El actor Adam Green debutó en la silla de director en 2006 con “Hatchet”, un slasher de serie B en clave de comedia y que parodiaba el subgénero de los psychokillers tomando como mayor referente al mítico Jason Vorhees de la saga “Viernes 13”. La película, aunque más bien mala, resultaba bastante simpática, especialmente para los seguidores de este tipo de cintas, que no tardaron en encumbrarla.
Al año siguiente abordó un thriller de terror más serio, “Spiral”, que co-dirigió junto a Joel Moore, y ahora en 2010 nos trae dos películas: “Frozen”, que se estrenó en enero de este año en el Festival de Sundance para posteriormente editarse en Dvd; y “Hatchet II”, secuela de su ópera prima y que, junto a la misma Frozen, se proyectó en el reciente Festival de Sitges.
*La siguiente sinopsis contiene detalles concretos de los minutos iniciales de la película.
En Frozen, Green nos cuenta la historia de Dan y Joe, dos amigos de la infancia que van a pasar una tarde de domingo a una estación de esquí acompañados de Parker, la novia de uno de ellos. Como no quieren pagar el precio completo de las tres entradas del telesilla, Dan convence a su chica para que soborne al operador de remonte para que los deje subirse a todos a un módico precio. Después de conseguirlo, los tres amigos se pasan toda la tarde esquiando.
Los chicos, no obstante, tienen ganas de más, y están dispuestos a hacer un último descenso por la montaña antes de regresar a casa. Desgraciadamente, se ha hecho tarde, y la estación de esquí está a punto de cerrar antes de tiempo debido a una inminente tormenta.
Es entonces cuando deciden convencer de nuevo al operador del telesilla para que les deje subir una última vez. Éste accede, pero al rato debe acudir a la oficina del jefe y es sustituido por un compañero de trabajo. Antes de irse, el empleado le comenta a su sustituto que sólo quedan tres esquiadores, y que cuando bajen el telesilla se puede apagar. Cuando el asistente ve a otro grupo de tres esquiadores que baja de la montaña, da por sentado que éstos eran los esquiadores que quedaban por bajar, por lo que cierra el telesilla dejando varados a Dan, Joe y Parker en su silla y a una elevada altura del suelo. Los tres amigos han quedado abandonados en el telesilla y se avecina una tormenta. Sin embargo, la pesadilla no ha hecho más que empezar…
Concentrar toda la acción en un simple telesilla y con tres personajes como protagonistas absolutos no es fácil. Ante todo, hay que conseguir el ritmo no decaiga y que se mantenga el interés a lo largo de todo el metraje. Y eso es algo que Green consigue con bastante eficacia.
Lo cierto es que la historia es bastante atrayente, pero después del chasco con “Altitude” y de leer algunas tibias críticas al respecto, no las tenías todas conmigo. Por suerte, esta vez no ha habido que lamentar su visionado y puedo decir que mis expectativas se han visto más o menos cumplidas. Ahora bien, la película no está exenta de errores, y esos son precisamente los que pueden hacer que la balanza se decante fácilmente hacia el lado de los que los que la han disfrutado o hacia el lado de los que se han sentido estafados.
Para empezar, la idea es, en cierto modo, original, ya que aunque sus bases son bastante básicas y pueden recordarnos, dentro de otro contexto, a otras películas como por ejemplo “Open Water”, hay que decir que no existe en la cinematografía actual o pasada ninguna otra película con igual premisa. Una premisa que a priori no resulta descabellada, ya que seguramente más de alguna vez alguien, una vez subido a un telesilla, se haya llegado a plantear la posibilidad de que se semejante circunstancia se pudiera producir (de hecho, en la vida real, ha habido casos de telesillas descolgándose o quedándose parados por fallos en el suministro eléctrico)
Green toma esa posibilidad y la materializa en Frozen como un desafortunado descuido que se convierte en una auténtica pesadilla para sus tres protagonistas.
En los primeros minutos, Dan, Joe y Parker intentan no perder la calma, pensando que quizás la pausa en su trayecto se deba a una broma pesada del operador o a un súbito fallo técnico. Pero cuando las luces de la estación se apagan, los jóvenes empiezan a preocuparse de verdad. Por mucho que intentan auto engañarse diciéndose a sí mismos que todo pasará pronto, lo cierto es que cada vez están más convencidos de que nadie sabe de su situación y que salvo que tengan un golpe de suerte, nadie va a rescatarles. Salir de ahí va a depender única y exclusivamente de ellos.
El mayor problema con el que topan es la altura a la que se encuentran del suelo, lo que hace inviable saltar sin romperse algún hueso. A eso hay que añadir las bajas temperaturas y el descenso de las mismas debido a la inminente tormenta. Pero por si esto fuera poco, unos lobos hambrientos les acechan esperando pegarse un buen festín con su joven y jugosa carne.
La angustia de los tres amigos va en aumento a medida que pasa el tiempo, por lo que no tardarán en impacientarse por encontrar una rápida solución se les saque pronto de allí antes de que mueran congelados. Estando en domingo, la estación no volverá a abrir hasta el viernes siguiente, con lo que aguantar cinco días en el telesilla es una posibilidad que tan siquiera pueden plantearse.
Green narra con buena mano la historia, consiguiendo que ésta aguante el tipo durante la justa y adecuada hora y media de duración. Pese a lo simple de la trama, sabe mantener el interés del espectador con unos personajes bien construidos cuyos diálogos permiten definirlos un poco mejor. Además, los tres intérpretes logran unas actuaciones convincentes (sobre todo Bell y Ashmore), algo imprescindible para que empaticemos con ellos y nos preocupe su supervivencia.
Técnicamente no es una cinta que se vea afectada por su más que evidente escasez de recursos, ya que el director y guionista se maneja con bastante soltura dentro del cine de bajo presupuesto. Por lo que en el caso de Frozen, como en muchas otras producciones, los problemas vienen del guión. Y aquí el mayor escollo es la falta de verosimilitud de algunos elementos o detalles.
Para empezar, creo que una estación de esquí infestada de lobos no es algo que resulte demasiado común/creíble. Un lugar turístico debe tener unas medidas de seguridad adecuadas para evitar la presencia de estos molestos visitantes, aún cuando la estación permanece cerrada. Si encima los animalitos aparecen sólo en fin de semana para encrudecer la ya difícil situación de los protagonistas, pues da la sensación que de Green los ha incluido en la trama un poco con calzador. Y lo peor es que terminan convirtiéndose en el segundo mayor obstáculo de Dan, Joe y Parker para salir de ahí con vida, por lo que su dudosa presencia peca también de excesivo protagonismo.
También puede parecernos extraño que, en los tiempos que corren, ninguno de los tres jóvenes lleve un teléfono móvil encima, aunque no sé si esto es algo más plausible. Nunca he ido esquiar, por lo que ignoro si, por norma general, el móvil se suele dejar en la habitación del hotel o en alguna taquilla. Así que podemos poner en cuarentena ese “defecto de credibilidad” a la espera de que alguien lo corrobore en algún comentario.
Pero lo que ya no se entiende es que los protagonistas tengan tan poca astucia como para no pensar en atar unas cuantas piezas de ropa para, a modo de cuerda, poder descender del telesilla, si bien no hasta llegar al suelo (haría falta mucha ropa y el clima no invita a quedarse en cueros), sí por lo menos lo suficiente como para reducir considerablemente la distancia hasta él y con ello, reducir también el peligro de hacerse daño en el salto.
De todas formas, si uno obvia estos detalles o no les concede mayor importancia, es muy probable que Frozen le deje satisfecho, ya que se trata de una película que consigue transmitir con acierto la angustia, desesperación e impotencia de sus tres protagonistas, por lo que funciona en su vertiente dramática tanto como en su vertiente de puro suspense. Tiene la acción suficiente para no aburrir, y las dosis justas de humor para no convertirse en una comedia involuntaria. Los personajes no nos sacan de quicio y sus diálogos no resultan ni fútiles ni de mero adorno, por lo que ya supera con creces la mayoría de producciones protagonizadas por adolescentes.
“Frozen” es un survival bien dirigido y bien interpretado que podría haber sido mucho mejor si no pecara, en algunos instantes, de poca verosimilitud.
Al año siguiente abordó un thriller de terror más serio, “Spiral”, que co-dirigió junto a Joel Moore, y ahora en 2010 nos trae dos películas: “Frozen”, que se estrenó en enero de este año en el Festival de Sundance para posteriormente editarse en Dvd; y “Hatchet II”, secuela de su ópera prima y que, junto a la misma Frozen, se proyectó en el reciente Festival de Sitges.
*La siguiente sinopsis contiene detalles concretos de los minutos iniciales de la película.
En Frozen, Green nos cuenta la historia de Dan y Joe, dos amigos de la infancia que van a pasar una tarde de domingo a una estación de esquí acompañados de Parker, la novia de uno de ellos. Como no quieren pagar el precio completo de las tres entradas del telesilla, Dan convence a su chica para que soborne al operador de remonte para que los deje subirse a todos a un módico precio. Después de conseguirlo, los tres amigos se pasan toda la tarde esquiando.
Los chicos, no obstante, tienen ganas de más, y están dispuestos a hacer un último descenso por la montaña antes de regresar a casa. Desgraciadamente, se ha hecho tarde, y la estación de esquí está a punto de cerrar antes de tiempo debido a una inminente tormenta.
Es entonces cuando deciden convencer de nuevo al operador del telesilla para que les deje subir una última vez. Éste accede, pero al rato debe acudir a la oficina del jefe y es sustituido por un compañero de trabajo. Antes de irse, el empleado le comenta a su sustituto que sólo quedan tres esquiadores, y que cuando bajen el telesilla se puede apagar. Cuando el asistente ve a otro grupo de tres esquiadores que baja de la montaña, da por sentado que éstos eran los esquiadores que quedaban por bajar, por lo que cierra el telesilla dejando varados a Dan, Joe y Parker en su silla y a una elevada altura del suelo. Los tres amigos han quedado abandonados en el telesilla y se avecina una tormenta. Sin embargo, la pesadilla no ha hecho más que empezar…
Concentrar toda la acción en un simple telesilla y con tres personajes como protagonistas absolutos no es fácil. Ante todo, hay que conseguir el ritmo no decaiga y que se mantenga el interés a lo largo de todo el metraje. Y eso es algo que Green consigue con bastante eficacia.
Lo cierto es que la historia es bastante atrayente, pero después del chasco con “Altitude” y de leer algunas tibias críticas al respecto, no las tenías todas conmigo. Por suerte, esta vez no ha habido que lamentar su visionado y puedo decir que mis expectativas se han visto más o menos cumplidas. Ahora bien, la película no está exenta de errores, y esos son precisamente los que pueden hacer que la balanza se decante fácilmente hacia el lado de los que los que la han disfrutado o hacia el lado de los que se han sentido estafados.
Para empezar, la idea es, en cierto modo, original, ya que aunque sus bases son bastante básicas y pueden recordarnos, dentro de otro contexto, a otras películas como por ejemplo “Open Water”, hay que decir que no existe en la cinematografía actual o pasada ninguna otra película con igual premisa. Una premisa que a priori no resulta descabellada, ya que seguramente más de alguna vez alguien, una vez subido a un telesilla, se haya llegado a plantear la posibilidad de que se semejante circunstancia se pudiera producir (de hecho, en la vida real, ha habido casos de telesillas descolgándose o quedándose parados por fallos en el suministro eléctrico)
Green toma esa posibilidad y la materializa en Frozen como un desafortunado descuido que se convierte en una auténtica pesadilla para sus tres protagonistas.
En los primeros minutos, Dan, Joe y Parker intentan no perder la calma, pensando que quizás la pausa en su trayecto se deba a una broma pesada del operador o a un súbito fallo técnico. Pero cuando las luces de la estación se apagan, los jóvenes empiezan a preocuparse de verdad. Por mucho que intentan auto engañarse diciéndose a sí mismos que todo pasará pronto, lo cierto es que cada vez están más convencidos de que nadie sabe de su situación y que salvo que tengan un golpe de suerte, nadie va a rescatarles. Salir de ahí va a depender única y exclusivamente de ellos.
El mayor problema con el que topan es la altura a la que se encuentran del suelo, lo que hace inviable saltar sin romperse algún hueso. A eso hay que añadir las bajas temperaturas y el descenso de las mismas debido a la inminente tormenta. Pero por si esto fuera poco, unos lobos hambrientos les acechan esperando pegarse un buen festín con su joven y jugosa carne.
La angustia de los tres amigos va en aumento a medida que pasa el tiempo, por lo que no tardarán en impacientarse por encontrar una rápida solución se les saque pronto de allí antes de que mueran congelados. Estando en domingo, la estación no volverá a abrir hasta el viernes siguiente, con lo que aguantar cinco días en el telesilla es una posibilidad que tan siquiera pueden plantearse.
Green narra con buena mano la historia, consiguiendo que ésta aguante el tipo durante la justa y adecuada hora y media de duración. Pese a lo simple de la trama, sabe mantener el interés del espectador con unos personajes bien construidos cuyos diálogos permiten definirlos un poco mejor. Además, los tres intérpretes logran unas actuaciones convincentes (sobre todo Bell y Ashmore), algo imprescindible para que empaticemos con ellos y nos preocupe su supervivencia.
Técnicamente no es una cinta que se vea afectada por su más que evidente escasez de recursos, ya que el director y guionista se maneja con bastante soltura dentro del cine de bajo presupuesto. Por lo que en el caso de Frozen, como en muchas otras producciones, los problemas vienen del guión. Y aquí el mayor escollo es la falta de verosimilitud de algunos elementos o detalles.
Para empezar, creo que una estación de esquí infestada de lobos no es algo que resulte demasiado común/creíble. Un lugar turístico debe tener unas medidas de seguridad adecuadas para evitar la presencia de estos molestos visitantes, aún cuando la estación permanece cerrada. Si encima los animalitos aparecen sólo en fin de semana para encrudecer la ya difícil situación de los protagonistas, pues da la sensación que de Green los ha incluido en la trama un poco con calzador. Y lo peor es que terminan convirtiéndose en el segundo mayor obstáculo de Dan, Joe y Parker para salir de ahí con vida, por lo que su dudosa presencia peca también de excesivo protagonismo.
También puede parecernos extraño que, en los tiempos que corren, ninguno de los tres jóvenes lleve un teléfono móvil encima, aunque no sé si esto es algo más plausible. Nunca he ido esquiar, por lo que ignoro si, por norma general, el móvil se suele dejar en la habitación del hotel o en alguna taquilla. Así que podemos poner en cuarentena ese “defecto de credibilidad” a la espera de que alguien lo corrobore en algún comentario.
Pero lo que ya no se entiende es que los protagonistas tengan tan poca astucia como para no pensar en atar unas cuantas piezas de ropa para, a modo de cuerda, poder descender del telesilla, si bien no hasta llegar al suelo (haría falta mucha ropa y el clima no invita a quedarse en cueros), sí por lo menos lo suficiente como para reducir considerablemente la distancia hasta él y con ello, reducir también el peligro de hacerse daño en el salto.
De todas formas, si uno obvia estos detalles o no les concede mayor importancia, es muy probable que Frozen le deje satisfecho, ya que se trata de una película que consigue transmitir con acierto la angustia, desesperación e impotencia de sus tres protagonistas, por lo que funciona en su vertiente dramática tanto como en su vertiente de puro suspense. Tiene la acción suficiente para no aburrir, y las dosis justas de humor para no convertirse en una comedia involuntaria. Los personajes no nos sacan de quicio y sus diálogos no resultan ni fútiles ni de mero adorno, por lo que ya supera con creces la mayoría de producciones protagonizadas por adolescentes.
“Frozen” es un survival bien dirigido y bien interpretado que podría haber sido mucho mejor si no pecara, en algunos instantes, de poca verosimilitud.
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15 comentarios:
He visto unos pocos minutos de esta pelicula, mas que nada para probar que mi copia este en buenas condiciones, y me ha resultado inquietante (fue la secuencia de los huesos rotos, no digo mas). Esta si la voy a disfrutar. Por cierto, ¿has notado como se ha encasillado el jóven Iceman de los X-men en peliculas de horror de alquiler?, con esta son 3 o 4 peliculas donde lo he visto.
Saludos¡¡¡
Pues diste precisamente con una de las secuencias más chungas de la película xD
A mi me gustó, pero puedo entender que algunos detalles inverosímiles puedan arruinarle el visionado a otros.
Respecto a Ashmore, pues ya decía yo que me sonaba ejeje
No lo tenía ubicado como el joven Iceman de X-Men... Creo que sólo lo he visto en estas dos películas películas.
Saludos ;)
Tengo que reconocer que esta pelicula me sorprendio para bien. Con tres actores y poco dinero consiguen un film bastante entretenido, aunque como dices no exenta de algunos "fallitos" como el que comentas de los lobos, vamos que no se hacercan donde huele a humano ni de coña, a menos k esten hambrientos y desesperados.
Aún asi un buen film según mi opinión.
un saludo.
Yo también me llevé una sorpresa para bien, ya que después de leer algunas críticas, pensé que quizás podría decepcionarme, como ocurrió con Altitude.
Saludos ;)
Estas películas navegan en la cuerda floja, porque parten de una premisa casi desnuda y tienen que mantenerte interesado y, para eso, tiene que recurrir a alguna trampa o fallo de guión inevitable.
La tarea del guionista es conseguir que esas "trampas" sean más o menos posibles o no molesten en exceso.
En el caso de Frozen, va a depender mucho de la tolerancia del espectador.
Saludos ;)
Pues a mi no me gusto nada, se me hicieron muy pesados los personajes y mucho relleno sin sentido para alargar la trama que se me atragantaron.
Saludos!!!
A mi éstos adolescentes sí me gustaron, no cómo los lerdos de Altitude...
Temía que me fuera a decepcionar, pero al final me llevé una grata sorpresa. Podría haber sido mejor, pero me gustó.
Saludos ;)
A mí también me convenció. Por momentos se me hizo cuesta arriba algún que otro diálogo excesivamente largo, pero en general me gustó bastante. Me uno a tu recomendación.
Otra vez coincidimos... ¿Dónde quedan aquellos tiempos en los que prácticamente no coincidíamos en ninguna peli? :-)
saludos
Esto no puede ser Joan... Es mucho más divertido cuando no coincidimos! xDD
La verdad es que no es una película redonda, pero me dejó más satisfecho de lo que esperaba. Hay momentos bastante desoladores, y en general está muy bien llevada tanto en dirección como en interpretaciones.
Saludos ;)
Saludos desde México!!!
Yo ví también esta película hace un par de semanas y la volví a ver con amigos, ciertamente hay situaciones en la película que a algunos de ellos los desespero y lo primero que vino a la mente fue el por que no tenían un celular, cosa que en algún momento de la película lo dicen (que lo dejan en un locker), o también que se molestaran por el hecho de que no hacían lo que parecía ser más lo lógico para salir de esa situación.
Creo que los personajes realmente llegan a transmitir su desesperación y si lo vemos así, podriamos ver que esas decisiones tan erráticas que toman son justificadas por que en una situación similar no dudo que muchos tomariamos una mala decisión o la menos viable, por que el temor no nos deja pensar claro.
Si hacemos a un lado ese tipo de preguntas y nos dedicamos a ver solamente la película sin criticar o buscar esos defectos, creo que Frozen, al final cumple su cometido que es el de entretener y a mi en lo personal me gustó y también me hizo pensar. Como estando en una situación así, los seres humanos tendemos a pensar en las cosas más triviales y en todo lo que "dejamos atrás", por eso Frozen me pareció creíble (hasta cierto punto jaja).
Hola Fruckticio,
Sí, creo que en un momento de la película citan que se han dejado el móvil en la mochila. Pero claro, estamos hablando de tres personas, es decir, tres móviles como mínimo... Pero como no he esquiado nunca, no sé si es costumbre el no llevarse el móvil por si se pudiera romper en alguna caída.
Por lo demás y salvo la excesiva presencia de los lobos, también me pareció realista y los intérpretes muy creibles.
La verdad es que yo no sé que hubiera hecho en semejante situación. Ya de entrada no me gustan demasiado las alturas, así que eso de descolgarme o saltar ni lo hubiera intentado. Creo que me huiese quedado ahí helado como un cubito xD
Saludos ;)
Buenas David!
A mi Forzen la verdad es que me sorprendió gratamente, es difícil mantener la tensión durante tantos minutos con un telesilla y tres personajes, y la película lo consigue.
El pero de la película, es que los personajes están bien definidos pero no conseguí empatizar con ellos, por lo que al final te da igual si mueren o no!
Hola HateLove,
No sé si en mi caso fue tanto el empatizar o no, pero el director sí que logró transmitirme el sufrimiento de los protagonistas, y eso me pareció muy loable.
Donde realmente empaticé al 100% fue con "Buried (Enterrado)".
Saludos ;)
No me gustó nada de nada. Me aburrió y desesperó. Al principio te engancha, pero cuando ves que todo va a ser lo mismo (es decir, nada) todo el metraje, buffff.
Saludos David
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