viernes, 22 de febrero de 2008

"Invasión" (2006) - Oliver Hirschbiegel (James McTeigue)

La humanidad se encuentra en un peligro inminente después de estrellarse, por causas desconocidas, un transbordador espacial en la Tierra. Éste ha traído consigo en virus de origen alienígena que está cambiando el comportamiento de las personas, conviertiendo éstas en seres carentes de sentimientos.

Una de las primeras en darse cuenta de este extraño acontecimiento es la psiquiatra Carol Bennell (Nicole Kidman), que junto a su amigo Ben Driscoll (Daniel Craig) y el Dr. Stephen Galeano (Jeffrey Wright) intentarán descubrir como detener la epidemia, que se está extendiendo con una rapidez aplastante.

A todo esto, Carol deberá hacer frente además a su ex-marido (Jeremy Northam), que infectado por el virus retiene al hijo de ambos contra su voluntad.


Apoyándose en ligeros cambios en la historia y contextualizándola en un ambiente post 11-S, se estrenaba en el 2007 y con un año de retraso, el tercer remake de "La invasión de los ladrones de cuerpos", o si se prefiere, una nueva adaptación de la obra de Jack Finney “The Body Snatchers”.

Esta enésima revisión resultaba tan innecesaria como casi cualquier otro remake actual, pero para más inri podríamos añadir que de la misma historia han salido otras películas similares, series de tv y, por supuesto, los dos anteriores remakes, con lo cuál no era muy justificable su realización, más allá de sacarle los cuartos al respetado.

De todas formas, una podía confiar en el resultado de la misma sabiendo que el director encargado para tales menesteres era el alemán Oliver Hirschbiegel, responsable de dos excepcionales películas que un servidor recomienda encarecidamente: “El experimento” y “El hundimiento”. No en vano, el montaje final no convenció a los productores, que probablemente echando de menos un poco de acción, decidieron contratar a los hermanos Wachowski para que reescribieran el guión y a James McTeigue para que rodara nuevas escenas.

Tal desacertada actuación -fuese malo o no lo ofrecido por Hirschbiegel- ha dado origen a una película con fallos de coherencia, sin emoción y, lo que es peor, con un suspense tibio, algo básico para hacer funcionar una historia como la que tenían entre manos.

Sobre lo primero, decir que el montaje es un tanto desastroso, apareciendo los personajes en un lugar y en otro de manera que parezca que falten escenas por medio. Los flashbacks entorpecen el ritmo de las secuencias y parece que están ahí sólo para avanzar rápidamente la trama sin conceder demasiadas explicaciones (que de ser así la intención, hay que decir que no termina de cuajar). Pero quizás lo más sangrante de todo sea observar como alguna escena tiene falta de coherencia con la que le sigue, debido indudablemente al añadido de metraje y probablemente a un montaje apresurado y sin demasiado atino.
Un ejemplo de ello lo tenemos en un momento en el que el personaje de Kidman deja un mensaje a su hijo diciéndole que no se duerma, que irá a buscarlo. Obviamente le advierte de no dormirse porque es en ese momento cuando el virus actua y se adueña del huésped, pero resulta que ese descubirmiento no lo hace hasta un tiempo después gracias al Dr. Galeano, es decir, que cuando escribe el mensaje aún no sabía lo del sueño (quizás sí en un montaje anterior, pero no en el definitivo)

Sobre lo segundo, la falta de emoción y el flojo suspense, se nota tanto en la dirección como en la interpretación de los actores. La película es demasiado lineal y no ofrece momentos de verdadera angustia, y los que deberían serlo (véase la escena del metro) se resuelven por la vía rápida y mostrando más que insinuando (que hubiese sido lo más apropiado)


El reparto tampoco parece muy implicado en el asunto, a excepción de Kidman y Wright, ambos simplemente correctos.

Daniel Craig
se pasea por la película sin muchas ganas, probablemente pensando ya en su futura encarnación del agente secreto más famoso del cine, James Bond (se lo propusieron mientras rodaba este film). Pero siendo justos, hay que decir también que su personaje está bastante desaprovechado y se le concede muy poca relevancia en la trama como para que el actor pueda dar más de sí.

Nicole Kidman
, como ya digo, correcta en su papel, pero su aspecto cada vez más frío y cercano a una estatua de cera la hace parecer menos humana que los infectados de turno.

Jeremy Northam convence pero no luce, básicamente por los mismo motivos que afectan al personaje de Craig.


En general, podemos considerar “Invasion” como un remake fallido, aunque tampoco tan deleznable como se nos quiso hacer ver. Quizás sin la intromisión de los Wachowski, el resultado, sin ser excelente, hubiera sido mucho más aceptable (o quizás no, pero jamás lo sabremos)

Posee eso sí, alguna secuencia bastante perturbadora, como la de los suicidas, pero como ya se había visto en el trailer, el impacto resulta menor. Lástima también que el “happy end” -con moraleja incluída- desmerezca bastante.

Es posible que logre convencer al espectador que no haya visto ninguno de los anteriores remakes ni la cinta original de Siegel, ya que tampoco se hace aburrida, pero para un servidor supone 80 millones de dólares desperdiciados en una película innecesaria que no saca provecho ni de la historia ni de su notable plantel de estrellas.


Valoración personal:

domingo, 10 de febrero de 2008

"30 días de oscuridad" (2007) - David Slade

Tras sorprendernos a muchos con “Hard Candy”, su notable debut en la dirección, David Slade ha regresado a nuestras pantallas adaptando la novela gráfica “30 días de noche”.

Del terror psicológico de su ópera prima el director pasa al terror más visceral, con una historia de vampiros sedientos de sangre que atacan a los habitantes de Barrow, un pequeño pueblo de Alaska que a lo largo de 30 días permanece en la más absoluta oscuridad. Precisamente por esa condición de permanente nocturnidad se dan las condiciones idóneas para que los temibles vampiros asolen el pueblo en un periquete.

A esta dificil situación harán frente el poco más de un centenar de habitantes que quedan en el pueblo -el resto lo ha abandonado mientras duran esos 30 días-, que se encontrarán casi indefensos debido a la brutalidad y rapidez de los asaltantes.


Para empezar, debemos destacar que el tipo de vampiros que nos encontramos aquí difiere notablemente del vampiro clásico, aquél de elegante presencia y gustos refinados. Tampoco es el vampiro techno-maquinero con gafitas de sol y cazadora de cuero que tanto se ha prodigado en estos últimos años.

El vampiro de “30 días de noche” es un ser más primitivo, un salvaje y astuto depredador.
Tiene rasgos característicos del mito vampírico, como su tez pálida y su debilidad ante la luz, pero en vez de un buen par de afilados colmillos, éste posee toda una afilada dentadura -que recuerda a la del jinete sin cabeza de Sleepy Hollow- perfecta para despedazar a sus víctimas.


La primera parte del film supone el asedio al pueblo. Se nos muestra poco a poco el plan trazado para incomunicar a los habitantes y como éstos se inquietan cada vez más .
Se nos presenta a los personajes principales, entre los que destacan el sheriff Eben (Josh Hartnett) y su esposa Stella (Melissa George), que están a punto de finiquitar su matrimonio por temas personales. Y si hay algo que ya nos olemos a leguas antes que suceda es que ante una situación tan extrema como la que les ocupa, estos dos aparcarán sus diferencias y harán las paces como toda buena pareja en momentos difíciles.

Tras este preámbulo, lo que viene luego es la esperada masacre perpetrada por los vampiros, en la que la sangre corre a borbotones estucando el blanco manto de nieve que cubre el pueblo. Cuerpos atravesando ventanas, pueblerinos agotando la munición de sus rifles y vampiros despedazando cuellos es lo que el espectador puede contemplar y disfrutar durante estos sangrientos minutos.

A partir de ahí el resto de la película correspondrá a mostrarnos la cruda situación que padecen los pocos supervivientes que quedan después del ataque. Estos se esconderán de los atacantes e intentarán mantenerse con vida soportando las bajas temperaturas a las que están sometidos y abasteciéndose con las pocas provisiones que les quedan. Su misión: aguantar hasta que pasen los 30 días de noche sin que les descubran los hambrientos cazadores.


Francamente, la idea argumental es buena pero los resultados no son del todo satisfactorios. Se le podría haber sacado mucho jugo, pero un guión y un montaje un tanto torpes lo imposiblita.

Por un lado tenemos unas excesivas dos horas de película que se antojan largas y pesadas para el tipo de género que es y para lo simplona que resulta la trama. A la mitad hay un bajón considerable del que sólo se recupera llegados los minutos finales.

El transcurso de los días ocurre muy de sopetón. Del día uno se pasa al 7, de éste al ¿27?, todo con demasiada rapidez. Eso hace que la tensión de estos momentos se diluya. No existe sensación de agobio y claustrofobia, algo básico cuando tenemos a un grupo de personas asediadas en un espacio limitado (véase Abierto hasta el amanecer o La Cosa de John Carpenter)
A nivel espacial, desconocemos bastante la localización de los lugares y de los propios protagonistas. Aparecen en un sitio y luego en otro muy a trompicones, como si hubieran recortado metraje en postproducción.

Otro punto en contra es que el peso de la película recaiga casi exclusivamente en Josh Hartnnett. El actor se desenvuelve bastante bien en films de terror (y en la estupenda “El Caso Slevin”), pero su falta de carisma ( y a veces de expresividad) suponen un pequeño lastre difícil de superar. Tampoco ayuda que el resto del reparto tenga más bien poca relevancia, exceptuando a Melissa George, muy correcta en su papel, y a Mark Boone Junior, al que se le podría haber dado más cancha, pues es de los pocos supervivientes que resulta interesante (el resto poco nos importa si la diñan o no)


Opino también que a la masacre inicial se podría haber sacado mayor partido, sobretodo dándole más minutos y más primeros planos (aunque los planos generales y uno cenital estan muy bien rodados, que conste) teniendo en cuenta que en el pueblo hay 152 personas, que no son pocas, y los asaltantes tan sólo una minoria.

Luego el final me parece un tanto absurdo. La decisión que toma el protagonista no está del todo justificada, pudiendo hacer lo mismo que hace --SPOILER sin convertirse en uno de ellos. Claro que entonces el enfrentamiento final con el malo maloso no sería tan intenso (más bien hubiera sido una paliza del malo al bueno) FIN SPOILER--
Por no hablar de la escenita final frente a la puesta de sol, totalmente prescindible (salga o no en la novela)


En el lado positivo tenemos una ambientación muy lograda, jugando con el contraste de blancos, negros y el rojo de la sangre. El pueblo es un personaje más de la historia y las condiciones climatológicas intensifican la sensación de amenaza que atañe a los protagonistas.

Los vampiros son verdaderos monstruos que no tienen piedad alguna. Matan y despedazan a sus víctimas sin contemplaciones. Son una especie (con lengua propia y todo) que lleva siglos subsistiendo a escondidas del ser humano. Arrasan pueblos sin dejar pistas de su presencia para así permanecer ocultos y seguir siendo considerados meros personajes de mitos y leyendas.

Las secuencias de acción están bien realizadas y el gratificante gore se encuentra en la medida justa y bien dosificado a lo largo de la película.


Haciendo balance de lo bueno y lo malo, podemos concluir en que la película de Slade es un eficiente entretenimiento a ratos. Como película de vampiros es lo más digno que un servidor ha visto en años, pero podria haber dado mucho más de sí. Se queda en un quiero y no puedo.

De todas formas y pese a ser inferior a su primera película, David Slade me sigue pareciendo un nombre a tener en cuenta dentro del género. Esperemos que su próximo proyecto sea redondo.


Valoración personal:


jueves, 7 de febrero de 2008

“Mundo Primitivo” (2007) - Tim Haines & Adrian Hodges

Bajo el sello de la BBC y producida por Tim Haines, responsable -entre otras series documentales- de “Caminando entre dinosaurios“, se creó esta entretenida serie de tv de seis capítulos que mezcla animales prehistóricos y agujeros en el tiempo.

Todo empieza cuando Nick Cutter, un reconocido profesor/paleontólogo de Londres, descubre una serie de anomalías temporales que permiten a seres prehistóricos pasearse por nuestros tiempos. No sabe como ocurre ni el porque, pero estos inesperados agujeros en el tiempo pueden ser un peligro si mastodónticas y feroces criaturas como los dinosaurios irrumpen en nuestra civilación y siembran el caos.

Cuando el gobierno se hace eco del descubrimiento, se crea una unidad especial comandada por el propio Cutter para que investigen el fenómeno, lo mantengan en secreto y sobretodo para que controlen cualquier intrusión que pueda ser ocasionada por estos misteriosos agujeros de gusano.

Cutter, bajo la supervisión del gobierno y cooperando con militares, reclutará a su buen amigo Stephen Hart, una especie de agerrido y atractivo aventurero que le ayudará en tan arriesgada misión. Al equipo se unirán también el joven Connor Temple, una alumno “friki” de Cutter que viene a ser una enciclopedia andante sobre dinosarios; y Abby Maitland, una joven zoóloga del zoo de Wellington.

Todos ello deberán acatar el mando de los agentes del Gobierno James Lester, un engreído chupatintas, y su mano derecha Claudia Brown, mucho más tolerante y flexible que su jefe.

Juntos intentan formar un equipo sólido capaz de afrontar la situación que se les echa encima. Las citadas anomalias temporales pueden aparecer en cualquier sitio, por lo que al mínimo indicio deben trasladarse al lugar de los hechos y comprobar si estan ante una amenaza o no.


En cada capítulo un ser de otro tiempo se cuela en nuestra época. Nuestros protagonistas deben hacer frente desde dinosaurios a enormes cocodrilos, pasando por insectos gigantes.

Esta atractiva y original (entre comillas) producción viene amenizada por unos competentes efectos especiales que intentan dar credibilidad a los seres que hacen acto de presencia en ella. Obviamente no estamos ante una superproducción cinematográfica a lo “Jurassic Park” ni televisiva a lo “Lost”, por lo que dichos fx no son impecables. De todas formas, están bien resueltos y al interactuar con humanos y escenarios reales no pegan demasiado el cantazo.


Las paradojas temporales y los enfrentamientos con criaturas de hace millones de años son la base fundamental de esta serie. Una buena mezcla de acción, drama, aventuras y ciencia-ficción con acertadas dosis de humor, hacen de ella un buen entretenimiento para amantes del género (y para los no iniciados). A los personajes se les va cogiendo cariño enseguida y con todo lo demás, resulta difícil aburrirse. Por lo que a interpretaciones se refiere, todos están correctos desempeñando su papel.


Como ya he comentado al inicio, al parecer sólo se ha emitido una temporada que consta por el momento de 6 episodios. El último, con un final inconcluso, deja las puertas abiertas a una segunda de la que aún no se tiene constancia (que yo sepa, en España no ha llegado aún)

La serie ha tenido un notable éxito en el Reino Unido. La verdad es que con el primer capítulo uno ya se engancha fácilmente a ella y el interés no decae en los cinco restantes. Si teneis oportunidad de echarle un ojo, no dudeis en hacerlo.

Modesta pero francamente entretenida.


Valoración personal: