Tras el bajón taquillero -y también artístico- de “Monstruos contra Alienígenas”, Dreamworks parece haber vuelto a encontrar el camino del éxito, aunque por vías bien distintas.
La más inusual ha sido concibiendo una película con una historia de calidad y unos personajes entrañables como pocas veces se ha visto en la filmografía de la compañía. Obviamente, me estoy refiriendo a ‘Cómo entrenar a tu dragón’, una de las mayores sorpresas del año en el campo de la animación. Hiccup y su dragón han conseguido acortar las distancias que separan a Dreamworks de Pixar, y puede que este año el Oscar en su categoría esté más reñido que nunca (que cada uno elija su favorita; yo ya lo he hecho)
La otra vía ha sido apostar por el caballo ganador, es decir, estrenar otra secuela de su saga más taquillera: Shrek. Pese al evidente agotamiento de la misma y a la generalizada decepción con la tercera entrega, “Shrek, felices para siempre” sigue teniendo tirón entre el público, y lo demuestran sus más de 700 millones de dólares recaudados en todo el mundo (casi 250 más que el dragón, habiendo costado ambas exactamente lo mismo) ¿Estamos seguros que esta cuarta será la última?
Pero el estudio de animación fundado por Spielberg parece no tener suficiente, y a poco por terminar el año, estrena su tercer largometraje: “Megamind”.
“Megamind” es un supervillano cuyo mayor deseo es conquistar Metro City. Desgraciadamente, cada intento por conseguirlo ha desembocado en fracaso por culpa del superhéroe con capa llamado “Metro Man”, el protector de la ciudad.
Pero la mala suerte de Megamind cambia por completo el día que consigue, por fin, deshacerse de su enemigo. El superhéroe muere y el supervillano triunfa. Megamind cumple su ansiado sueño y se adueña de Metro City. Sin embargo, pasado un tiempo se dará cuenta que el tenerlo todo le deja sin objetivos, convirtiendo su vida en una aburrida monotonía.
Él es un supervillano, y como tal, necesita un superhéroe que le de la contra. Por ello, ingenia un nuevo plan: crear un héroe contrincante llamado “Titán”. Para su desgracia, el tiro le sale por la culata, y Titán no quiere ser un superhéroe sino un supervillano, uno que no se conforma con conquistar Metro City, sino que pretende destruirla.
Ahora Megamind deberá resolver el entuerto que él mismo ha creado, y deshacerse no ya de su rival, sino de su directo y más poderoso competidor. Aunque para eso haya que convertirse en el héroe.
La última producción de Dreamworks supone la enésima vuelta de tuerca a las películas de superhéroes (y van…). Pixar ya hizo la suya con “Los Increíbles”, y ellos no podían ser menos (incluso en ambas cintas el inesperado supervillano es… ¡pelirrojo!)
La historia de Megamind se construye teniendo como mayor referente a Superman, el superhéroe por antonomasia. Y esto es algo que queda patente nada más empezar la película.
Tras el conocido recurso de empezar por el final, el propio Megamind, voz en off mediante, nos cuenta sus orígenes y los de su eterno rival, Metroman.
El destino quiso que ambos fueran a parar al mismo planeta, la Tierra, pero la mala fortuna fue la que acompañó a Megamind desde bien pequeñito debido a su poco agraciada apariencia y a sus desafortunados intentos por gustar a los demás. Y mientras uno se convertía en un ídolo de masas, el otro, rechazado por la sociedad, buscó refugio en el mal.
Una de las perversas costumbres de Megamind es secuestrar a la periodista Roxanne Ritchi, la supuesta novia del héroe. Cada intento de tender una trampa a su rival ha resultado fallido… hasta ahora. La muerte de Metroman supone un antes y un después en su carrera por conquistar Metro City. Pero quién iba a decirle al azulado cabezón que su sueño iba a reportarle tanta tristeza…
Los guionistas le dan la vuelta a los habituales clichés de las películas superheroicas, buscando siempre la complicidad con el espectador, más cuando se trata de rememorar al Superman de Donner (atención a uno de los disfraces de Megamind, un guiño por partida doble al personaje al que quiere emular y al otro mítico que interpretó ese mismo y célebre actor)
Y es que la película no está exenta de referencias, y seguramente los fans de los superhéroes encuentren en ella muchas más de la que un servidor es capaz de advertir. A fin de cuentas, y como ya he comentado más arriba, la trama alude constantemente al hombre de acero. No es casualidad que Metroman nos recuerde a él, tanto por su aspecto como por sus poderes; ni que la chica por la cual suspira nuestro protagonista sea, de profesión, periodista/reportera.
Quizás eso le reste algo de originalidad al guión, pero lo cierto es que sus responsables (debutantes en esta tarea) han sabido aprovechar todos estos conocidos referentes (incluso en el apartado musical se permiten un guiño a Iron Man justo cuando Megamind aparece con su robótico traje) y todos esos tópicos del (sub)género para crear una simpática comedia que funciona tanto como parodia como en calidad de homenaje. Aunque por encima de todo, sea lo primero.
Y lo hace teniendo al villano como pilar de la trama. Un villano que, por supuesto, no será tan malo cómo pretende aparentar. En ese aspecto, recuerda a la reciente “Gru, mi villano favorito”. De hecho, los dos quieren hacer el mal, pero la pifian continuamente. Y ambos, desprovistos de superpoderes, utilizan ingeniosos artilugios y sofisticados vehículos (compartiendo también un atractivo diseño retro) para llevar a cabo sus fechorías. Y, por supuesto, tanto uno como otro reciben la ayuda de sus secuaces (genial el Esbirro pez de Megamind; un auténtico robaescenas)
Pero bajo esos guiños, esos divertidos gags (unos más que otros), y esos espectaculares enfrentamientos con Metro City como ring, subyace también una historia de amor con el cuento de “El patito feo” –en este caso, el patito malo- como telón de fondo.
Así es como aprovechan para hablarnos de los prejuicios, de la voluntad y el esfuerzo por querer cambiar tu destino, de la responsabilidad que conllevan las decisiones que tomamos, etc.
Y todo esto amenizado con una excelente animación, un 3D bastante bien aprovechado (la temática se prestaba a ello) y un buen puñado de canciones (temazos de AC/DC, The Clash, Minnie Riperton, Michael Jackson…) fácilmente reconocibles y que, inevitablemente, dejan en un segundo lugar la banda sonora compuesta por Hans Zimmer (que ya hizo lo propio con las dos entregas de Madagascar) y Lorne Balfe (curtido éste en la compañía del propio Zimmer)
“Megamind” es una ocurrente y muy entretenida parodia de las películas de superhéroes. Y muy probablemente serán los fans de éstas quienes más la disfruten.
No está al nivel de ‘Cómo entrenar a tu dragón’ (le falta el puntito dramático y entrañable de aquella), pero tampoco supone un bajón considerable en la calidad que Dreamworks viene ofreciendo últimamente. Y puede que sea la única película de superhéroes en la que los bailecitos de los protagonistas no provocan vergüenza ajena (siguen siendo igual de prescindibles, pero en una comedia –y de dibujos- se toleran)
La más inusual ha sido concibiendo una película con una historia de calidad y unos personajes entrañables como pocas veces se ha visto en la filmografía de la compañía. Obviamente, me estoy refiriendo a ‘Cómo entrenar a tu dragón’, una de las mayores sorpresas del año en el campo de la animación. Hiccup y su dragón han conseguido acortar las distancias que separan a Dreamworks de Pixar, y puede que este año el Oscar en su categoría esté más reñido que nunca (que cada uno elija su favorita; yo ya lo he hecho)
La otra vía ha sido apostar por el caballo ganador, es decir, estrenar otra secuela de su saga más taquillera: Shrek. Pese al evidente agotamiento de la misma y a la generalizada decepción con la tercera entrega, “Shrek, felices para siempre” sigue teniendo tirón entre el público, y lo demuestran sus más de 700 millones de dólares recaudados en todo el mundo (casi 250 más que el dragón, habiendo costado ambas exactamente lo mismo) ¿Estamos seguros que esta cuarta será la última?
Pero el estudio de animación fundado por Spielberg parece no tener suficiente, y a poco por terminar el año, estrena su tercer largometraje: “Megamind”.
“Megamind” es un supervillano cuyo mayor deseo es conquistar Metro City. Desgraciadamente, cada intento por conseguirlo ha desembocado en fracaso por culpa del superhéroe con capa llamado “Metro Man”, el protector de la ciudad.
Pero la mala suerte de Megamind cambia por completo el día que consigue, por fin, deshacerse de su enemigo. El superhéroe muere y el supervillano triunfa. Megamind cumple su ansiado sueño y se adueña de Metro City. Sin embargo, pasado un tiempo se dará cuenta que el tenerlo todo le deja sin objetivos, convirtiendo su vida en una aburrida monotonía.
Él es un supervillano, y como tal, necesita un superhéroe que le de la contra. Por ello, ingenia un nuevo plan: crear un héroe contrincante llamado “Titán”. Para su desgracia, el tiro le sale por la culata, y Titán no quiere ser un superhéroe sino un supervillano, uno que no se conforma con conquistar Metro City, sino que pretende destruirla.
Ahora Megamind deberá resolver el entuerto que él mismo ha creado, y deshacerse no ya de su rival, sino de su directo y más poderoso competidor. Aunque para eso haya que convertirse en el héroe.
La última producción de Dreamworks supone la enésima vuelta de tuerca a las películas de superhéroes (y van…). Pixar ya hizo la suya con “Los Increíbles”, y ellos no podían ser menos (incluso en ambas cintas el inesperado supervillano es… ¡pelirrojo!)
La historia de Megamind se construye teniendo como mayor referente a Superman, el superhéroe por antonomasia. Y esto es algo que queda patente nada más empezar la película.
Tras el conocido recurso de empezar por el final, el propio Megamind, voz en off mediante, nos cuenta sus orígenes y los de su eterno rival, Metroman.
El destino quiso que ambos fueran a parar al mismo planeta, la Tierra, pero la mala fortuna fue la que acompañó a Megamind desde bien pequeñito debido a su poco agraciada apariencia y a sus desafortunados intentos por gustar a los demás. Y mientras uno se convertía en un ídolo de masas, el otro, rechazado por la sociedad, buscó refugio en el mal.
Una de las perversas costumbres de Megamind es secuestrar a la periodista Roxanne Ritchi, la supuesta novia del héroe. Cada intento de tender una trampa a su rival ha resultado fallido… hasta ahora. La muerte de Metroman supone un antes y un después en su carrera por conquistar Metro City. Pero quién iba a decirle al azulado cabezón que su sueño iba a reportarle tanta tristeza…
Los guionistas le dan la vuelta a los habituales clichés de las películas superheroicas, buscando siempre la complicidad con el espectador, más cuando se trata de rememorar al Superman de Donner (atención a uno de los disfraces de Megamind, un guiño por partida doble al personaje al que quiere emular y al otro mítico que interpretó ese mismo y célebre actor)
Y es que la película no está exenta de referencias, y seguramente los fans de los superhéroes encuentren en ella muchas más de la que un servidor es capaz de advertir. A fin de cuentas, y como ya he comentado más arriba, la trama alude constantemente al hombre de acero. No es casualidad que Metroman nos recuerde a él, tanto por su aspecto como por sus poderes; ni que la chica por la cual suspira nuestro protagonista sea, de profesión, periodista/reportera.
Quizás eso le reste algo de originalidad al guión, pero lo cierto es que sus responsables (debutantes en esta tarea) han sabido aprovechar todos estos conocidos referentes (incluso en el apartado musical se permiten un guiño a Iron Man justo cuando Megamind aparece con su robótico traje) y todos esos tópicos del (sub)género para crear una simpática comedia que funciona tanto como parodia como en calidad de homenaje. Aunque por encima de todo, sea lo primero.
Y lo hace teniendo al villano como pilar de la trama. Un villano que, por supuesto, no será tan malo cómo pretende aparentar. En ese aspecto, recuerda a la reciente “Gru, mi villano favorito”. De hecho, los dos quieren hacer el mal, pero la pifian continuamente. Y ambos, desprovistos de superpoderes, utilizan ingeniosos artilugios y sofisticados vehículos (compartiendo también un atractivo diseño retro) para llevar a cabo sus fechorías. Y, por supuesto, tanto uno como otro reciben la ayuda de sus secuaces (genial el Esbirro pez de Megamind; un auténtico robaescenas)
Pero bajo esos guiños, esos divertidos gags (unos más que otros), y esos espectaculares enfrentamientos con Metro City como ring, subyace también una historia de amor con el cuento de “El patito feo” –en este caso, el patito malo- como telón de fondo.
Así es como aprovechan para hablarnos de los prejuicios, de la voluntad y el esfuerzo por querer cambiar tu destino, de la responsabilidad que conllevan las decisiones que tomamos, etc.
Y todo esto amenizado con una excelente animación, un 3D bastante bien aprovechado (la temática se prestaba a ello) y un buen puñado de canciones (temazos de AC/DC, The Clash, Minnie Riperton, Michael Jackson…) fácilmente reconocibles y que, inevitablemente, dejan en un segundo lugar la banda sonora compuesta por Hans Zimmer (que ya hizo lo propio con las dos entregas de Madagascar) y Lorne Balfe (curtido éste en la compañía del propio Zimmer)
“Megamind” es una ocurrente y muy entretenida parodia de las películas de superhéroes. Y muy probablemente serán los fans de éstas quienes más la disfruten.
No está al nivel de ‘Cómo entrenar a tu dragón’ (le falta el puntito dramático y entrañable de aquella), pero tampoco supone un bajón considerable en la calidad que Dreamworks viene ofreciendo últimamente. Y puede que sea la única película de superhéroes en la que los bailecitos de los protagonistas no provocan vergüenza ajena (siguen siendo igual de prescindibles, pero en una comedia –y de dibujos- se toleran)
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11 comentarios:
la animacion es excelente (lluvia y paisajes), el 3D fantaatico (el mejor hasta la fecha, y el trailer de rio y kung fu panda se veian increibles...el ocico de poo salia de la pantalla...por fin!) y argumentalmente no esta nada mal la pelicula, aunque no sea original.
que falla? el humor, sinceramente, aunque me he entretenido y la pelicula me ha gustado no me he reido lo suficiente...
y hace unos dias tambien vi gru, y no se si es mejor, pero mas entrañable y simpatica desde luego...y es que se parece muchisimo...
saludos , javi ;)
Bueno, yo reír casi nunca me río (creo que sólo con Kung Fu Panda pegué un par de carcajadas, amén de "Up", que me divirtió cosa mala), pero sí hay ciertos diálogos que me sacaron una buena sonrisa (y puede que alguna tímida risa). En líneas generales, el humor es divertido o simpático, aunque no sea para troncharse.
Para mi gusto, Gru y Megamind estarían más o menos a la par, aunque ésta le saca mayor provecho al 3D. Lo que sí es cierto es que por el tipo de historia (con las niñas de por medio), Gru es bastante más entrañable.
Saludos ;)
Pues la tengo pendiente de visionado. Lo cierto es que tengo un poco abandonada a la animación últimamente.
Lo último que he visto ha sido "Skyline" que en toda la red la ponen a parir y a mí me entretuvo lo suyo. Igual soy el único al que no le disgustó, quizá porque ya sabía lo que iba a ver y estaba más que dispuesto a ello.
Y esta tarde, ha tocado sesión "remember" con una peli que seguro al webmaster le suena. Comienza con una canción que dice así: "Don't you, forget about me...". Qué grande! No pasa el tiempo por ella.
David, estaría genial que te prodigaras más a menudo con una crítica "retro" de tal guisa como la de "Robinson Crusoe En Marte". Lo sé, lo sé, la falta de tiempo, ese gran enemigo.
PD: Ayer me pillé un tocho de libraco titulado ominosamente "1001 Películas Que Ver Antes De Morir" y la verdad es que está pero que muy bien. Os lo recomiendo como regalo propio o ajeno para estas fechas próximas.
Saludos!
Pues no la abandone, que hoy por hoy, y con Pixar a la delantera, probablemente sea el cine que más alegrías reporta al espectador. O al menos así me ocurre a mi.
En cuanto a Skyline, pues me pintaba a castaña de las gordas desde el principio, así que no me extraña las pésimas críticas que está recibiendo, y menos viniendo de los que perpetraron esa aberración llamada "AlienvsPredator:Requiem".
Lo que sí puede ser es que al leer tan malas opiniones, se haya temido lo peor y al final no haya sido para tanto. Hay que tener en cuenta que la mayoría de esas críticas provienen que gente que alucinó en colores viendo los trailers (cosa que yo aún no comprendo...), y se les creó enormes expectativas que obviamente no se han visto cumplidas. Quién sabe... puede que exageren un poco. Yo desde luego no picaré el anzuelo xD
La película que ha visto usted esta tarde es una de mis favoritas. Grande John Hugues! El cine adolescente no ha vuelto a ser igual (de bueno) desde que él nos dejó.
Lo de las críticas de cine de antaño es algo que personalmente me gusta mucho, pero implica invertir mucho tiempo también (más del habitual que cualquier otra crítica). Con los estrenos mato dos pájaros de un tiro, y así puedo permitirme actualizar mis dos blogs y mantener activa mi colaboración con TBDC.
También he observado que los clásicos suscitan menor interés entre los lectores, y por ello les dedico reseñas de forma más esporádica.
De todas formas, tomo nota y procuraré que su aparición sea algo más frecuente (por visionados no será, ya que me paso la semana viendo más clásicos que cine actual)
Saludos ;)
P.D.: Tomé prestado ese libro de la biblioteca de mi pueblo hace ya mucho tiempo. Contiene títulos imprescindibles, desde luego, aunque también muchos otros de dudoso mérito de aparecer bajo semejante título (¿Fuera de onda?, ¿en serio?) Este tipo de libros no suelen gustarme demasiado, porque no dejan de ser meramente subjetivos, es decir, a gusto del autor. Y claro, también vienen muy condicionados por la opinión pública. Y con esto quiero decir que si la mayoría opina que cierta película es imprescindible, el autor no olvidará ponerla para no perder su credibilidad como entendido (le guste o no dicho título)
Creo que cualquiera de nosotros podría perfectamente elaborar una lista de 1001 películas que ver antes de morir igual de valiosa que la que figura en este libro. Y probablemente mucho más variada en cuestión de géneros y nacionalidades (que no es que éste no lo esté, pero va a lo típico)
Lo que no puedo negar es que habré visto muchas, muchísimas, de las películas que incluye en la lista. No llegué a contarlas, pero creo que puedo morirme satisfecho de haber cumplido con mi cinefilia.
Ui, no sé muy bien a qué a ha venido hablarte de "usted", ejeje
Por cierto, estoy pensando en un artículo (que hace tiempo que tampoco escribo/publico uno) que podría ser bastante interesante. No creo que tarde mucho en aparecer por el blog.
Recuperando el tema de Skyline, yo por ejemplo me lo paso teta con Independence Day. Bueno, de hecho fue un exitazo en su momento, no sólo su exhibición en cines sino también las ventas en VHS. Pero ahora resulta que a nadie, o a casi nadie, le gusta. No me lo creo. Parece que corrió la voz de ponerla a parir, y todo el mundo se subió al carro. A mi me parece una gozada (¿placer culpable? quizás...), y no me importa soltarlo a los cuatro vientos. Personalmente creo que pocos blocbkusters actuales pueden presumir de ser tan entretenidos y disfrutables, por más creíble que pueda ser su guión (el de ID no era ninguna maravilla, lo admito)
;)
Ya me parecía a mí "rara" tanta seriedad! Pensaba que estabas de cachondeo! xD
Pues fíjate que esta semana me entró la "pasión" y tengo preparadas en la recámara "Juerga Tropical", "Pánico A Las Tres", "Papá Cadillac", "Todo En Un Día" y otras cuantas que dejan en palmitas muchos títulos (por no decir casi todos) de los títulos del cine adolescente actual.
Y por favor, cómo osas criticar "Alien Vs, Predator Requiem"? Pero si tiene una de las mejores escenas que he visto en mucho tiempo! Hay una rubia oxigenada y siliconada que no para de berrear en todo el metraje hasta que un Predator le lanza una guillotina voladora y la decapita incrustándola contra la pared. Me estuve riendo un buen rato a costa de semejante muestra de misoginia intergaláctica. xD
Respecto a "Skyline" pues adolece de todos defectos imaginables, pero se ve que tenía yo la noche poco exigente y me entretuvo, la verdad, aunque se pueden identificar fácilmente plagios descarados a otros filmes, pero bueno, plenamente "funcionales" como yo los denomino.
Sobre el libro, pues tienes toda la razón, pero lo pillé porque recoge mucho cine clásico sobre el que casi de modo unánime no hay discusión y con el que tengo una gran deuda de "aprovisionamiento", que no de visionado, de modo que estos libros me sirven de "guía de compras" para hacerme con títulos (por vías ciberalternativas, por supuesto, que la economía aprieta) que a veces uno tiene injustamente olvidados.
Sobre la animación, pues este año, ha sido muy poco productivo, pues casi todo lo visto ha sido anime, así que poco puedo contarte.
Un Saludo!
Cuatro buenos títulos, sí señor. Sobre todo me alegra ver entre ellos "Juerga Tropical", pues siempre pensé que era el único que la conocía y le gustaba. Y es que ni suele estar entre los "clásicos" de la época ni suele recordala mucha gente.
No hace mucho, yo revisioné "Operación soldados de juguete", y oye, sigue siendo una película disfrutable. Por la sinopsis, pensé que podría haber envejecido mal, pero aguanta muy bien el tipo (es fantasiosa lo justo, y con una violencia inustida por el tipo de película que era)
;)
a falta de revisionado, a mi tambien me gusta independe day ;)
respecto a hughes...me encantan el club de los cinco ( a la que haceis referencia mas arriba) y todo en un dia, geniales. otras como la chica de rosa, 16 velas o la mujer explosiva no se quedan atras.
saludos, javi ;)
Bueno, ya no me siento tan sólo con el tema de ID4 xD
"Todo en un día" es de las pocas películas en las que soporto a Broderick.
;)
No suelo ver mucho cine de animación pero Megamind me gusto mucho, esos guiños a Superman, a V de Vendetta (las mascaras de Megamind) y su banda sonora hardrockera (Ozzy Osboune para niños!!). Muy recomendable.
También he visto Skyline y da la sensación de que se les acabó la pasta y de ahí ese final cutre/fotográfico. Tengo esperanzas en Battle L.A.
Saludos.
La banda sonora, lo mejor :)
Precisamente el otro día me comentaban el final de Skyline con pelos y señales. Hice bien en pasar olímpicamente de ella. De todas formas, soy de los pocos que no quedó babeó con el trailer (más bien me pareció un telefilm con buenos efectos especiales)
El trailer de Battle L.A. me transmitió buenas vibraciones.Por lo menos ya han conseguido captar mi interés. Luego ya cruzaremos los dedos para que cumpla como buen blockbuster.
Saludos ;)
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