domingo, 5 de octubre de 2008

"Death Race: la carrera de la muerte" (2008) - Paul W.S. Anderson


"En el año 2000 atropellar conduciendo no es un crimen, es el deporte nacional"

Así rezaba el cartel de “Death Race 2000” (aka La carrera de la muerte del año 2000), una cinta delirante, a la par que aberrante, de mediados de los 70, producida por el incombustible Roger Corman, dirigida por Paul Bartel y protagonizada por David Carradine y por un jovencísimo Silvester Stallone en uno de sus primeros papeles como protagonista, aquí ejerciendo como antagonista.
La película era una de esas casposas y gamberras producciones tan típicas de Corman, sacando aquí partido de unas violentas carreras y añadiéndole un toque kitsch bastante hortera tanto para los coches como para las vestimentas de los pilotos.

El temible –aunque de vez en cuando correcto- Paul W.S. Anderson (Resident Evil, AlienvsPredator, Mortal Kombat) nos trae un remake que toma prestado el punto de partida de la cinta homónima de Bartel y algunos de sus personajes, pero dándole un nuevo enfoque y un completo -y agradecido- lavado de cara. Adiós a la estética feísta, a su bizarrismo pretendido y a la denuncia del sistema, pues Anderson ha realizado una actualización que pasa por ofrecer una estética mucho más decadente y sucia, con unos automóviles más recargados y amenazadores, y unos pilotos más rudos y sin ningún tipo de escrúpulo. Al frente de todo esto, Jason Statham, el más productivo, resolutivo y cotizado actor de la última hornada de action-men.


En el año 2012, la economía de Estados Unidos ha caído en picado y el paro ha aumentado considerablemente. El único modo de entretener a la amargada y furiosa plebe es ofreciéndoles violentos y sangrientos espectáculos, como si de la Antigua Roma y sus coliseos se tratara.

Isla Terminal, una de las peores cárceles que existen, retransmite a través de Internet lo que han denominado como Death Race (La carrera de la muerte), una competición automovilística donde los presos compiten por su supervivencia y en donde la recompensa es, tras cinco carreras ganadas, la libertad. Hay un circuito pero no hay normas. Los coches van equipados con potente armamento y sólo los mejores pilotos cruzan la meta con vida. A esta cárcel llega Jensen Ames, un tricampeón de velocidad al que han acusado falsamente de un asesinato. La fría y cruel directora de Isla Terminal le coacciona para que participe en la citada “carrera de la muerte”, convirtiéndose ésta en el único billete de salida de su injusto encarcelamiento. Ames acepta a regañadientes sustituyendo al enmascarado “Frankenstein”, el piloto más popular del show.


El punto de partida del film de Anderson se asemeja al de “Perseguido/The Running Man” o “Rollerball”, otras cintas futuristas en el que un juego sanguinario sirve de entretenimiento para el público. Aquí, no obstante, el trasfondo crítico hacia el sistema y hacia una sociedad deshumanizada y reprimida, queda enterrado a favor del puro espectáculo.

Con un presupuesto reducido, aunque superior al de la cinta original, Anderson ofrece espectaculares secuencias de acción, rodadas con nervio y sin apenas utilizar efectos digitales, lo que le otorga un mayor -y necesario- realismo. Los coches se abollan, explotan y dan vueltas de campana, de verdad. Los especialistas se ganan el sueldo y el espectador goza de encarnizadas y adrenalíticas carreras donde los casquillos y la metralla cubren el asfalto.

Aunque aquí ya no se trate de atropellar a los transeúntes como en la cinta de Bartel (de ahí salió la inspiración para el videojuego “Carmageddon”), y el circuito quede anclado en un reducido aunque acondicionado espacio, la violencia sigue estando a la orden del día. Probablemente sea tratada de forma un poco más políticamente correcta, pero no por ella es menos satisfactoria. Además tenemos algunas secuencias donde la sangre es la protagonista, que aunque sean pocas y puntuales, son de agradecer en un género que cada vez se está volviendo más light.
Teniendo en cuenta que son las carreras el principal reclamo de la cinta y las que ocupan la mayor parte del metraje, es necesario que éstas sean atractivas y estén bien rodadas, algo que el director cumple sobradamente (videocliperas, sí, pero menos mareantes que las de un Peter Berg o un Michael Bay)


La trama está al servicio de la acción. Simple, sin complicaciones y sin profundizar en los personajes, pero lo suficientemente bien “engrasada” para resultar interesante y efectiva como complemento a las competiciones.

En general, el reparto está bastante correcto. Statham, con la misma cara de palo de siempre (ni de lejos es el nuevo Bruce Willis), cumple sin más. Se ha especializado en el cine de acción y este tipo de personajes le vienen como anillo al dedo. Hay menos patadas/puñetazos de lo habitual, pero su presencia impone igual.
Joan Allen resuelve con sobriedad el típico papel de despiadado/a alcaide/sa; Ian McShane como mecánico y jefe de equipo, es el idóneo para un personaje de esos que suelen ejercer los veteranos de turno como Robert Duvall (véase Días de trueno o 60 segundos); Tyrese Gibson, un poco más macarra de lo habitual, está en su línea; y la desconocida Natalie Martinez no es más que la maciza de turno, que como tal, exhibe sus gracias para deleite del sector masculino, mayormente. El resto son los tipos malos que ponen cara de malo, y con eso nos basta.

Esta nueva “Death Race” no es un remake al uso. Anderson reescribe enteramente la historia, le da un tono más serio y mesurado, se adapta a los cánones del cine de acción moderno y mejora una película ya de por sí muy mejorable, tomando como referente más cercano la sucia estética de películas tipo “Mad Max” (con el monstruoso camión de Warlords of the 21st Century/Battlestruck incluido). Su gran baza pues, ha sido renovar el concepto de la carrera de la muerte para hacerlo más apetecible al espectador actual. Copiar o intentar imitar a su homónima hubiera sido un craso error.

Vista con moderadas expectativas (ese ha sido mi caso), “Death Race” resulta ser un sencillo pero eficaz entretenimiento de escasas pretensiones y mucha testosterona. Poco de ciencia ficción -el contexto histórico no difiere mucho de la actual crisis económica ni de los abundantes reality-shows basura- y mucho de acción.
Ambiente carcelario, carreras suicidas, violencia gratuita y tías buenas. Un cóctel que bien combinado, deja buen sabor de boca. Exigirle más sería contraproducente.


Valoración personal:

14 comentarios:

Chacal dijo...

Coincidimos (si bien yo con una cabeza menos de alien) en lo que en resumidas cuentas es un simple entretenimiento que cumple perfectamente dentro de los parámetros en los que está englobada.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Me parece una película recomendable para pasar el rato. Un poco por encima de la media del cine de acción de ahora, y de ahí las cuatro cabecitas alien.

Supongo que al ir con las expectativas medio-bajas y desconfiar del director, ha hecho que me lleve una satisfacción aún mayor.

Saludos ;)

Álvaro dijo...

La antigüa tiene su gracia,esta tengo pendiente verla.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

La original no es como para tomársela en serio. Si soportas su visionado, te echas unas risas xDD

Su remake es mucho mejor como película de acción.

Saludos ;)

Machete dijo...

La verdad tenia mala pinta, pero despues de leer tu critica, me animare a verla.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Yo tb desconfiaba machete, quizás por eso me he llevado una grata sorpresa. Tp es que sea la leche, pero la recomiendo para pasar el rato.

Saludos ;)

Igor Von Slaughterstein dijo...

Bueno, suelo disfrutar las películas del sr. Staham, así que me aventuraré con esta, ya que parece que cumple lo que promete: entretener.

Saludos!!

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Si te suelen gustar las cintas de Statham, ésta no creo que vaya a ser menos. Cumple con su cometido sin transfondo crítico ni ningún otro añadido.

Saludos ;)

Damián de Haedo dijo...

No esperaba nada de este film, pero tu crítica me da más ánimos. La original la recuerdo con cariño, de haberla visto en tv los sábados por la tarde...

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Yo tp esperaba mucho. De hecho, creía que sería malilla pero entretenida. En cambio, me encontré con una película que sin ser buena, es bastante decente (en su género, claro)

Saludos ;)

BUDOKAN dijo...

Espero ansioso este film porque recuerdo con placer aquella gran obra de la década del '70. Saludos!

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Para mí es muchísimo mejor que la cinta original, aunque tb es mucho menos bizarra y salvaje.

Saludos ;)

Rodi dijo...

Para mi entretenida sin más. 100 minutos de lo más distraidos con unas carreras realmente espectaculares. No pido mucho más a una película de estas característcicas.

Saludos.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Exactamente es eso. Un producto para devorar palomitas, y que en este caso, cumple con creces su cometido.

Saludos ;)