viernes, 3 de junio de 2016

“Warcraft: el origen” (2016) – Duncan Jones



Sinopsis oficial: El pacífico reino de Azeroth está a punto de entrar en guerra para enfrentarse a unos terribles invasores: orcos guerreros que han dejado su destruido mundo para colonizar otro. Al abrirse un portal que conecta ambos mundos, un ejército se enfrenta a la destrucción, y el otro, a la extinción. Dos héroes, uno en cada bando, están a punto de chocar en un enfrentamiento que cambiará el destino de su familia, su pueblo y su hogar.

Comentario 

Caballeros de pomposas armaduras, enanos barbudos y narizotas, elfos de orejas puntiagudas, orcos grandes y feos, magos corrompidos por un gran y oscuro poder… Nada nuevo bajo el sol.

Puede que el universo Warcraft en el que se basa la película de Duncan Jones sea mucho más rico que todo eso, cosa que admito desconocer por completo, pero lo cierto es que lo que muestra esta adaptación nunca va más allá de la clásica aventura épico-fantástica que ya hemos visto en otras ocasiones. Así pues, que nos asalte a la memoria la fantasía tolkiana llevada al cine por Peter Jackson puede resultar tan obvio como inevitable. A fin de cuentas, no son pocos los elementos que comparten, si bien en la comparativa, es más que justo afirmar que la franquicia de Jackson (Hobbit incluido) sale ganando por goleada.

No es que la cinta de Jones carezca de atributos, pero a estas alturas del juego, éstos quizás nos sepan a poco. Y es una lástima porque los mimbres se perciben más que prometedores de cara una futura franquicia.

De todos modos, debo indicar que, a mi parecer, esta Warcraft no es, ni por asomo, el desastre que muchos pregonan. Es cierto que carece de la epicidad que se le exige a este tipo de películas, probablemente porque la empatía hacia los personajes es más bien escasa, pero a su favor juega un exquisito y espectacular apartado visual que, a menudo, nos hace olvidar lo superficial de su guión.
Otro aspecto que ayuda a hacerla bastante digerible es su ajustada duración. Que una cinta de estas características no exceda (de largo) las dos horas es algo ciertamente inusual, motivo este por el que, pese a sus carencias, se haga también harto difícil aburrirse en la sala. Más cuando la exigua trama se encuentra trufada de espectaculares batalles en los que el CGI es el amo y señor de la función. 


Y sin embargo, también hay que hacer constar que a su vez dicha duración juega también en su contra, pues la narración se siente algo apresurada, y apenas resta tiempo para desarrollar en condiciones a los personajes, ya sean estos humanos u orcos. Sirva de ejemplo la relación paternofilial entre Lothar (Travis “Ragnar” Fimmel) y su vástago, apenas expuesta en unas pocas e insuficientes pinceladas. O ese amago de romance entre el citado Lothar, el humano protagonista, y Garona (Paula Patton), la mestiza orco. ¿En qué momento, entre enfrentamientos verbales y desconfianzas mutuas, salta la chispa? Más allá de unas breves confesiones alrededor de una acogedora hoguera, en las que para más inri Lothar apenas interviene, poco hay a lo largo de los acontecimientos narrados que dé pie a algo más que una alianza de conveniencia. Y dado que lo suyo se antoja un detalle crucial de cara a la inmediata secuela, no puedo sino quejarme de lo artificial e impostado que resulta todo ello.

Conviene citar que los rumores apuntan a que habrían sido recortados alrededor de unos 40 minutos en el montaje final de la cinta, lo que explicaría las lagunas existentes a lo largo de la trama.

En cualquier caso, la película de Jones tiene en lo ramplón de su guión un imprevisto enemigo. Ahora bien, no lo suficientemente despiadado como para arruinar la función. Desde luego, no es el gran blockbuster épico que debería haber sido, pero en comparación con muchas otras adaptaciones de videojuegos, tampoco sale tan mal parada. Eso sí, me queda la duda de cómo hubiera resultado si hubieran decidido rodarla enteramente por animación computerizada, como las cinematicas de los juegos. No en vano, la práctica totalidad de la película es puro píxel, y la participación de los actores de carne y hueso versus los que se han prestado a la motion capture es tan insignificante en comparación, que casi se los podrían haber ahorrado. 


VALORACIÓN PERSONAL: 

2 comentarios:

Patrick Bateman dijo...

A mí el avance nunca me pareció gran cosa. Pero leyendo que, a pesar del flojo guión -cosa que junto a sus efectos visuales, temía desde el principio- no está tan mal, le daré una oportunidad cuando salga en DVD.

Saludos.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

A mi tampoco me entusiasmó demasiado lo que vi en los trailers, y del juego tan sólo conozco las cinemáticas.

Sin gran cosa, está lejos de ser el espantoso que muchos proclaman.

Saludos ;)