jueves, 6 de septiembre de 2012

“Dredd” (2012) – Pete Travis


Crítica Dredd 2012 Pete Travis
La primera vez que el personaje creado por el guionista John Wagner y el dibujante español Carlos Ezquerra vio la luz en las viñetas fue allá por 1977 en el número 2 de la publicación 2000 AD. A partir de ahí, éste fue asumiendo su propia cota de popularidad hasta convertirse en uno de los cómics más alabados de la historieta británica.

A mediados de los 90, cuando aún no proliferaban las adaptaciones de cómic como hoy, se intentó (recalco lo de “intentó”) trasladar la historia del Juez Dredd al celuloide contando con un gran presupuesto (90 millones de dólares) y una de las estrellas del momento, Sylvester Stallone, asumiendo el papel estelar. ¿Resultado? Uno de los fracasos más sonoros del actor, que además se ganó de propina una nominación a los Razzie (y por partida doble, ya que también fue nominado ese mismo año por “Asesinos”, de Richard Donner).

Además de no responder a las expectativas taquilleras del estudio, la película fue altamente criticada como adaptación. Principalmente, porque ese no era, según los fans, el Dredd de los cómics; un Dredd frío e implacable que jamás se quitaba el casco. Y es que aquello era un producto a mayor gloria de Stallone, que no permitió que su rostro se ocultara al público más minutos de la cuenta. Por otro lado, también se suavizó su violencia con respecto a su homónimo en papel y se le añadió unas fallidas notas de humor que recayeron en un insoportable –como de costumbre- Rob Schneider (el mayor lastre de la producción, sin duda).
Ahora, transcurridos más de quince años, Dredd regresa a la gran pantalla con la intención de hacernos olvidar aquella versión noventera y de contentar a los fans que pedían una adaptación en condiciones.

En un futuro cercano, Norteamérica es un páramo asolado por la radiación con una única y gran megalópolis: Mega City 1, una inmensa y violenta urbe con una población de más de 400 millones de personas. 

La delincuencia es el pan de cada día, y los únicos que pueden imponer el orden entre semejante caos urbano son los Jueces, que actúan como agentes de la ley, jueces, jurados y verdugos. Y la perfecta personificación de estos jueces es Dredd (Karl Urban), una leyenda viva de justicia blindada dedicado por entero a hacer cumplir la ley. 

Una misión aparentemente rutinaria lleva a Dredd y a su nueva compañera Cassandra Anderson (Olivia Thrilby), una juez novata dotada de grandes habilidades psíquicas, hasta un peligroso mega-rascacielos de la ciudad controlado por el clan de la despiadada Ma-Ma (Lena Headley). Tras el arresto a uno de los principales secuaces de Ma-Ma por un delito de homicidio, ésta decide cerrar a cal y canto todo el edificio y ordena a su clan que dé caza a los jueces. Atrapados en una brutal e implacable lucha por la supervivencia, Dredd y Anderson se verán obligados a impartir una justicia extrema…

Un gran edificio infestado de maleantes intentando dar caza a un reducido grupo de agentes de la ley... ¿Os suena de algo? Sí, lo cierto es que el argumento de esta nueva Dredd (para nada un remake sino una nueva adaptación)  es muy similar al de The Raid, esa joyita del cine de acción y hostias que aquí en España ha ido directa al videoclub (aunque algunos privilegiados tuvimos la suerte de disfrutarla en el pasado Festival de Sitges). Pero antes de que empecemos con las elucubraciones conspiratorias acerca de un posible plagio, vale decir que ambos proyectos se concibieron prácticamente a la par. Incluso Dredd empezó a rodarse antes que el filme de Gareth Evans. 

Aclarado este punto, podríamos ponernos a buscar las diferencias y encontraríamos un buen puñado. La premisa, amén del contexto futurista/distópico, sería la primera.


La película nos presenta un mundo desolado en el que la radiación ha hecho estragos entre la población y en el que las ciudades que aún siguen en pie son caldo de cultivo para maleantes, traficantes y todo tipo de chusma. MegaCity 1, situada al este del continente, es el hogar de Dredd, uno de los jueces más rectos e implacables del cuerpo. Quizás por ello le adjudican a él el adiestramiento de una agente novata no apta -en principio- para el servicio, pero cuyas cualidades “mutantes”  podrían ser de gran utilidad al sistema.
Desgraciadamente para  Cassandra Anderson no podrían haber escogido peor misión para pasar el día de prueba junto a Dredd. Una vez en los dominios de Ma-Ma, lo que había empezado como una rutinario caso de homicidio se convierte, en cuestión de minutos, en una desesperada y atroz carrera por la supervivencia.
 
Esto es Dredd como debería haberse hecho: fiel al personaje, visceral y brutalmente violenta”. Son palabras del propio John Wragner, que da el visto bueno a esta nueva versión. Y tendréis que fiaros de su opinión (mejor la suya que la de ningún otro), ya que un servidor jamás se ha acercado a un cómic de Dredd.

Lo que sí puedo constatar son sus dos últimas afirmaciones. “Dredd” es un entretenimiento  visceral y muy violento. Tanto, que uno tiene la sensación de haber atravesado un agujero de gusano que le ha transportado directamente a una sala de cine de los 80. Y es que no es habitual encontrarse en la actualidad con un producto netamente comercial que, sin pertenecer al género de terror, ofrezca tal orgía de violencia sangrienta y desvergonzadamente gore (“Los mercenarios 2” aparte). Algunos de los momentos más brutos y desenfadados (la escena del mendigo) podrían haber sido firmados perfectamente por el Paul Verhoeven de “Robocop” y “Desafío Total”. De hecho, este Dredd vendría a ser una especie de Robocop cuyo único deber es el de hacer cumplir la ley, sin medias tintas. Un juez que no deja pasar ni una y que obedece única y exclusivamente a lo que dictan las leyes de este nuevo mundo. Un tipo que no se permite el lujo de tener una opinión, una ética o una moral propias. Existen unas leyes y su trabajo es arrestar, juzgar y castigar a quienes las incumplen.

La joven agente Anderson ofrece el contrapunto a tanta deshumanización (y cierto fascismo…) por parte de Dredd y del entorno que les rodea. 


El escenario es reducido, así como las aspiraciones de la historia, que se centra en un día de oficio en la vida del juez protagonista en vez de explorar en profundidad el universo Dredd. Esta vez se huye de formalidades y de contentar a un público mayoritario para centrase en un espectador más concreto (el fan, por un lado; y el espectador ávido de acción destroyer, por el otro). El guión es simple, esquemático y directo. No hay mucho de dónde rascar, cierto, pero en este caso tampoco necesita mucho más para funcionar como entretenimiento y como presentación oficial del personaje en esta reclamada resurrección con vistas a convertirse en franquicia.

Rezuma espíritu de serie B por los cuatros costados en base a un presupuesto de 45 millones de dólares que, sin ser ni mucho ni poco, está bastante bien amortizado en pantalla. Uno de sus recurrentes efectismos visuales, la cámara lenta en determinados momentos de la acción, responde a un detalle descrito en el guión (la droga que fabrica y distribuye el clan de Ma-Ma). Por tanto, existe un motivo que lo justifica. No es una mera pijada visual del director (estilo Bekmambetov), quién, por otra parte, se limita a cumplir con su trabajo y poco más. 

Porque mientras que en su anterior obra, la interesante “Endgame”, se erigía como una copia torpe y bastarda de Paul Greengrass, aquí Pete Travis simplemente muta de nuevo para ceñirse al producto que tiene entre manos. La carencia de estilo propio se compensa con la eficiencia requerida en estos casos.
Dredd resulta convincente en la piel de Urban, pero más por cómo se desenvuelve el personaje en sí a lo largo de la película (y lo enigmático que resulta desconocer el rostro que se oculta bajo ese casco) que por el propio actor, al que en ocasiones no le termina de funcionar la mueca de tipo duro (demasiado forzada/risible, en mi opinión; algo que en Stallone resultaba más innato).

La villana da mucho menos juego del que cabría esperar. Lena Headey ya sabe lo que es interpretar a una zorra de cuidado gracias a su papel en “Juego de tronos”, pero aquí nunca se siente como una verdadera amenaza. Ella da las órdenes, sí, y desde el guión hacen todo lo posible para que nos convenzamos de que es requetemala (porque el mundo la ha hecho así), pero no termina de dar la talla. Quizás es que Dredd es mucho Dredd, o quizás porque el personaje tiene pocas ocasiones para demostrar lo que vale. En cualquier caso, tampoco es un “lastre” importante.

Y es que dentro de su restringido campo de actuación, “Dredd” funciona sin muchos alardes pero con convicción, ofreciendo un entretenimiento violento como pocos se ven hoy día. Los fans del cómic saldrán, seguramente, encantados, mientras que el resto nos podemos dar por satisfechos con la hora y media de acción sin descanso. 



Valoración personal: 

8 comentarios:

Fucktricio dijo...

Yo me muestro entusiasta con esta nueva versión de Dredd, igual comparto la opinión de que la versión con Stallone es mala, de hecho la había olvidado de no haber sido por que la "resucitaron" de manera involuntaria al intentar comparar una y otra versión.

Se ve espectacular, parece que el 3D lucirá en esta película aunque tampoco digo que sea indispensable verla en ese formato, pero ya veremos cuando se estrene por acá le tengo ganas a la película espero solamente que no sea insípida como el remake de Total Recall, que aburrida resultó esa película.

Aún no he podido ir a ver la de Abraham Lincoln, espero poder ir este fin de semana por que igual me llamó la atención desde que la anunciaron. Realmente no espero mucho de ella más que pasarla bien y reír de manera involuntaria si es que cabe hacerlo. Me parece que tiene ese espíritu de las películas de luchadores mexicanos que si no han visto nunca una se las recomiendo para pasar el rato. Blue Demon rules!!!

Pliskeen (David Ribet) dijo...

A mi me ha sorprendido, ya que todo lo que se había mostrado de la película hasta el momento no me daba muy buena espina. Pero está bien hecha y es entretenida.

La de Lincoln es de esas malas entretenidas, pero seguramente si no se hubiera tomado tan en serio hubiera sido mucho más disfrutable. Una pena...

Saludos ;)

Machete dijo...

El personaje de Anderson era necesario para mostrar mucho más el cinismo de Dredd. En lo de Ma-ma es cierto que no exprime el personaje, pero el protagonista es Dredd y eso pesa más, eso si, es mucho más terrorifica que el peor villano, ese aura enigmatica que la envuelve...ufff. Y la 'mueca' de Urban yo no la encuentro forzada, Stallones ahí juega con ventaja, siempre tiene la boca así, torcida.

Y en lo que estamos de acuerdo, creo que lo has expresado mejor que yo. Pero en resumen, un Dredd como tenía que ser.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

No creo que tener la boca torcida jugara en favor de Stallone, sino simplemente que el rollo de tipo duro lo clavaba sin mucho esfuerzo. Urban se esfuerza y no resulta tan convincente, aunque la ventaja que tiene es la de no tener que mostrar el rostro.

Saludos ;)

Machete dijo...

Jugaba a no tener que ponerla como Urban. XD

Que el pobre tuvo que acabar con un dolor en las comisuras. XD

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Eso sí xD

Ramón dijo...

Pues a mi me ha gustado bastante, lo peor ha sido verla tan continuada con "The Raid", ya que ambas, aunqeu son difierentes, tienen un planteamineto similar.
De todas formas, este !Dredd" es una de las sorpresas del año, un divertimento más que decente.

Saludos !!

jordiluna dijo...

Judge Dredd es un icono para los que leiamos comics en los 80 y es uno de los personajes a los que se le puede sacar mas partido en el cine. Tanto Dredd como Anderson estan mas que aceptablementes dibujados en esta pelicula, que te deja con ganas de mas, ya que el mundo de este personaje era muy amplio.
como anecdota decir que el primero que dibujo este comic de culto fue el español Carlos Ezquerra que tambien nos dio de el famoso the Strontium Dogs igual de cañero y violento que dredd.saludos