Atención: La reseña de esta secuela contiene datos relevantes de la película original The Descent (2005) de Neil Marshall.
Después de debutar con la simpática Dog Soldiers, el director Neil Marshall nos sorprendió con The Descent, un brutal y claustrofóbico survival que se ha convertido, por derecho propio, en una de las mejores películas de terror de la pasada década.
La cinta versaba sobre un grupo de amigas que se reunían un fin de semana para realizar una expedición espeleológica. Una vez en el interior de la cueva y tras el desprendimiento de una roca, la salida quedaba bloqueada y las seis mujeres que componían el grupo se que quedaban atrapadas dentro. Intentando encontrar una salida en el laberinto de túneles, descubrían que no estaban solas: una raza de monstruosas y hambrientas criaturas estaban dispuestas a darles caza y llenarse el estómago con su carne. En ese momento, lo difícil no era sólo encontrar la salida sino poder llegar a ella con vida.
Unos personajes bien retratados, unas criaturas aterradoras (bendito maquillaje) y una dirección realmente intensa, dieron lugar a una potente cinta de terror inscrita dentro de la serie B más gratificante.
Como suele ocurrir con las películas que tienen éxito, el estudio quiso aprovechar el tirón del film original para rodar una secuela directa a DVD. En estos casos, el resultado suele ser nefasto. En primer lugar porque no suelen repetir los autores de su predecesora, y los mandos de la secuela se dejan a algún director mercenario –y casi siempre inútil- típico de videoclub. Por otro lado, y para evitar pérdidas, se suele contar con un presupuesto menor, lo cual afecta notablemente al diseño de producción de la cinta. Conclusión: la mayoría de secuelas pensadas para el mercado del DVD suelen ser altamente decepcionantes porque cuentan con menos dinero y, sobretodo, con mucho menos talento.
Pero como en todo a regla, siempre hay una excepción…
The Descent 2 continúa más o menos donde termina el film de Marshall. Han pasado dos días desde que las chicas entraran en la cueva, y su desaparición mantiene en vilo a la policía, que trata inútilmente de encontrarlas en las montañas.
El aviso de que un civil se ha topado con una de las supervivientes centra la atención de los agentes en ésta para tratar de averiguar que le ha ocurrido a ella y al resto de sus amigas. Pero Sarah está conmocionada y debido al shock no recuerda nada de lo que ha pasado en los últimos días.
Sin pensárselo dos veces, el sheriff Vaines decide llevársela del hospital y montar un equipo de rescate para dirigirse a las cuevas en busca del resto de las chicas.
Por lo general, soy bastante reacio a acercarme a estas secuelas directas a DVD (con lo que hicieron con “Cube” tuve más que suficiente), especialmente si la película original me ha dejado un gran sabor de boca. No se puede esperar mucho de estas producciones, por lo que es mejor ir con las expectativas bajas.
No pensaba ver The Descent 2 hasta que observé que algunas críticas no la dejaban en mal lugar. Entonces decidí darle una oportunidad, y lo cierto es que me alegra poder decir que no me arrepiento.
Como ya he comentado en la sinopsis, esta segunda parte empieza casi donde terminó la primera. Digo “casi” no sólo porque transcurra dos días después sino porque la continuidad responde a la versión americana, ya que en Europa vimos The Descent con un final distinto, más pesimista.
Para los yanquis, Sarah conseguía salir de la cueva, llegar hasta el coche y huir del lugar. Justo después venían los créditos finales. Pero nosotros, lo que vimos fue a Sarah todavía en la cueva, siendo esas escenas fruto de un sueño tras caer ésta al suelo y quedar inconsciente. Luego llegaría la escena onírica de su hija con la tarta de cumpleaños, y a continuación, los créditos.
Por tanto, aquí empezamos con una Sarah superviviente y desmemoriada a la que obligan a volver a entrar en la cueva para encontrar al resto de sus amigas. Ahí es donde me pregunto qué fue del coche con el que, se supone, huía Sarah, pero imagino que en el transcurso de los dos días hasta que la encuentran, éste se quedaría sin gasolina (o eso quiero creer). Y de ahí que la encuentren vagando por la carretera en vez de cómodamente sentada en su 4x4.
Aunque me pregunto si la respuesta que me doy a mi mismo es la correcta o simplemente se trata de un error de continuidad que me escuerzo en encubrir.
La cuestión es que esta segunda parte repite básicamente el esquema de su predecesora, derrumbamiento de piedras incluido. Así que tenemos de nuevo a un grupo de personas, esta vez mixto, que entra en la cueva y que tendrá que hacer frente a las feroces criaturas que aguardan en la oscuridad de los túneles.
No todos los personajes están tan bien construidos como en la primera entrega, pero se agradece tener a parte de su elenco, ya que así sentimos que realmente estamos ante una continuación, más cuando transcurre en un corto espacio de tiempo después de aquella. Y aunque aquí los nuevos personajes son lo de menos, sí hay uno, el sheriff Vaines, que da bastante juego.
Por lo demás, es todo lo mismo o similar. Distintas situaciones de riesgo a las que hacer frente debido a la inestabilidad de los propios túneles, y diversos y sangrientos enfrentamientos con los monstruos que les persiguen. Eso sí, la aparición de cierto personaje en el transcurso de la historia supondrá un interesante golpe de efecto para el desarrollo de la misma, aunque también puede ser cuestionado por su escasa credibilidad u oportunismo.
El debutante Jon Harris se maneja bastante bien en las escenas de acción, y aunque no esté al nivel de Marshall, es lo suficientemente competente en el resto como para que la película se haga entretenida en todo momento. Ahora bien, cuenta con algunos puntos en contra.
Si bien su predecesora ya contaba con un ínfimo presupuesto de 7 millones de dólares, lo cierto es que estos lucían muy bien en pantalla, y Marshall supo aprovechar al máximo los pocos recursos con los que contaba. Aquí es de suponer que el dinero invertido es similar o incluso menor, pero no todo luce tan bien, y eso que en entre otras personas, repite el mismo director de fotografía, que hizo un gran trabajo en la primera entrega.
Para empezar, el tufillo a producto de videoclub es inevitable, empezando por las interpretaciones del nuevo elenco de actores y lo casposillos que resultan algunos efectos especiales. Por otro lado, la cueva y sus distintos túneles están sorprendentemente bien iluminados incluso cuando los protagonistas no disponen de ninguna luz. Eso, aparte de restarle credibilidad (y evidenciar que se trata de decorados), provoca que la sensación de claustrofobia se pierda bastante en algunos momentos, y por tanto, la tensión a la que nos somete el director se vea un poco perjudicada.
Lo mejor del film original era que las criaturas fueran tipos bien maquillados y no monigotes digitales como, por ejemplo, en “Soy leyenda” (que ya dejaban bastante que desear para tratarse de una superproducción). Eso le daba un realismo tremendamente impactante. En la secuela eso se respeta, pero he tenido la sensación de que aquí las criaturas, aun manteniendo el mismo aspecto, no resultan tan terroríficas. Quizás también sea debido a lo bien iluminados que están en ocasiones los escenarios, y que por tanto, el impacto en mi haya sido menor (sin contar el hecho de que es la segunda vez que nos topamos con ellas, y que el efecto sorpresa inevitablemente ha desaparecido)
Tal como apuntaba más arriba, algunos efectos son un tanto pecaminosos. Las caídas al vacío son muy cutres, y los momentos gore un poco menos convincentes de lo que cabría esperar. Hasta la sangre se me antoja demasiado artificial, con ese tono rojizo tan vivo (hubiese sido preferible una sangre más oscura). También en alguna ocasión el uso de muñecos canta un poquito (cuando una roca aplasta la cabeza de uno de los bicharracos), pero creo que en conjunto son cosas que no molestan demasiado y que se aceptan sin reparos teniendo en cuenta que estamos ante un producto de bajo presupuesto de humildes pretensiones. Además, la precariedad de medios no llega nunca a un punto sonrojante y en ningún momento desmerece el resultado global de la película, que dicho sea de paso, considero muy disfrutable.
No está al nivel de su predecesora (cosa, por otra parte, muy difícil), pero “The Descent 2“ termina siendo un survival decente, eficaz y muy entretenido. Es más de lo que esperaba encontrar, por lo que me doy por satisfecho.
13 comentarios:
Pues mira que no tenia muchas esperanzas con esta secuela, pero no eres el primero que habla bastante bien de ella, así que le acabare dando una oportunidad.
Un poco lo que a mi me ha sucedido. No tenía mucha fe en esta secuela, pero al leer varias opiniones positivas me animé a verla, aunque con reservas.
Al final me ha sorprendido para bien, pero también he de decir que pocas veces me ocurre eso.
Saludos ;)
La original me parece una película estupenda, asfixiante y que da al espectador lo que va buscando.
A esta segunda parte le tengo que hincar el diente más temprano que tarde. no tenía espectativa alguna sobre ella pero mira por donde, al igual que ati, las opiniones que estan subiendo el animo.
ya os comentaré cuando la vea.
Saludos!!
Lo mejor es verla con pocas expectativas y no esperar que esté a la altura de su predecesora. Aunque las comparaciones son inevitables dado que es una repetición de la misma fórmula. Igualmente entretenida, pero menos asfixiante.
Saludos ;)
Wow. Pues que sorpresa ver una calificación positiva a ésta película. Yo la tengo agendada para verla pronto y siendo fan de la primera cinta, espero no decepcionarme.
Como dato curioso: Mi película favorita de Neil Marshall siempre ha sido su debut "Dog Soldiers".
Saludos
Pues espero que no te decepcione.
Ya he resaltado las virtudes y los defectos que tiene, así que más o menos pues saber lo que te encontrarás. Que lo bueno pese sobre lo malo ya dependerá de cada uno.
De Marshall me quedo precisamente con The Descent. Y ansioso estoy por ver "Centurion".
Saludos ;)
Confirmado... esta vez coincidimos planamente. Yo también me quedo con el original de Marshall (por ser más oscura y más terrorífica), pero sin duda esta secuela me hizo pasar un muy buen rato.
De Marshall también me quedo con The Descent, aunque soy de los que defienden Doomsday.
saludos
De vez en cuando toca coincidir un poco, para variar xD
Doomsday me pareció un pastiche bastante fallido y un pequeño bajón en la filmografía de Marshall, pero tampoco un esperpento como muchos afirman. La encontré entretenida y con buenas escenas de acción.
No la defendería a capa y espada, pero tampoco me uniría nunca al bando de los detractores.
Saludos ;)
Uy, pues yo confieso ser el jefe de los macarras detractores de "Doomsday" a la que considero un truño dantesco que no la salvo de la quema ni por la presencia de la turgente Rhona Mitra.
Por otro lado, sin embargo me encanta que se sigan lanzando pelis directamente a DVD, ya sean segundas partes un tanto apócrifas como la que nos ocupa, o primigenias en toda regla, ya que si bien entre las mismas abundan las series B y hasta Z, a veces te llevas agradables sorpresas a modo de "descubrimiento" como me ocurrió con el film "Alterado".
Saludos!
No pasa nada MASP, te querremos igual ;)
La verdad es que Doomsday tiene más detractores que otra cosa. Es una película que no gustó mucho y además fue un estrepitoso fracaso en taquilla.
Esperemos que Centurion le salga mucho mejor.
Yo también soy de los que apuesta ppor las películas directas a DVD, siempre y cuando me llamen la atención. Soy muy selectivo y no veo todo lo que sale, y menos si se trata de secuelas de éxitos estrenados en salas de cine (soy muy precavido)
Saludos ;)
He leído muy por encima tu critica porque espero ver pronto esta secuela, la verdad es que ya le tengo muchas ganas. De Neil Marshall tengo pendiente de ver "Dog soldiers" porque sólo la vi una vez por t.v. y ya iba por la mitad. Ahora "The descent" si la he visto varias veces y siempre es agradable.
Entretenida y con cosas guapas. No supera a la primera parte, pero es digan de ver y de disfrutar.
Saludos.
Que tiene cierto regusto de videoclub, cierto, pero no me parece que esto sea algo malo. La disfruté en Sitges, igual que un niño pequeño una piruleta, no sabría decirte si me gustó más que la primera, pues no la recuerdo bien, soy bastante memento. Lo que si, la ví mucho más gámberra y desenfrenada que la primera.
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