jueves, 18 de febrero de 2010

"Percy Jackson y el ladrón del rayo" (2010) – Chris Columbus

Percy Jackson y el ladrón del rayo critica 2010 Chris Columbus
Creo haber perdido la cuenta de la cantidad de novelas juveniles de corte fantástico que Hollywood ha adaptado con la intención de convertirlas en exitosas franquicias. Y aunque aún quedan unas cuantas por llegar, lo cierto es que todavía ninguna ha podido destronar a Harry Potter. El mago de las gafitas sigue siendo el rey de la taquilla en estos menesteres, y parece que nadie puede hacerle sombra.

“Eragon”, “Los seis signos de la luz”, “La brújula dorada”, “City Of Ember” o la más reciente “Corazón de tinta (Inkheart)” son algunas de las que apuntaban a franquicia y se quedaron a las puertas. Tan sólo “Las Crónicas de Narnia”, más cercano a ser el relevo de “El señor de los Anillos” que de “Harry Potter” (por temática, más que por otra cosa), es la única que pasó a tener secuela, y en camino está una tercera parte. Aunque eso sí, de no haber costado 225 millones de dólares (una barbaridad), la segunda entrega hubiese sido más rentable y la Walt Disney Pictures no se hubiera visto obligada a vender los derechos (los cuáles pasaron a manos de la 20th Century Fox)

De todas maneras, a Potter le quedan dos telediarios, como aquél que dice, y urge ya una saga que sustituya su vacío de aquí unos años, o al menos eso piensan los estudios.

Percy Jackson y el ladrón del rayo” es la apuesta de la Fox, y narra la historia de Percy Jackson (Logan Lerman), un chico aparentemente normal y corriente que descubre un día que es el hijo que el Dios Poseidón engendró con una mortal. Eso le convierte a él en un semidiós o héroe. Pero este descubrimiento no es fruto de la casualidad. Alguien ha robado el Rayo de Zeus, el arma más poderosa jamás creada, y todo apunta a que Percy es el ladrón. La cólera se desata en el Olimpo y una guerra está a punto de estallar. Por el bien del muchacho y del universo, sus protectores deciden revelarle sus verdaderos orígenes. Desgraciadamente, durante su huída en busca de refugio, su madre será secuestrada por el mismísimo Hades, Dios de los muertos, quién la usará como moneda de cambio para obligar al muchacho a devolver el rayo.

Percy niega en rotundo las acusaciones, y en vez de esconderse de sus perseguidores, decidirá ir hasta el Infierno para convencer a Hades de su inocencia. Pero llegar hasta el inframundo no es fácil, y Percy deberá superar una serie de obstáculos. En su peligrosa travesía, será ayudado por su mejor amigo Grover (Brandon T. Jackson) y Annabeth (Alexandra Daddario), hija de Atenea (diosa de la sabiduría y la estrategia), a quién conoce en un campamento especial para jóvenes héroes. Los tres recorrerán los Estados Unidos en busca de la puerta que les lleve hasta el inframundo, y en el camino deberán hacer frente a todo tipo de monstruos mitológicos.

La aventura de Percy acaba de empezar, y tan sólo tendrá 10 días para evitar la guerra y rescatar a su madre. Todo un reto para un adolescente que acaba de descubrir sus poderes ocultos.


“Percy Jackson & the Olympians: The Lightning Thief” adapta la primera de las cinco novelas que componen la saga literaria “Percy Jackson y los Dioses del Olimpo” escritas por el estadounidense Rick Riordan. Las originalidad de la obra, y por ende, de esta película, radica en el hecho de trasladar la mitología griega a nuestros días, si bien hay que advertir que los hechos relatados, al menos en esta primera película, no coinciden exactamente con la fuente original de la que, eso sí, toma prestadas muchas de sus ideas. Dicho esto, queda aclarado que no es una actualización de aquellos relatos mitológicos, sino que Riordan toma prestado a sus personajes (dioses, héroes, monstruos….) para componer sus propias historias.

Así es como aquí, Percy o Perseo, es hijo de Poseidón y no de Zeus, y lo poco que le emparenta con las hazañas de dicho héroe es el hecho de tener que enfrentarse a Medusa, la Gorgona con serpientes en la cabeza que todos ya conocemos. Aquí, además, cuenta con la ayuda no de la propia Atenea sino de su hija, y tampoco de Hermes, aunque su hijo es quién le proporciona una par de objetos que le ayudarán en su empresa: las sandalias -aquí zapatillas- aladas y un escudo.



Desde siempre me han interesado los mitos y las leyendas, y la mitología greco-romana ha sido siempre una de mis pasiones. Es ese motivo, y no otro, el que me incitó a echarle un vistazo a esta película, ya que nunca había oído hablar de las novelas de Riordan.

En parte, se agradece que el autor no se limité a trasladar las historias originales a la actualidad, sino que se inspire en ellas para crear una serie de aventuras juveniles. De no ser así, sus méritos como escritor serían escasos. Por eso resulta muy curioso, al menos para los que sabemos un poco del tema, cómo algunas de esas historias son adaptadas al mundo contemporáneo para hacer las aventuras de Percy mucho más atractivas.

Aquí la misión es llegar al inframundo, y Percy y sus amigos deben buscar ciertos objetos que les servirán para llegar hasta allí. La recuperación de cada objeto implica superar una prueba o enemigo en concreto, como si de un videojuego se trata. Y una vez superados los retos, el grupo de jóvenes tiene vía libre para llegar hasta Hades y calmar los ánimos en el Olimpo.

Esto implica que a lo largo de la película, y como ya se mostraba en el trailer, los protagonistas deban a hacer frente a un minotauro, a la mismísima Medusa (acertada localización en la que se encuentra su guarida) o a la Hidra, un monstruo policéfalo que escupe fuego por una de sus cinco cabezas (en la fuente original se trata de un monstruo acuático y venenoso; aquí se conserva tan sólo el detalle de cómo se reproducen sus cabezas si éstas se cortan)

También se entremezclan algunos segmentos de La Odisea de Homero, como la llegada de Odiseo a la isla de los Comedores de Loto, y que aquí se desarrolla en un escenario muy apropiado.

Chris Columbus es todo un experto en lo que a cine infantil/juvenil se refiere. Sin ir más lejos, fue el director de las dos primeras entregas de Harry Potter, por lo que no es de extrañar que la Fox buscara un valor más o menos seguro para hacerse cargo de iniciar esta presumible saga cinematográfica. Además, en sus créditos como guionista figuran películas como “Los Goonies”, “El Secreto de la Pirámide” y las dos entregas de “Gremlins”, por lo que un tipo de su experiencia parecía el tipo ideal para llevar el proyecto a buen puerto.

Aquí no hay mucho tiempo para profundizar en los personajes ni para plantearse dilemas morales. Aquí se va a lo que se va, es decir, a ofrecer al público una montaña rusa de emociones. Mucha fantasía en forma de dioses, monstruos y un grupete de jovenzuelos especiales con una misión de vital importancia. Realmente no hay más, ni tampoco parece hacer falta.

Columbus construye un vehículo para lucimiento de sus tres jóvenes protagonistas y de los efectos especiales, que dicho sea de paso, no son gran cosa (tampoco es que sean un espanto, pero sí son bastante mejorables)


La trama se beneficia del ritmo trepidante que imprime el director, empleando el tiempo justo para cada prueba y cada villano, sin quedarse demasiado corto en minutos ni tampoco alargando demasiado las secuencias de acción, cosa que de ocurrir, podría llegar a saturar al espectador. Y es que cuando el guión se basa básicamente en la superación de distintas pruebas, lo suyo es que haya el tiempo justo para que simpatices con los personajes, para que éstos se relacionen y para que una prueba lleve a la otra sin la sensación de que estamos presenciando un videojuego en el que no nos dejan participar.

Los personajes, por otro lado, son los típicos de estas historias. El héroe protagonista, un chaval que se verá inmerso en una aventura de grandes magnitudes. El mejor amigo del héroe, cuya ayuda es inestimable; también suele ser el graciosete del grupo, sobre todo si es negro, como bien mandan los cánones hollywoodienses. Y finalmente está la chica por la que el héroe suspira; y como los tiempos cambian, ésta ya no es la típica damisela en apuros sino que es una chica de armas tomar. Si en este caso es la hija de Atenea, con más razón aún.

Así que en lo que a personajes se refiere (villano incluido), la originalidad es cero. De todas formas, son constantes que se repiten en este género y suelen ser las que los jóvenes esperan encontrar, por lo que tampoco hay demasiado lugar a la innovación (ésta se busca en la propia historia)

En ese sentido, el reparto cumple con su función, ya que tampoco se les exige demasiado. Logan Lerman no lo hace mal, aunque está claro que aún le faltan tablas como actor. De todas formas, podría no ser una mala elección para el anunciado reboot de Spiderman si lo que buscan es un pipiolo en plena edad del pavo (eso sí, unas horas en el gimnasio no le irían nada mal). Con Alexandra Daddario, que interpreta a Annabeth, ocurre tres cuartos de lo mismo. Así que el que mejor se defiende es Brandon T. Jackson, que consigue caer en gracia sin resultar cargante, ya que su rol de “amigo negro gracioso” es, como ya he comentado antes, puro estereotipo. Jackson es quién afronta con soltura los momentos más cómicos del film. Quizás algunos lo recordéis por interpretar a Alpa Chino en “Trophic Thunder”.

El resto, actores y actrices adultos, quedan en un segundo plano -bastante desaprovechado-, así que asumen sus papeles de la forma más correcta posible (mención especial a Rosario Dawson como Persephone, que está para mojar pan)

Por lo demás, “Percy Jackson y el ladrón del rayo” es un producto juvenil que funciona, sobre todo si lo comparamos con algunas de las películas que he citado al comienzo de esta crítica. Le hubiera venido de perlas tener unos efectos especiales más espectaculares, pero hay que conformarse con lo que hay y agradecer que sus dos horitas se pasen volando (y probablemente se olviden igual de rápido)

Su mayor hándicap cara a la taquilla es que sus novelas no sean mundialmente conocidas como lo son las del mago, ni sean tampoco un arrollador éxito de ventas. Por tanto, dudo que estemos ante el verdadero sucesor de Potter, pero al menos lo intenta con cierto oficio.


Valoración personal:

9 comentarios:

Darkerrblog dijo...

No me llamaba mucho la atención, pero en vista de los resultados que comentas pue le daré un vistazo. Yo vi las dos primeras de Harry Potter hechas por Chris Columbus y me resultaron entretenidas aunque muy alargadas.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Es entretenida, no más. Una película juvenil para pasar el rato.

A mi Potter no me atrae nada (ni películas ni libros). Tan sólo ví la tercera -"por obligación"- y la encontré muy aburrida.

Saludos ;)

john mcclane dijo...

No me llamaba mayormente ver esta película, ni siquiera en Dvd, pero probablemente le de una oportunidad. En mi caso, las dos películas de Harry Potter que menos me gustan son precisamente las de Chris Columbus.

Saludos ;)

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Percy Jackson la ví en un pase de prensa, y aunque me epareció entretenida, no es el tipo de película por la que pagaría casi 8 euros (que es lo que cuesta una entrada de cine en mi ciudad)

No pierdes nada si te esperas al dvd.

Saludos ;)

Machete dijo...

Me gustan las películas que mezclan el género para adultos con el infantil pero después del chasco que me lleve con la Brujula Dorada y Corazón de Tinta (esta la tuve que quitar en su mitad) ya ni le había prestado atención a Percy.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Personalmente, considero que Percy Jackson, aunque no sea ninguna maravilla, es bastante mejor que las dos que has nombrado.

No es como para ir corriendo al cine, pero al menos ésta creo que sí podrás terminarla xD

Saludos ;)

Machete dijo...

Bueno aunque estoy algo escaldao, le daré una oportunidad, eso si, dvd en casita. ;)

Kike dijo...

Divertidísima. El ordenata canta un poco y no se puede decir que la historia sea un canto a la originalidad, pero estamos ante un entretenimiento mitológico la mar de correcto.

Pliskeen (David Ribet) dijo...

Esperemos que si tiene éxito, las secuelas sean igual de entretenidas.

Saludos ;)