te respeta, te ayuda en todo lo que puede y te da libertad creativa para que tú puedas aportar como actriz lo que te apetezca. Y eso es importantísimo porque a veces un director tiene una idea preconcebida que no cuadra nada con la tuya, y no puedes echar toda la carne en el asador. Y con Javier es todo lo contrario; él te escucha, quiere saber qué piensas y qué idea preconcebida tienes tú… Y entonces ahí creamos los dos un potaje… Y eso está muy bien.

Tardamos todo un día para rodar esa secuencia. Yo empecé muy bien y acabé destrozada [asegura entre risas]. Es una secuencia muy enérgica y que tiene muchos planos. Fueron muchas horas y mucha rodilla.

Además, en el momento de la llamada de teléfono, no sólo estás tú sino que supone la integración de los otros cinco personajes con los que compartes mismo plano.

Sí, sí, en esa escena nos reímos mucho. Yo tenía que imitar más a Pinfloy, imitar su voz… Pero como a mí la imitación pura y dura no se me da muy bien, se me ocurrió dirigir la interpretación hacia el lado truño que tiene Pinfloy, un colgao que se pasa toda la película intentando poseer a alguien para enrollarse. Entonces le dije a Javier, “¿por qué no probamos a sobarme?”. Tiene un cuerpo en sus manos, a su disposición… pues hagamos que Pinfloy meta mano al cuerpo que ha poseído.

La verdad es que nos lo pasamos muy bien.

Supongo que también el volver a trabajar de nuevo con Javier y con otros compañeros de "Spanish Movie" habrá facilitado mucho el trabajo.

Pues facilita y complica porque como ya nos conocemos, a veces abusas de la confianza [entre risas]. Me junté con toda la familia; con Alejandra, con Carlos... Con Raúl es la primera vez que coincido, pero es un amor. Y es que Javier tiene magnetismo con la buena gente.


¿Estar trabajando dentro del género de la comedia facilita también a que se cree un clímax más ameno entre el equipo?

Pues yo he trabajado haciendo comedia no soportando a alguno de mis compañeros… [entre risas]. Eso a veces pasa. Y con ellos, con Javier, Carlos, Alejandra y Joaquín tengo muy buena relación. Es maravilloso trabajar en familia.

Te tenemos un poco fichada sobre todo por tu faceta cómica pero ¿qué otro tipo de personajes te gustaría interpretar o qué clase de papel te gustaría que te ofreciesen?

Pues por ejemplo en “Spanish Movie” Javier me dio la oportunidad de hacer un papel que todavía no había tenido ocasión de hacer. Allí tuve que trabajar mucho la contención porque mi papel era el más dramático de todos. Tan dramático que acababa siendo cómico.

Es un personaje que sufre, que ha perdido a un hijo, tiene otros hijos raritos… Y yo no había hecho nada en esa línea. Es más, Eneko (el productor), me decía “pues das para hacer un dramático”.

La vida me ha llevado por los derroteros de la comedia, pero tengo muchas ganas de pegarme un buen dramón.

Bueno, lo cierto es que la propia “Promoción fantasma”, a pesar de ser una comedia, también tiene su puntito emotivo y entrañable.

Sí, es que Javier es un puñetero. La primera vez vi la película me emocioné, y ayer volviéndola a ver en el estreno me volví a emocionar.

Quizás la promoción no llega a mostrar del todo el tipo de película que es “Promoción fantasma”. Además, está plagada de referencias ochenteras…

Es un homenaje a géneros y a películas, un poco en la línea de Spanish Movie. Es una película muy para nosotros, para una generación que está entre los 35 y los 45 y a la que los ochenta les marcó mucho.

Te hemos visto haciendo cine, teatro y televisión. ¿Con cuál te quedas? ¿Cuál te reporta mayores satisfacciones?

A mí me tiene muy pillada el teatro, a pesar de que es lo que menos hago. Me encanta tomar las riendas de la situación cuando estoy actuando. Es decir, en el teatro, cuando se encienden las luces y empieza la función… ni director ni nada. No hay manipulación posible; es la pureza del trabajo de un actor. Ahí tú tomas las riendas (junto a tus compañeros, evidentemente), y ese momento de soledad ante el público es incomparable. Y el retorno es en directo, el feedback es al momento. Si no hace ni gracia, te lo comes.

Para mí la esencia de un actor está ahí, en el teatro, subido a un escenario. Aunque yo he tenido la suerte de hacer televisión en directo, que une el poder que sientes encima de un escenario y a la vez te permite llegar a millones de personas.

El cine, por ejemplo, te permite trabajar con la sutileza, que es algo que el teatro no te permite, y la televisión tampoco. El cine te permite un trabajo super preciso. Con que levantes una ceja en la pantalla, la lectura es impresionante.

Son trabajos muy diferentes, y los tres super atractivos, pero quizás para mi es más suculento el subirme a un escenario. Aún así, los tres me gustan y me aportan cosas muy diferentes.

¿Y para cuándo un papel de protagonista absoluta en una película?

Bueno, eso no es algo que me obsesione. En absoluto. Eso si tiene que llegar, llegará. Hay grandes secundarios en la historia del cine a los que yo admiro, y creo que ser un buen secundario también es todo un oficio.

Pues ya para terminar dinos, para a aquellos espectadores indecisos, qué es lo que se puede esperar de “Promoción fantasma”.

Pues van a ver una comedia muy divertida, valga la redundancia, pero con un toque super bonito y super tierno; con momentos para la lagrimilla. Eso para mí es catártico… Estar riéndote y luego que te hagan llorar es algo que hace que salgas del cine un poco en estado de shock emocional. También van a descubrir a cinco nuevos actores que están muy bien.

Hay que ir a verla porque con la que está cayendo hay que reírse. Es una película que va a permitir reírse a los de 40 y a los más jóvenes. Es ideal para todos los públicos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

pues esta chica no me gusta como actriz. Y es simpática, pero no me da en la pantalla.