viernes, 20 de septiembre de 2013

“R.I.P.D.” (2013) - Robert Schwentke


Después del fracaso de crítica y público de “Green Lantern”, a Ryan Reynolds le convenía elegir bien sus siguientes proyectos.  Con “Safe House” (aka El invitado) se acercó a los números de taquilla que hizo con el superhéore de DC, pero la diferencia estribaba en que ésta última había costado prácticamente lo recaudado, 200 millones de dólares, y el thriller de acción protagonizado junto a Denzel Washington “solamente” 85 millones, con lo que el margen de beneficios fue mucho mayor.

Anotado este tanto, quedaba por ver cómo se las apañaría Reynolds en su siguiente superproducción, “R.I.P.D.”, cuyo presupuesto ha ascendido a la friolera de 130 millones, y con la cual no podía permitirse otro tropiezo. Y sin embargo, así ha sido.

Con críticas demoledoras a sus espaldas y una recaudación risible en suelo doméstico, es más que probable que “R.I.P.D.” sea el nuevo pelotazo de Reynolds que acaba estrellándose en el largero. Pero, ¿es tan mala como dicen?

El detective Nick Walker (Ryan Reynolds) parece tenerlo todo en la vida: es un buen agente de policía en la cúspide de su carrera y está felizmente casado con Julia (Stephanie Szostak). Sin embargo, él desea más, y esa avaricia le lleva a cometer un error que pagará muy caro. Durante una redada, Nick es traicionado y abatido mortalmente por su propio compañero, Hayes (Kevin Bacon). Una vez muerto, y para su sorpresa, es requerido para formar parte del R.I.P.D., el Departamento de Policía Mortal, que se encarga de perseguir a los demonios que habitan en el mundo de los vivos para mandarlos de vuelta al infierno. En su nuevo empleo post mortem, al joven agente le asignan como compañero al veterano sheriff Roy Pulsifer (Jeff Bridges), un testarudo cascarrabias que prefiere trabajar solo.

Ambos tendrán que superar sus diferencias para evitar que unos delincuentes acaben con el equilibrio entre los dos mundos…

Robert Schwentke, responsable de, entre otras, “RED”, uno de los sleepers -más incomprensibles, a juicio de un servidor- de 2010, dirige esta adaptación de un cómic estadounidense  que nos presenta a un departamento de policía muy especial. Una agencia del Más Allá encargada de que los muertos no regresen ilegalmente al mundo de los vivos. El deber de sus agentes, los mejores de cada época, consiste en detener y llevar ante la justicia a esos delincuentes que intentan escaquearse del Juicio Final buscando refugio en la desprevenida Tierra. Esto último lo logran camuflándose bajo una apariencia humana normal, pero en realidad su verdadero aspecto es monstruoso, un efecto que al parecer se produce cuando llevan demasiado tiempo fuera del lugar al que verdaderamente pertenecen.

Reynolds interpreta a un agente muerto en servicio que, dado su buen historial policial, es requerido para formar parte de dicho departamento. Pese a sus 15 años en el cuerpo, en su nueva etapa como policía no es más que un novato, y debe aprender a manejarse en este mundo que le es tan extraño. Las lecciones corren a cargo de su nuevo compañero, el sheriff Roy Pulsifer, un veterano alguacil chapado a la antigua que lleva cientos de años muerto trabajando como agente de R.I.P.D. Él le enseñará, a regañadientes, todo lo que necesita saber, y no será fácil, ya que entre ambos surgirán enseguida las tiranteces.

Se desarrolla así el clásico concepto de buddy movie en el que la pareja de polis empezarán por no llevarse demasiado bien, pero que en el transcurso de su investigación se verán obligados a unir fuerzas para evitar, en esta ocasión, una terrible catástrofe.


Pese a que sus orígenes se encuentren en las viñetas de unos cómics, el curioso universo fantástico desarrollado en la película nos es muy familiar. Demasiado, quizás.  Y es que no son pocos los detalles que nos recuerdan a los elegantes cazaalienígenas de “Men In Black”. Desde la pareja de polis formada por el novato y el veterano, hasta el concepto de fantástica y secreta agencia gubernamental, pasando por la fealdad de los monstrencos que, cómo no, se camuflan en nuestro mundo como personales normales y corrientes.  El parentesco con el film de Sonnenfield ya quedó patente en los primeros avances, pero a lo largo de la película su sombra es muy alargada.

Quizás por ello resulte inevitable señalar la falta de frescura de la propuesta, así como la carencia de ingenio y buen hacer que se requerirían para llevar a buen puerto dicho espectáculo.

Y lo cierto es que a nivel visual el director se las apaña medianamente bien, y aunque no invente nada, ofrece una dirección muy dinámica y juguetona, aunque a veces tienda a forzar en demasía algunos planos. Pero la historia, aunque atractiva (la idea en sí ofrece un amplio abanico de posibilidades), no termina de atrapar al espectador como sí lo hiciera en su momento Men In Black; y los efectos especiales, si bien se muestran muy competentes en algunos aspectos (la épica destrucción durante el tramo final pone de manifiesto el abultado presupuesto con el que se cuenta), en otros como en la recreación de los susodichos monstruos no dan la talla, lo que lamentablemente deja una sensación a producto chapucero y de baja categoría.

Por otro lado, resulta un poco triste contemplar a Jeff Bridges haciendo el ridículo con sus estúpidas y cansinas intervenciones y su estrambótico acento de paleto sureño (el cual lleva arrastrando desde “Valor de ley” y que, todo parece indicar, volveremos a sufrir en “Seventh Son”). Su exacerbada sobreactuación es algo que, esta vez y sin que sirva de precedente, el doblaje en español consigue disimular un poquito.

Reynolds sale mejor parado. El actor está en su línea, es decir, que ni demasiado bien ni demasiado mal, pero al menos en los momentos, llamémosles, dramáticos, el chico cumple. Como también cumple Kevin Bacon en su ya habitual –y siempre bienvenido- rol de villano.

Aunque lo intente, “R.I.P.D.” no es Men In Black. Ahora bien, para pasar el rato, la película funciona sin demasiadas quejas por mi parte, más teniendo en cuenta que no se anda con rodeos a la hora de desarrollar la trama y que su ajustada duración propicia que el tiempo pase rápidamente. Esto último algo de lo que algunos directores podrían tomar buena nota, porque no es necesario que un blockbuster dure de dos a dos horas y media. A veces, con hora y media (u hora tres cuartos) es más que suficiente.

Por otro lado, si a “R.I.P.D.” se la considera, desde el otro lado del charco, lo peor del año, entonces, ¿en qué quedan cosas como “A Good Day to Die Hard” o “G.I. Joe: Retaliation”?


Todos los años le toca a un blokbuster recibir, de forma un tanto exagerada, toda la saña de la prensa especializada y los palos del público. Y por desgracia para Reynolds le ha vuelto a tocar a él pagar el pato. Y sinceramente, no veo razones suficientes para semejante linchamiento. A peores cosas nos hemos enfrentado este año en una sala de cine.



Valoración personal:

4 comentarios:

Machete dijo...

No la he visto todavía, por la sencilla razón que comentas sobre el parecido de los hombres de negro. No me apetece pagar por ver Men in Black otra vez. Ahora bien, en el trailer no me pareció tan mal, a pesar de alguna broma bastante tonta, como la del autobus y la rubia. Supongo que la acabaré viendo algún día, pero no tengo prisa por hacerlo.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

En realidad toda la película es una gran tontería, pero como ya digo, se puede ver sin desear arrancarse los ojos de los córneas.

Saludos ;)

Machete dijo...

Hoy día, ya es mucho. XD

Jorge - cinenovedades dijo...

Buena reseña! No he visto la peli pero ya desde el trailer se veía la semejanza a "Men in Black". Me gusta Ryan Reynolds como actor y disfruté muchísimo de "Safe House". Con respecto a esta cinta, veo que por lo menos sirve como un entretenimiento ligero.

Saludos!