viernes, 17 de abril de 2015

“La oveja Shaun: La película” (2015) - Richard Starzak, Mark Burton


Curtidos primero en la pequeña pantalla  con cortometrajes y series de animación y, posteriormente, dando el salto al cine con joyitas como “Chicken Run: Evasión en la granja” o “Wallace & Gromit - La maldición de las verduras”, los estudios Aardman se han convertido por derecho propio en los reyes de la animación con plastilina (o clay-motion). Y aunque también han hecho sus pinitos con la animación por ordenador (no me cansaré nunca de recomendar y reivindicar la estupenda “Arthur Christmas”), lo cierto es que lo suyo es el stop-motion, un terreno que dominan a la perfección.

Prueba de ello es uno de sus últimos éxitos para televisión: “La oveja Shaun “, personaje surgido a raíz de un corto de Wallace y Gromit, y que poco a poco ha ido ganando popularidad.  La suficiente como para que ahora el estudio haga debutar a su famosa ovejita a lo grande con un largometraje de estreno en cines que lleva a nuestra protagonista de aventuras por la gran ciudad.

Shaun es una oveja muy lista y algo traviesa que vive con sus compañeras de rebaño en la granja de Mossy Bottom, al cuidado del Granjero y de Bitzer, su leal perro pastor.

Los días pasan sin novedades, hasta que un buen día, Shaun, harta de la monotonía  en la granja, decide urdir un ingenioso plan para conseguir tener un día libre.
Desafortunadamente, los acontecimientos no tardan en írsele de las manos y adquirir proporciones incontrolables…


Analizada fríamente, podríamos tildar a  “La oveja Shaun: La película” de ser un capítulo alargado de su homónima televisa. Y en cierto modo, no nos faltaría razón. Pero sería un error considerar eso como algo negativo, ya que en este caso el factor “mayor metraje” no es un atributo tomado a la ligera por sus responsables.

La trama urdida por Richard Starzak y Mark Burton es ejemplarmente dinámica. No existe sensación de “estiramiento” ya que todo funciona con la precisión de un reloj suizo, amén de ajustarse los minutos a una duración adecuada a las circunstancias (apenas alcanza la hora y media).  Esto nos permite disfrutar de la diversión al nivel de un capítulo pero durante mucho más tiempo, sin que eso signifique alargar el chiste más de lo necesario.  


El slapstick como una de las piezas fundamentales del engranaje humorístico, junto a los ingeniosos gags tan puramente british o las simpáticas referencias cinéfilas (brillante la llegada de Shaun al centro de Control de Animales) hacen de “Shaun the Shaun” otra muestra del talento imaginativo de Aardman, consiguiendo que los neófitos enseguida le cojamos cariño a Shaun y su trupe de ovejas descarriadas, a Bitzer e incluso a puntuales secundarios como Slip, el perrito huérfano (aunque más bien parezca una rata gigante) que ayuda a nuestros amigos a moverse por la gran ciudad.

Por supuesto,  toda gran aventura necesita a su villano, y ese papel  recae en un implacable trabajador/recolector del Control de Animales, quién perseguirá sin descanso a la huidiza Shaun y al resto de animales.

Aventuras y desventuras en la gran ciudad a un ritmo ágil y con una calidad de producción impecable. No hay más que fijarse en los detalles de los personajes, objetos y distintos elementos que aparecen en pantalla, lo conseguido del aspecto y las texturas en el acabado de los mismos, etc. Un trabajo minucioso al que hay que añadir el siempre laborioso proceso de filmación fotograma a fotograma que precisa la animación en stop-motion. Sólo por eso ya vale la pena acercarse al cine más cercano a ver “La oveja Shaun: La película”.



Valoración personal:

No hay comentarios: