viernes, 19 de febrero de 2016

“Deadpool” (2016) – Tim Miller



Sinopsis: Wade Wilson, un ex-operativo de la fuerzas especiales reconvertido a mercenario, es sometido a un cruel experimento mediante el que adquiere poderes de curación rápida, adoptando entonces el alter ego de Deadpool. Armado con sus nuevas habilidades y un oscuro y retorcido sentido del humor, Deadpool intentará dar caza al hombre que casi destruye su vida. 


Comentario: Socarrón, deslenguado, pervertido, charlatán y ultra violento. Así es "Deadpool", el último y descarado superhéroe (aunque él se niegue a considerarse como tal) surgido de las viñetas marvelitas, y trasladado a la gran pantalla por Twenty Century Fox, el mismo estudio detrás de las películas de los "X-Men" o "Los 4 Fantásticos".

Pero no es la primera vez que el personaje aparece en el cine. De hecho, su primera y bastante criticada aparición se produjo en "X-Men Origins: Lobezno", también bajo la piel de Ryan Reynolds, aunque en un rol secundario. De aquella experiencia, y de la película en general, reniega no sólo el público sino también sus responsables. Tanto es así, que en la propia secuela de Lobezno así como en la saga madre de los mutantes, apenas se hace mención a los acontecimientos transcurridos en aquella o a los personajes que se dieron cita. Una estrategia que, desde luego, muchos han agradecido.

Habida cuenta, pues, del descontento generalizado con aquél spin-off, y dado el potencial del personaje, no es de extrañar que para esta nueva película en solitario se haya partido de cero. Borrón y cuenta nueva pero manteniendo, eso sí, a Reynolds en el papel principal, habiendo sido él precisamente uno de los principales impulsores del proyecto. Quién sabe si por redención o por otros motivos, pero lo cierto es que de su paso por otras adaptaciones comiqueras el actor no ha salido nada bien parado. Hablamos de "Blade Trinity" (siendo él, no obstante, de lo poco salvable de la película) y de "Green Latern", éste último uno de los mayores fiascos de Warner en materia de superhéroes.

Pero con este Deadpool, Reynolds ha topado, al fin, con el éxito. Un personaje que, además de encajarle como un guante, ha encadilado al público más dificil: la crítica. Quizás sea debido al atrevido (y agradecido) descaro con el que se ha adaptado un personaje que, sin duda, pedía a gritos toda esa mala leche que inunda el metraje. Con sus salidas de tono, su violencia gore, sus desnudos gratuitos y sus torridas escenas de sexo. Vamos, lo inaudito en una película de superhéroes. Pero es que Deadpool no es un superhéroe corriente. Aunque tildarlo de antihéroe sería lo más apropiado, pues sus motivaciones no son para nada altruistas sino que lo que le mueve es un ardiente deseo de venganza para con aquellos que le han convertido en un adefesio andante. Y no dudará en consumar ese deseo sea cual sea el precio (y eso incluye cepillarse a todo criminal se le ponga por delante).

 
De todos modos, no deja de ser un tipo con superpoderes que se pasea por las calles ajusticiando a los maleantes enfundido en un traje de licra (de color rojo y negro, para disimular las heridas). Y como casi todo justiciero enmascarado, su razón de ser tiene su trágico origen. Unos orígenes que aquí nos son revelados en segmentos que se van intercalando a lo largo del metraje a través de continuos saltos en el tiempo. De este modo, poco a poco van encajando las piezas que integran la trama. Una trama que, para qué vamos a engañarnos, tampoco es nada del otro jueves. A saber, los malos muy malos le arruinan la vida al bueno -y pelín macarra- del protagonista, y éste comienza a darles caza. Si bien es gracias a toda esa irreverencia, precedida ya por una campaña publicitaria acorde (una de las mejores de los últimos años), la que, unida a unos escenas de acción potentes, a un carismático protagonista entregado a la función y a una duración más que ajustada, lo que hace de "Deadpool" un entretenimiento de lo más disfrutable.

Ya los gamberros créditos iniciales son toda una declaración de intenciones, no dejando títire con cabeza. Porque la autoparodia es, con toda seguridad, uno de los más brillantes atributos de los que hace gala la película. Y es que el guión carga no sólo contra el resto de mutantes de la trupa de Xavier, sino también contra el propio Reynolds, víctima de algunas de las puyas de su personaje. Referencias que se mueven no sólo dentro del universo cinematográfico ficticio establecido, sino también bajo un suerte de desenfadada metalingüística potenciada ocasionalmente por un Deadpool que habla a los espectadores directamente cámara. Lo viene a denominarse como "romper con la cuarta pared".

Con todo ello, Deadpool sienta todo un precedente como producto superheroico bajo la tan temida calificación R (a la que la mayoría de productores consideran un estigma para la taquilla). Si ya James Gunn o Mathew Vaughn fueron de los primeros en atreverse a romper un poco con las encorsetadas normas del subgénero (véase "Guardianes de la Galaxia" y "Kick Ass", respectivamente), Miller da un paso más allá entregando un producto todavía más transgresor, y dejando el camino abierto para que otros personajes de cómic, como bien podría ser "Lobo", puedan ser trasladados a la gran pantalla tal como se merecen. Es decir, sin ataduras, sin remilgos y sin la censura autoimpuesta sujeta al deseado "para todos los públicos", sinónimo mal entendido de "hacer pasta gansa".



VALORACIÓN PERSONAL: 

5 comentarios:

Patrick Bateman dijo...

Es cierto que la historia no es nada del otro mundo, pero no lo he mencionado en mi crítica, por que el montaje intercalado me ha parecido que cuenta muy bien la historia.

Es cierto que Kick Ass rompe un poco las 'normas', pero Guardianes de la Galaxia no me pareció que lo hiciera. Sea como sea, Deadpool ha abierto las puertas de par en par a obras venideras que quieran saltarse ese handicap.

En resumen, muy divertida.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Bueno, "Guardianes de la Galaxia" no es tampoco de superhéores, pero viniendo de un cómic, tiene un tono muy desenfadado que no tienen las demás producciones de la factoría Marvel. Ya sólo con el trailer marcaba la diferencia.

El modo de contar la historia en Deadpool es mejor que, digamos, la historia en sí, cuya trama decae al final, cuando todo se vuelve ya muy rutinario, dejando paso a la típica (aunque deseada) traca final.

En cualquier caso, muy bien para venir de Fox.

Sañudos ;)

Patrick Bateman dijo...

Sí, pero me pareció demasiado tontorrón el humor.

Hombre, el discurso de Coloso ha molado bastante. XD

Saludos.

Fucktricio dijo...

La acabo de ver hace unas horas y la verdad me parecio algo aburrida, después de la escena del principio llena de acción la cosa pierde fuerza con ese drama e historia de amor. El humor no esta mal pero hasta en eso creo que en Ted es un poco más fuerte que en Deadpool. Es algo entretenida pero no la gran joya que muchos dicen que es, es serie B vendida como blockbuster y lógicamente lo menor es cuando aparece con su traje rojo. Una cosa, acá en México al parecer fue reclasificada para adolescentes, adultos y según que pueden pasar niños acompañados de adultos y a eso se le suma que le quitaron 4 minutos de metraje de contenido violento con la intención de que la gente abarrotara las salas. Ignoro si es cierto, la han anunciado como sin censura supongo por el lenguaje pero en cuanto a sangre creo que se queda corta y no es muy distinta de películas de acción aunque en estos tiempos ya han "suavizado" las películas en cuanto a contenido.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

El humor de Deadpool es gamberro, y el de Ted es soez/vulgar. Son muy diferentes.

Sí, es una serie B vendida como blockbuster. Supongo que por eso me gusta. Algunos directores se ciegan cuando tienen tanto presupuesto en mano, y sólo piensan en los efectos.

A mi me gustó la parte romántico-dramática. Es lo que le da algo de enjundia a la película. Pero entiendo que si vas a ver una película de superhéroes, lo que busques son hostias y explosiones. Personalmente, agradezco que me den algo más.

Saludos ;)