domingo, 26 de mayo de 2013

"Fast & Furious 6 (A todo gas 6)" (2013) – Justin Lin



No se puede negar que desde la cuarta entrega, que supuso el retorno del reparto original (Diesel, Walker, Rodríguez y Brewster), la saga Fast & Furious ha ido ostensiblemente a mejor en términos de entretenimiento. Poco a poco, las carreras callejeras y el tuning han ido quedando relegados a un segundo plano para otorgar un mayor énfasis a la acción pura y dura. Así pues,la quinta entrega supuso una grata sorpresa elevando los niveles de espectacularidad a cotas más altas y proporcionando un grado de diversión exultante y a su vez impropio (mucho más cercano al cine de acción que se facturaba en la década de los 90). 

Resulta cuanto menos irónico que quién haya conseguido resucitar la franquicia de sus cenizas sea, precisamente, quién estuvo a punto de darle matarile. Y es que Justin Lin ha sido capaz de rodar la peor (tercera) y la mejor (quinta) de todas las entregas. Ahora bien, es evidente que el director ya le ha cogido el punto, y ahora se atreve a llevar a Toretto y cía un paso más allá.

Desde que Dom (Vin Diesel) y su equipo destruyeran el imperio de un mafioso y se hicieran con un botín de cien millones de dólares, todos se han dispersado por el planeta viviendo como prófugos de la justicia.  

Mientras tanto, Hobbs (Dwayne Johnson) ha estado siguiéndole la pista a una banda de letales conductores mercenarios cuyo cerebro, Shaw (Luke Evans), cuenta con la inestimable ayuda de Letty (Michelle Rodriguez), a la que Dom creía muerta. La única forma de detenerlos es enfrentarse a ellos en su mismo terreno, por lo que Hobbs le pide a Dom que reúna a su equipo en Londres y le ayude a capturarlo a cambio de un indulto para todos. De esto modo, podrán regresa a casa con sus familias. Sin embargo, Shaw no se lo pondrán nada fácil.

La escena post-créditos de “Fast Five” ya nos avanzaba un poco por dónde iban a ir los tiros en el siguiente capítulo. Por tanto, una de las novedades a destacar sería el regreso de entre los muertos de uno de los personajes emblema de la franquicia: Letty, la chica de Dom.

Nuestros protagonistas deben enfrentarse, esta vez, a un rival en cuyas filas se encuentra un miembro de la familia al que daban por muerto. Por tanto, el encargo de Hobbs no sólo tiene el aliciente de conseguirles el indulto, sino que también se trata de una cuestión personal.

Uno de los atributos más meritorios que Chris Morgan, guionista de las cuatro últimas entregas, ha reforzado en la saga es el concepto de “gran familia” que une a los protagonistas, estableciendo fuertes lazos de unión que van más allá del simple colegueo. Y este concepto, presente en la primera “Fast & Furious”, ha ido ganando un peso importante, hasta el punto de conectar con el espectador en un grado de empatía mucho más emocional de lo que cabría esperar de un producto de estas características. 


Cada entrega ha ido sumando un nuevo miembro a la familia, llegando al punto en se nos hace difícil concebir una nueva entrega sin tener al equipo al completo. ¡Qué demonios!  Les hemos cogido cariño a esta panda de delincuentes (incluso a Roman/Tyrese Gibson y sus constantes gracietas).

Ahora, no obstante, los protagonistas deben hacer frente a un rival que juega al mismo juego que ellos, pero contando con una tecnología mucho más sofisticada y con un líder sin escrúpulos.

A diferencia de Dom, que se rige por un código (el familiar), Shaw considera a los miembros de su equipo como meras piezas útiles, exclusivamente, para llevar a cabo sus trabajos; piezas reemplazables por las que no siente la menor estima y de las que es capaz de prescindir con tal de llevar a cabo sus planes.

Esta dualidad de carácteres ofrece un contrapunto interesante que, junto a la reaparición de Letty, aportan algo de enjundia a una trama, en sí, bastante ramplona y que funciona en base a un intrascendente macguffin.  Vamos, que poco importa cuál sea el objetivo de Shaw, pues ello no es más que un simple mecanismo que fuerza a nuestros protagonistas a ir del punto a A al punto B propiciándose los correspondientes enfrentamientos entre ambos rivales.

En ese sentido, Lin eleva la acción a un nivel superior con respecto a su predecesora, lo que no necesariamente tiene que ser algo positivo (aunque tampoco especialmente negativo). Ya se sabe que uno de los procedimientos habituales en las secuelas es el “suma y sigue”, procurando que cada continuación sea mucho más espectacular que la anterior. Y desde luego que Lin ha conseguido batir su propia marca, generando unas secuencias de acción frenéticas y deliciosamente cañeras (la traca final es tan aparatosa como apoteósica), en las que es de agradecer que la presencia del ordenador sea muy puntual. Basta con ver los distintos making off que pululan por Youtube para cerciorarse de ello. 

Cada vez más, la acción también ha dejado de limitarse a los vehículos, pasando a un plano mucho más físico, lo que nos permite ver mamporros a diestro y siniestro. Y no sólo entre los machos de la película sino también entre las féminas (la tunda que protagonizan Michelle Rodríguez y Gina Carano nada tiene que envidiar a las de sus homónimos masculinos).

Sin embargo,  las miras por conseguir algo más grande y bestial llevan a Lin a traspasar constantemente la barrera de la verosimilitud. Es cierto que el virtuosismo exagerado ha sido una constante en la saga, pero éste se ha limitado casi siempre al terreno de las cuatro ruedas. En esta ocasión, las fantasmadas atañen a los propios protagonistas, a quienes en ocasiones parecen crecerles alas en la espalda dadas las increíbles piruetas que realizan. Esto le resta puntos a la película, pese a que a lo largo del metraje sobrevuele cierto aire paródico muy autoconsciente (la aparición de Hobbs en la sala de interrogatorios ya es toda una declaración de intenciones del tono que pretende el director).


Llegados a este punto, considero que la franquicia, en cierto modo, ha tocado techo, y que en la siguiente entrega deben explorar nuevas vías que se alejen un poco del “más difícil todavía”.  Una semi-renovación que espero venga dada por James Wan (Saw, Insidious, Sentencia de muerte), inusual director encargado de coger el relevo en “Fast & Furious 7”. El siguiente capítulo, no obstante, cuenta ya con un aliciente importante y sumamente apetitoso que ya se nos desvela en los créditos de la presente cinta. Y lo cierto es que si Wan está a la altura, la cosa promete.

En cualquier caso, y antes de aventurarnos en lo que está por llegar, vale pena certificar que esta “Fast & Furious 6” funciona perfectamente como vehículo continuista  (aunque inferior a su antecesora); una celebración de la testosterona y de la acción más descerebrada. Un entretenimiento que de seguro satisfará a los fieles seguidores de la saga al mismo tiempo que supondrá un válido pasaratos para todos aquellos que deseen desconectar el cerebro durante un par de horas al tiempo que devoran compulsivamente su cubo de palomitas.

Por contra, algunos de los atributos -defectuosos para un servidor- propios de la saga, como su dantesco apartado musical o sus momentos videocliperos  a lo MTV, siguen presentes, y no queda otra que apechugar con ellos. En compensación, podemos seguir disfrutando del derroche de carisma que ofrece el dúo formado por Toretto y Hobbs (Vin Diesel y Dwayne Johnson, respectivamente), éste último una de las incorporaciones recientes más celebradas y del que ya se rumorea, podría contar con su propio spin-off.

 P.D.: Mientras que algunos personajes han ido ganando protagonismo a cada entrega, otros como Mia (Jordana Brewster) lo han ido perdiendo poco a poco, lo cual es una lástima teniendo en cuenta quién es, es decir, la hermana de Dom y la mujer de O’Conner. De la presencia de Elsa Pataky  y sus cuatro líneas de diálogo (tampoco es que la chica dé para más) no vale la pena comentar nada.



Valoración personal:

3 comentarios:

Rodi dijo...

La 5ª sigue siendo la mejor de la saga, "Fast 6" tiene algunos puntos muertos que rompen el ritmo de la peli y todo el tema de Letty resulta un tanto forzado. Como tú dices, la 5ª recuperaba el gusto por el cine de acción de los 80/90, que aquí aun presente, se pierde un poco.

"Fast 6" cumple como blockbuster veraniego y todo el tramo final, con las secuencias del tanque y del avión cumple con el nivel de espectacularidad y fantasmada que esperaba.

Que cuenten conmigo para la 7ª.

Saludos.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

La quinta es mucho más redonda, con los niveles de acción y fantasmadas más compensados. Y es cierto que la "resurrección" de Letty está traída por los pelos, como suele ocurrir siempre en estos casos.

Hay momentos que me han sacado de la película (el saltito en la autopista, por ejemplo), pero en general se pasa un buen rato, y los momentos cómicos son acertados.

La séptima promete...

Saludos ;)

Carlos dijo...

Para mi, la mejor de la saga