sábado, 27 de noviembre de 2010

“Robinson Crusoe en Marte” (1964) – Byron Haskin

critica Robinson Crusoe en Marte 1964 Byron Haskin
Al leer el título de la película que nos ocupa, uno podría pensar que estamos ante una de aquellas típicas y bizarras producciones de serie B de los años 50 y 60; una de esas casposas –a la vez que entrañables- producciones de ci-fi o fantasía de argumentos disparatados y resultados aún más delirantes, si cabe. Pero no, no es el caso.

Aunque el título invite, quizás, a tomársela a broma, lo cierto es que esta “Robinson Crusoe on Mars” se toma en serio a sí misma y hace méritos para que el espectador la aprecie por lo que es: una estimable aventura espacial.

Los guionistas John C. Higgins y Ib Melchior tomaron como fuente de inspiración la conocida novela de Daniel Defoe, “Robinson Crusoe”, y la trasladaron al espacio, cambiando al náufrago de Dafoe por un astronauta, y la isla tropical por el rocoso planeta Marte.

Lo cierto es que en Hollywood es más habitual ver cómo actualizan los clásicos a una época contemporánea que no el trasladarlos a un futuro lejano. Sin embargo, es posible encontrar algunos ejemplos de este tipo de casos. Por ejemplo, el emblemático western “Sólo ante el peligro” de Fred Zinnemann fue llevado a una colonia de Júpiter en la ochentera “Atmósfera cero”; y Disney con “El planeta del tesoro” envió al espacio el navío de John Silver de “La isla del tesoro” de Robert Louis Stevenson. Y lo mismo ocurría con La Odisea de Homero en la serie de dibujos animados “Ulises 31” (una coproducción entre Francia y Japón, por cierto)

Aquí ocurre algo similar:

El Comandante Christopher “Kit“ Draper (Paul Mantee), el coronel Dan McReady (un Adam West pre-Batman) y una simio llamada Mona, son la tripulación de una sonda espacial enviada a investigar la zona gravitatoria de Marte. Cuando llegan a su destino, se ven obligados a utilizar todo su combustible para evitar una colisión inminente con un meteorito. Esta maniobra les deja varados en la órbita del planeta, por lo que no les queda otra que abandonar la nave. Para ello, utilizan unas cápsulas salvavidas expulsadas hacia la superficie de Marte, siendo así los primeros hombres en pisar el desconocido planeta rojo.

En el aterrizaje, Draper sale ileso pero McReady fallace, lo que deja al comandante con la única compañía de Mona.

Ahora la misión de Draper consiste en mantenerse con vida hasta que alguien sepa de su situación y le rescate. Pero podrían pasar días, incluso meses, hasta que eso ocurra, y la escasez de agua, alimentos y oxígeno supondrán en gran obstáculo para su supervivencia en Marte.


Cabe decir que la película no traslada al dedillo la obra de Dafoe sino más bien que se inspira en ella y aprovecha algunos de sus detalles argumentales para narrar la historia de otro tipo de náufrago. De hecho, nuestro protagonista no se llama igual, aunque éste sí alude directamente al Robinson Crusoe literario al decidir llamar “Viernes” al esclavo humanoide (un Victor Lundin a lo egipcio) con el que más adelante se topará (y que es el personaje equivalente al que aparece en la obra de Dafoe)

Al cambiar de escenario, algunas de las adversidades que debe afrontar el protagonista son distintas. Para empezar, la atmósfera de Marte no es del todo respirable para un humano. Si inhala su aire más de 15 minutos, le espera una muerte segura. Por ello, Draper debe racionar la cantidad de oxígeno que le queda para evitar agotarlo antes de tiempo. Y este límite de tiempo se presenta como un grave problema a la hora de dormir, por lo que deberá ingeniarse algún tipo de mecanismo que le sirva de despertador.

Otros obstáculos son la escasez de agua y comida, pues la superficie del planeta es como un gran desierto sin fauna ni flora que puedan servirle de alimento.

Haciendo algún que otro descubrimiento al azar, poniendo en práctica su astucia y su pericia, y aprovechando el instinto de supervivencia de Mona, Draper logrará establecerse en Marte durante mucho más tiempo del que tenía previsto. Sin embargo, con el paso de los meses averiguará que la soledad es también otra dificultad que deberá superar (y que se solucionará casi por si sola con la aparición del citado “Viernes”)


Hoy en un día, gracias a nuestra avanzada -aunque aún limitada- tecnología, tenemos un mayor conocimiento de Marte que el que se tenía en la época en la que se rodó la película, cuando aún el hombre ni tan siquiera había llegado a la Luna (aunque para algunos escépticos nunca llegó, claro). En posteriores películas hemos visto un Marte mucho más fiel a la realidad, pero pese a eso, el que aquí vemos se aproxima bastante a la idea genérica que siempre se ha tenido de él. Así pues, el planeta se nos muestra como un lugar rocoso y arenoso, y sin apenas rastro de vida (muchas de las escenas de exteriores se rodaron en el Parque Nacional del Valle de la Muerte, en California). Algunos elementos, como las bolas de fuego, se introducen para dar más juego y convertirlo en un lugar aún más hostil.

Draper consigue refugiarse en una especie de cueva, pero deberá explorar más a fondo si quiere encontrar agua y comida. También existe una zona polar cubierta de nieve producto de la condensación del vapor de agua atmosférico, y allí recae también nuestro náufrago en un momento cumbre de la película.

La trama en sí no profundiza apenas en la soledad del protagonista ni en su relación con Viernes. Además, en la obra de Dafoe se establecía un lazo de amistad procedente de una primeriza relación amo/esclavo, algo que aquí apenas se deja entrever (quizás se sugiere al inicio, pero la mayor parte del tiempo son buenos compañeros que se ayudan mutuamente)

También en la novela, Crusoe trataba de enseñar –e imponer- su religión cristiana al bueno de Viernes, que ya tenía a su propio Dios y sus propias creencias, mientras que en esta versión futurista se alude a la Fe y se cita a Dios de forma mucho más trivial.


No son las únicas diferencias, además de las obligadas dada la época y el escenario, por lo que podríamos considerar que de la fuente original toma prestado tan sólo la premisa o la columna vertebral de la trama, pero su desarrollo, y sobre todo su final, poco o nada tienen que ver.

Técnicamente es una película muy de su tiempo. Esto es, decorados de cartón piedra (que para mí gusto siguen teniendo su encanto), efectos especiales que ya se han quedado demasiado obsoletos (aunque probablemente ya lo estuvieran en su momento), y las habituales imágenes de archivo que solían utilizarse cuando el presupuesto o los medios de los que se disponía no permitían recrear dichas secuencias (en este caso, la erupción volcánica del interior de Marte)

Quizás lo que desmerece un poco el resultado final es precisamente el uso de esas imágenes y la repetición de algunas escenas, como las de las naves alienígenas mineras disparando sus rayos y rompiendo rocas, y que son las mismas una y otra vez. Esto denota que no estamos, ni mucho menos, ante una película de alto coste, sino más bien todo lo contrario.


“Robinson Crusoe en Marte” fue uno de los últimos trabajos del director (y artista de efectos especiales) Byron Haskin, que ya contaba con experiencia en el género tras films como “De la Tierra a la Luna” (1958), “La conquista del espacio” (1955) o la mítica “La guerra de los mundos” (1953), que es por la cual se le conoce más (siendo la mejor de las citadas, dicho sea de paso). De hecho, las naves y los efectos de aquella cinta recuerdan sobremanera a los de ésta (y ambas estuvieron producidas también por George Pal)

Entre 1963 y 1964 rodó varios episodios -6, para ser exactos- de la serie “The Outer Limits” (aka “Más allá del límite”), pero Haskin coqueteó también con el cine de aventuras. Suya es una de las primeras adaptaciones del clásico literario de Stevenson “La isla del tesoro” (1950). Dirigió también “Su Majestad de los mares del sur” y “Cuando ruge la marabunta”, ambas de 1954 (aunque la de Heston tiene más de melodrama que de aventuras); y finalmente “Las aventuras de Simbad” (1963).

“Robinson Crusoe en Marte” probablemente no sea su mejor película. Le falta profundidad a la historia (el tema de la soledad se queda en nada) y desarrollo a los personajes. También hubiese estado bien conocer más detalles acerca de los orígenes de Viernes (su planeta, su civilización, etc.) y los antecedentes de Draper antes de su llegada a Marte (sus motivaciones, si tiene familia esperándole en casa…)

De todas formas, es una versión libre y adulterada de Robinson Crusoe bastante original y entretenida. Los amantes de la ciencia-ficción como un servidor seguramente la encontrarán interesante pese a sus carencias, y es a ellos sobre todo a quiénes se la recomendaría.

En 2007 se editó en Dvd una edición especial, pero mucho me temo que no se ha distribuido en España (o al menos yo no he sabido encontrarla)

P.D.: Como dato curioso, la película inspiró un par de canciones, una cantada por Johnny Cymbal, y la otra por el propio Victor Lundin (Viernes), que tiene en su haber dos álbumes como cantante y compositor.



Valoración personal:

9 comentarios:

Pepe Cahiers dijo...

Desentona el aspecto de Viernes, que parece que venga más de una isla tropical que del espacio exterior.

miquel zueras dijo...

Hola, Pliskeen: tengo curiosidad por ver esa película. "Cuando ruge la marabunta" de Haskin es una de las primeras películas que vi de niño y me encanta revisarla. Exotismo, pasión, la amenaza de la marabunta y la frase: "un piano suena mejor después de tocarlo. Borgo.

MASP dijo...

Muy buena película exponente de una época donde la imaginación ostentaba el poder debido a las limitaciones técnicas y presupuestarias.

A quien le interese adentrarse en la psicotronía que supusieron estos años, le recomiendo el libro "La Edad De Oro De La Ciencia-Ficción: 1950-1968" de Javier Memba, un libro magnífico con el que descubrir y reivindicar un tipo de cine del que muchas producciones actuales deberían tomar ejemplo en vez de abusar de tanto 3D y tanta mandanga.

Saludos!

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Pepe,
Me da que Viernes pertenece a la civilización alienígena que vimos posteriormente en Stargate de nuestro amigo Emmerich xD

La verdad es que su caracterización es un poco pecaminosa.

Miquel,
"Cuando ruge la marabunta" tiene muy buenos diálogos entre el endurecido personaje de Charlton Heston y su mujer de conveniencia (una guapísima Eleanor Parker)
La mayor parte del tiempo nos muestra la relación entre ambos, y cómo, pese al rechazo inicial, Heston se va enamorando de ella.
Las hormigas acaban siendo lo de menos, ya que sólo ocupan la parte final.

MASP,
Es una lástima que no sea una película muy conocida. Creo que al otro lado del charco tiene el estatus de "film de culto", pero tampoco es una cinta que uno vea nombrar muy a menudo (yo la descubrí de casualidad)

En cuanto al libro, pues me apunto tu recomendación. Tengo varios libros de ci-fi, pero éste no lo conocía, así que trataré de agenciármelo.

Hoy en día, muchos directores intentan suplir las carencias de sus guiones con mogollón de efectos especiales y el dichoso 3D de turno. Si hasta James Cameron, que solía darle tanta importancia a la historia como a los efectos, ha caído en esa jugada.
Por eso cada vez intento tener menos expectativas ante los estrenos (es la única manera de evitar una decepción mayor)

Saludos ;)

Gárgola dijo...

Vista la pelicula yo creo que las naves son las mismas que las de la guerra de los mundos, pero repintas para que no se note tanto.
Un saludo.

Fucktricio dijo...

Saludos, no sabía de esta película, el cine de ciencia ficción igual me gusta. Al momento de ir leyendo tu crítica no pude evitar pensar en "Enemigo Mio" protagonizada por Dennis Quaid, con un argumento similar es una lástima que esa película no sea tan conocida yo la ví cuando salió y me gustó y no hace mucho me la tope en DVD, así que ya forma parte de mi colección.

Es una película larga pero muy entretenida, y dramática igual no con un alto presupuesto como las películas de ahora (de Skyline no se leen muy buenas críticas) pero tiene esencia y es memorable. Algo que a las películas hoy en día les hace mucha falta. Ya la buscaré con calma para verla, igual tengo en espera Hunter Prey que parece va por el mismo camino.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Gárgola,
Yo no me he atrevido a asegurarlo, pero a mi también me parecen las mismas naves. A eso lo llamo yo economizar xD

Fucktricio,
Lo cierto es que cuando aparece en escena el personaje de Viernes, yo también pensé en "Enemigo Mio", película que como bien dices, está muy olvidada. Y es un lástima porque me parece una pequeña joya del género. Una cinta de ci-fi dónde lo importante es el guión y no los efectos, las naves o los escenarios.

Hunter Prey va también un poco en la misma línea, y también está bastante bien.

Saludos ;)

Darkerrblog dijo...

Ciencia ficcion añeja que tiene buen tratamiento argumental en lineas generales. Hubiese preferido ver más marcianos al ataque, pero esos platillos volantes logran cierta inquietud.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

La falta de medios se nota a la hora de explorar más y mejor algunos elementos de trama, como el que citas del ataque.

Saludos ;)