Crítica El enigma del cuervo 2012 James McTeigue
La obra de Edgar Allan Poe marcó profundamente la literatura
de su época e influenció a muchos escritores coetáneos y posteriores (entre
ellos, H. P. Lovecraft). Famoso por sus poemas y, sobre todo, por sus cuentos
de terror, a Poe se le considera también fundador del relato de misterio o detectivesco
con obras como “Los crímenes de la calle Morgue", un género que más tarde
inspiraría a escritores como Arthur Conan Doyle, creador de uno de los
detectives ficticios más famosos de la historia: Sherlock Holmes.
Pese a su aclamado talento, Poe jamás obtuvo grandes
beneficios por su obra, por lo que vivió una vida económicamente precaria. Esto
le llevó a dedicarse también al periodismo y a la crítica literaria, faceta
ésta en la que resultó ser bastante polémico.
La muerte le llegó de forma inesperada a los 40 años, y aún hoy día las causas de la misma resultan una
incógnita. Sus últimos años de vida (sin la compañía de su joven esposa, que
falleció de tuberculosis) los pasó enganchado a lo bebida, con lo que se
consideró ésta una de las causas más probables de su fallecimiento.
Sus cuentos más famosos han sido llevados a la gran pantalla
en numerosas ocasiones, si bien destacan por encima de todo las adaptaciones
que realizó la Universal durante los años 30 y 40, y el ciclo que produjo Roger
Corman en la década de los 60. Incluso su vida dio para una película titulada “The
Loves Of Edgar Allan Poe” (1942).
Sylvester Stallone, un fan declarado de la obra de Poe,
también lleva años planeando un biopic del escritor, pero mientras éste no
llega (y quién sabe si algún día lo hará), tendremos que conformarnos con lo
que nos trae James McTeigue (aka “el tercer Wachowski”).
Baltimore, siglo XIX.
Inmerso en la investigación de un brutal homicidio, el detective Emmett Fields
(Luke Evans) descubre algo sorprendente:
el crimen se parece enormemente a uno de ficción publicado en el periódico
local y cuyo autor no es otro que Edgar Allan Poe (John Cusack), un popular escritor caído en desgracia.
Mientras la policía le interroga, se sucede otro horripilante asesinato
inspirado en una de las historias de Poe.
Es entonces cuando el
detective llega a la conclusión de que se trata de un asesino en serie que se
basa en su obra para cometer sus sangrientos crímenes. A partir de ese momento,
él y el escritor colaborarán mano a mano para poder atrapar al culpable. Pronto,
no obstante, descubrirán que el asesino desea
involucrar a Poe en su macabro juego, peligrando así no sólo su vida sino
también la de su amada Annabel Lee (Alice Eve).
Después de debutar con la adaptación de “V de Vendetta”, una
de las aclamadas novelas gráficas de Alan Moore, y rodar un película de ninjas
(la mediocre Ninja Assassin) cuando ya nadie se acordaba de ellos (lejos quedó
la moda imperante en los 80-90), McTeigue se atreve ahora con una cinta que mezcla la vida real de Edgar Allan Poe con
una ficticia trama criminal apegada directamente a la obra del escritor.
Todo comienza en una oscura noche de 1849, en Baltimore,
cuando varios policías llegan al escenario de un horrendo crimen y encuentran
los cuerpos ensangrentados y mutilados de una madre y su hija. El modus
operandi del asesinato coincide con uno relatado por Poe en su cuento “Los crímenes de la calle Morgue”. Pero este
no es más que el primero de una serie de crímenes de un asesino obsesionado con
recrear las historias del escritor. Para más inri, su siguiente víctima es Rufus
Griswold, un crítico literario con el que Poe mantenía una sonada rivalidad,
por lo que al escritor no le queda otra que implicarse en el caso e intentar
detener al asesino antes de que llegue demasiado lejos.
El misterioso asesino va dejando pistas para captar la
atención de Poe y retarle a que le capture, pero todo se complica para el
escritor cuando su amada entra la mira
de su terrible admirador. En ese momento, la caza al asesino se convierte en
una persecución a contrarreloj en la que la vida de Annabel pende de un hilo.
El punto de partida de la película, muy similar al episodio
piloto con el que nació la serie “Castle”, nos permite hacer un pequeño recorrido por la obra de Poe en lo
que a sus cuentos más conocidos se refiere,
a la vez que nos ilustra con detalles concretos de su vida (unos
pocos, pues la mayor parte es mera ficción). Todo ello enmarcado en la típica trama criminal de minucioso
asesino en serie que establece un macabro juego del gato y el ratón entre él y sus
perseguidores (en este caso, el detective Fields y Poe).
Cusack se mete en la
piel de Poe con momentos puntuales de un
histrionismo que en ocasiones se contagia también a sus compañeros de
reparto, lo que indica una deficiente dirección
de actores por parte de McTeigue, más preocupado por las florituras visuales y
por mostrar con toda crudeza los crímenes de su asesino. Y esto último, todo
hay que decirlo, juega a su favor si nos ceñimos a lo truculento de la trama,
si bien considero que el horror del que hacía gala Poe era mucho más
psicológico que físico. Pero aquí nos encontramos con una producción
hollywoodiense de carácter netamente comercial, así que bienvenida sea la
hemoglobina.
Lo más interesante de todo es ver cómo ficción cinematográfica (la parte criminal y amorosa), literatura (los cuentos y poemas del escritor) y realidad (ese Poe en las últimas) se van entremezclando en una trama que, no vamos a negarlo, resulta bastante rutinaria desde el punto de vista del subgénero de “asesinos en serie”. De hecho, llegados a cierto punto de la historia no resulta difícil imaginar quién está detrás del jueguecito que ha puesto en jaque al famoso escritor, y una vez se ven ambos las caras, el desenlace es poco menos que previsible si nos atenemos a la escena que abre la película. De todos modos, el condimento esencial viene a ser la inserción del personaje de Fields, que con una personalidad diametralmente opuesta a la de su ocasional compañero, ofrece el contrapunto perfecto para abordar la parte más pragmática de la investigación.
Dejando a un lado las -un poco cansinas- carantoñas amorosas
entre Poe y su amada Annabel (tanto “te amo” de por medio produce indigestión),
la historia resulta de interés por sus
apuntes biográficos e incluso por la sorna con la que se toma las licencias
artísticas (sin ir más lejos, el crítico asesinado por el péndulo no sólo
existió sino que sobrevivió a Poe el tiempo suficiente como para llenar de
infamias –es de suponer que por pura envidia - la biografía del escritor).
También es efectiva la trama criminal
pese a lo funcional de la misma, aunque da la impresión que podría haber dado más de sí si el enfoque
hubiese sido más solemne y menos artificioso. O dicho de otro modo, si se hubiera optado
por un acercamiento más psicológico y detectivesco y no tan cercano al frenesí del
cine palomitero. Pero con McTeigue en la
silla de director tampoco es que se pudiera pedir mucho más. Demos gracias a
que se deja ver sin requerir mucho esfuerzo por nuestra parte.
Valoración personal:
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