Aprovechando el paso por nuestras carteleras de una reciente y familiar versión de la novela “Journey to the Center of the Earth” de Julio Verne, conviene echar la vista atrás y recordar esa entrañable adaptación que llevó a cabo, en 1959, Henry Levin (Genghis Kahn, El hombre de Colorado)
Tras el éxito más que merecido de la fantástica “20.000 leguas de viaje submarino” de Richard Fleischer bajo el amparo de la Disney, la 20th Century Fox decidió llevar a la gran pantalla también otra de las novelas más destacadas del autor. “Viaje al centro de la Tierra”, que ya había sido adaptada a principios de siglo en sus correspondientes versiones mudas, se beneficiaba en aquel momento del formato CinemaScope y de un gran presupuesto invertido en cuidados y coloristas decorados. Tras las cámaras, el eficiente Levin y delante de ellas un respetable reparto encabezado por el británico James Mason, que precisamente había encarnado al Capitán Nemo en la citada cinta de Fleischer.
El profesor Lidenbrock, toda una celebridad en su país natal, hace un increíble descubrimiento gracias a una roca volcánica que le regala Alec, uno de sus aventajados alumnos y prometido de su sobrina. En su interior se encuentra una pieza que formaba parte del equipo utilizado por el científico Arne Saknussem en su viaje al supuesto centro de la Tierra. La roca, al ser encontrada a millones de kilómetros del lugar dónde Saknussem inició su viaje, da a entender al profesor que el científico llegó hasta el mismísimo centro de la Tierra. Por ello y junto a su futuro sobrino, Lindenbrock decide llevar a cabo su propio viaje con tal de demostrar (o bien desmentir) que realmente existe algo más allá de debajo de nuestros pies.
Pero ellos no serán los únicos detrás del preciado descubrimiento. Un Conde descendiente de Saknussem les seguirá la pista para llevarse todo los méritos en el caso de que el centro de la Tierra exista como tal. Así que a los peligros que Alec, Lindenbrock y sus acompañantes deban enfrentarse en las entrañas del planeta, se les sumarán las trampas y jugarretas que el Conde les tenga preparadas.
Lo más destacable de este film es la recreación del interior de la Tierra y sus diferentes ambientes, además de unos competentes efectos especiales. Hoy en día, estos efectos pueden antojársenos un poco desfasados y los decorados parecernos muy de cartón piedra, pero eso no le resta encanto a esta entretenida producción.
Primando por encima de todo está la aventura pura y dura, y los personajes, justamente descritos, cumplen cada uno con el rol a desempeñar.
Alec es el fiel acompañante, algo despistado pero de buena fe, y el profesor Lindenbrock es el sabio cascarrabias al que le gusta mandar y tener siempre la razón. A estos se le añade el forzudo Hans, que supone la parte física del grupo, y Carla Goteborg, que hace de contrapunto al profesor, con el que mantiene algunas de las conversaciones más simpáticas -por la guerra de sexos establecida entre ellos- de toda la película.
Al rival de nuestros protagonistas, el Conde Sanknussem, quizás le falte algo de carácter intimidatorio, pero su personaje es vital para darle la contra a los héroes de la historia.
Dentro del reparto habría que destacar positivamente al trío principal, James Mason (Lindenbrock), Arlene Dahl (Carla) y Pat Boone (Alec). Mientras que a Peter Jonson (Hans) se le debe perdonar su inexperiencia, ya que a parte de ser su primera y única película como actor, su verdadera profesión era la de atleta (participó en los Juegos Olímpicos de Roma de 1960, compitiendo en los 110 metros valla)
Mención aparte merece la mascota del propio Hans, el divertido pato que apenas sufre las elevadas temperaturas del lugar ni la falta de oxígeno.
La dirección de Levin es bastante funcional, y quizás se le echa en falta un ritmo más acelerado y frenético que le dé algo de esa garra de la que carece la película. No obstante, las dos horas de metraje se hacen muy amenas dado que en todo momento ocurre algo que pone en alerta a nuestros exploradores -y a nosotros los espectadores-, bien sea una avalancha de agua, un terremoto subterráneo o unos lagartos prehistóricos (aquí usando lagartos reales con una aleta postiza incrustada en la espalda, en vez del habitual stop-motion con figuras de arcilla)
Obviamente, la rigurosidad científica es escasa, pero eso es algo que no tenemos demasiado en cuenta tratándose de un film cuyas únicas pretensiones son las de hacernos pasar un rato agradable frente a la pantalla.
Aunque el material con el que se cuenta, la obra de Verne, daba para mucho más, esta versión de “Viaje al centro de la Tierra” es de momento una de las mejores -sino la mejor- realizadas hasta la fecha. Una puesta en escena imaginativa y un efectivo reparto para un disfrutable –aunque ingenuo- entretenimiento con sabor añejo.
8 comentarios:
Tengo muy buenos recuerdos de esta peli, que desde luego no pienso destrozar yendo a ver esa cosa infantiloide del Brendan Fraser que han perpetrado ahora. Digamos que Verne no se merece eso.
Saludos!!
Yo tp tengo demasiado interés en ver la última e infantil versión. Y menos con Frasier haciendo sus payasadas (y poniendo esas caras de bobo que suele poner) y acompañado del, muy seguramente, niño repelente de turno.
Me quedo con esta versión de Levin, sin ninguna duda.
Saludos ;)
Sin duda la mejor versión de la novela de Verne. La de Fraser solo la iria a ver por presentarse en tres dimensiones, a sabiendas de que tendre que soportar las payasadas de rigor del actor.
Saludos!
Hasta la fecha, sin duda es la mejor.
La última versión no me llama demasiado la atención, ni con el aliciente del 3D.
De todas formas no descarto verla en un futuro, para comprobar hasta que punto es digerible.
Saludos ;)
Pues no la he visto, pero luego de tu excelente reseña queda agendada para un próximo visionado. Al parecer es una cinta de puro entretenimiento y que más allá de lo añejo que puedan resultar hoy en día sus efectos especiales, no por eso deja de ser una obra imprescindible en su género.
Saludos!
Viéndola con ojos permisivos (por aquello de sus fx, aunque ya digo que se aguantan bastante bien) es una cinta muy amena. Es, junto a "20.000 leguas de viaje submarino", una de las mejores adaptaciones de una obra de Verne, independientemente de que su fidelidad no sea al 100% (ninguna lo es)
Saludos ;)
Un clásico, una muy buena aventura. Yo tampoco he visto aun la nueva version en 3d. Tengo mucho cariño a esta pelicula como para ver un remake inferior. Todas las secuencias al interior del centro de la tierra son alucinantes, y sus efectos visuales no son de Harryhausen pero aun asi esos monstruos son increibles. Muy buena critica . Saludos¡¡¡
A mi tp me apetece demasiado ver la nueva versión, aunque es posible que tarde o temprano le eche un vistazo, por simple curiosidad.
Para los efectos especiales de esta versión decidieron trucajes visuales con animales reales, técnica a menudo utilizada cuando no se disponía de un maestro como Harryhausen para suplir el tema de los fx. Aún así, el resultado es bastante aceptable.
Saludos ;)
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