Debo admitir sin reparo alguno que he disfrutado y mucho con la primera etapa americana de Roland Emmerich. Películas como “Stargate” (su mejor film) o la incomprendida e infravalorada “Independence Day” (entretenidísimo y espectacular homenaje a la ci-fi de los años 50) son películas de estricto corte comercial con las que un servidor ha gozado plenamente en un cine (sensación que actualmente me ocurre una o dos veces al año... y eso con suerte)
Emmerich es un director que se ha caracterizado por poner patas arriba la ciudad de Nueva York en concreto, y EE.UU. -y el mundo- en general; bien sea con invasiones alienígenas, enormes bichos producto de la mutación o catástrofes climatológicas. Viene a ser algo así como el sucesor de Irwin Allen (especialista en cine catastróficio y fantástico en los años 60-70).
Esto, entre otras cosas, le ha hecho ganarse muchísimas críticas por cierto patriotismo que destilan sus producciones. Sin ir más lejos, la citada “Independece Day” es machacada casi única y exclusivamente por ser considerada una americanda, cuando en verdad, no es más que una mirada irónica al poder militar y político yanqui (almenos algunos la entendemos así)
“El patriota” ya lo dice todo con su título. Es lógico encontrar patriotismo en una película americana sobre la Guerra de Independencia Americana (puede ser más sútil o menos, eso sí). Criticar negativamente la película por esa vía no me parece justo. Prefiero valorar si me entretuvo satisfactoriamente o no como producto comercial que era.
A veces el patriotismo apesta tanto que afecta negativamente una película, pero tratándose de films de banal entretenimiento, no creo que sea algo demasiado relevante. También es cierto que hay cierto sector del público (y la crítica) que a la mínima aparición de una bandera americana ya echan pestes. Pues lo mismo podrían decir los americanos de nuestras “españoladas”. Habría que ser un poquito más permisivo con según que películas. Otra cosa sería que estuviésemos hablando de dramas bélicos con pretensiones educativas/históricas.
Las primeras críticas hacia “10.000” apuntaban negativamente por usar el inglés en plena prehistoria, pero es que así muchas otras decenas de películas ambientadas en épocas y lugares distintos en los que se habla perfectamente inglés (o español cuando la cinta en cuestión se dobla para nuestro país). Si nos cargamos esta película por usar el inglés, entonces nos cargamos por lo menos 30 o 40 años de cine, salvándose pocas películas como “Apocalypto” de Mel Gibson o “En busca del fuego” de Jean Jacques-Annaud.
La última película de Emmerich tiene el suficiente cúmulo de despropósitos como para ser atacada por vías menos obvias como el lenguaje o el patriotismo yanqui. De echo, de lo último poco hay, salvo que entendamos por patriotismo el soltar un discursito antes de una batalla (cosa que también hacen en “Braveheart”, “Gladiator” o “300”)
Así pues, empecemos primero por sus defectos más destacables, que son casi innumerables.
“10.000” es una película que se pasa por el forro cualquier rigor histórico. Eso es algo apreciable ya desde el mismo trailer. Hay tal mezcla de culturas, étnias, animales y ecosistemas en un mismo espacio y época, que hasta un niño de la E.G.B. se sonrojaría.
Personalmente, eso es algo que no me importa en exceso, pues lo que andaba buscando era puro espectáculo. Teniendo en cuenta la no veracidad de los hechos, podriamos suspender muchas otras películas (Gladiator, Bravehart o Elizabeth: la edad de oro, son las primeras que me vienen a la cabeza)
Lo lamentable de veras es la caracterización de la tribu protagonista.
Los pelucones a modo de rastas cantan a leguas; su suciedad es superficial, limitándose a cuatro manchas en la cara y uñas con roña, pues por lo demás poseen barbas y perillas perfectamente depuradas y unos dientes blancos como la leche.
Apenas sufren las inclemencias del tiempo y van de una montaña nevada a un caluroso desierto con suma facilidad y rapidez, encontrándose una civilización tras otra, una tribu tras otra. No esta muy claro si siguen en el mismo estracto de tierra o si se encuentran dando tumbos por Port Aventura.
La humanidad y el sentido del honor que sienten algunos de los animales prehistóricos de la cinta es abrumadora. Tanto que el protagonista podría pasar por una nueva versión de “El señor de las bestias”. Aquí se dan cita (enormes) dientes de sable perdonavidas y mamuts domesticados como si de mulas se tratara.
La historia en sí es simplona, lo cual no quiere decir que por ello la película deba ser mala. Quizás el problema haya sido el no aprovechar esa simpleza.
Mientras que Mel Gibson con un guión que cabría en un servilleta de papel hacía de “Apocalypto” una película de la que se respiraba aventura y diversión por los cuatro costados, Emmerich con su “10.000” se queda a medio gas en todo.
Sus personajes no son lo heroicos que debieran ser (falta de carisma por parte del prota). La cansina voz en off y una banda sonora deudora de Hans Zimmer no son suficientes para transmitir la emoción necesaria para que las secuencias de acción sean realmente épicas. A parte de que estas secuencias saben a poco...
El primer ataque al poblado lo hemos visto en otras películas y de mejor forma. No le llega, por ejemplo, ni a la suela de los zapatos a la de “Conan el bárbaro”. Incluso “Pathfinder” le da mil vueltas en ese aspecto.
El encuentro con unos gigantonas aves se resuelve con mucha confusión, y a la escena final (¿plagio de “300”?) le falta fuerza.
Hablemos además de que la historia resulta ser un cúmulo de profecias que desembocan en un final de lo más inverosímil y fantasioso, sólo superado por el insultante final de “La liga de los hombres extraordinarios”, y que Camilla Belle es una "actriz" sosa de cuidado (es que ni propinándole unos latigazos le cambia la expresión de la cara)
Con todo ello, podemos llegar a la conclusión de que no vale la pena malgastar el dinero de una entrada en semejante disparate. Y quizás sea así, si uno no se la toma a broma.
Desde luego yo he salido bastante decepcionado, incluso después de haber leído duras críticas que redujeron mis expectativas hacía ella.
Como punto a favor podemos decir que, al fin y al cabo, resulta entretenida si uno no pone reparos a los errores que se dan cita en ella (y si lo hace, puede tomárselo con humor y echarse unas risas). Ignoro si será suficiente motivo para atraeros al cine, pero yo de vosotros me lo pensaría dos veces. Ni siquiera los efectos especiales son suficientemente atractivos, pues el reducido presupuesto (75 millones de dólares) sólo ha dado para unos mamuts impecables, mientras que el resto resulta un tanto bochornoso (véase el dientes de sable o la caída de la punta de la pirámide)
Creo que esta vez Emmerich la ha vuelto a pifiar. No me parece peor que “Godzilla”, pero está muy por debajo del resto de su filmografía (para quien lo considere un mal director esto último puede no significar mucho xD)
A veces el patriotismo apesta tanto que afecta negativamente una película, pero tratándose de films de banal entretenimiento, no creo que sea algo demasiado relevante. También es cierto que hay cierto sector del público (y la crítica) que a la mínima aparición de una bandera americana ya echan pestes. Pues lo mismo podrían decir los americanos de nuestras “españoladas”. Habría que ser un poquito más permisivo con según que películas. Otra cosa sería que estuviésemos hablando de dramas bélicos con pretensiones educativas/históricas.
Las primeras críticas hacia “10.000” apuntaban negativamente por usar el inglés en plena prehistoria, pero es que así muchas otras decenas de películas ambientadas en épocas y lugares distintos en los que se habla perfectamente inglés (o español cuando la cinta en cuestión se dobla para nuestro país). Si nos cargamos esta película por usar el inglés, entonces nos cargamos por lo menos 30 o 40 años de cine, salvándose pocas películas como “Apocalypto” de Mel Gibson o “En busca del fuego” de Jean Jacques-Annaud.
La última película de Emmerich tiene el suficiente cúmulo de despropósitos como para ser atacada por vías menos obvias como el lenguaje o el patriotismo yanqui. De echo, de lo último poco hay, salvo que entendamos por patriotismo el soltar un discursito antes de una batalla (cosa que también hacen en “Braveheart”, “Gladiator” o “300”)
Así pues, empecemos primero por sus defectos más destacables, que son casi innumerables.
“10.000” es una película que se pasa por el forro cualquier rigor histórico. Eso es algo apreciable ya desde el mismo trailer. Hay tal mezcla de culturas, étnias, animales y ecosistemas en un mismo espacio y época, que hasta un niño de la E.G.B. se sonrojaría.
Personalmente, eso es algo que no me importa en exceso, pues lo que andaba buscando era puro espectáculo. Teniendo en cuenta la no veracidad de los hechos, podriamos suspender muchas otras películas (Gladiator, Bravehart o Elizabeth: la edad de oro, son las primeras que me vienen a la cabeza)
Lo lamentable de veras es la caracterización de la tribu protagonista.
Los pelucones a modo de rastas cantan a leguas; su suciedad es superficial, limitándose a cuatro manchas en la cara y uñas con roña, pues por lo demás poseen barbas y perillas perfectamente depuradas y unos dientes blancos como la leche.
Apenas sufren las inclemencias del tiempo y van de una montaña nevada a un caluroso desierto con suma facilidad y rapidez, encontrándose una civilización tras otra, una tribu tras otra. No esta muy claro si siguen en el mismo estracto de tierra o si se encuentran dando tumbos por Port Aventura.
La humanidad y el sentido del honor que sienten algunos de los animales prehistóricos de la cinta es abrumadora. Tanto que el protagonista podría pasar por una nueva versión de “El señor de las bestias”. Aquí se dan cita (enormes) dientes de sable perdonavidas y mamuts domesticados como si de mulas se tratara.
La historia en sí es simplona, lo cual no quiere decir que por ello la película deba ser mala. Quizás el problema haya sido el no aprovechar esa simpleza.
Mientras que Mel Gibson con un guión que cabría en un servilleta de papel hacía de “Apocalypto” una película de la que se respiraba aventura y diversión por los cuatro costados, Emmerich con su “10.000” se queda a medio gas en todo.
Sus personajes no son lo heroicos que debieran ser (falta de carisma por parte del prota). La cansina voz en off y una banda sonora deudora de Hans Zimmer no son suficientes para transmitir la emoción necesaria para que las secuencias de acción sean realmente épicas. A parte de que estas secuencias saben a poco...
El primer ataque al poblado lo hemos visto en otras películas y de mejor forma. No le llega, por ejemplo, ni a la suela de los zapatos a la de “Conan el bárbaro”. Incluso “Pathfinder” le da mil vueltas en ese aspecto.
El encuentro con unos gigantonas aves se resuelve con mucha confusión, y a la escena final (¿plagio de “300”?) le falta fuerza.
Hablemos además de que la historia resulta ser un cúmulo de profecias que desembocan en un final de lo más inverosímil y fantasioso, sólo superado por el insultante final de “La liga de los hombres extraordinarios”, y que Camilla Belle es una "actriz" sosa de cuidado (es que ni propinándole unos latigazos le cambia la expresión de la cara)
Con todo ello, podemos llegar a la conclusión de que no vale la pena malgastar el dinero de una entrada en semejante disparate. Y quizás sea así, si uno no se la toma a broma.
Desde luego yo he salido bastante decepcionado, incluso después de haber leído duras críticas que redujeron mis expectativas hacía ella.
Como punto a favor podemos decir que, al fin y al cabo, resulta entretenida si uno no pone reparos a los errores que se dan cita en ella (y si lo hace, puede tomárselo con humor y echarse unas risas). Ignoro si será suficiente motivo para atraeros al cine, pero yo de vosotros me lo pensaría dos veces. Ni siquiera los efectos especiales son suficientemente atractivos, pues el reducido presupuesto (75 millones de dólares) sólo ha dado para unos mamuts impecables, mientras que el resto resulta un tanto bochornoso (véase el dientes de sable o la caída de la punta de la pirámide)
Creo que esta vez Emmerich la ha vuelto a pifiar. No me parece peor que “Godzilla”, pero está muy por debajo del resto de su filmografía (para quien lo considere un mal director esto último puede no significar mucho xD)
Valoración personal:
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6 comentarios:
Este fin de semana estue a punto de ver esta película. Pero nuestro único argumento para decantarnos por ella era que empezaba más tarde y no llegábamos a tiempo de ver ninguna otra...así que al final pasamos de ir la cine ¡¡No me gusta ir a la sesión golfa cuando tengo sueño!! Y esta película tampoco "me llama" demasiado y, por lo que cuentas, me alegro de mi decisión!
¡Saludos!
A mí tampoco me gusta ir demasiado tarde, porque sino el sueño hace acto de presencia. A la 1 he ido varias veces y prefiero no repetir.
12 o 12.30 como muy tarde, más si la película es larga.
Ésta no dura demasiado y tp se hace pesada, pero no te deja satisfecho.
Dentro del cine comercial hay que exigir unos mínimos, y "10.000" desgraciadamente no los cumple.
Creo que hiciste bien quedándote en casa xDD
Saludos ;)
Ya me olí algo raro cuando las fotos de estas películas empezaron a aparecer.
Como comentas, se le pueden perdonar algunos "fallos". Pero en líneas generales veo que Emerich vuelve a su estilo espectacular pero vacío. Así que creo que tardaré en verla.
En referencia a algunas cosas que comentas.
Stargate me gustó la primera parte. Osea, hasta que todo fue a los típicos derroteros de buenos contra malos. Aunque el villano de la función acabase siendo un extraterrestre cabronazo. Ahora (después de años de emisión) estoy empezando a ver la serie. Algunas cosas interesantes y otras totalmente vacías.
De Independence Day opino que si quitas lo 100% yanki que destila la mayoría de su metraje, puede quedar una buena película con momentos memorables (como la destrucción de la Casa Blanca o los ataques aéreos).
Hace un par de años recuerdo algo gracioso sobre Emerich.
Compré en vhs (en vídeo no sé si ha salido, pero no creo que la comprase tampoco) de segunda mano la película titulada "El Secreto de Joey". Era otra de "esas joyas" de cuando eres enano.
Miro al director y veo que era Roland Emerich. "Joer!" pensé. Pues si que lleva años dando la lata (en el buen sentido) este director.
Una lágrima se me cae cuando pienso en los Joe Dante, John Hughes, Walter Hill, Richard Donner, etc... de los años 80´s.
La serie Stargate yo la empecé a ver en su momento, pero luego me empezó a aburrir de mala manera (más o menos cuando se une al grupo uno de los malos en plan arrepentido)
No sé ni si llegué a terminar una temporada entera. Tp estoy muy puesto en el tema, pero sé que han hecho muchas temporadas con diferentes títulos y diferentes protagonistas (creo que incluso algunos protas de "Farscape" ahora están en esta serie)
En cuanto a Emmerich, pues tiene unas cuantas películas hechas en su tierra natal (Alemania) antes de dar el gran salto a Hollywood. Una de ellas es la que mencionas (que no la he visto), pero tiene 3 o 4 más.
Yo me he hecho recientemente con su ópera prima, que data del 84, así que su reseña caerá por aquí.
Soy un nostálgico empedernido, especialmente de los 80, así que todos esos directores que citas son imprescindibles en mi filmoteca privada :)
Saludos ;)
Sorprendentemente inferior a 1.000.000 A.C. (Para la época los efectos eran mucho mejores) Me parece raro que después de tanto tiempo, no se consiga algo mejor...algo pasa en el Cine.
Me parece bien que se hable en un idioma claro; en 1.000.000 A.C. era muy cargante tener que adivinar siempre lo que decían, como una película muda, pero sin ni siquiera los cartelitos que de tanto en tanto estas tenían.
Teniendo en cuenta que se obvian los hechos reales, es inexplicable que no aparezcan dinosaurios a gran escala.
(Peor no hubiera quedado, y por lo menos, sería conferarle explicítamente al espectador que ni los que la fimlaron se tomaron la peli en serio...algo que ha salvado a muchas producciones del naufragio total)
Sobre el patriotismo: eres el primer crítico que menciona que la aparición de la bandera americana provoca tanto odio.
Un profesor de bachillerato me dijo en una ocasión:
Los tres tipos de racismo más extendidos del siglo XX son:
1.El antisemismo hitleriano, de tan triste memoria.
2.La discriminación a los negros.
3.El antinorteamericanismo.
Creo que se procuraron de mostrar escenas espectaculares al espectador y obviaron todo lo demás.
Desde luego, por muy honestas que sean sus intenciones, el público debe exhigir un poco más al cine de entretenimiento, porque a este paso nos endosarán cualquier cosa con la simple excusa de tener unos efectos especiales alucinantes.
Lo de la bandera es algo que he ido observando en muchas personas y críticos, especialmente cuando se trata de cintas catastrofistas donde los americanos salvan al mundo o como mínimo su ciudad.
Creo que hay extendida una gran fobia contra los americanos por este simple hecho.
Ciertamente, puede que sean los más patrioteros del planeta y que amen su país incluso con excesivo fanatismo, pero de ahí a masacrar cualquier película tildándola de "americanada", única y exclusivamente por la aparición de una bandera identificativa o algún discurso épico, me parece muy triste.
Hay americanadas con las que un servidor se lo ha pasado bomba. Y otras, las cuales no considero americanadas, me han gustado mucho y el tema patriorero no ha estado presente nada más que por un plano de la bandera ondeando.
Hay que ser un poquito más respetuoso y perder ya esos absurdos prejuicios, que una cosa es el orgullo y la otra es la propaganda barata. Y a menudo estas cintas no son ni lo uno ni lo otro, y si en una película americana un meteorito o unos alienígenas amenazan la Tierra, es lógico que sean los americanos los salvadores si es de USA de dónde viene el film. Si se hiciera en cualquier otro país, serían sus ciudadanos los que salvarían el mundo.
Saludos ;)
P.D.: Mucha razón tenía tu profesor de bachillerato.
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