La década de los 70 fue un periodo de cierto declive para el cine de vampiros, pese a que hubo diversos intentos, por parte incluso de la mismísima Hammer, de seguir manteniendo vivo a uno de los monstruos más antiguos y míticos del género. Las producciones no solían contar con el beneplácito del público, por lo que poco a poco estas criaturas de la noche fueron perdiendo peso y presencia en la gran pantalla.
A finales de esta década y principios de la siguiente, otro subgénero empezaba a surgir con fuerza. Los slashers protagonizados por psychokillers enmascarados causaban furor entre el público, especialmente entre los adolescentes, y empezaron a proliferar como una alternativa en auge a los monstruos clásicos de toda la vida. Sin embargo, otra criatura, el hombre-lobo, parecía resistirse a los recién llegados, viviendo curiosamente una de sus mejores etapas. Películas como “Aullidos”, “Un hombre lobo americano en Londres”, “Lobos humanos” o “En Compañía de Lobos” revitalizaron la figura de este emblemático monstruo.
Inspirándose un poco en las pautas marcadas por John Landis en su hombre lobo, el hasta entonces guionista Tom Holland decidió escribir una historia de vampiros que él mismo dirigiría. De carácter juvenil y en clave de comedia, “Noche de miedo” aterrizó en las carteleras de 1985 como un soplo de aire fresco que consiguió, sin proponérselo, resucitar el cine de vampiros.
Charlie Brewster, un adolescente fascinado por las películas de terror, empieza sospechar que su nuevo vecino es un vampiro causante, además, de los últimos y extraños asesinatos que han ocurrido en la ciudad. Ante la incredulidad de sus amigos, Charlie intentará desenmascarar al chupa-sangre con la ayuda de Peter Vincent, un antiguo actor de películas de terror y presentador del programa televisivo “Noche de Miedo”.
La cinta empieza con un plano secuencia que nos lleva hasta la habitación de Charlie, lugar de donde proceden las voces que oímos al inicio, y que no son más que las de una película que emiten por televisión y a la que nuestro protagonista y su novia Amy, enfrascados en otros menesteres, no prestan la más mínima atención.
Los arrumacos entre la pareja cesan ante la convicción de ella de mantener intacta su virginidad, lo que lleva a Charlie a tomarse un descanso y a echar una ojeada por la ventana de su dormitorio. Justo en ese instante es cuando presencia la extraña escena que iniciará sus “fantasiosas” sospechas y la que propiciará toda la trama del film.
Con un punto de partida que podría recordarnos a “La ventana indiscreta” de Alfred Hitchcock, tenemos aquí a alguien que sospecha que uno de sus vecinos es un asesino, pero con la particularidad de que éste es un vampiro y su voyerista vecino un adolescente que quizás haya visto demasiadas películas de terror.
Una escena nocturna que podría quedar en meramente anecdótica pasa a convertirse en una obsesión para Charlie cuando el cadáver de una joven aparece en el tranquilo pueblo de Rancho Corvalis. Atando un par de cabos, el joven llega a la conclusión de que algo fuera de lugar está ocurriendo con Jerry Dandrige, el apuesto inquilino que se ha mudado a la casa de al lado.
Contemplar a su vecino en plena faena será la prueba definitiva que certifique los temores de que es un vampiro, aunque ello implique exponerse a ser su próxima víctima.
Con la intención de desenmascarar al terrible asesino que vive al otro lado del seto, Charlie acudirá a la policía, si bien los resultados no serán los esperados. La falta de pruebas para acusar a Jerry jugarán en su contra, y la credibilidad de su testimonio se verá perjudicada cuando decida revelar la identidad oculta de de su vecino.
Pero no sólo la policía no le cree sino que sus amigos le toman por un loco o un bromista. Es por eso que decidirá acudir al actor y showman Peter Vincent en busca de ayuda.
Holland, que hasta el momento se había dedicado a escribir guiones para otros y casi siempre dentro del género de terror (la excepción sería el film de aventuras familiar “Juego secreto”), decidió dar el salto a la silla de director con una historia propia. Asumiendo también la escritura del libreto, Holland contó con la valiosa colaboración de Richard Edlund, especialista en efectos visuales que había trabajado con anterioridad en la saga Star Wars; en dos películas de Steven Spielberg, “En busca del arca perdida” y “Poltergeist; y un año antes haciéndose cargo de los efectos especiales de “Los Cazafantasmas” y “2010, Odisea dos”.
La labor de Edlund es claramente apreciable a la hora de representar los horrores más escabrosos de la película, como son el aspecto de los vampiros, de rasgos exagerados y bastante desagradables; la destrucción de los mismos o su metamorfosis en otros seres/animales, prestando especial atención a la “regresión” de uno de ellos a su estado humano original y que, aunque no esté al nivel del trabajo de Rick Baker para “Un hombre lobo americano en Londres”, sí es bastante significativa.
Para el apartado musical, se hizo con los servicios de Brad Fiedel, compositor con una destacable trayectoria televisiva y que un año antes había firmado su pieza maestra componiendo la banda sonora de “Terminator” de James Cameron.
Holland y Fiedel se conocían de antes al haber compuesto este último el score de “Psicosis, 2ª parte: el regreso de Norman”, secuela del clásico de Hitchcock que el primero escribió. Aquí su labor es genuinamente ochentera, con mucho sintetizador de por medio y acorde, por tanto con los tiempos que corrían, si bien a la vez resulta muy efectiva especialmente en los momentos de mayor tensión. La banda sonora se complementó con la inclusión de varios temas musicales de entre los que destacarían el “Good Man in a Bad Time” de Ian Hunter y el “Give It Up” de Evelyn 'Champagne' King, que son las dos canciones que suenan mientras Jerry seduce a Amy en la discoteca. Sin olvidarnos tampoco del “Fright Night” de J.Geils Band, tema principal de la película y que supuso uno de las últimas composiciones de esta banda de rock norteamericana que se separaría ese mismo año.
Del reparto habría que hacer especial hincapié en el veterano Roddy McDowall, que se desenvuelve a la perfección en la piel del simpático, a la vez que cobarde, personaje de Peter Vincent, nombre en claro homenaje a Peter Cushing y Vincent Price, dos legendarios rostros del cine de terror clásico; y en un adecuado Chris Sarandon como el pérfido vampiro culpable de los peores pesadillas de Charlie. McDowall, por su parte, ya había participado en otra película escrita por Holland, Curso 1984.
William Ragsdale (Charlie) no lo hace nada mal para ser su primer papel como protagonista, pero a Amanda Bearse (Amy) le falta un poco de chispa para terminar de cautivar al espectador. Aunque el mayor escollo reside en Stephen Geoffreys, el cargante y excesivamente histriónico amigo de Charley.
“Noche de miedo” fue un éxito inesperado, siendo además la segunda película de terror más taquillera del año por detrás de Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy, y dando pie tres años más tarde a una inferior secuela que tuvo también menor aceptación y repercusión.
Con el tiempo, ha pasado a ser toda una película de culto entre los aficionados al género, gracias a sus guiños al mismo (respetuosos en todo momento pese a su tono paródico) y sobre todo a una efectiva mezcla de terror y comedia, en base a una historia original apoyada en unos resultones –pese al reducido presupuesto- efectos especiales.
Hay alguna que otra incongruencia en la historia (SPOILER como el hecho de que Charley, buen aficionado al cine de terror, tenga la necesidad de pedir información acerca de los vampiros a su amigo Ed, cuando se podría dar por sentado que esos mismos conocimientos él ya los posee FIN SPOILER), algún que otro personaje poco aprovechado (la madre de Charley, que desaparece en el segundo acto) y algunas dudas acerca del origen y las características de los personajes que no quedan resueltas (SPOILER ¿por qué Jerry se convierte en el clásico murciélago y Ed en un lobo?, ¿Por qué el aspecto de la Amy y el Ed vampirizados difiere tanto del de Jerry?, ¿Qué tipo de criatura es Billy, el servicial ayudante de Jerry, si muere como un vampiro –con una estaca clavada en el corazón-pero no lo es porque su sangre es verde y no le afecta la luz del día? FIN SPOILER), pero son faltas menores que no empañan lo que es, a todos luces, un claro ejemplo de simpática y amena serie B.
Gracias a esta película, el vampiro resurgió de sus cenizas y llegaron a los cines de los ochenta títulos como “Jóvenes Ocultos”, “Mordiscos Peligrosos” o “Los viajeros de la noche”.
Holland siguió vinculado al cine de terror como guionista y director, dejando para el recuerdo otra pieza de culto del género, “Muñeco diabólico”, justo el año en que se estrenaba la secuela de su ópera prima.
Y como en la actualidad la moda del remake no se detiene ante nada ni nadie, en el 2011 nos espera una nueva versión de “Noche de miedo”, la cual, de momento, cuenta con, al menos, un reparto de lo más interesante. Que luego el resultado acompañe o no ya es otra cosa.
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A finales de esta década y principios de la siguiente, otro subgénero empezaba a surgir con fuerza. Los slashers protagonizados por psychokillers enmascarados causaban furor entre el público, especialmente entre los adolescentes, y empezaron a proliferar como una alternativa en auge a los monstruos clásicos de toda la vida. Sin embargo, otra criatura, el hombre-lobo, parecía resistirse a los recién llegados, viviendo curiosamente una de sus mejores etapas. Películas como “Aullidos”, “Un hombre lobo americano en Londres”, “Lobos humanos” o “En Compañía de Lobos” revitalizaron la figura de este emblemático monstruo.
Inspirándose un poco en las pautas marcadas por John Landis en su hombre lobo, el hasta entonces guionista Tom Holland decidió escribir una historia de vampiros que él mismo dirigiría. De carácter juvenil y en clave de comedia, “Noche de miedo” aterrizó en las carteleras de 1985 como un soplo de aire fresco que consiguió, sin proponérselo, resucitar el cine de vampiros.
Charlie Brewster, un adolescente fascinado por las películas de terror, empieza sospechar que su nuevo vecino es un vampiro causante, además, de los últimos y extraños asesinatos que han ocurrido en la ciudad. Ante la incredulidad de sus amigos, Charlie intentará desenmascarar al chupa-sangre con la ayuda de Peter Vincent, un antiguo actor de películas de terror y presentador del programa televisivo “Noche de Miedo”.
La cinta empieza con un plano secuencia que nos lleva hasta la habitación de Charlie, lugar de donde proceden las voces que oímos al inicio, y que no son más que las de una película que emiten por televisión y a la que nuestro protagonista y su novia Amy, enfrascados en otros menesteres, no prestan la más mínima atención.
Los arrumacos entre la pareja cesan ante la convicción de ella de mantener intacta su virginidad, lo que lleva a Charlie a tomarse un descanso y a echar una ojeada por la ventana de su dormitorio. Justo en ese instante es cuando presencia la extraña escena que iniciará sus “fantasiosas” sospechas y la que propiciará toda la trama del film.
Con un punto de partida que podría recordarnos a “La ventana indiscreta” de Alfred Hitchcock, tenemos aquí a alguien que sospecha que uno de sus vecinos es un asesino, pero con la particularidad de que éste es un vampiro y su voyerista vecino un adolescente que quizás haya visto demasiadas películas de terror.
Una escena nocturna que podría quedar en meramente anecdótica pasa a convertirse en una obsesión para Charlie cuando el cadáver de una joven aparece en el tranquilo pueblo de Rancho Corvalis. Atando un par de cabos, el joven llega a la conclusión de que algo fuera de lugar está ocurriendo con Jerry Dandrige, el apuesto inquilino que se ha mudado a la casa de al lado.
Contemplar a su vecino en plena faena será la prueba definitiva que certifique los temores de que es un vampiro, aunque ello implique exponerse a ser su próxima víctima.
Con la intención de desenmascarar al terrible asesino que vive al otro lado del seto, Charlie acudirá a la policía, si bien los resultados no serán los esperados. La falta de pruebas para acusar a Jerry jugarán en su contra, y la credibilidad de su testimonio se verá perjudicada cuando decida revelar la identidad oculta de de su vecino.
Pero no sólo la policía no le cree sino que sus amigos le toman por un loco o un bromista. Es por eso que decidirá acudir al actor y showman Peter Vincent en busca de ayuda.
Holland, que hasta el momento se había dedicado a escribir guiones para otros y casi siempre dentro del género de terror (la excepción sería el film de aventuras familiar “Juego secreto”), decidió dar el salto a la silla de director con una historia propia. Asumiendo también la escritura del libreto, Holland contó con la valiosa colaboración de Richard Edlund, especialista en efectos visuales que había trabajado con anterioridad en la saga Star Wars; en dos películas de Steven Spielberg, “En busca del arca perdida” y “Poltergeist; y un año antes haciéndose cargo de los efectos especiales de “Los Cazafantasmas” y “2010, Odisea dos”.
La labor de Edlund es claramente apreciable a la hora de representar los horrores más escabrosos de la película, como son el aspecto de los vampiros, de rasgos exagerados y bastante desagradables; la destrucción de los mismos o su metamorfosis en otros seres/animales, prestando especial atención a la “regresión” de uno de ellos a su estado humano original y que, aunque no esté al nivel del trabajo de Rick Baker para “Un hombre lobo americano en Londres”, sí es bastante significativa.
Para el apartado musical, se hizo con los servicios de Brad Fiedel, compositor con una destacable trayectoria televisiva y que un año antes había firmado su pieza maestra componiendo la banda sonora de “Terminator” de James Cameron.
Holland y Fiedel se conocían de antes al haber compuesto este último el score de “Psicosis, 2ª parte: el regreso de Norman”, secuela del clásico de Hitchcock que el primero escribió. Aquí su labor es genuinamente ochentera, con mucho sintetizador de por medio y acorde, por tanto con los tiempos que corrían, si bien a la vez resulta muy efectiva especialmente en los momentos de mayor tensión. La banda sonora se complementó con la inclusión de varios temas musicales de entre los que destacarían el “Good Man in a Bad Time” de Ian Hunter y el “Give It Up” de Evelyn 'Champagne' King, que son las dos canciones que suenan mientras Jerry seduce a Amy en la discoteca. Sin olvidarnos tampoco del “Fright Night” de J.Geils Band, tema principal de la película y que supuso uno de las últimas composiciones de esta banda de rock norteamericana que se separaría ese mismo año.
Del reparto habría que hacer especial hincapié en el veterano Roddy McDowall, que se desenvuelve a la perfección en la piel del simpático, a la vez que cobarde, personaje de Peter Vincent, nombre en claro homenaje a Peter Cushing y Vincent Price, dos legendarios rostros del cine de terror clásico; y en un adecuado Chris Sarandon como el pérfido vampiro culpable de los peores pesadillas de Charlie. McDowall, por su parte, ya había participado en otra película escrita por Holland, Curso 1984.
William Ragsdale (Charlie) no lo hace nada mal para ser su primer papel como protagonista, pero a Amanda Bearse (Amy) le falta un poco de chispa para terminar de cautivar al espectador. Aunque el mayor escollo reside en Stephen Geoffreys, el cargante y excesivamente histriónico amigo de Charley.
“Noche de miedo” fue un éxito inesperado, siendo además la segunda película de terror más taquillera del año por detrás de Pesadilla en Elm Street 2: La venganza de Freddy, y dando pie tres años más tarde a una inferior secuela que tuvo también menor aceptación y repercusión.
Con el tiempo, ha pasado a ser toda una película de culto entre los aficionados al género, gracias a sus guiños al mismo (respetuosos en todo momento pese a su tono paródico) y sobre todo a una efectiva mezcla de terror y comedia, en base a una historia original apoyada en unos resultones –pese al reducido presupuesto- efectos especiales.
Hay alguna que otra incongruencia en la historia (SPOILER como el hecho de que Charley, buen aficionado al cine de terror, tenga la necesidad de pedir información acerca de los vampiros a su amigo Ed, cuando se podría dar por sentado que esos mismos conocimientos él ya los posee FIN SPOILER), algún que otro personaje poco aprovechado (la madre de Charley, que desaparece en el segundo acto) y algunas dudas acerca del origen y las características de los personajes que no quedan resueltas (SPOILER ¿por qué Jerry se convierte en el clásico murciélago y Ed en un lobo?, ¿Por qué el aspecto de la Amy y el Ed vampirizados difiere tanto del de Jerry?, ¿Qué tipo de criatura es Billy, el servicial ayudante de Jerry, si muere como un vampiro –con una estaca clavada en el corazón-pero no lo es porque su sangre es verde y no le afecta la luz del día? FIN SPOILER), pero son faltas menores que no empañan lo que es, a todos luces, un claro ejemplo de simpática y amena serie B.
Gracias a esta película, el vampiro resurgió de sus cenizas y llegaron a los cines de los ochenta títulos como “Jóvenes Ocultos”, “Mordiscos Peligrosos” o “Los viajeros de la noche”.
Holland siguió vinculado al cine de terror como guionista y director, dejando para el recuerdo otra pieza de culto del género, “Muñeco diabólico”, justo el año en que se estrenaba la secuela de su ópera prima.
Y como en la actualidad la moda del remake no se detiene ante nada ni nadie, en el 2011 nos espera una nueva versión de “Noche de miedo”, la cual, de momento, cuenta con, al menos, un reparto de lo más interesante. Que luego el resultado acompañe o no ya es otra cosa.
27 comentarios:
Ahora que lo pienso, esta película podría ser un antecedente de "Disturbia" de D.J.Caruso.
Lo cierto es que sí. Yo también lo pensé mientras estaba viendo la película, por lo que podríamos hacernos una idea bastante aproximada de cómo puede salir el remake.
Saludos ;)
No la he visto pero supongo que en algún momento del futuro igual cae, teniendo ahora su remake a la vuelta de la esquina.
Es un buen momento para echarle un vistazo, ya que aún queda bastante para que se estrene el remake.
Lo cierto es que recordaba haberla alquilado hace muchos años, pero creo que no la terminé de ver (nunca fue de mis clásicos ochenteros). Así que tocaba un revisionado.
Saludos ;)
Una cosita, ajena al post, ayer sábado conocí a un miembro de Tu blog de cine, dentro de un rato lo pondré en mi blog con la crítica de Toy Story 3.
Pues conocerías a Yul (David Cárdenas), que es quién iba al pase de Toy Story.
Ya me contarás por e-mail cómo fue, o si publicas el post pasaré a leérmelo.
;)
Pues puedes pasar, tú y cualquiera de tus contertulios, que ya está puesta la crítica en mi blog.
http://chacalx.blogspot.com/2010/06/toy-story-3-completando-la-trilogia.html
He pasado a leer la crónica del pase, pero de momento la crítica la dejaré para cuando la haya visto, que cuanto menos sepa, mejor. Además, Bloody ya me puso los dientes largos con la suya, y no quiero que mis expectativas se disparen.
;)
Perfecto, he hecho una crítica sin spoilers pero donde también pido que el espectador sepa cuanto menos lo menos posible para así asombrarse lo más posible (como me pasó a mi).
Y el corto previo al film.... OOOOHHHHH, MARAVILLA!!!!!
Lo que sé de la trama es lo que se veía en el primer trailer, que es lo único que he visto y quiero ver.
Ya la ponen por las nubes... y eso que las dos anteriores ya son geniales!
Dicho esto, creo que las volveré a ver para resfrescar la memoria.
"Fright Night" es un filme tremendo y un clásico del género aunque tenga sus errorcitos que tu apuntas. Recuerdo haber visto la secuela en DVD hace ya algunos años y me pareció malísima.
¡Saludos!
No es perfecta, pero es una película amena y de lo mejorcito en cuanto a vampiros ochenteros se refiere.
La secuela creo que no vale la pena revisionarla.
Saludos ;)
Es la quintaesencia del cine de terror ochentero. Tal vez demasiado naive (parece que todos los directores querían ser Spilberg en esa época), pero la recuerdo con cariño.
Oh! No me puedo creer que a este absoluto clásico atemporal ochentero sólo le otorgues 3 aliens. Me parece una puntuación en exceso severa.
Pero bueno, eres tú quien califica. Si de mi dependiera le daría los cinco que creo se merece como icono de toda una época, quizá dejándome llevar por la nostalgia, lo reconozco, donde el cine se hacía de verdad, sin ordenadores ni mandangas informatizadas de medio pelo. Cuando uno asistía hipnotizado a las salas sin que pelagatos hablaran en mitad de la proyección por teléfonos móviles que aún no se habían inventado y tantas otras pequeñas-grandes cosas que hecho de menos relacionadas con el séptimo arte que películas como esta me recuerdan con añoranza.
Willow, Los Goonies, El Club De Los Cinco, Cristal Oscuro, Tron...
Ah! Juventud, divino tesoro, ¡ya te vas para no volver!
En fin. En mi opinión, una joya incunable que debería figurar en la videoteca de todo cinéfago que se precie.
Saludos!
HorroJeur,
No hay duda de que es uno de los más claros exponentes del cine que se hacía aquella época.
MASP,
Para mi gusto sería desproporcionado otorgarle 5 aliens. De todas formas, la valoración final no pretende otra cosa que "medir" la satisfacción, el interés y/o el entusiasmo causado en mi persona, por lo que es sumamente subjetiva.
Por otro lado, siempre pienso que hay que valorar las películas no por el cariño ni por la nostalgia, sino por sus atributos y cualidades meramente cinematográficas. Valorando luego también lo que te transmiten, claro. Y hay muchas pelícuas ochenteras a las que le tengo mucho aprecio, pero procuro no dejarme llevar por las emociones a la hora de valorarlas, aunque con algunas me resulta prácticamente imposible, por lo que entiendo perfectamente tu postura. Quizás el hecho de que "Noche de miedo" nunca me causara demasiado interés (se podría decir que la he redescubierto ahora, ya que la primera vez que la ví la quité del reproductor por lo mucho que me aburría), ha sido el factor clave para poner una nota más "cerebral" que "emocional".
Aunque espero que no te quedes sólo con esa nota sino con la crítica al completo, que es la que importa y la que expone claramente mi opinión acerca de la película.
Y "Noche de miedo" me parece simpática y entretenida, pero no una gran película o de imprescindible visionado, que vendría a ser el equivalente a esos 5 aliens que demandas.
Pero no hay que cada uno puede ponerle la nota que desee.
El tema efectos especiales ya lo hemos discutido en otras ocasiones, y mantengo la misma postura. Cine de verdad no quiere decir usar látex en vez de píxels. Hacer buen cine va más allá de las técnicas (aunque soy un ferviente defensor de los efectos artesanales, porque en mi opinión son imprescindibles con o sin ordenador)
Terminator 2 o Jurrasic Park, por ejemplo, no hubieran sido posibles sin el uso del ordenador, y no por ello son menos cine. De hecho, un claro ejemplo de que con las misas técnicas se pueden hacer mejores y peores películas, está en las mediocres secuelas que posteriormente tuvieron ambas películas.
Hacer buen cine depende del buen manejo y acierto de todos los elementos y medios de los que dispones para hacer tu película. Es cierto que gran parte del cine de hoy día pretende, con su abuso -que no uso- de los efectos digitales, enmascarar u ocultar las carencias de las que su guión hace gala. Pero siempre hay excepciones. Y esas excepciones se han encontrado siempre. En cualquier década se han hecho malas películas, y me conozco muchas con efectos artesanales.
Lo que pasa es que hoy día se puede hacer casi de todo con el ordenador, y eso mengua el interés en ir más allá con las historias o siquiera esforzarse en ellas. Lo que está, digamos metaforicamente, "matando" el cine no es el ordenador, es el conformismo. El conformismo con las historias de siempre y el conformismo con la ley del mínimo esfuerzo. Y gran parte de esa culpa también la tiene el espectador.
Yo también añoro el cin de antaño, pero porque en él van implícitas muchas más sensaciones. Detrás de cada una de esas películas hay una infancia, una anécdota, un sentimiento, etc.
Hecho de menos como se hacía el cine antes, no por sus efectos, sino por ese especial mimo hacia el espectador. La sensación de en la actualidad tratan al espectador como un completo imbécil, se agudiza cada día más.
Antes podían hacerlo bien o hacerlo mal, pero la mayoría de veces las intenciones siempre eran las mejores. Y es que la balanza entre arte y negocio estaba más equilibrada. Hoy día pesa más de un lado que del otro.
Saludos ;)
P.D.: Me gusta que intervengas, aunque sea para discrepar, ya que siempre se abre un debate la mar de interesante.
Totalmente de acuerdo contigo, Pliskeen, especialmente en lo referente a los FX. Yo tampoco reniego de las nuevas tecnologías, han supuesto un gran avance, pero su abuso para rellenar las lagunas argumentales de guiones vacuos es tan alarmante en algunos casos que desvirtúa su resultado final.
Y es aquí donde entra en juego el factor conformista al que hacías referencia. En ocasiones salgo totalmente estupefacto de la salas contemplando los rostros alucinados de los espectadores absolutamente encantados de haber contemplado un espectáculo mediocre, no sé si por desconocimiento cinéfago o por puro pasotismo pese haber apoquinado los 6 eurazos de rigor y no doy crédito.
Y entonces me surge el más amargo desencanto y me traiciona la vena emocional y pienso en recluirme en mi cubil provisto de mis maletines con mi filmoteca ochentera y víveres hasta que Skynet nos liquide a todos porque quizá sea mejor comenzar todo esto desde cero.
No sé si me explico.
En fin, que John Huges nos coja confesados en esta época de tanto remake patillero y falta de ideas en 3D.
Aunque por supuesto, siempre albergo la esperanza de que surjan nuevas talentos y joyas inesperadas. Afortunadamente, aún no he llegado a ese punto de consternación en que uno piensa que ya está todo inventado, pero mira que hay veces que poco me falta.
Saludos ;)
Creo que Skynet ha mandado algún espía a nuestro presente, y viendo el panorama actual, ha decidido quedarse sentado a esperar que nos destruyamos nosotros mismos xD
La verdad es que es bastante frustrante que como espectadores que somos, nos cueste tanto encontrar algo que realmente valga la pena y nos haga disfrutar. A veces hasta envidio al público de a pie no cinéfigo ni cnéfilo, ya que con lo mínimo se siente satisfecho.
Muchas películas no pasan de ser meramente entretenidas, y eso de salir de la sala del cine entusiasmado o exaltado me ocurre muy pocas veces al año (y si no fuera por Pixar, probablemente no lo tendría más crudo)
Estamos en una época de excepciones, donde los directores talentosos y las buenas películas escasean de forma alarmante. Pero mientras no desaparezcan por completo, habrá esperanza :)
Saludos ;)
Que buena película. Lástima de segunda parte, infumable de principio a fin. Pero Noche de miedo está metida en mi baúl de preferidas, junto a la moto vampiro.
A mi gusto esta película ha soportado bastante bien el paso del tiempo y de hecho considero que es una de las mejores películas de vampiros de los ochenta. Su segunda parte resulta ser inferior, pero de todas maneras me parece una cinta entretenida.
Saludos ;)
gargola,
No me sonaba denada la Moto Vampiro, pero acaba de "alucinar" con el trailer vía youtube. Menuda frikada xD
Fantomas,
De la segunda parte ni me acuerdo, la verdad, pero todos coinciden en que es muy inferior. También tuvo menos taquilla y las críticas del público no fueran demasiado favorables. Y se sabe que "segundas partes nunca fueron buenas", salvo excepciones.
Saludos ;)
Por eso mismo David, de lo friki que es resulta hasta buena, si se ve como lo que es, claro.Un saludo y muy bueno su blog. Añadido a mi lista de preferidos.
Gracias por el piropo gargola.
Respecto a la moto vampiro, pues trataré de hacerme con ella, que seguro que tan bizarro argumento tiene que ser la bomba xD
;)
Clasicazo ochentero. Una de mis películas de terror preferidas de aquella década.
De momento el remake no pinta mal viendo el reparto que se ha ido formando.
Sioempre me encantó el póster, tiene algo terrorífico y genial.
Saludos.
Es que en los ochenta se curraban mucho los carteles. Tanto, que muchas veces eran mejores que la película en cuestión xD
Dentro del género de terror, a mi siempre me gustó el póster de "House", con esa mano cadavérica y puetrfacta llamando al timbre.
Saludos ;)
Gran película. La revisé hace apenas un mes (cuando empezaron a sonar los primeros nombres para el cast que conformará el remake).
Fabulosa la transformación del amigo en lobo.Y Chris Sarandon me parece un excelente vampiro, seductor y peligroso.
Y, por supuesto, lo más memorable de la película, el personaje de Peter Vincent.
Por cierto, genial el intercambio de impresiones que has mantenido con MASP. La verdad es que con tipos como MASP da gusto...
Personalmente me cuesta muchísimo trabajo, en ocasiones, desprenderme de ese factor de cariño o nostalgia a la hora de reseñar ciertas películas.
saludos
La nostalgia a veces es bastante puñetera xD
Con MASP siempre se inician debates interesantes en los que cada uno expone su punto de vista sin reparos. Se puede hablar abiertamente de lo que sea, y siempre manteniendo ese buen rollo que nos caracteriza. Así es como debería ser en todos los blogs.
"Noche de miedo" es bastante simpaticona y entretenida, pero nuca estuvo entre mis clásicos ochenteros favoritos.
Saludos ;)
Recuerdo la publicidad del cartel que decia algo asi como: efectos visuales del mismo equipo ganador del Oscar de "Los cazafantasmas", y ese vampiro hecho brumas es claro ejemplo de lo que puede verse en la pelicula de Ivan Reitman. Gran especialista es Richard Edlund, muy influyente en los años 80`s. Por lo demas, "Noche de miedo" es para mi una pelicula entrañable, justamente con sus virtudes cinéfilas y tambien extracinéfilas, es decir, la pura nostalgia ochentera. Esa secuencia en la discoteca es marca de la época.
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