
Su debut con la película “Furia” pasó mayormente desapercibido, por lo que la mayoría de nosotros conocimos a Aja gracias a “
Alta Tensión”, un eficiente slasher (si omitimos su insultante –por tramposo y absurdo- final) en el que ya percibimos a un director que apuntaba maneras dentro del género de terror. Luego el francés cruzó el charco para realizar el remake de “Las colinas tienen ojos” de Wes Craven, y el resultado fue una de las mejores películas de terror de la pasada década.
En Hollywood se frotaron las manos con este nuevo fichaje y le encargaron otro remake, en este caso de un film surcoreano titulado "Geoul sokeuro (El otro lado del espejo)”. Sin embargo, esta vez la jugada no les salió tan bien (aún con un buen comienzo) y no fuimos pocos los que salimos decepcionados de la sala.
Aja parecía empeñado en dedicar su trayectoria americana a los remakes, así que su siguiente proyecto (previsto inicialmente para Chuck Russell) fue una puesta al día de la mítica “
Piraña” del no menos mítico –y debutante por aquél entonces- Joe Dante. Una serie B de la factoría Corman surgida a raíz del éxito del “
Tiburón” de Spielberg (coincidiendo ese año con su sucuela), y que consiguió convertirse en un modesto “clásico” del cine de bajo presupuesto de la época.
La escritura del guión corrió a cargo de Pete Goldfinger y Josh Stolberg, responsables también del remake de la ochentera “Sorority Row” (conocida aquí con el título de “Siete mujeres atrapadas” y rebautizada en su nueva versión como “Hermandad de sangre”). Si ya éstos dos inspiraban más bien poca confianza, peor fue cuando otros dos guionistas, Patrick Melton y Marcus Dunston (el dúo detrás de cosas como "Feast 3" y varias secuelas de Saw), andaban metiendo mano en el script con intención de “pulir” algunos detalles.
Las dificultades técnicas que ocasionan las cámaras 3D en el rodaje, hiizo también que Aja optase por rodarla en 2D y realizar posteriormente una conversión estereoscópica (aunque no en el último momento, como sucedió con el cochambroso 3D de “
Furia de Titanes"). Los primeros tests secreenings no convencieron demasiado, y el CGI de las hambrientas pirañas tampoco, por lo que tanto la filmación como el proceso de post-producción se alargaron más de la cuenta.
Lo cierto es que la realización de la película llevó más tiempo y esfuerzo del que Aja había previsto. Y todo para que al final saliera lo que ha salido…
Una serie de temblores submarinos han liberado unas pirañas prehistóricas en el Lago Victoria, Arizona, durante las vacaciones de primavera, que es cuando el lago se llena de gente joven para divertirse. Allí, un grupo de personas deberá unir sus fuerzas para sobrevivir a estas criaturas. Entre ellas está la sheriff Julie Forester (Elisabeth Shue), que hará todo lo posible para salvar a su familia.El director ya dejó claro en una entrevista que con este remake se iba a distanciar casi por completo de lo visto en la original de Dante. Que la trama discurriría por distintos senderos, y que haría de esta nueva “Piraña” su personal versión contemporánea.
Se agradece que a la hora de abordar un remake el director no se limite a hacer un “copiar y pegar” y que afronte el proyecto desde su propia perspectiva. Lástima que su visión de la misma esté tan atrofiada…
Desde que se conoció el fichaje de un par de actrices porno (una como mera figurante y otra como parte del reparto principal), sabíamos que Aja andaba preparando una buena gamberrada. Y la confirmación nos llegó por medio de la publicidad viral del film (con atractivas mozas ligeritas de ropa como principal reclamo) y de su tráiler.
Esta “Piraña 3D” prometía ser una de las películas más salvajes, sangrientas y picantes de la temporada. Y eso, desde luego, lo ha conseguido (aunque aquí en España siga pendiente de distribución…)
Obviamente,
no es una película que se tome en serio a sí misma, y por consiguiente, el espectador tampoco debe tomársela en serio. Sin embargo, eso no es motivo suficiente para uno le ría las gracias al director, pues sean cuales sean las pretensiones y/o la predisposición del espectador,
el objetivo final no deja de ser el de otras tantas producciones: entretener y divertir al público. Y Aja cumple lo primero gracias a su escueta duración pero falla estrepitosamente en lo segundo.
El humor del que hace gala la película es realmente lamentable. Puede que sea una mera cuestión de gustos (no lo niego), y que lo que yo considere bochornoso otros lo encuentren tronchante a más no poder. Pero lo cierto es
la mayor parte del metraje resulta del todo desechable, especialmente casi todo lo que acontece a bordo del yate de Derrick Jones, el director de cine pornográfico interpretado por un cargante e histriónico Jerry O'Connell.
Hasta que las pirañas no se montan el festín de su vida, hemos de aguantar las continuas chorradas que los guionistas han escrito para introducirnos en la historia.
Una historia basada en la zafiedad de sus chistes, en unos personajes anodinos (en el mejor de los casos), en un montón de gore (lo único rescatable) y en mucho desnudo gratuito. Y es que la mayor parte del tiempo es como estar contemplando una versión sangrienta de una American Pie pasada de rosca (que ya es decir)
Aja
abusa de los topless como si no tuviera nada más con qué contentarnos, además del gore. Puede que en un primer momento tenga su gracia, pero llega un punto en que parece que la película realmente no tiene nada más –ni mejor- que ofrecer. Si quisiera pasarme hora y media viendo tetas, directamente me pondría una porno.
Hay diálogos y secuencias que son de juzgado de guardia. La historia no engancha y los personajes tampoco, amén de que los miembros más veteranos del reparto están totalmente desaprovechados.Para qué seguir contemplando tan vergonzoso espectáculo, se preguntarán algunos. Pues básicamente para poder ver a las
pirañas asesinas. Unas pirañas que esta vez, al ser prehistóricas, son
mucho más grandes, salvajes y veloces. Pero volvemos a tropezar con otro obstáculo para nuestro disfrute: la representación de estos “simpáticos” pececitos es bastante deficiente.
Si bien el diseño es acertado (feas y realmente amenazadoras),
el trabajo digital es, la mayoría de las veces, bastante cutre. Puede que el 3D ayude a disimular un poco la cutrez imperante, pero la verdad es
muchas de las secuencias en las que se ve a éstas atacar a los indefensos bañistas son penosas. La que se lleva la palma es el ataque a la primera víctima que se cobran nada más salir de su “prisión” (premio a la secuencia más roñosa del año)
Cierto es que no estamos ante una superproducción, pero con 25 millones de presupuesto creo que se podría haber hecho algo mejor (o menos cantoso). Y si el CGI no convencía desde un primer momento, siempre podían haber recurrido a los efectos artesanales de toda la vida (a Dante me remito)
La verdad es que si no fuera por el director de fotografía, cualquiera pensaría que estamos ante otra producción de la inefable Asylum. A fin de cuentas, los efectos y las interpretaciones no son mucho mejores.
Quizás
un par de momentos salvan a la película de caer en la más absoluta mediocridad (y propician que mi valoración personal sea más benévola de lo que debería):
el violento y sumamente sanguinario ataque en masa que llevan a cabo las pirañas con todos los fiesteros que pululan por el lago; y
el tramo en el que la sheriff Forester acude al rescate de sus hijos, una de los pocos momentos de la cinta en que realmente se palpa algo de tensión.
Por lo demás, la película es más bien prescindible… Si Aja creía que con una buena ración de tetas y sangre nos íbamos a conformar, es que entonces nos infravalora como espectadores. Incluso para hacer gamberradas de este tipo hay que tener gracia, como Rodríguez con “Machete”, que aún con sus errores (exceso de personajes y subtramas), consiguió divertirme como no lo ha hecho ésta.

Del reparto poco se puede decir. Todos imaginamos que la inclusión de Richard Dreyfuss iba a ser un claro guiño (a modo de homenaje y parodia) a Matt Hooper, el experto en tiburones del clásico de Spielberg (incluso su personaje se llama Matt y recita una línea de diálogo de Hooper). Pues bien, su presencia no pasa de la mera anécdota (quizás sea mejor así), cuando nos lo vendieron como uno de los principales protagonistas.
El caso de Ving Rhames es algo más sangrante. Probablemente el actor pasaba por ahí y, como tenía unos minutos libres, se prestó a rodar un par o tres de escenas, en una de las cuáles se dedica a hacer puré de piraña. Y es que su personaje, que prometía, finalmente se queda en nada (siempre nos quedará el agente de la ley que interpretó en la gloriosa “
Amanecer de los muertos”)
La guapísima Dina Meyer (
Starship Troopers, DragonHeart, Johnny Mnemonic) pasa totalmente desapercibida, y al entrañable Christopher Lloyd (
Regreso al futuro) se le reserva un breve papel que da la impresión de haber sido recortado en la sala de montaje.
El otro rostro nostálgico del reparto, Elisabeth Shue, salvo un poco los platos, pero tampoco consigue el protagonismo que debería haber tenido.
Del resto mejor no comentar nada. Cara bonitas (Jessica Szohr es una preciosidad) y poco más.
“Piraña” es, sin lugar a dudas, una mala película. Pese a eso, o quizás gracias a eso, algunos se lo han pasado pipa con la carnicería que les ha ofrecido Aja. De hecho, yo mismo esperaba encontrar aquí una “buena mala película” de esas con las que poder echarme unas buenas risas. Desgraciadamente, y para mi gusto,
el resultado es excesivamente malo, ridículo y vulgar como para poder decir que he pasado un buen rato.
Alguien debió decirle a Aja, antes de empezar, que no sólo de desnudos y gore vive el aficionado. Probablemente él se lo haya pasado mejor rodando semejante despropósito que nosotros -o al menos yo- viéndolo.
P.D.: Actualmente se vincula al francés con la adaptación en acción real del manga/anime “Cobra: The Space Pirate”. Esperemos que este cambio de aires (=género), y el hecho de que no sea un remake, haga que Aja vuelva por el buen camino y que, de paso, rompa con la maldición que tienen los animes adaptados al cine.
P.D.2: De las tres cosas que anuncia el póster, sólo una es cierta. No hay mar, pues es un lago; y no hay sexo, pues nadie copula. Sangre, eso sí, hay en cantidades industriales.
Valoración personal: