Las temáticas son muy diversas, como ya he comentado. Los
hay dedicados a la gastronomía, al turismo, al automóvil o algo tan actual como
la telefonía móvil. A nivel cultural, por ejemplo, podemos encontrar ferias
dedicadas a la música o la literatura, así como a aquellas artes consideradas “minoritarias”
(aunque por suerte cada día lo son menos) como el cómic (el “Salón del Cómic de
Barcelona” o las multitudinarias Comic-Con americanas como la de San Diego).
Incluso el anime y el manga (el cómic japonés) cuentan con su propia feria en
la ciudad condal con “Salón del Manga”.
Entonces, ¿cómo es posible que no exista una feria que se
ocupe de algo tan popular e imprescindible en nuestras vidas como es el séptimo
arte? Es cierto que salones como los del cómic cada vez más ofrecen un hueco
importante a la industria cinematográfica (americana, sobre todo). ¡Si hasta la
industria pornográfica tiene su propio evento! (véase el “Salón Erótico de
Barcelona”). Imagino, pues, que la misma
pregunta que encabeza este párrafo se debieron hacer los organizadores del “Cinemaworld”,
el primer “Salón del Cine y las Series” que se realiza en Barcelona (¿dónde si no?)
a lo largo de este último fin de semana del mes (días 29, 30 y 31 de Enero).
Como habréis deducido fácilmente por el nombre, este salón
no sólo se vuelca en el cine, un arte que muchos amamos desde lo más profundo
de nuestro ser, sino también a la cada más arraigada (a nivel de reconocimiento) industria televisiva, que con
sus grandes series de éxito (muchas ya de culto) cosechan legiones y legiones
de fans por todo el mundo.
¡Por fin los cinéfilos y los seriéfilos tienen/tenemos
nuestro propio salón temático!
Pero el “Salón del Cine y las Series” no es sólo
un punto de encuentro para los aficionados (y el público en general), sino
también para la industria del cine (actores, directores, productoras,
distribuidoras…), especialmente para el cine (profesional y/o amateur) que se
hace dentro de nuestras fronteras. Sobre todo para dar impulso (bendito sea el crowdfunding) a un sector siempre necesitado de nuevos talentos
y de personas que crean en ellos y les apoyen.
Para todo ello y más, el salón cuenta con cerca de 75
expositores con empresas y asociaciones relacionadas con el sector. Desde tiendas
especializadas (librerías, merchandising, coleccionismo, etc.) hasta escuelas de cine, así
como entidades sin ánimo de lucro. Además, propone una gran variedad de actividades
abiertas a todo el público, como conferencias sobre distintos temas (la cada
vez más estrecha relación entre “el cine y el cómic”, en la que un servidor
estuvo presente; el subgénero zombie en la actualidad, el mundo del doblaje,
entre otras charlas), mesas redondas con reconocidos actores, directores y/o
guionistas; proyecciones (el primer episodio de la inminente “Las Crónicas de
Shannara”) y talleres (de maquillaje, por ejemplo) en los que participar y
divertirse junto a auténticos profesionales del gremio. Todo ello mientras
recorremos los concurridos pasillos rodeados por fantásticas exposiciones dedicadas
a iconos del cine tales como Indiana Jones o James Bond, así como las más galácticas
destinadas a Star Wars o Star Trek.
Así que si después de leer esto no estáis salivando y deseando
salir pitando en dirección al salón, entonces no sé qué más contaros. Porque si
estáis cerca, no tenéis excusa (o quizás sí) para no acudir a lo que,
considero, una cita ineludible para todo amante del séptimo arte (¡y de las
series!). Un rincón creado con mucho amor, que inicia ahora,
y con mucha fuerza, su osada andadura y que esperemos (deseamos) perdure por
muchos años más. Larga vida al “Saló del Cinema y las Sèries”.
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