miércoles, 29 de junio de 2011

“Transformers: El lado oscuro de la luna” (2011) - Michael Bay

critica Transformers: El lado oscuro de la luna 2011 Michael Bay
Después del mal regusto general con “Pearl Harbour” y el batacazo taquillero de “La Isla”, el amado/odiado Michael Bay necesitaba un éxito con urgencia, y éste le vino de la mano de uno de los juguetes de Hasbro, los Transformers, unos robots transformables -como su nombre bien indica- de procedencia alienígena que se hicieron muy populares entre la chiquillada de alrededor del mundo gracias sobre todo a la serie de animación producida en la década de los ochenta.

En manos de Bay, su adaptación a la gran pantalla contó con unos efectos especiales de primera y con una historia más bien ramplona que, si obviamos los indigestos “momentos a lo American Pie”, al menos resultaba lo suficientemente aceptable como para acompañar toda esa pirotecnia que se le suele pedir a un blockbuster y en la que el director se mueve como pez en el agua. Y aunque la película no fuera todo lo buena que se esperaba (un poco más de seriedad no le hubiera ido mal) y dividiera a muchos entre aduladores y detractores, sus números en taquilla (150 millones de dólares de presupuesto y 700 de recaudación a nivel mundial) constataban su éxito y garantizaban el visto bueno para una secuela.

Cuando ésta llegó, muchos esperábamos que se pulieran los errores de su predecesora. Pero cuál fue nuestra sorpresa al comprobar que no sólo no se que corrigieron sino que se intensificaron. A lo largo de más de dos larguísimas y agotadoras horas contemplamos a un robot que se tiraba pedos, a otro que se arrimaba a la pierna de Megan Fox cual perro en celo, a dos gemelos Autobots cansinos, a la madre de Witwicky drogada en el campus de su hijo, a John Turturro enseñando sus nalgas separadas por un fino tanga (y él no fue el único que osaba bajarse los pantalones en el transcurso de la película)… y un sinfín más de estupideces que convertían a “Transformers 2: La venganza de los caídos” en un engendro de proporciones mastodónticas. Poco importaba que en medio del bochornoso espectáculo hubiera un puñado de robots dándose de hostias o que hubiera cosas explotando por doquier, porque a la hora y poco una ya había acabado harto de tanta tontería.

Con semejante antecedente, acercarse a una tercera entrega suponía todo un acto de fe. Pero de nuevo, volvían a ponernos un sabroso anzuelo con el que picar, un tráiler aún más espectacular que los de las dos anteriores entregas juntos. Aún así, las dudas de algunos seguían ahí, y nos preguntábamos si nos la iban a meter doblada por segunda vez o, si por el contrario, asistiríamos, ahora sí, a un entretenimiento de calidad o que al menos no diera vergüenza ajena ni fuera un insulto a nuestra inteligencia. Y solamente había una forma de averiguarlo…

Han pasado varios años desde el último enfrentamiento entre Autobots y Decepcticons. En este tiempo, los primeros se han convertido en un aliado armamentístico de suma importancia para el gobierno de los EE.UU. y para el mundo entero, participando en arriesgadas misiones y en conflictos que sólo ellos pueden llevar a cabo sin bajas humanas. Los segundos parece que han desaparecido del mapa, aunque se siguen extremando las precauciones por si deciden regresar y vengarse por enésima vez. En cuanto a Sam Witwicky (Shia LaBeouf), sus heroicos esfuerzos en el pasado no han servido para brindarle un próspero futuro, y mientras busca un empleo adecuado a sus capacidades, vive el día a día a costa de Carly (Rosie Huntington-Whiteley), su nueva novia.

Pero la calma y rutina actuales volverán a verse interrumpidas por un nuevo levantamiento de los Decepticons, quienes esta vez harán acopio de toda la artillería a su alcance para alzarse con la tan ansiada victoria.

La película empieza primero remontándose a los orígenes de la guerra entre Autobots y Decepticons en Cybertron, y luego situándonos a finales de los años 60, con la carrera espacial americana en pleno apogeo gracias al viaje del Apolo 11 y su llegada a la Luna, desde donde el astronauta Neil Armstrong pronunció su ya famosa frase “Este es un pequeño paso para el hombre, pero un gran salto para la humanidad”. Pero como bien se nos muestra aquí, los motivos que llevaron al hombre a la Luna no fueron los que todos conocemos, sino que tras esa misión se escondía otro propósito: investigar y recoger muestras de un extraño artefacto que se había estrellado en el satélite natural.

Tiempo después, los secretos mejor guardados de aquella misión saldrán irremediablemente a la luz.


Y tras este instructivo prólogo, en el que se utilizan imágenes de archivo de la época (que cuelan mejor que el postizo Robert Kennedy empleado para la ocasión…), regresamos al presente. ¿Y qué es lo primero que nos encontramos? Un generoso primer plano del trasero de Carly, el interés amoroso de Sam Witwicky que ha sustituido a Mikaela (a la que Bay reserva unas cuantas puyas en los diálogos). Vale, es una forma de empezar como cualquier otra (y en una película de Bay no es algo extraño), pero uno ya empiece a temerse lo peor. Y sí, lo peor se acaba cumpliendo, en mayor o menor medida.

De la historia no hace falta contar mucho, ya que no es más que una mera excusa para desencadenar otra batalla campal entre transformers y humanos. Pero para situarnos en un contexto, a lo que hace referencia el título de esta tercera entrega es a algo que pondrá en grave peligro nuestro planeta y que supondrá el arma definitiva para que los Decepticons terminen invadiéndonos.

En medio de todo el meollo están los aliados de siempre: Sam, su chica (cambiamos morena por rubia; actriz –es un decir- por modelo), el ahora ex agente Simmons (John Turturro) y los soldados yanquis (entre ellos, viejos conocidos como Lennox y Epps). Y se suman algunos nuevos, como la jefa Mearing (Frances McDormand), cuya función –hablando en planta- es dar por saco, o Dutch (Alan Tudyk), el ayudante de Simmons; amén de los nuevos Autobots que apoyan a Optimus Prime y cía (que nos quitan de encima a los molestos gemelos… pero para poner en su lugar a unos Autobots renacuajos sólo un poquito menos indigestos)

Y con todo esto, y bajo la promesa de no volver a cometer los errores del pasado, Michael Bay y Ehran Kruger (responsable también del guión de Transformers 2) vuelven a tropezar con la misma piedra, ofreciendo el mismo execrable humor que en su predecesora, y consiguiendo que grandes actores como Turturro, Malkovich o McDormand se presten a hacer el payaso sin pudor alguno, algo que de seguro beneficiará más a su cuentas corrientes que a sus carreras (y lo de Turturro ya es reincidencia compulsiva)

La película tarda, por así decirlo, hora y media en arrancar, que es el tiempo que Kruger y Bay emplean para desarrollar la trama (que tampoco necesita de tantos minutos) y poner a todas sus fichas sobre el tablero. Un tiempo en el que el humor cazurro, las situaciones bobaliconas y los personajes ridículos vuelven a ser los protagonistas (sí, vuelve también la madre Sam). Malkovich se lleva la palma con un personaje que además parece metido con calzador, aunque mención especial merece Ken Jeong, que parece haber saltado directamente del plató de Resacón 2 al de Transformers sin cambiar un ápice su registro (aunque aquí no esnifa coca, que sepamos…)


Así que todo aquello que no nos gustaba en la anterior vuelve a estar presente en ésta, aunque de forma mucho menos insultante, todo hay que decirlo. Pero además, en esa hora y media la presencia de los transformers se ve reducida a mínimos, cobrando mayor protagonismo los humanos, que es justo lo contrario de lo que llevaba pidiendo a gritos el público. Las escasas escenas de acción en el transcurso de ese tiempo tampoco son muy destacables, y enfrentan básicamente a soldados contra Decepticons.

Entonces, pasada esa irrisoria y difícilmente soportable hora y media, llega lo bueno: todo el arsenal que Bay se guardaba en la manga y que es lo que se ha utilizado como reclamo en los tráilers. Porque tontos no son (Spielberg anda detrás…), y en la promoción nos han ocultado todo lo que no nos gusta y nos han enseñado todo lo que sí. Y lo que nos gusta, y lo que mejor se la da a Bay, es la destrucción y las apoteósicas escenas de acción que alcanzan su cenit en la ya sobradamente conocida secuencia del edificio. Una hora -más o menos- de excelsa espectacularidad, con explosiones por todas partes, coches volando por los aires y toda la chatarra robótica desplegada por la ciudad dándose mamporros. Nadie puede negar que Bay es un auténtico artesano a la hora de planificar las escenas de acción y de lograr un sólido empaque con todos los elementos que maneja, logrando integrar a la perfección los efectos digitales dentro de unos sets en los que parece desatarse el mismísimo apocalipsis.

Esta vez, las escenas son menos mareantes, aunque no falta la cámara lenta y los planos característicos del director (personaje en plano medio + fondo explotando o en llamas + música épica de fondo), consiguiendo momentos realmente impactantes y, en algunos casos, hasta emocionantes (la escena con Bumblebee y el cruce de miradas entre él y Sam), cosa que no había conseguido en anteriores ocasiones y que, apoyándose en una buena banda sonora como la que le brinda Steve Jablonsky, Bay acostumbra a bordar.

Lástima que para llegar a esto haya que tragarse todo lo anteriormente mencionado, que para lo único que sirve es para constatar que LaBeouf, que estaba bastante contenido en las anteriores entregas, se pone a soltar gritos histéricos a la mínima oportunidad, y que Rosie Huntington-Whiteley actúa un poco mejor que Megan Fox, aunque por momentos, y al igual que aquella, recite los diálogos con limitada convicción o sirva para hacer exactamente lo mismo: contonearse ante la cámara y pasarse media película agarrada de la mano de su compañero de reparto.


Del videoclipero estilo visual o del habitual patriotismo y la exaltación del poder militar yanqui no debería haber queja alguna porque uno ya sabe a lo que va. Bay es Bay, y o lo tomas o lo dejas. Y en el caso del patriotismo, tratándose de una película palomitera, a mi no me molesta en absoluto (otro gallo cantaría si fuera un filme bélico con pretensiones didácticas)

Así que la conclusión parece bastante obvia: si la adrenalítica hora final te compensa la infumable hora y media anterior, la inversión habrá valido la pena. En caso contrario… no se admiten devoluciones.

Bay deja toda la carne en el asador para el final, y puede que unos lleguen a ese final sin hambre o, peor aún, empachados de aburrimiento y de chistes sin gracia.

Lo bueno de todo es que esta es la última de la franquicia, al menos para Bay, del que muchos esperamos pronto un regreso a algo más del estilo “La Roca” (de lejos, su mejor película y una joya del cine de acción). Quizás si otro agarra los mandos de Transformers salga algo más potable; algo más adulto y serio o, como mínimo, con menos chorradas por minuto y menos infantilismo recalcitrante. A fin de cuentas, y después de tres películas, la primera sigue pareciendo la más compensada de todas, aunque por el camino haya visto como sus secuelas le pasaban la mano por la cara en cuanto a espectacularidad se refiere. Aún así, ya se sabe que la potencia sin control, no sirve de nada, y Bay no se lo aprende ni a marchas forzadas.

P.D.: El supuestamente asombroso mejor 3D visto hasta la fecha me ha dejado indiferente la mayor parte del tiempo. Aunque admito que yo soy bastante inmune al efecto estereoscópico, así que no me toméis la palabra en ese aspecto.



Valoración personal:

16 comentarios:

Pepe Cahiers dijo...

Tal y como describe usted la segunda parte parece que hablamos de un film surrealista. En el fondo no creo que se engañe a nadie, es lo que es y nadie sensato esperaría más.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

El problema es que sea peor de lo que uno podría esperar o, en este caso, de lo que se le prometía.

Lo verdaderamente molesto es que, para promocionar esta tercera entrega, sus propios responsables (director y actor prinicipal) pusieran a caldo la anterior, con el fin de asegurar que no iban a repetir los mismos errores en ésta ¿Y qué nos encontramos? Pues exactamente esos mismo errores, aunque de forma menos insultante, y con un tramo final sumamente espectacular que esperan, sirva para compensar. Y por tanto, nos han metido, y han jugado al despiste con el trailer (aunque eso ya suele ser más habitual en Hollywood). Creo que nos han tomado el pelo a todos aquellos que realmente les concedimos, a regañadientes, el beneficio de la duda.

Yo me divertía muchísimo con las películas de Bay, hasta la llegada de Transformers. Acepto la priemra, pero sus secuelas ya no, por mucho que supiese a lo que iba. Porque yo iba a divertirme, y no han sabido complacerme.

Saludos ;)

Emilio M. Luna dijo...

Como era de esperar, no. Yo solo he visto la primera y ahí se acabó. No me gusta el protagonista y la historia me encantaba en los cómics.

La película será de calidad cuestionable pero te lo has currado muy y mucho. Un abrazo David

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Gracias Emilio,

La primera, pese a algunas tonterías dignas de una comedia juvenil, me pareció un entretenimiento bastante aceptable, pero la cosa ha ido de mal en peor. Una película, por muy blockbuster que sea, no es buena porque sea hipermegaespectular. Hay que currárselo un poco más o, que como mínimo, la historia y los personajes no den vergüenza ajena.

Saludos ;)

dragon negro dijo...

A mi toda la primera parte tampoco me ha molestado tanto por mucho que se alargue un poco, y el trozo final si que es espectacular, pero los personajes son planos a más no poder, y muchas veces ridículos, aunque se ha mejorado lo de la anterior secuela que si que era de pena.
Personalmente si que le doy un aprovadillo, pues creo que ofrece un entretenimiento bastante decente dentro de lo que cabe.

Un saludo!!!

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Recuerdo que en la primera película más o menos reconocías a los robots, es decir, se les otorgaba un mínimo de personalidad para distinguirlos. Y aquí, salvando a los renacuajos, a Optimus y Bumblebbe que los conocemos de sobras, y al nuevo Sentinel Prime, del resto sabemos poco menos que sus nombres. Eso en cuanto a Autobots, porque en cuanto a Decepticons, sólo identificamos a Megatron, que con cada película se ha vuelto más pelele, y cuyo enfrentamiento final con Optimus no podría ser más flojeras.

Si además añadimos erratas argumentales (SPOILER el evidente amago de destierro de Optimus y cía podría haberse justificado con un intento de engañar a un Sam obligado a hacer de espía, pero no como dice en la película, para que los humanos se den cuenta de su error; con la tontería, casi dejan que se cepillen a toda la humanidad para aparecer justo en el instante en el que Sam corre máximo peligro... FIN SPOILER) y que la primera hora a mi no me gustó nada, pues la sensación final es bastante agridulce, por mucho que mole la escena del edificio y alguna que otra secuencia más.

Saludos ;)

Machete dijo...

A mí no me compensa ni la adrenalítica hora final. Aún después del tortazo de la primera, piqué con la segunda. Esta vez ya podría haber leído tu crítica, con inmejorables palabras y cinco aliens, que no me vuelven a enganchar. Yo también hecho de menos al Bay de La Roca.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

A mi tampoco, pero benditos sean los pases de prensa para no lamentar una mala inversión dinero (aunque sí de tiempo). La verdad, yo tampoco iba a picar con esta tercera después del atroz visionado que me supuso la segunda. Por espectacular que fuese el trailer, tenía mis dudas, y se confirmaron en el pase.

A ver con qué nos sale Bay la próxima vez...

Saludos ;)

Chacal dijo...

La primera me resultó la sorpresa del verano del 2007, caracterizado por el bajón de calidad que tuvieron las terceras entregas de Spiderman, Shrek y Piratas del Caribe estrenadas por aquel entonces.

Pero la segunda...¡ay la segunda! mejor no digo lo que pienso de ella. Por eso que tomando como base la crítica de David más la de otros dos compañeros que conozco de la blogosfera, y viendo que la nota más positiva es de 3 (sobre 10) a mi no me la meten doblada otra vez, máxime con una insultante duración de 157 minutos donde seguro que sobra tiempo por todas partes. Y es que no hace tanto ya tuve la cuarta entrega de Piratas del Caribe (otra saga que va progresivamente a peor)

Pero mi encabronamiento viene porque los p*t*s están por todas partes y hasta por duplicado y triplicado mientras que la película que quería ver yo (Caballeros, princesas y otras bestias con Natalie Portman) me la estrenan sólo en un j*d*do cine en la otra punta de Barcelona (porque en Hospitalet y alrededores NADA DE NADA) Que se vayan a tomar por c*l* Bay con sus Transformers.

Chacal dijo...

Los p*t*s TRANSFORMERS, que con el acaloramiento me los he comido en mi anterior comentario.

Fucktricio dijo...

Saludos, en México aún va a estrenarse la cinta así que gracias Pliskeen por matar mis ganas de ir a ver esta película al cine :-(

Jajajajaja, bueno la verdad es que aún así voy a verla por que como solemos decir: Hasta no ver no creer. XD

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Chacal,
Pues la película de Portman es muchísimo peor que ésta, ya te lo digo ahora. Bueno, al menos para mi, que no me gusta el humor escatológico y basado en referencias sexuales, que es de lo que abusa ésta constantemente desde el primer minuto hasta el último.

Fucktricio,
Como ya digo en la crítica, a algunos les puede compensar la hora final, o incluso puede que la primera hora y media no se les haga tan insoportable como a mi (yo es que no aguanto el humor ridículo e histriónico de la saga), así que puede que te guste si, por ejemplo, la segunda entrega no te disgustó.
Ya me contarás ;)

Saludos :)

Fucktricio dijo...

Que tal, ayer fuí a ver Transformers finalmente después de un par de intentos fallidos debido a que mucha gente quiere ver la película. Si he visto las tres películas y me han gustado, pero es muy cierto eso del humor sin sentido que tienen, sobre todo la segunda que esta en exceso y en ocasiones es muy, pero muy tonto.

Al final creo que debo decir que Transformers 3 me ha gustado, se me hizo mejor que la segunda parte y aunque si esta de nueva cuenta ese humor estúpido (a Bay no se le dan los chistes la verdad, en ninguna de sus películas) afortunadamente es menos, pero si, creo que estuvo de más. La co-protagonista igual, hubiese sido lo mismo si no hubiese habido ninguna en esta cinta por que al final de cuenta los protagonistas deben de ser los robots y esa tipa, como que quisieron que imitara a la Megan tanto en las poses como en su forma de actuar (dicho con sarcasmo). Uno esperaba ver robots, peleas, buenos efectos y los hay, pero si hay cosas que no fueron bien aprovechadas.

Por momentos si da flojera la película, la verdad, hay personajes y escenas que nada más no, sólo relleno y malísimas. Pero una vez que ví a Bumblebee pelear o a Optimus guau... mojé mi ropa interior de la emoción jajajajajaja. Bueno, pues cada quien verá esta película a su manera y puede que la disfrute o no, pero ciertamente aunque haya leído que la película era medio mala (o medio buena, según como lo quieran ver) ahí estuve en su estreno así como en las anteriores de la saga. Ah por cierto, después me pase a ver X-Men y esa sí, me guató muchísimo más, espero haya una segunda parte por que vale la pena.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Fucktricio, gracias por pasarte a dejar tu opinión.

Yo también espero que la nueva X-Men tenga secuela, aunque haya hecho muchísimo menos dinero que, por ejemplo, los robots de Bay.

Saludos ;)

P.D.: Lo cierto es que el humor de Transformers es realmente pésimo, pero el humor de películas como Armaggedon o Bad Boys sí me ha gustado.

Fucktricio dijo...

Mmmm pues creo que se debe a que son películas, por así decirlo, más maduras o serias. Transformers va más a un público infantil bueno quizás no tanto, pero creo que la idea era que fuera apta para el público en general a diferencia de las que mencionas que por cierto son muy buenas.

Bay ha tenido tropezones desde hace mucho y aunque sus películas no llegan a ser del todo malas, no va a poder repetir lo que hizo antes. A ver que nos presenta en el futuro.

Rodi dijo...

No está a la altura de la primera, pero mejora bastante respecto a la segunda. Aun así los primeros 60 minutos guardan bastante minutos para olvidar, pero sus últimos 60 los compensan con creces (posiblemente los más espectaculares de la historia).

PD: Buena crítica.

Saludos.