Sinopsis oficial:
El todopoderoso Thanos ha despertado con la promesa de arrasar con todo a su
paso, portando el Guantelete del Infinito, que le confiere un poder
incalculable. Los únicos capaces de pararle los pies son los Vengadores y el
resto de superhéroes de la galaxia, que deberán estar dispuestos a sacrificarlo
todo por un bien mayor. Capitán América e Ironman deberán limar sus
diferencias, Black Panther apoyará con sus tropas desde Wakanda, Thor y los
Guardianes de la Galaxia e incluso Spider-Man se unirán antes de que los planes
de devastación y ruina pongan fin al universo. ¿Serán capaces de frenar el
avance del titán del caos?
Comentario:
Diez años, que se dice pronto, y nada menos que 19
películas. Este es el cómputo total que los estudios Marvel han alcanzado desde
que en 2008 pusieran en marcha su particular universo cinematográfico; ese en
el que todos sus personajes estarían conectados entre sí. Todo empezó con “Iron
Man”, película que supuso la primera piedra de un proyecto que ha perdurado
hasta nuestros días –y que pretende extenderse a dos décadas más- a lo largo de
distintas fases.
“Infinity War” nos acerca, sin embargo, al fin de una era. Del
mismo modo que las anteriores entregas de Los Vengadores supusieron el cierre
de cada Fase (la primera Vengadores para la Fase 1, y la Era de Ultrón para la
Fase 2), la mastodóntica epopeya que han llevado a cabo los hermanos Russo ha
de concluir con la Fase 3. Y ya son varios los personajes que llevan unas
cuantas películas a sus espaldas, con lo que no sería de extrañar que esto
sirviera de despedida para algunos de ellos.
Claro que, como ya sabréis, eso no ocurrirá hasta el estreno
de la segunda parte en 2019. Y es que la Guerra del Infinito no podía contarse
en tan sólo una película. Se necesitan más de dos y de tres horas para contar una batalla que lleva ya unos años
gestándose, y que enfrenta a Thanos, el
gran villano en la sombra hasta el momento, con todos (o casi todos) nuestros queridos
superhéroes. El propósito no es otro que evitar que semejante enemigo se agencie todas las Gemas del Infinito y se convierta
en un ser todopoderoso (cual Dios) capaz de aniquilar medio Universo (¿medio?
Sí, medio) de un plumazo.
No debatiremos aquí el propósito de Thanos para con las
gemas, pero sí que merece la pena comentar el gesto de los guionistas por
humanizar un enemigo del que hasta el momento poco o nada sabíamos. Cierto es
que eso le ha restado puntos de intimidación como malo malísimo, pero al mismo
tiempo ha ganado en profundidad.
Al resto de los personajes ya los conocemos sobradamente,
por lo que no se han tomado demasiadas molestias con ellos. E incluso el primer
encuentro entre muchos de ellos se resuelve con una fugacidad y simplicidad
pasmosa.
Quizás el problema radique en que hay demasiado personaje
involucrado (y eso que no están todos los que son), y que son tantas las cosas (encuentros,
despedidas, romances…) que tienen que ocurrir en tan poco tiempo (dos películas
se me empiezan a antojar incluso pocas), que todo transcurre a un ritmo excesivamente
acelerado. Un non-stop de fuegos artificiales que pueden llegar a agotar un
poco, más cuando el hilo conductor es tan limitado.
Y es que los personajes aparecen y desaparecen (algunos son
prácticamente un visto y no visto, o bien aportan poco o nada a los
acontecimientos que se desarrollan); van de A a B y de B a C en cuestión de
fotogramas; luchan y pierden, luchan y ganan, vuelven a luchar y vuelven a
perder/ganar… Todo concentrado en algo más de horas en las que sólo parece
haber hostias, lamentaciones, más hostias y más lamentaciones. La historia
carece verdaderamente de una trama hilvanada, probablemente porque en conjunto todo
se desarrolla más como un acto final de una larga película que empezó hace rato,
que una película en sí misma, con su inicio, su nudo y su desenlace. De hecho,
carece de desenlace, adoleciendo de uno
de los grandes males de algunas franquicias: las entregas segmentadas, es
decir, esos capítulos divididos a su vez por entregas y que saben a media
película cada una. Y ver media película, terminar con un coitus interruptus de
órdago (en este caso, especialmente doloroso), y esperar un año para contemplar
su conclusión es, para un servidor, algo terriblemente molesto (por inevitable
que sea). Tampoco ayuda que saltemos continuamente de un punto al otro de la
galaxia para ver qué están haciendo unos y qué están haciendo otros. Tanto
personaje desperdigado, aún con un único fin (derrotar a a Thanos) , termina
mareando.
“Infinity War” es,
pues, un poco como su llamativo y colorido póster oficial: que sí, que nos
encanta que estén al fin todos juntos nuestros superhéroes favoritos, pero se vislumbra
a todas luces sobrecargado.
A Whedon le salió mucho mejor la jugada en Los Vengadores,
aunque no tenía tantos personajes entre manos. Los Russo, que ya habían
practicado un poco con Civil War (una pseudo Vengadores sí o sí), demuestran
que saben otorgarle los minutos necesarios a los personajes principales sin que
ninguno se resienta en exceso, mientras que muchos de sus secundarios parecen
metidos con calzador para llenar la cuota de rigor. Amén de que los golpes de
efecto dramático caen en saco roto cuando se suceden uno tras otro sin tiempo suficiente
para crear un clímax adecuado para ello. Es más, cierto factor espacio-temporal
(ya visto en la franquicia de los mutantes, aunque aquí mejor justificado gracias
a una de las gemas) provoca en mí cierta sensación de indiferencia casi
absoluta ante cualquier suceso dramático supuestamente incorregible. Una vez
introducido dicho factor, todo es posible y las probabilidades pasan a ser
infinitas, por lo que esos “golpes de efecto” poseen, precisamente, menos
efecto del deseado. Ergo, es un arma de doble filo de la que sólo los mejores
guionistas saben hacer buen uso.
En cualquier caso, y sin que sirva de atenuante, ninguna de las
aportaciones al universo marvelita de los hermanos Russo me suscita especial admiración.
Por muy aclamadas que estén entre los fans y la crítica, ni Soldado de Invierno
ni la ya citada Civil War se encuentran entre mis favoritas, como tampoco la
hará esta Infinity War. Y no es que me
disgusten, ni mucho menos. De hecho, les reconozco su primigenia función de
espectaculares y divertidos entretenimientos, pero ninguna termina de
conquistarme como sí han logrado, por ejemplo, las primeras Capitán América y
Guardianes de la Galaxia, Iron Man y Iron Man 3, o la más reciente Thor:
Ragnarok. Todas ellas, por distintas razones.
De todos modos, quizás la mejor manera de valorar la
historia que aquí nos cuentan sea en su conjunto, cuando obtengamos al fin su
desenlace en la próxima película. La espera será y se hará larga.
1 comentario:
Muy poca valoración, eso lo que es esto. En fin.
Publicar un comentario