Sinopsis oficial: A través de una serie de
atrevidas escapadas por el oscuro y peligroso inframundo criminal, Han Solo se
hace amigo del poderoso Chewbacca, su futuro piloto, y conoce al famoso jugador
Lando Calrissian, en un periplo que marcará el rumbo de uno de los héroes más
inverosímiles de la saga de Star Wars.
Comentario:
El retorno de la franquicia Star Wars a la gran
pantalla ha traído consigo una serie de suculentos proyectos paralelos
centrados en otras historias del universo creado originalmente por George
Lucas. Ese es el caso de “Rogue One”, capítulo centrado en la historia del robo
de los planos de la Estrella de la Muerte; aquellos mismos planos que serían
entregados a la Princesa Leia y que servirían a la Resistencia, con Luke
Skywalker al frente, para destruir el arma secreta más poderosa del Imperio.
Lo mismo ocurre con “Solo: A Star Wars Story”,
película que se enfoca en los orígenes de uno de los personajes más icónicos y
queridos de la franquicia: el carismático contrabandista Han Solo. Pero al
igual que “Rogue One”, que tuvo rehacer buena parte de su metraje tras el
descontento de los productores con el trabajo del director Gareth Edwards, el periplo
de esta película hasta las salas tampoco ha sido un camino de rosas. Para
empezar, los directores inicialmente contratados, Phil Lord y Christopher Miller (The
Lego Movie, 22 Jump Street),
abandonaron el proyecto (o mejor dicho, fueron despedidos) a causa de las
consabidas “diferencias creativas”. Su visión, se dice, mucho más cercana al
espíritu de “Guardianes de la Galaxia” de Marvel (ergo, irreverente y gamberra), y la de
los productores (partidarios, con la autoritaria mandamás Kathleen Kennedy a la cabeza, de no salirse de la ruta habitual) no encajaban, siendo sustituidos
por el veterano Ron Howard, quien tuvo que rehacer la película prácticamente
desde cero (según apuntan los rumores, apenas habría quedado intacto un 25% de
lo rodado por el dúo Lord y Miller).
Por supuesto, eso
no hizo más que aumentar los malos augurios hacia una producción que ya empezó
con mal pie tras algunas decisiones de casting sumamente cuestionadas (el fichaje de Alden
Ehrenreich como Han Solo, sin ir más lejos).
No obstante, una vez vista la susodicha, y tal como
ocurriera con la cita cinta de Edwards, los problemas durante la producción no
han afectado en demasía al resultado final. Quizás no sean las películas que
debieron ser, pero tampoco sabemos si esas películas hubiesen sido lo que
debían ser.
Nunca sabremos qué clase de película habrían hecho Lord y
Miller, ni si ésta habría sido mejor que la presente. Quizás el dúo hubiera aportado
esa frescura que tan desesperadamente necesitan las nuevas películas de la
franquicia. Sin embargo, no tengo tan claro que fueran los adecuados para el
proyecto. Y es que Star Wars no es Guardianes de la Galaxia, y lo logrado por
Howard, si bien no se sale ni un milímetro de los estándares de la saga (y la
pregunta es: ¿debería hacerlo?), es un entretenimiento más que digno. Probablemente
no sea la película de Han Solo que esperábamos, y seguramente ninguna lo sea
jamás (es difícil estar a la altura de lo que espera cada uno), pero puede
considerarse una aventura espacial satisfactoria.
Con sus forajidos, sus asaltos al tren y sus salones con
partidas de póquer (aquí sabacc), “Solo:
A Star Wars Story” (a partir de ahora “Solo”) se emparenta mucho más con el
género western que con la space opera.
Y eso es un buen punto a su favor, ya que se distancia un poco de lo habitual,
saliendo mejor parada en ese sentido que la ya citada “Rogue One” (un
experimento espacio-bélico que no terminaba de cuajar).
Por otro lado, sus moderadas pretensiones, dejando a un lado
la eterna lucha de la Fuerza contra el Lado Oscuro, del Imperio contra la
Resistencia (y que aquí tan sólo funcionan como trasfondo), permiten que el
tono lúdico nos acompañe durante toda la proyección. Eso no quiere decir que no
esté exenta de algunas escenas más dramáticas (muy fan del “robomance” entre
Lando y L3), pero resultan ser bastante ligeras, y como mero acompañamiento a
una historia que busca más la diversión ligera que la épica rotunda.
Más allá de la dirección, tan efectiva como la de cualquier
otro artesano (y Howard lo es) que supiera someterse a los designios de
Kennedy, lo que de verdad hace funcionar a “Solo” es su historia.
Cierto es que Ehrenreich no es Ford, y que le faltan
toneladas de carisma siquiera para llegarle a la suela de los zapatos a éste,
pero ofrece un actuación más competente (si bien mejorable) de lo que cabría
esperar, apoyado sobre todo en un guión que logra hacernos ver en él a un joven
Solo. Porque sí, este es nuestro Han Solo. No nos lo han cambiado; tan sólo nos
lo han rejuvenecido. Y lo mismo ocurre con Lando, aunque en su caso el actor
elegido probablemente sea mejor fichaje que el de Ehrenreich.
En cualquier caso, el reparto en general funciona porque la
historia, repleta de guiños y referencias (y algún que otro cameo poco menos
que discutible) también lo hace. Y es que algunas de las cosas que siempre
quisimos saber y/o ver sobre el pasado de Solo, tales como su primer encuentro con
el que será su fiel compañero/escudero de aventuras hasta el final, el wookie Chewbacca;
la vez que realizó el Corredor de Kessel en "menos de doce parsecs” o cómo logró arrebatarle a Lando el
veloz Halcón Milenario en un partida sabacc, ocurren de un modo complaciente, sabiendo
jugar con la complicidad del espectador fan sin forzar en demasía los engranajes
de la maquinaria fandom. Así pues, en el hipotético caso de que ésta fuera la
única entrega sobre Han Solo, ésta sería más que suficiente para complacer un
poco el misterio acerca de los orígenes del personaje. No obstante, espero y
deseo que la cinta de Howard abra las puertas a una nueva trilogía. No tanto
por lo entregado, sino por lo que está o podría estar por venir. ¿O acaso no
sería ideal disfrutar de una continuación con Solo y Chewbacca al más puro
estilo buddy movie? En serio, ¡basta
ya de películas corales!
Por cierto, si analizamos la relación entre Solo y su
mentor, Beckett (Woody Harrelson), un poco de “La isla del tesoro” de Stevenson
también hay.
VALORACIÓN PERSONAL:
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